LA MONEDA DIGITAL CHINA
Un proyecto trascendente y de largo plazo, que se ampliará al ámbito internacional
En octubre pasado Xi Jinping alentó a las empresas de su país a “aprovechar la oportunidad” que ofrece la tecnología blockchain. Ese discurso fue el anticipo del lanzamiento por el banco central chino (People Bank of China/PBoC) de la Moneda Digital de Pago Electrónica, o DCEP (por las siglas en inglés de Digital Currency Electronic Payment), un tema que las autoridades chinas venían estudiando desde 2014. Es un proyecto trascendente y de largo plazo, en una primera etapa para el mercado interno, y más adelante ampliándose al ámbito internacional.
En 2008 el matemático y criptógrafo japonés Satoshi Nakamoto desarrolló el concepto de “Bitcoin”, la primera criptomoneda electrónica. La tecnología que permite la existencia de las criptomonedas es el blockchain (cadena de bloques), un soporte electrónico equivalente a un libro de contabilidad donde se registran las transacciones de las monedas cibernéticas.
De acuerdo a Di Gang la tecnología blockchain “funciona como una cadena de bloques digitales que contienen registros de transacciones. Cada uno de estos bloques está conectado a los anteriores y posteriores, lo que dificulta su manipulación porque un pirata informático necesitaría cambiar el bloque que contiene ese registro y todos los vinculados a él para evitar su detección. Las blockchains se mantienen en redes peer-to-peer que se actualizan continuamente y se mantienen sincronizadas. Se requeriría una gran cantidad de potencia informática para acceder a cada instancia de una determinada cadena de bloques y alterar todos sus bloques al mismo tiempo. Una red de usuarios expertos en tecnología conocidos como 'mineros' dedican su poder informático a mantener la cadena de bloques y verificar sus transacciones, asegurando que nadie pueda gastar la misma moneda nuevamente después de pagar algo con ella. Los registros en una cadena de bloques se aseguran mediante criptografía. Los participantes tienen sus propias claves privadas que actúan como firmas digitales personales. Cada bitcoin se firma digitalmente cada vez que viaja de un propietario a otro”.
La diferencia entre las actuales criptomonedas —tanto la original Bitcoin como la proyectada Libran[1] creada por Facebook y la DCEP china [2]— es que aquellas son monedas electrónicas privadas, mientras que esta tiene el respaldo de su banco central. Será una moneda oficial, con un valor igual al yuan o Renminbi (RMB) papel. Uno de sus objetivos es la reducción del uso de los billetes papel mediante el “monedero electrónico” que los usuarios podrán utilizar con una App en sus celulares, incorporando masivamente a los ciudadanos no bancarizados [3]. Las criptomonedas privadas tienen cotización diaria, y su validez es la credibilidad en sus emisores y el sistema tecnológico que lo soporta, el blockchain.
¿Dinero privado?
Si nos remontamos en el tiempo, los primeros billetes también eran instrumentos privados (equivalentes a un pagaré) que representaban el valor de las monedas de metales preciosos acuñadas por distintos Estados, papeles sin valor intrínseco más que el costo de su impresión, sellos y firmas de autenticidad. Estaban respaldados en la confianza en sus emisores, personas acaudaladas que a partir del siglo XII se solían reunir con sus clientes en los bancos de las plazas de las ciudades como Venecia, Génova o Florencia. De allí el nombre de la institución que se derivó de tal práctica. El monopolio de los distintos Estados en la emisión de papel moneda se generalizó a partir del siglo XIX, con la creación de bancos centrales, al principio privados y progresivamente del Estado. En épocas anteriores el respaldo de los billetes bancarios eran metales preciosos, primero plata y luego oro. Por los acuerdos de Bretton Woods de 1944 todas las monedas se respaldaban en el dólar y este en el oro. En 1971 Estados Unidos abandonó la convertibilidad en oro. De allí en adelante la circulación de billetes pasó a estar respaldada sólo por la confianza en la solidez de los países emisores.
Próximas etapas de la moneda electrónica china
Su utilización en China será progresiva y gradual. En abril se comenzó la fase de prueba en cuatro ciudades: Shenzhen, Xiong’an, Chengdu y Suzhou. Se está probando actualmente en el Banco Agrícola de China (Agriculture Bank of China/ABC) y también tendrán acceso los demás principales bancos: el Banco de China/BoC, el Banco de Construcción de China/CCB, y el Banco Industrial y Comercial de China/ICBC, todos estatales. La forma en que está diseñado el sistema es que cada uno de los grandes bancos comerciales tendrá cuentas monedero electrónico en el banco central/PBoC, el que al mismo tiempo está trabajando directamente con las empresas privadas chinas Alibaba (AliPay) y Tencent (WeChat Pay), entre otras, como grandes proveedores de pagos con acceso a usuarios minoristas.
Una característica importante es que el almacenamiento del yuan digital no generará interés, por lo tanto, solo se utilizará para pagos de entrada y salida. Otra es la velocidad potencial y el alcance del DCEP; en caso de emergencia y por razones fiscales, el Banco Central tendrá acceso instantáneo a las billeteras de las personas, incluso en áreas rurales. Se podrá saltear a los bancos comerciales y los usuarios no necesitan estar bancarizados.
Otra iniciativa es la Blockchain Service Network (BSN), lanzada en colaboración con grandes empresas con el objetivo de proporcionar un sistema múltiple, robusto, de bajo costo y alta disponibilidad. China está avanzando aceleradamente en la tecnología blockchain, la que junto con 5G, inteligencia artificial (AI) e Internet de las cosas (IoT) le permitirá disponer de nuevas plataformas para manejar grandísimos volúmenes en pagos, comunicaciones y alta disponibilidad de almacenamiento. El BSN se está expandiendo aceleradamente. Su objetivo para fines de 2020 es tener 200 nodos de servidores en China, el hardware de la primera etapa.
La internacionalización del yuan y la moneda digital
El objetivo a largo plazo del lanzamiento de la moneda digital china es posicionar al banco central chino (PBoC) y las grandes empresas como Tencent, Huawei, Baidu y Ant Financial [4] como líderes mundiales en infraestructura de pagos, reduciendo gradualmente la preminencia del dólar como moneda de comercio mundial a partir de la fijación de los standards técnicos de blockchain chinos que ayudarán a adoptar y escalar la tecnología hasta convertirla en norma internacional.
Si uno de los objetivos para el mercado interno es transformar el RMB digital en el principal medio de pago al estilo de lo que está logrando Suecia [5], a nivel internacional es impulsar este nuevo yuan digital para que sea una moneda global. La realidad es que el yuan (RMB), en su forma actual, no es accesible ni líquido en los mercados internacionales de divisas. Para 2018 las reservas internacionales de divisas estaban formadas por 61,7% en dólares, 20,7% euros, otras monedas como la libra y el yen japonés y sólo 1,9% en yuanes. La proporción del yuan en las reservas mundiales está lejos de la participación de China en el PBI mundial o en el comercio internacional.
Con esta nueva moneda digital, China podrá ofrecer pagos transfronterizos a un costo menor, mayor seguridad y sobre todo mayor velocidad, características que superan al actual sistema de pagos internacionales.
Ese cambio se puede lograr si se rompe la hegemonía que ejercen los Estados Unidos mediante el sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunications/Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales), una cooperativa internacional formada por los principales bancos occidentales, con preeminencia norteamericana [6].
SWIFT es el mecanismo más utilizado de transferencia bancaria mundial, lanzado en 1973. Su red permite a las instituciones financieras de todo el mundo enviar y recibir transacciones financieras en forma segura, estandarizada y confiable, aunque no tan rápida como exige el tiempo actual, y el precio por sus servicios si bien bajo no es despreciable.
“Sin embargo existe un problema: el sistema en sí es propenso a estar bajo las demandas de los Estados Unidos, lo que significa que si ese país solicita que los servicios de SWIFT eliminen del trato con bancos específicos o incluso países, la red generalmente lo hará. Esto se ha politizado cada vez más, lo que debería ser un sistema de red de pagos ha terminado siendo un servicio que hará lo solicitado y será impulsado por la política económica y comercial de Estados Unidos. Esto sucedió cuando Washington emitió sanciones contra países como Rusia pero también Irán, Turquía, Cuba y otros” [7].
Ya están en operaciones las alternativas que están desarrollando rusos y chinos. El sistema ruso es el SPFS, o Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros. El sistema chino es el CIPS (Sistema de Pagos Internacionales de China), al que también se han conectado varios bancos rusos. Por el momento sólo el 10 % de las instituciones financieras internacionales utilizan los SPFS y CIPS.
Los tres sistemas de pagos
El sistema de pagos occidental está dominado por el SWIFT, con los condicionamientos políticos que impone Estados Unidos a quienes no se doblegan ante sus presiones. Por otro lado, en Occidente la proliferación de criptomonedas privadas puede desafiar el monopolio emisor de los bancos centrales. Si hasta el momento Bitcoin y otras criptomonedas no han alcanzado un volumen importante, el anuncio de Libra sí los ha puesto en alerta, razón que está trabando su inicio efectivo.
China está recorriendo un tercer camino. Por un lado, adopta la tecnología de las criptomonedas, el blockchain. La dimensión colosal de su mercado interno le ha permitido situarse a la vanguardia tecnológica en este campo y ser el país que más protocolos ha desarrollado, con lo que va en camino de ser el standard del sector, como ya lo es en 5G. Por el otro están prohibidas las criptomonedas privadas en China. Libra no podría aprovechar ese mercado. El camino del blockchain es el que le puede dar la independencia del SWIFT.
Los avances de la tecnología china en este campo son importantes, como así también los desafíos a resolver, tanto técnicos (software), operativos (hardware) y sobre todo las presiones políticas de Estados Unidos sobre los demás países, lo que demorará su concreción. [8]
La relación de China y Estados Unidos se ha ido deteriorando progresivamente. Sin haberse resuelto las diferencias estratégicas envueltas en la prolongada guerra comercial, ahora se suman las acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad china en la expansión mundial del coronavirus. Todo esto cuando las consecuencias económicas de la pandemia se están desplegando con un horizonte oscuro por su creciente magnitud e imprevisible duración. Una de las consecuencias de la pandemia será un vuelco hacia los movimientos digitales. Los movimientos de fondos basados en blockchain permiten transferencias más rápidas y mucho más convenientes en estos tiempos de aislamiento personal. Tener una tecnología blockchain superior le dará a China una enorme oportunidad comercial con los mercados tecnológicos emergentes y una ventaja estratégica a nivel mundial al independizarse del sistema occidental de pagos. Ante el cierre parcial del mercado americano –tanto para sus exportaciones como para las importaciones tecnológicamente críticas–, China se ha abocado a encontrar nuevos mercados de exportación en Europa, Oriente Medio y África, principalmente alrededor del "Cinturón Económico de la Ruta de la Seda".
Nuestra América Latina no es una prioridad en los planes chinos, por más que sus compras sí lo sean para la región. No descuidarán esta fuente de abastecimiento, pero estamos muy lejos del centro de sus problemas. Al margen de las declaraciones de las partes y los distintos acuerdos que se han hecho es importante tener clara esta asimetría. En tiempos convulsos es importante no confundir deseos con realidades.
Según nuestros propios parámetros no serán breves los tiempos en que estos cambios en los pagos internacionales se podrán llevar a cabo. Pero los chinos tienen una percepción diferente del tiempo, mucha perseverancia y paciencia. Sus consecuencias, al margen de los tiempos involucrados, serán un capítulo importante en el cambio del mundo actual.
[1] El proyecto Libra de Facebook originariamente debía comenzar en junio de 2020. Entre sus socios estaban Vodafone, Uber, E Bay, Visa, Mastercard y otros. Sin embargo, enfrenta la oposición de los distintos bancos centrales por su potencialidad (Facebook tiene 2.000 millones de seguidores), lo que puede cambiar su perfil original. Algunos socios como e Bay, Visa y Mastercard han abandonado el proyecto Libra.
[2] También conocida como “e-RMB” (electronic Renminbi, o yuan electrónico).
[3] Son 1.700 millones de personas las que no están bancarizadas a nivel mundial, con China encabezando el ranking con 224 millones.
[4] Ant Financial Services Group es un proveedor de tecnología innovadora perteneciente a Alipay, la plataforma de pago más grande del mundo, empresa del Grupo Alibaba.
[5] Suecia espera ser el primer país sin papel moneda para marzo de 2023, fecha en que el mismo no se aceptará más como medio de pago. Hoy menos del 4 % de las transacciones se hace con el mismo.
[6] Otra alternativa de pagos internacionales es CHIPS (Clearing House Interbank Payment System), de menor volumen que SWIFT, y también con predominancia norteamericana.
[7] Russian & Chinese Alternatives For SWIFT Global Banking Network Coming Online. June 17, 2019. Russia Briefing.https://www.russia-briefing.com/news/russian-chinese-alternatives-swift-global-banking-network-coming-online.html/
[8] "Las tecnologías Blockchain aún no han estado a la altura de las expectativas y la mayoría de los proyectos empresariales de blockchain están estancados en modo de experimentación", dijo Avivah Litan, vicepresidente de investigación de Gartner, en un informe reciente. "Blockchain aún no está permitiendo una revolución comercial digital en los ecosistemas empresariales y puede que no sea hasta al menos 2028, cuando Gartner espera que blockchain se vuelva totalmente escalable técnica y operativamente". Fuente: With Xi’s backing, China looks to become a world leader in blockchain as US policy is absent. Arjun Kharpal. Dec.15, 2019.
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