El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires brindó su discurso de apertura de las sesiones ordinarias legislativas del año 2025. Su intervención pasó desapercibida, no solo porque la centralidad de la agenda nacional eclipsara a la local debido a que a la noche de ese mismo día el Presidente Milei iniciara las sesiones del Congreso nacional, sino porque su discurso se asemejó a los que daba Rodríguez Larreta en los últimos años, cuando su gestión ya se encontraba completamente agotada, sin renovación de ideas.
El actual gobierno nació viejo, pero sin la experiencia que da el transcurso del tiempo. Su gestión se encuentra encapsulada en un laberinto del que no puede escapar al no poder resolver cuestiones muy elementales de la ciudad, como evitar la sistemática fuga de presos de las comisarías porteñas, garantizar condiciones mínimas de higiene en el espacio público y proteger las viviendas de ser destruidas por cada nuevo edificio que se levanta en el marco de la sobre-construcción descontrolada.
Un subte para la campaña
La única novedad importante fue el anuncio de la construcción de la línea F del subte, en cumplimiento de la Ley N.º 670, que ya está por cumplir 25 años de una vigencia poco honrada por los gobiernos.
Esta promesa subterránea está completamente gastada. La gestión del PRO hace más de 15 años viene incumpliendo sus anuncios de construir nuevas líneas de subte. Pasamos de las promesas de campaña de Mauricio Macri, donde se comprometía a la construcción de 10 km de subte por año, a los cero metros durante el 2019-2023 de la gestión Rodríguez Larreta.
El anuncio pone de manifiesto, por un lado, un nivel de improvisación absoluto a la hora de gestionar y, por otro, un fin netamente electoralista. En los carteles electrónicos de la ciudad ya se anuncia la línea F como una realidad cuando “en teoría” la obra comenzaría dentro de un año y medio y estaría operativa recién en el año 2031.
Desde el año 2016, más de 16 veces se postergó la licitación de los estudios técnicos para este ramal, que al final no se licitaron y, por lo tanto, no se hicieron. Es al menos raro que liciten la construcción sin estos estudios técnicos realizados. El proyecto tampoco cuenta con el correspondiente permiso ambiental (certificado de aptitud ambiental) ni mucho menos dieron a conocer los pliegos de la anunciada licitación. El inminente inicio de la obra de la Línea F contrasta con la inexistencia de la documentación básica mínima.
Por otra parte, el kilómetro de subte con material rodante históricamente en la ciudad, siguiendo los precios internacionales, sale entre 75 y 100 millones de dólares. Asombra que se detallara que, por cinco kilómetros de subte, el GCBA gastará 1.050 millones de dólares, es decir, por kilómetro el Estado local pagará alrededor de 200 millones de dólares, un 100% más de lo que históricamente suele salir.
El primo Jorge no se animó a emular al primo Mauricio. No promete la construcción de 10 km de subte por año, sino una cifra menor: un kilómetro.
Mientras tanto, el subte no para de perder usuarios por los altos costos de la tarifa y su infraestructura es un canto al avance de la precariedad.
No se inunda más
Jorge Macri planteó que el “No se inunda más” es una marca registrada de gestión del PRO en la ciudad. Se podría pensar que dicha frase corresponde a una inteligencia artificial que está “alucinando”, porque la ciudad se inunda todos los años, varias veces al año, y muchos barrios, sobre todo los barrios populares, se inundan cada vez que llueve. Lamentablemente, detrás de este eslogan ajeno a la realidad, nos encontramos con una gestión que prioriza la apariencia por sobre las soluciones concretas, dejando a los más vulnerables enfrentando las mismas inundaciones de siempre.
¿Logros?
Respecto a sus logros durante el primer año de gestión, Macri mencionó la sanción de la Ley de Reiterancia, la creación del fuero laboral y la aprobación de la actualización del Código Urbanístico.
- Vale la pena aclarar que el fuero laboral fue frenado recientemente por la Justicia Contenciosa Administrativa federal a través de una medida cautelar peticionada por una asociación de magistrados y dictada por el juez Santiago Carrillo. El GCBA había decidido avanzar unilateralmente con la conformación de un fuero laboral paralelo sin que haya ningún acuerdo con el Estado nacional para traspasar este fuero nacional.
- La actualización del Código Urbanístico (CUR) aprobada en diciembre de 2024 dejó un sabor amargo. Para las y los porteños era una prioridad clara terminar con la sobreconstrucción descontrolada habilitada por el CUR aprobado en 2018, pero esta modificación, lejos de abordar una planificación que tuviera que ver con los problemas cotidianos (emergencia habitacional, déficit de espacios verdes, políticas de movilidad y transporte, servicios públicos de calidad), puso el foco una vez más en los negociados inmobiliarios, habilitando cientos de torres sorpresa, una especie de delivery de excepciones inmobiliarias.
Ejes electorales
El discurso planteó 6 ejes:
- Autonomía.
- Modernización y eficiencia del Estado.
- Seguridad y orden.
- Movilidad.
- Desarrollo del sur.
- Cuidado con educación, salud y desarrollo humano.
Respecto al eje de autonomía, no anunció ninguna medida concreta, más allá de un proyecto de Ley de Emergencia Autonómica que enviaría a la Legislatura porteña, cuyo contenido preciso ignoramos, pero que esencialmente consistiría en que la Legislatura ordene al Poder Ejecutivo realizar todas las gestiones para el traspaso de las competencias faltantes, mandato que ya tiene el Poder Ejecutivo sin necesidad de una nueva ley.
El GCBA sí podría adoptar decisiones concretas para avanzar en la autonomía y que no dependen de la Nación, pero ha decidido no hacer ningún paso en dicha dirección, porque implicaría afectar la concentración del poder en cabeza del Ejecutivo que, de hecho, se ha creado en estos últimos 17 años. Por ejemplo, podría fortalecer las competencias de las comunas, habilitar la normativa que permita la existencia de partidos vecinales, aprobar la ley marco que reglamente la democracia participativa, crear tribunales vecinales para solucionar conflictos de vecindad como son los ruidos molestos, problemas de medianería, daños entre viviendas linderas, desavenencias consorciales, etc.
Respecto a seguridad y orden, el foco del discurso estuvo puesto en el desalojo a los manteros y vendedores ambulantes, endurecer penas para castigar a los trapitos y cero autocríticas respecto a la constante fuga de presos en la ciudad. En este último punto, la salida fue repartir culpas entre el gobierno nacional porque no recibe a los presos de la ciudad y el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Es oportuno mencionar que en casi dos décadas de gestión no resolvieron el traspaso del servicio penitenciario de la Nación a la ciudad, aun cuando entre el período 2016-2019, el PRO gestionó tanto la ciudad como la Nación. En lo que va del año, ya hubo tres fugas de presos de comisarías. Recordemos que, en 2018, la ciudad firmó un convenio con la Nación para la construcción del penal de Marcos Paz. En el 2020 se suspendieron las obras y recién hace un par de meses, en medio del escándalo de las fugas de presos, se retomaron los trabajos constructivos.
Sobre el eje modernización tampoco hubo anuncios revolucionarios. Jorge Macri planteó implementar el libro digital para terminar con el papeleo y la pérdida de tiempo que padecen los comerciantes.
Respecto a llevar desarrollo al sur de la ciudad, no hubo una sola mención a que uno de cada tres habitantes vive en una villa o asentamiento, en condiciones extremas de hacinamiento y sin acceso al agua potable y al saneamiento cloacal. Para Jorge Macri, llevar desarrollo al sur tiene que ver con más venta de tierra pública y negociados inmobiliarios. En el discurso anunció que tienen en agenda 20 proyectos urbanísticos de mediana y gran inversión para esa zona y también intervenciones para repotenciar el turismo en La Boca. El desarrollo, para Jorge Macri, es la turistificación de barrios culturalmente ricos y diversos como La Boca, viendo la forma de que los desarrolladores afines logren capturar la mayor plusvalía urbana de este proceso de transformación. Para el GCBA, no existe ninguna conexión entre el “desarrollo” y la necesidad de mitigar la emergencia habitacional histórica que vive la ciudad, donde no se tiene pensado construir ni una vivienda social.
Durante todo el discurso escuchamos una sola autocrítica: los reclamos por la falta de limpieza de la ciudad. En lugar de plantear una solución de fondo al problema de la basura, la respuesta repetida es solucionarlo con contenedores antivandálicos. Al menos, no volvió a insistir con la idea de rociarlo con olor a limón.
Y por supuesto no faltaron los “anuncios eslogan”, como el proyecto de Buenos Aires Ciudad Bilingüe.
En esta ciudad con presupuesto europeo, la propuesta concreta más disruptiva fue unas cuantas miles de tablets para la educación digital de los chicos y cámaras en los colectivos.
Lejos de avanzar en soluciones integrales, la administración del PRO quiere conformarnos con parches cosméticos y campañas de marketing, dejando a la ciudadanía a la deriva, perpetuando las desigualdades, la precariedad y el abandono.
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