La inclusión de los más olvidados
Política transformadora en los neuropsiquiátricos bonaerenses
El 10 de diciembre de 2020, el gobierno bonaerense anunció “el fin de los manicomios”. Se trata de una política de Estado que el gobernador Axel Kicillof impulsó para cumplir con la ley provincial de Salud Mental 14.580, adherida a la ley nacional 26.657, que establece –entre otros puntos– que las personas con padecimientos mentales deben ser tratadas en hospitales comunes y no en instituciones psiquiátricas. La transformación integral implementada llevó a la externación de 479 personas de las 1.800 internadas. Los externados cuentan con casas alquiladas y un equipo de salud de acompañamiento, y también con la decisión revolucionaria de utilizar tierras de los neuropsiquiátricos para construir viviendas, que en parte serán destinadas a ellos. De este modo, será posible “externar una porción muy importante de personas”, cuenta la subsecretaria bonaerense de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el ámbito de la Salud, Julieta Calmels, en diálogo con El Cohete a la Luna.
La provincia de Buenos Aires tiene cuatro hospitales públicos monovalentes: el Hospital “Dr. Domingo J. Taraborelli”, ubicado en el municipio de Necochea; el “Dr. José A. Esteves”, en Lomas de Zamora, Temperley, que es un hospital solo de mujeres; el Hospital Interzonal Colonia “Dr. Domingo Cabred”, situado en el partido de Luján, en la localidad Open Door (antes el hospital tenía ese nombre), que tiene 600 hectáreas; y el Hospital “Dr. Alejandro Korn” de La Plata, ubicado en la localidad Melchor Romero (también llevó ese nombre). Todos ellos están siendo transformados.
Calmels, que es psicóloga, explica que después de año y medio de trabajo pudieron terminar, en el hospital Korn de La Plata, “junto con el Ministerio de Hábitat de la provincia y el Ministerio de las Mujeres, un proyecto de 145 casas en tierra del hospital que no está en uso. Es un proyecto mixto de casas para mujeres y 30 casas para el Ministerio de Salud, de vivienda colectiva”. Asimismo, en el hospital Esteves en Lomas de Zamora, “firmamos junto con el Procrear de Nación, el municipio y nosotros como provincia, en seis hectáreas –también sin uso–, un proyecto para 900 casas. Se destinarán 60 viviendas para el Ministerio de Salud, también en un esquema mixto, donde las viviendas más grandes serán casas con apoyo y las otras serán para cuatro personas”. Calmels agrega que “la vivienda colectiva nos parece un buen modelo, porque es el modo de vivir socialmente y a la vez porque se apoyan y acompañan entre las mismas personas cuando conviven juntas, si está bien trabajada la convivencia”.
También en el Taraborelli de Necochea, en convenio con el Puerto de Quequén, “se van a construir dos casas, de seis y ocho personas cada una, porque ese es un hospital más chico. Todo eso forma parte de la consolidación de recursos de salud y salud mental, como parte de la oferta de cuidados del Ministerio de Salud. Porque van a ser casas con apoyo, algunas intermitentes, otras estables. Se va a externar una porción muy importante de los neuropsiquiátricos”, expresa enfáticamente la subsecretaria.
“Es tiempo de mostrar cómo y de qué manera está sucediendo ya otra cosa”, sostiene Calmels. En ese rompecabezas del proceso, también se está trabajando con los 80 hospitales provinciales para ampliar la capacidad de atención de las situaciones agudas en salud mental. “Hubo una decisión de nuestro ministro de incorporar equipos para urgencias. Se incorporaron 38 equipos interdisciplinarios para la atención de las urgencias en salud mental. Son más de 112 profesionales nuevos abocados a esa tarea”.
Los pasos para la transformación
Para esa transformación, se llevaron adelante medidas concretas: “El cierre definitivo de ingreso de nuevas personas a lo que se denomina pabellones crónicos o de larga estadía (sector de manicomios u hospitales donde la gente ingresa y ya no sale) y la generación de un sistema de registro y monitoreo constante de los cuatro hospitales neuropsiquiátricos que tiene la provincia, porque no sabíamos ni cuántas personas había internadas ni en qué condiciones estaban”, explica la psicóloga. Ese importante trabajo inicial reveló que había 1.800 personas internadas y que, de ellas, el 42% tenía más de diez años de internación, un “número elocuente, que refleja que la cantidad de personas internadas no se debe a motivos de salud mental, porque ninguna internación puede durar diez años, sino porque no había estrategias de externación de esas personas ni se habían construido alternativas al manicomio”, sostiene Calmels. A las dificultades de inclusión social, se le sumó la falta de acceso a la vivienda, y eso hacía que estén viviendo o sobreviviendo en los manicomios.
El documento “Línea de base para la reforma de los hospitales neuropsiquiátricos” definió el modelo “con el que nosotros queremos hacer las reformas en esas instituciones, que implica un componente sanitario muy fuerte de lo que debe suceder en los hospitales. Pero, a la vez, hay otros componentes de la reforma, que son de vivienda, culturales, socio-productivos, deportivos, de memoria, que hacen que la reforma a la que caminamos tenga en cada uno de esos hospitales el desarrollo de proyectos”, resalta Calmels. Esos proyectos –algunos más avanzados, otros menos– involucran un aspecto de salud, pero también planes de vivienda, desarrollo de actividades culturales en esos espacios, proyectos socio-productivos, “donde las personas se incluyen para su propia autonomía. Además, proyectos que hacen que nosotros transformemos estos hospitales, donde se puedan externar las personas que están ahí sin motivo de internación y también que los hospitales puedan abrirse a sus comunidades”, explica la titular de la Subsecretaría de Salud Mental.
Por ejemplo, en el hospital Melchor Romero de La Plata existe un polo cultural que incluye un teatro, donde se realizó una actividad de la cual participó la actriz Rita Cortese, a la que concurrió gente del barrio. “El año pasado se realizaron cuatro recitales. En el hospital Cabred de Luján estuvo la banda Mala Fama. Esto implica la apertura de los hospitales a las comunidades, que se vuelvan territorio de nuestra provincia que rompen las barreras de los estigmas, de la exclusión”, sostiene Calmels. “Así como las personas que están adentro perdieron sus vínculos con las comunidades, las comunidades no saben que adentro tienen unos hospitales que además de tener personas internadas tienen unos parques, unos jardines, que son una belleza cultural e histórica que era desconocida”, grafica. “Es impactante cuando comienzan a desarrollarse actividades culturales, la sorpresa de que estuvieron viviendo cerca y nunca supieron qué había adentro”.
“Como Ministerio de Salud, estamos planteando que este cambio, por la envergadura que tiene, requiere de toda una política provincial no sólo sanitaria. Transformar las estructuras de estos hospitales supone transformar la estructura de trabajo, y también dignifica la labor de los trabajadores en un estar y en un hacer que también tiende a desestigmatizarlos, porque los trabajadores eran “los trabajadores del loquero”, señala la psicóloga.
La transformación también es por dentro, y un buen ejemplo de ello lo da Calmels al contar que en “el hospital Esteves de Lomas de Zamora hay un bar que se abrió hace poco que está gestionado por usuarias, por señoras que algunas todavía están internadas y otras están viviendo junto con coordinadoras del mismo hospital. Es el primer bar del hospital. Es un buen ejemplo de manicomio: tenía más de 500 mujeres internadas, más de 600 trabajadores y no había un bar dentro del hospital”, dice. El hospital Esteves cuenta con 16 hectáreas y allí se desarrollará el ambicioso plan de viviendas donde 60 serán para los externados. La inauguración de hospitales de día también es parte de la reforma de los hospitales neuropsiquiátricos. “En esta etapa vamos a mantener un sector para internaciones breves, que son las que prevé la ley”.
Una política de Estado provincial
La externación es una política provincial que se ejecuta a través de un programa que se llama “Buenos Aires Libre de Manicomios, más salud y más comunidad”. Respecto a “todos los que son los pabellones de crónicos y larga estadía –personas que están ahí porque nunca se trabajó para conseguirles vivienda–, nosotros comenzamos un trabajo en equipo para la externación. En este momento hay 176 casas en la comunidad, donde viven personas externadas bajo la modalidad que se llama ‘sistema de apoyos y cuidados de salud’”, cuenta Calmels. El programa se articula e impulsa junto con las direcciones de los hospitales: “El director de un hospital va a las inmobiliarias de la zona a ver qué casa hay en alquiler, las visita, mientras que los equipos van trabajando con los grupos que están en condiciones de externarse. Se equipan las casas y la externación se realiza cuando se considera que ese grupo está en condiciones de vivir afuera”. Hay casas donde residen personas que tienen autonomía más limitada, entonces los equipos de salud los acompañan, a veces para la toma de medicación o para la rehabilitación social de habilidades cotidianas, como ir de compras al supermercado. En algunos casos, esos apoyos para personas con autonomía más limitadas son estables y el personal de salud vive con ellos o ellas. En otros casos, son apoyos que se llaman intermitentes, donde los equipos visitan las viviendas para el acompañamiento, pero no conviven porque los pacientes no lo necesitan.
Esas 176 casas están sostenidas –en este momento– mediante distintas formas de financiamiento. “Algunos alquileres de esas viviendas están solventadas por el Ministerio de Salud. En otros casos son mixtos, ya que las personas perciben pensiones por discapacidad, es decir, que son personas con ingresos. Las casas están ubicadas en diversos distritos: Luján, Lomas de Zamora, Mercedes, Moreno, Necochea, etc. En general se encuentran en los municipios en inmediaciones de los hospitales, donde los equipos de salud trabajan en torno a esas casas”.
La subsecretaria bonaerense de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el ámbito de la Salud manifiesta que “algunas personas van logrando autonomía. Recuerdo un señor que vende estampitas en la Basílica de Luján. Otros venden plantas de los viveros productivos que existen en algunos hospitales, se incluyen en ferias comunitarias. El hospital de Necochea tiene dos proyectos de producción: uno de mermelada y otro de mimbre, que se comercializan en la feria de Necochea con puestos estables”.
Para Calmels, “esos son los procesos de sinergia más linda, que tiene que ver con la inclusión en algunos proyectos laborales. Otros se incluyen en actividades recreativas. Por ejemplo, un señor que asiste al centro de jubilados y se sumó a las caminatas que realizan. A veces son actividades de inclusión de la comunidad, otras veces son propias”. Los hospitales tienen centros comunitarios de día y muchas veces fuera de los mismos también funcionan talleres donde las personas externadas se van incluyendo. Es un trabajo mancomunado con el Ministerio de Trabajo de la Nación, mediante el programa Promover Trabajo, de apoyo a actividades socio-productivas, que permitió “que nosotros tengamos 400 proyectos articulados. Un mix entre aprender oficios y comenzar a producir y comercializar esa producción”, indica.
“Cuando se cierra un pabellón se abre otra alternativa de salud con las casas, que es la que a nosotros más nos gusta. Es la apertura hacia el exterior, la construcción de la relación con la comunidad”, dice Calmels, llena de orgullo por lo logrado porque “estas casas son como el reflejo concreto, evidente, de que la ley (de Salud Mental) se implementa en nuestra provincia, y de que es posible implementarla también construyendo los cuidados y el acompañamiento”.
La inversión realizada por el gobierno de Axel Kicillof para el cumplimiento de la ley de Salud Mental se evidencia “en un subsidio para la externación que brinda el Ministerio de Desarrollo con la Comunidad. También –estamos avanzando para formalizarlo–, la Fundación Banco Provincia y el Banco Provincia están brindando garantías para alquiler, que es uno de los obstáculos”.
“El de ‘continuidad de los cuidados’ es un concepto rector con el que pensamos la salud en general en el Ministerio. Alguien ingresa por una situación aguda, pero además de atender este episodio se busca poder tramar la continuidad de los cuidados posteriores de esa persona en sus comunidades, en los lugares más cercanos”, dice Calmels al referirse a los 112 profesionales incorporados que trabajan en un turno novedoso de 14 a 20 horas. Por la tarde es cuando el sistema de salud se encuentra más frágil en lo relativo a la atención, por lo tanto fue un punto que se tuvo en cuenta. La atención de esos pacientes son muchas veces en centros municipales, pero sobre todo en los de la provincia de Buenos Aires. “Tenemos 150 lugares específicos de atención en salud mental”, expresa, y añade que también “se van inaugurando centros de día”.
La inversión de recursos humanos bajo ese concepto y esas tareas en los hospitales –señala Calmels– “permitió, junto con algunas reformas edilicias, con un trabajo del Ministerio con las direcciones de los hospitales y servicios de salud mental, incrementar un 26,5% la cantidad de camas para internación en los hospitales generales. Esto vale la pena destacarlo porque hace al rompecabezas de las cosas que hay que ir transformando para fortalecer un sistema de salud que no se centre en el manicomio”.
La subsecretaria sostiene que esto es posible “por un gobernador que tiene la determinación y la sensibilidad para comprender la relevancia de estos temas, porque se necesita un poco de las dos cosas. Y un Ministerio de Salud al que no le es para nada ajeno ni extraño la salud mental. Nicolás Kreplak tiene toda una mirada sanitarista de la salud pública y de cómo atender la salud mental no hace falta convencerlo, entonces es más natural que esto pueda pasar”.
No se equivoca Julieta Calmels cuando afirma con pasión militante que “en última instancia, la que estamos haciendo es una política de inclusión social para el sector más olvidado de los olvidados”. Y esa transformación comenzó por ellos: “Cuando visitamos las condiciones de los neuropsiquiátricos, más allá de la decisión política y de la obligación normativa, en términos humanos, morales, como militante social, después de recorrer esos lugares, no tuvimos ninguna duda de que eso sólo podía ser transformado”.
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