La gran estafa

$Libra: un accidente de la etapa superior del capitalismo financiero

 

El tardo capitalismo y la financiarización

El profesor Alfredo Macías decía en su libro El colapso del capitalismo tecnológico que la producción de una mercancía material era como un “mal necesario” por el que tenía que pasar el capitalista para poder capturarle el valor producido al trabajo de otros. Siguiendo al marxismo, Macías entiende que la mercancía material es solo la “cosificación”, la cristalización visible de una relación social de dominación, donde el trabajo fue sometido por el capital. Por tal “cosificación” necesaria, el proceso de captura del valor del trabajo ajeno pierde algo de eficiencia. 

Las finanzas o economía simbólica le arriman entonces al capitalista una facilidad para apropiarse del valor generado por el trabajo de otros. Manejando las finanzas, ahora el capitalista ya no tiene que tomarse la molestia de producir nada. Manipulando símbolos (bonos, divisas, acciones) puede hacerse de ganancias extraordinarias sin fabricar un tornillo. Estas ganancias es lo que se llama en la jerga empresarial “el rendimiento alfa”. Super utilidades rápidas que no pueden encontrar explicación en la economía real. 

Veamos un ejemplo. Durante el año 2024, el bono AL 30 (BONAR), emitido por el Estado argentino, le dio una ganancia mayor al 100% en dólares a los que invirtieron en él. Sí, en dólares. Pero el Producto Bruto de Argentina cayó un -1,7% durante ese mismo año. ¿De dónde salió ese valor obsceno que pagó la Argentina si su economía cayó? Fácil: de los 95.000 millones de dólares que tomó de deuda el país durante el 2024. Y que tendremos que pagar nosotros y nuestra descendencia. La deuda se usó para financiarle el rendimiento alfa a unos fondos de inversión. En el país, con ese dinero, no se hizo ni una maldita ruta, puente, escuela, flota mercante o puerto. Tampoco se recompuso a los jubilados, ni se becó a ingenieros (excepto a uno), ni se satisfizo los requerimientos nutricionales de los tres millones de niños y niñas indigentes que habitan el suelo argentino. La guita nunca aterrizó en la sociedad.

Entonces, el valor acumulado por la especulación (que no tiene nada que ver con la timba; en el casino, el crupier no te dice que en la próxima bola saldrá negro el 11) es ese valor que se le exacciona a lo que producimos con nuestro trabajo. Se canaliza en los impuestos que pagaremos y que no irán a previsión, salud, educación, seguridad, obra pública o justicia. Irán al bolsillo de los acreedores. Más del 11,5% del presupuesto nacional 2025 va a pago de deuda, mientras que a educación solo el 6% y a salud el 4,5%. Así se crea una hipoteca colectiva e intergeneracional, donde a nuestro trabajo y al de nuestros hijos y nietos se les detraerá una parte para pagar una deuda que jamás llegó ni llegará a nuestras manos. Las finanzas permiten hacer estos giga latrocinios sin que nadie se dé cuenta. La magia negra de la “acumulación por exacción financiera”. 

 

 

El mundo cripto

Si bien las finanzas le evitan al capital concentrado y centralizado el “mal necesario” de tener que producir algo material para seguir acumulando valor, al menos es un mundo que (de manera formal) se referencia (aunque tramposamente) con algo material. Y que el Estado monitorea. Tal es el caso de las acciones en la bolsa de sociedades anónimas (referenciadas en empresas), los bonos del Estado (referenciados en los recursos del Tesoro público), los derivados de activos subyacentes (referenciados en petróleo u oro) y los contratos a futuro (referenciados en la soja que se cosechará el año que viene). Pero el tardo capitalismo ha inventado ahora una instancia superadora a todo esto. Las criptomonedas, cuyo valor no se referencia en nada material, ni en el poder de imperio del Estado, ni están monitoreadas por este tampoco.

El Estado no acuña criptomonedas, ni las impone como moneda de curso legal, ni se compromete a recibirlas en pago de los impuestos que cobra. No hay un Banco Central que tenga una reserva de ellas ni que le fije su valor. Las normas que las regulan (si las hay) lo hacen de manera indirecta y raquítica. Valen por lo que la gente cree que valen en el momento de la cotización, un instante cargado de operaciones, mentiras y engaños.

La critpomoneda es un símbolo digital de un valor (aleatorio, incierto y manipulable) que se expresa en un token. Un token es una secuencia alfanumérica (letras y números) que no puede adulterarse ni duplicarse. Esas secuencias alfanuméricas circulan por autopistas virtuales: los blockchains o cadenas de bloques. Las cadenas de bloques son como libros de contabilidad digitales, pero sin un contador público nacional de carne y hueso que los lleve centralizadamente. A pesar de eso, no pueden borrarse ni sobre-escribirse. En cada uno de estos libros de contabilidad, los datos se agrupan en bloques. Como hojas foliadas. Los bloques se van encadenando unos con otros, como eslabones, sucesiva y cronológicamente, pero no pueden eliminarse. No se puede arrancar la hoja foliada, numerada y firmada. Cada bloque está protegido por un hash, la marca de identidad (la firma) de la persona que adicionó el eslabón. Estamos en un mundo de abstracciones simbólicas que no pueden modificarse, sí, pero que solo remiten a otra abstracción simbólica. Y esa abstracción simbólica, a otra más. Y no terminamos de llegar nunca a la realidad material. Es la faz económica de la postverdad, caracterizada por un lenguaje que perdió anclaje con la realidad material. Así como se puede decir cualquier barbaridad desmarcándose de la lógica y la experiencia (“la Tierra es plana” y “las vacunas no sirven”), el universo de las criptomonedas ofrece posibilidad de acumular sin producir absolutamente nada material que mejore la vida de nadie. De allí que la cúspide más fanática del capitalismo (y su expresión política radical, la extrema derecha) se asocie tan fuerte a las criptomonedas. 

 

 

La derecha reaccionaria y las cripto

El FBI mencionó que las criptomonedas eran un fenómeno plagado de fraudes, por lo que en 2021 Donald Trump opinó: “Parece una estafa”. Pero luego, ese emergente de la postverdad que dijo que los migrantes haitianos de Springfield se comen las mascotas de los vecinos (y que después de decirlo ganó las elecciones en esa ciudad de Ohio) empezó a apoyar a la industria de las criptomonedas. Tal rubro le aportó 120 millones de dólares a su campaña presidencial. Su hijo mayor, Donald Trump Jr., esputó que el mundo cripto pondría en marcha una revolución financiera basada en dólares digitales. En la faz privada, la empresa Trump Media & Technology Group Corporation se asoció con la firma singapurense de criptomonedas Crypto.com. Y Trump también es dueño de “CIC Digital LLC”, que se dedica a las monedas digitales. 

Trump ha enunciado su ambición de hacer de Estados Unidos la capital mundial de las criptomonedas. Incluso amaga con constituir una mega reserva de bitcoins. Al tratarse de inmaterialidades simbólicas sin valor de uso y cuya cotización depende del capricho del momento, una reserva de bitcoins tiene el mismo sentido de hacer una reserva con emojis o de ringtones. Warren Buffet, que no es León Trotsky, se refirió a las criptomonedas como “veneno de ratas al cuadrado”, y que no compraría todos los bitcoins del mundo aun si se los ofrecieran por 25 dólares. No los compraría porque después no podría hacer otra cosa con ellos que revenderlos. Pero esta reserva de bitcoins, que para la lógica material es una idea peregrina, para la cripto industria es un gran negocio: que haya compras masivas estatales y corporativas de las criptomonedas que ellos lanzan. Negoción. Incluso, hay proyectos de ley en el Congreso de Estados Unidos sobre eso, y se espera una mayor presión del gobierno federal para que se fuerce a los Estados y a las empresas privadas a comprar criptos. 

Como quien va preparando la estructuración de todo esto, Donald Trump pone a gente que proviene del mundo privado de las Fintech (finanzas digitales) como funcionarios para el diseño y control de las políticas de criptomonedas e inteligencia artificial. Como David Sach, de PayPal, hoy en la Casa Blanca y jefe de asesores tecnológicos de Trump. Así, están limpiando de regulaciones al universo cripto, al punto que la SEC (Securities Exchange Commission, la comisión de valores estadounidense) no considera a los memecoins como activos financieros sujetos a su control. Este limbo regulatorio le ha permitido al mismo Trump hacer de las suyas en primera persona. La memecoin $Trump, lanzada al tiempo de su asunción, hizo perder 2000 millones de dólares a las 800.000 cuentas que adquirieron esa cripto, cuando su valor se desplomó, consecuencia de un rug pull. Claro, pero los que lanzaron la cripto tuvieron una utilidad (a costa ajena) que se calcula en 350 millones de dólares. Entre ellos, CIC Digital LLC de Donald Trump.

El entusiasmo de la ultra derecha por el mundo cripto no viene solo de que es una formidable herramienta para capturar valor producido por el trabajo ajeno. También sirve para continuar horadando la autoridad del Estado que no la regula, para proveer de anonimato a sus operadores, para constituir depósitos al margen de la jurisdicción estatal, para evadir impuestos y para lavar activos. En Europa, grupos extremistas del supremacismo blanco trafican y se fondean con criptos. El oro nazi de hoy. 

 

 

Preguntas sobre el caso $Libra

El lenguaje de las finanzas es exprofeso árido, lleno de jergas y anglicismos. Las criptomonedas recrudecen eso. Como es un ámbito engañoso que, por serlo, colisiona con nuestra lógica y experiencia, es imprescindible el oscurecimiento del discurso para poder timar. El abordaje del tema &Libra no escapa a esto. Intentaremos exponerlo con la simplicidad que se merece. 

  • ¿Qué es $Libra?

$Libra es una criptomoneda que se transa en la plataforma Meteora, un área especializada en memecoins de la blockchain (autopista virtual) Solana. 

  • ¿Se trata de una criptomoneda del tipo memecoin, entonces?

Creemos que no. Un memecoin es una criptomoneda inspirada en un meme informático o en una “celebrity”, que es como un meme viviente. Las “celebrities” son esos personajes que, a la Guy Debord, se venden a ellos mismos en las redes como una mercancía de espectáculo. Las memecoins son de naturaleza lúdica y su valor está en “qué tan de moda” esté el meme o el “celebrity” que lo promociona. Pero en el caso de $Libra, si bien se apalancó en ese meme viviente que es Javier Milei, se difunde también con un folleto anexo que comunica que el monto de lo recaudado en su compra será invertido en financiar pequeñas empresas en la Argentina. Para darle seguridad al inversor, se detalla la proporción de cómo se invertirá lo colectado: 50% al crecimiento argentino (no especifica a qué se refiere con eso), un 20% como reserva y un 30% queda líquido. Además, se incluye un formulario de Google para presentar proyectos de emprendedurismo para ser beneficiarios de los fondos recaudados. Señoras, señores, esto no lo hace un memecoin que se basta con su imagen a sí misma. Esto fue otra cosa. Un anzuelo para, a través del engaño (ya que lo que decía el folleto no se hizo ni se pensaba hacer), atrapar inversores. 

  • ¿$Libra fue víctima del “riesgo natural” del mercado de las criptos, o fue estructurada para cometer un fraude?

Fue estructurada para cometer un fraude. La integración de los activos de una criptomoneda es horizontal y dispersa entre muchos tenedores. Lo que impide que uno solo de ellos tenga el control. Pero $Libra fue armada de manera central. Cuando fue lanzada, solo cinco billeteras controlaban el 85% y, entre estas, dos billeteras el 37%. 

  • ¿Esa centralización fue el único ardid para poder manipular arbitrariamente $Libra?

No. También se amañó el “pool liquidity”, que es un pozo de liquidez. Algo así como una reserva que garantiza el valor de la cripto. Cuando se lanza una cripto, se la dota de un pozo de liquidez compuesto por, a su vez, otras dos criptos distintas. Una de ellas suele ser USDT, que es una cripto atada al valor del dólar. Este ligamen evita la excesiva volatilidad. Las otras criptos usadas frecuentemente en los pozos de liquidez son ETH o SOL. Pero en $Libra, ese pozo de liquidez se formó a su vez con otras $Libras. $Libra se ataba a $Libra, y podía manipularse fácilmente.

  • ¿Y cómo se dio el golpe?

A medida que se iban produciendo las compras minoristas de $Libra por parte de terceros, los dueños de las cinco billeteras que las concentraban se pasaban disimuladamente de $Libra a USDT y SOL (activos más estables) y en unas horas sacaron directamente el equivalente a 107 millones de dólares. La dejaron a $Libra sin base, produciendo la caída repentina del 95% del valor que había alcanzado.

  • ¿Fue un mecanismo estafatorio original el de $Libra? 

No. Es bastante común. En la jerga se llama rug pull, que significa “tirar de la alfombra”. Las criptos no están atadas a otros activos, por lo que son muy volátiles. En un rug pull, los que manejan la cripto esperan que se vayan sumando inversores comprándola y haciéndola subir así en su cotización. Cuando estas compras han elevado la cotización a un punto óptimo, un “sniper” (francotirador, que puede ser una persona, un bot o una inteligencia artificial) lo detecta, y rápidamente pasa la cripto sobrevaluada a otro activo más seguro. Y después, lo vende. Se “escapa” con la ganancia que le dio la cotización inflada de la cripto. Los que se quedaron con la cripto sobrevaluada pagarán las consecuencias con la inmediata depreciación de la cripto que el desfonde de los “snipers” provocó. Es un juego de suma cero; lo que muchos ponen sobre la alfombra es lo mucho que pocos ganan cuando tiran de ella y se la llevan. 

  • ¿Quiénes fueron los que crearon $Libra?

Una empresa familiar llamada Kelsier Ventures, domiciliada en Delaware, guarida fiscal de Estados Unidos, conducida por Hayden Marc Davis, ciudadano estadounidense. Su padre, Tom Davis, había sido sentenciado por fraude de identidad a un año de prisión. $Libra habría contado con la colaboración técnica de la empresa Kip Protocol, de domicilio incierto. No se sabe si es Panamá o Islas Caimán, ambas guaridas fiscales. Su CEO, Julian Peh, de nacionalidad singapurense, hoy se desvincula del lanzamiento de $Libra y solo reconoce un rol menor en la cuestión. 

  • ¿Y cuál fue el rol de Javier Milei?

Se necesitaba de una “celebrity” que promocione la cripto. En este caso se trató de Javier Milei. Debe determinarse aún si cobró por esa promoción. 

  • ¿Cómo acceden Davis (Kelsier Ventures) y Peh (Kit Protocol) a Javier Milei?

Lo hacen gracias a las gestiones de dos residentes argentinos, Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, quienes conocían a Davis y a Peh. Novelli y Terrones Gody son simpatizantes de La Libertad Avanza, y organizan el Tech Forum, un evento de empresarios de tecnologías digitales, donde intercambian información y hacen lobby. En el caso de Mauricio Novelli, trabajó con Milei en el 2020. Milei daba capacitaciones de criptomonedas en la consultora N&W Professional Traders, dirigida por Novelli. De todas maneras, las últimas llaves de acceso a Javier Milei las tiene su hermana, la secretaria general de la Presidencia.

  • ¿Cobró Karina Milei por facilitar el acceso de Davis y Peh al Presidente?

No hay pruebas al respecto, pero sí indicios. Hay un chat que se le atribuye a Davis donde él se pavonea de controlar al Presidente de los argentinos mediante dinero que le manda a su hermana, cuya autenticidad Davis niega. Además, hay múltiples denuncias de que Karina Milei vende las audiencias que concede su hermano.

  • ¿Es la primera vez que Milei promociona emprendimientos digitales que después terminaron siendo una estafa?

No. Milei ya había promocionado otros dos proyectos cripto fallidos cuando era diputado nacional. Uno fue de Mauricio Novelli, el token $VULC, en febrero de 2022. Tras esa promoción, el token $VULC perdió todo su valor y se denunció fraude. En el año 2021, Milei promocionó el CoinX, una plataforma que prometía altas ganancias, pero que después fue denunciada por ser una estafa piramidal. 

  • ¿Cómo funciona la apropiación del dinero de otros en una estafa cripto?

Funciona igual que una estafa piramidal. Pero lo que a un mecanismo analógico como Generación Zoe le toma cuatro años hacer, una cripto te lo hace en cuatro horas: que la cúspide de la pirámide se apropie de lo que pusieron las bases, las que esperan un retorno que nunca se concretará. 

  • ¿Cómo se operativizó la estafa $Libra cronológicamente?

El viernes 14 de febrero a las 16:58 se creó el token $Libra. A las 17:01, Javier Milei tuiteó promocionando el proyecto. Fijó el mensaje en su perfil de la red X, donde expresó que $Libra es un proyecto que financiaría pequeñas empresas argentinas. No fue un retuit, nació desde la cuenta de Milei. Por su simultaneidad con la creación del token, resulta evidente la coordinación y el acuerdo previo con los emisores de $Libra. A las 19:00 se abrió la venta de $Libra por un valor de 0,000001 dólar cada una. A las 19:01, cinco billeteras aparecieron acopiando el 85% de las existencias de $Libra. A las 19:42, el valor de libra subió de 0,000001 dólar a cinco dólares en sólo 42 minutos. Los “snipers” observaron esto y convirtieron sus $Libras en USDT y SOL, escapando con 86 millones de dólares de ganancias. A las 20:42, ante la salida de fondos, el precio de $Libra se desplomó.   A las 00:38, Javier Milei borró el tuit y dijo que no estaba interiorizado en el proyecto.

  • ¿Entran estas conductas en tipos penales?

Sí. En principio, en estafa simple del 172 del Código Penal (CP) y manipulación de mercado (art. 309, CP), este último sujeto a que se considere a las criptomonedas como activos financieros de mercado. A Javier Milei le son imputables estos delitos en calidad de partícipe necesario (art. 45 CP). Autónomamente y en su condición de funcionario público, a Milei le cabría el art. 248 del Código Penal (incumplimiento de los deberes de funcionario público), art. 265 del CP (negociaciones incompatibles con la función pública). A la secretaria general de la Presidencia le correspondería el art. 226 del CP (exacciones ilegales) en caso de comprobarse que cobraba por las audiencias con el Presidente.

  • ¿Pueden los fiscales de los Estados Unidos arrogarse competencia para entender en esta cuestión?

Sí, ya sean federales o estatales, dado que Kelsier Ventures tiene domicilio en Estados Unidos y hay ciudadanos estadounidenses estafados. La mayoría de ellos del Estado de Nueva York, lo que explica que la demanda civil por daños y perjuicios se presentó en los tribunales del Estado (no los federales) de Nueva York.

  • ¿Hay precedentes de cómo los jueces y los fiscales de Estados Unidos actuaron en casos similares?

Sí, mencionaremos uno en concreto, muy similar y reciente. El caso United States of America v. Devin Alan Rhoden. Los acusados Berman Jerry Nowlyn y Devin Alan Rhoden habían lanzado dos memecoins en la blockchain Solana (la misma de $Libra) llamados  UndeadApes y Undead Lady Apes. Con un valor inicial de cinco dólares, los memecoins alcanzaron los 360 dólares rápidamente. De inmediato, los acusados transfirieron la ganancia desde la blockchain Solana hacia la blockchain Ethereum. Después, usaron la criptomoneda para comprar dólares estadounidenses y los depositaron en sus cuentas bancarias. UndeadApes y Undead Lady Apes se depreciaron y generaron pérdidas a sus compradores, pero los acusados ganaron 400.000 dólares. Por la maniobra, se les imputó los delitos de conspiración (18 U.S. Code § 371), fraude electrónico (18 U.S. Code § 1343) y lavado de activos (18 U.S. Code § 1956). Los acusados se declararon culpables. 

 

$Libra: un accidente en el proyecto político de las cripto

Las criptomonedas aspiran a ser una de las herramientas de la etapa superior al capitalismo financiero. Comprar y vender signos inmateriales, sin ligamen con bienes ni servicios, para apropiar valor ajeno. Lo de $Libra fue un accidente provocado por la torpeza de quien se jacta de aspirar al Nobel, que daba cursos de criptomonedas, pero se ofreció como la cara de un rug pull. Y lo promocionó sin intermediarios desde su Twitter. Todo impulsado por dos vectores: la imitación boba de todo lo que hacen sus referentes de la ultraderecha y la necesidad de hacer caja para su campaña política. 

La nueva oligarquía tecnofeudal que copó el mundo cripto debe ver a Milei con el desprecio con el que se mira al primo pobre, obsecuente y figureti. Y bobo, porque Donald hizo lo mismo que él con $Trump, sin pagar ningún costo personal. Pero esa oligarquía intentará protegerlo igual, para que les siga alargando todo lo que se pueda el festín que se están dando a costa del vaciamiento nacional (RIGI, deuda y carry trade) y para que no les “queme” esta nueva herramienta de acumulación, ideal para la evasión tributaria, el lavado y la fuga, como son las cripto.

Todo armoniza con el proyecto político de limar a la democracia.

 

 

 

* Javier Ortega es doctor en Derecho Público y Economía de Gobierno. Docente en UNLa y UNDAV. A cargo de la materia Macrocriminalidad Económica en la UNQ. Agradece especialmente a David Shapiro y Nik Horniacek por sus enseñanzas sobre el Derecho y el sistema judicial de los Estados Unidos.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí