La MESA de todos
Alberto Sileoni pondera el programa bonaerense de refuerzo alimentario
En lunes pasado en el municipio de Florencio Varela, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, presentó el programa Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (MESA), que alcanza a más de dos millones de familias que asisten a comedores escolares. “Se mejora la mercadería, se mejora la calidad de los módulos alimentarios y se acompaña con un recetario para generar una comida más saludable”, explica el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, en diálogo con El Cohete a la Luna.
En la presentación estuvieron presentes el intendente Andrés Watson; el diputado nacional Máximo Kirchner; el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, y la directora ejecutiva de ANSES, Fernanda Raverta. Entre los funcionarios bonaerenses, estuvieron presentes el jefe de Gabinete de ministros, Martín Isaurralde; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque y Sileoni.
“El programa, en algún sentido, es un relanzamiento del Servicio Alimentario Escolar (SAE). Ahora depende del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, que conduce Andrés Larroque. MESA va alcanzar a más de dos millones de familias que asisten a 11.000 comedores escolares de la Provincia, con una inversión realmente muy importante”, manifiesta Sileoni y recuerda lo expresado por el gobernador Kicillof en el acto de presentación en el Parque Recreativo, Deportivo y Cultural Thevene, donde señaló: “En 2019 se destinaban 720 millones de pesos por mes al SAE, mientras que con este programa vamos a estar invirtiendo más de 11.189 millones de pesos mensuales, aumentando tanto el monto por ración como la cantidad de beneficiarios”.
El director general de Cultura y Educación bonaerense expresa “que es un programa en el que ha dado una mano grande la Nación, por eso estaba (en el acto) Juan Zabaleta, el ministro de Desarrollo Social de la Nación”. Destaca que el programa se acompañará “de un cuaderno guía, que cuenta con información nutricional de recetas saludables, confeccionado por el equipo de la Dirección de Nutrición y Calidad de los Alimentos del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad” de la provincia de Buenos Aires. Para Sileoni, se trata de una “política pública que evidentemente es necesaria. Algún día dejará de ser tan acuciante, pero hoy por hoy es necesaria y muy apreciada por los intendentes, que con mucha preocupación nos preguntaban si iba a continuar. Hay una decisión del gobernador muy clara, que es no solo continuarlo, sino resignificarlo. Nos parece que es un paso adelante”.
Ante la pregunta respecto a si el programa MESA reconvierte el SAE, Sileoni responde que “el SAE tiene su existencia en los comedores, y ahí tenemos que seguir trabajando para mejorar la relación con los proveedores. El MESA se refiere fundamentalmente a los módulos, que son las cajas que se distribuyen a la población mes a mes y que se hace desde las escuelas”, explica. En el marco de acompañamiento a las familias, está como siempre el servicio de los comedores escolares y también hay colaciones en las escuelas. Son diversas prestaciones que llegan a diversos colectivos”, destaca.
Con respecto al número de más dos millones de familias a las que alcanzará el Módulo Extraordinario de Seguridad Alimentaria, Sileoni afirma que “está implementado. Se va a avanzar en una nominalización, que en algún sentido brindará mayor precisión, pero que nosotros no creemos que vaya a variar en el número. Ese número ya estaba implementado en el marco de lo que era el SAE. A partir de la pandemia se genera –ante la ausencia de comedores– una prestación a través de un módulo que contenga una serie de alimentos”.
Con el regreso de la presencialidad escolar fue necesario sostener esos módulos de alimentos, según indicaba “toda la evidencia. Era lo que nos pedían las comunidades y los intendentes. A ellos les ayuda para poner un poco de colchón a la incesante necesidad social que llega a los municipios todos los meses”, grafica Sileoni. Que sean los establecimientos educativos desde donde se ejecute el programa responde a su “exhaustiva y extensísima representación territorial. Si hay algo que no nos falta en el territorio son escuelas. Hay 20.000 en toda la Provincia, de todo tipo: rurales y urbanas”, señala el funcionario bonaerense.
Sileoni refiere que “a veces, con algún derecho, las autoridades de las escuelas, los docentes, se quejan porque tienen que realizar alguna tarea que ellos conciben que no es la que tienen que realizar”, dice Sileoni respecto al armado y entrega de los módulos alimentarios, que recae sobre la trabajadora y el trabajador de la educación. “Pero eso se sostiene, se sobrelleva. En muchas escuelas ese módulo es distribuido el sábado y hay ahí otros funcionarios con los que el Municipio puede contar”. En ese sentido, Sileoni realiza un reconocimiento a las comunidades: “En la provincia de Buenos Aires –como en otros lugares del país–, los trabajadores de la educación entienden que también tienen una faceta social. Hay una gran responsabilidad de directoras y directores, que en su gran mayoría lo hacen muy bien, con mucho compromiso. Y eso hay que agradecerlo”.
De todas maneras, hay recurso humano valioso que desde la Dirección General de Cultura y Educación se va nombrando en los establecimientos educativos. Son “los auxiliares, que son personal no docente de las escuelas. Solamente en este año, estamos incorporando más de 1.900 auxiliares en toda la Provincia”, subraya Sileoni.
El político y educador argentino, que se desempeñó como ministro de Educación de la Nación entre 2009 y 2015, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, profundiza la discusión al expresar que “debemos recordar que la escuela no puede resolver otros problemas que debe resolver la sociedad y la economía”. Al mismo tiempo, valora lo realizado por la comunidad educativa: “La escuela ha estado siempre en ese lugar, lo ha estado durante la pandemia. La escuela está siempre, los docentes siempre están, y si alguna familia estaba peleada con la escuela, se han reconciliado. Y las que no estaban peleadas, han ratificado su importancia durante la pandemia. La escuela está siempre, las docentes distribuyeron materiales con sus propios vehículos. Llegaron donde no se podía llegar en tiempos de pandemia dura”, destaca e insiste “que los grandes problemas los debe resolver la economía con la distribución de los recursos”.
Sileoni manifiesta la necesidad de “recordar que la escuela es la única institución del Estado que tiene la competencia de enseñar”. Y si bien “hay una inflación que no podemos domar, también hay una inflación de demandas hacia la escuela que nosotros quisiéramos que se redujeran a las naturales de un servicio educativo: ‘Quiero que mi hijo aprenda y quiero que le enseñen bien’. No lo digo a modo de queja, sino a modo de reflexión de lo que son las necesidades argentinas. Somos un país pobre, con mucha riqueza, pero pobre al fin”, analiza.
Ampliando esa idea, Sileoni expresa que dar alimentos no implica que se ha dejado de enseñar. “Si un chico llega a la escuela bien desayunado, bien comido, bien arropado, sin frío en invierno, sin calor en verano, va a estudiar. Pero hay otros chicos, chicas, que tienen que procurarse el alimento, que la escuela es infinitamente más linda que su casa, que algunas cosas que en casa no están, en la escuela sí, y después de esa introducción, viene el estudio y el aprendizaje”.
Pese a esta realidad, no hay abandono del saber en las aulas. La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires también se ocupa de la distribución de libros, en el marco de un programa del Estado nacional. “Son casi 8 millones de libros a nivel nacional, de los cuales casi 3 millones son para esta provincia. Lo que significa 2 libros en la mochila de los chicos del nivel primario. Ese también es el alimento sustantivo que la escuela provee”, destaca Sileoni, quien está trabajando en una guía para los padres que difunda los contenidos que deben aprender sus hijos al término de cada ciclo. También aborda la discusión de los diseños curriculares, en el marco del trabajo territorial que realiza la Dirección.
Finalmente, Sileoni expresa: “Nosotros no queremos que vuelva el neoliberalismo. Lo concebimos como un retroceso muy grande para la sociedad y para la educación argentina”. Pero, ¿alcanza solamente la unidad en el Frente de Todos para que el neoliberalismo no vuelva nunca más o es cada vez más necesario un salto de calidad política institucional que permita recobrar la audacia y la tenacidad para ganar, pero con sentido?
La provincia de Buenos Aires tiene un tercio de su superficie sembrada. Es líder en cuatro de los cinco principales cultivos del país y la principal productora de carne bovina. Sin embargo, aquellos que producen alimentos tienen derechos de exportación fijados en niveles muy bajos por el gobierno nacional, por lo que el mercado interno –es decir, la mesa de todos los argentinos– sufre el impacto de pagar precios tan elevados y al ritmo dólar con el que se exporta. Con una canasta familiar incompleta para muchas familias, aparece la mano del gobierno nacional, que aporta para el programa MESA Bonaerense. Esa mano, que no impide el desacople de los precios de exportación de alimentos con los internos, es la que termina asistiendo a los más necesitados por no atreverse a parar la voracidad de los que se autoproclaman ser “el campo” y generan desigualdad social.
Como decía el cordobés Roque Narvaja en su canción, tan bien interpretada por Juan Carlos Baglietto junto a León Gieco: “¿De qué sirve ganar, si no ganan conmigo los que vienen detrás?”.
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