Durante la última semana presentamos Vida de Perro, un libro de conversaciones entre el filósofo Diego Sztulwark y yo que, como aclara su propio título, no es una biografía sino un Balance político de un país intenso, del '55 a Macrì. Ya hicimos una entrevista en radio La Tribu, que podés escuchar aquí y una presentación tradicional en la Feria del Libro.
Diego me insistió durante dos años para hacerlo y yo me escabullí lo mejor que pude porque tenía varias propuestas de ese tipo y le escapo a la veta de cholulismo inevitable en un proyecto semejante.
Pero después de la elección presidencial de Macrì me entregué y durante dos años pusimos manos a la obra. Me convencieron la necesidad de reflexión en un momento crítico pero también las diferencias entre nosotros, que para mi son enriquecedoras porque precaven contra el soliloquio.
Diego posee una formación académica y un enfoque ideológico de los que yo carezco y además tiene la edad de mis hijos. Durante la última década hemos disentido muchas veces en nuestra valoración del kirchnerismo y de la izquierda, pero ambos tenemos muy en claro la envergadura del desafio que plantean las derechas argentinas, que con Cambiemos han llegado al gobierno por el método no tradicional de una elección sin proscripciones.
No les cuento más del libro, del que ya publicamos la introducción el último domingo de abril. Pero mientras escribía la nota de esta semana me acordé del album que los invito a escuchar hoy, In A Sentimental Mood, por dos de los gigantes de la música del siglo XX .
Cuando John Coltrane nació, en 1926, Duke Ellington ya había revolucionado el jazz, con un sonido único que cualquiera reconoce con sólo oir unos pocos compases. Al invitar a esta grabacion a Coltrane, tenia 62 años y era la máxima figura viviente del jazz. Coltrane apenas había llegado a los 35 (por desgracia no viviría más de 40) pero no era un principiante. Ya había realizado sus grabaciones históricas con Miles Davis y Bill Evans, entre ellas la legendaria Kind of Blue, y formado su propio grupo con McCoy Tiner, Jimmy Garrison y Elvin Jones. Estos dos últimos acompañaron a Ellington y Coltrane en este album.
Esas cruzas de generaciones y estilos pueden dar buenos resultados (aunque nosotros somos pigmeos al lado de estos dos genios). Ojalá les guste nuestro libro tanto como a mi me gusta este encuentro entre Ellington y Coltrane.
De yapa va otra Vida de Perro, la que Chaplin filmó en 1918, con su hermano Sidney, su cuñada Minnie y su enamorada Edna Purviance.
La historia podría suceder 70 años después en cualquier ciudad argentina, donde el techo, el empleo, la mesa, la tierra y el lecho siguen siendo grandes dilemas a resolver.
Elijan la que prefieran o gocen con las dos.
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