La irradiación
El mapa del Covid-19 en la Ciudad de Buenos Aires
La Ciudad de Buenos Aires dice que tiene más casos de Covid-19 porque realiza más testeos. Pero no es así. En realidad, realiza menos testeos de los que debería.
Según datos del ministerio de Salud de Nación, el testeo se realiza de acuerdo a la definición de caso sospecho de las autoridades sanitarias locales pero el número de casos a testear depende de un parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo a ese parámetro, el número de corte sugerido es 10 por ciento. Es decir, si de cada 10 testeos, 1 es positivo eso indica que el número de personas que se evalúa es correcto. Y el virus está siendo controlado. Pero si de cada 10 testeos, 2, 3 e incluso 8 --como sucedió en las villas porteñas-- los casos son positivos, el dato indica que no se realizan suficientes testeos y que la situación podría estar en vías de desborde. El primer escenario es hoy el de la Provincia de Buenos Aires, con corte de 10 por ciento. El segundo es lo que sucede en la Ciudad.
El virus tiene un crecimiento inusitado con foco en los barrios vulnerables pero que comenzó a irradiarse a toda la ciudad. 40 por ciento de los casos está concentrado en las villas no hay un esquema de contención y aislamiento efectivo para evitar la propagación. Comienzan a saturarse hospitales como el Hospital Fernández y los expertos empiezan a advertir que la Ciudad (sí, la Ciudad) no tiene un número de camas de terapia intensiva alta por proporción de habitantes.
Los datos del siguiente informe provienen del Ministerio de Salud de Ciudad de Buenos Aires. Son datos del jueves pasado. No son de acceso público y los medios de comunicación no acceden a estos informes porque el gobierno no los distribuye.
La planilla tiene datos importantes. Detalle del número de casos en barrios vulnerables con su tasa de letalidad, situación en geriátricos y de hogares e institutos de tránsito de menores y de adultos.
Situación en hogares de tránsito:
Y en geríatricos:
Algunos datos
El testeo de PCR para Covid debe ser hecho a personas que reúnan la definición de caso: 37.5 de fiebre, más tos o dolor de garganta o dificultades respiratorias, entre otras, depende de la sensibilidad de los lugares. Como Ciudad de Buenos Aires tiene más circulación comunitaria, realiza mayor cantidad de test. Esto no significa, sin embargo, que el número sea suficiente. Ni que otros lugares como la Provincia de Buenos Aires realice pocos testeos, una título que esta semana se buscó instalar desde los medios del Grupo Clarín, con informes del barrio Itatí en la localidad de Quilmes donde los vecinos aterrados comenzaron a sospechar de todas las políticas de salud de la comuna. Como se dijo al comienzo, la Provincia hace menos test porque tiene menos casos definidos como sospechosos, por ende menos circulación del virus.
En Ciudad, la mayor injerencia del virus es en los barrios populares. Actualmente 40 por ciento de los casos de la Ciudad están en los barrios populares, y tres de ellos concentran la mayor cantidad: la villa 31 y 31 bis; la 1-11-14 y la 21-24. Sobre un total de 4.283 casos al jueves pasado, había 1.877 en los barrios vulnerables. Cuando empezó el programa Detectar, en villa 31 y 31 bis hubo un porcentaje altísimo de testeos con resultados positivos. Entre 80 y 90 por ciento. Murieron cuatro personas, una la letalidad que es menor a la villa 1-11-14, con 13 fallecidos.
Los expertos señalan que el aumento logarítmico de casos se debe a la carencias estructurales de acceso a servicios esenciales pero también a la falta de atención del ministerio de Salud de CABA. Desde antes del ingreso del virus, se sabía que había lugares a los que había que prestarle más atención. En esos lugares apenas se detecta un caso, debían haberse activado todas las medidas de control y de aislamiento necesarias para que no se disemine. Eso no pasó en la Ciudad y aún no está pasando en los barrios populares. El aumento de casos era sencillo de prever y se hubiese podido disminuir la trasmisibilidad con medidas correctas. El contexto de hacinamiento estructural estaba de antemano, pero si a las personas se les dice que deben lavarse las manos y no hay agua potable, el aumento exponencial era inevitable.
El Informe muestra además la situación en geriátricos. En ese universo hubo una demora para generar las primeras acciones de control. En el geriátrico de avenida de los Incas, hubo una demora de seis días entre que se detectó el primer caso y se avisó a los familiares. La letalidad en los geriátricos es muy alta. En el Apart de Los Incas de un total de 23 personas, murieron 8; el hogar Beit Sión de 34, murieron 11 y en el Hogar San Lucas de 35 murieron 11, con un tasa cercana a 33 por ciento.
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