La estirpe empresarial al desnudo
Probos o chantas, el denominador común es la corrupción empresarial
La estirpe viscosa del empresariado vernáculo quedó expuesta nuevamente durante los últimos días. No sólo Vicentin estafó a proveedores, bancos nacionales e internacionales por 1.400 millones de dólares. Molino Cañuelas, de la familia Navilli, parece haber hecho lo propio con una deuda contraída con distintas entidades financieras por 1.300 millones. Por eso tuvo que solicitar un concurso preventivo de acreedores.
El gobierno de Cambiemos hizo mucho daño. A Vicentin le prestaron casi 18.000 millones de pesos cuando se estaban yendo y la cerealera no podía mostrar sus balances por ruinosos. El mismo Mauricio Macri estuvo detrás de esta operación, tal como consta en las anotaciones del secretario Darío Nieto en su celular.
También fue muy dañino el seguidismo ciego de quienes mueven el capital: empalagados con la fiesta de deuda en moneda norteamericana, los dueños de Molinos Cañuelas pidieron lo que no podían pagar en medio de las turbulencias financieras creadas por el propio Macri.
Tal situación parece haber abierto una grieta en el empresariado local, que no es tal. Fue muy curiosa la respuesta de otro hombre de negocios, Ignacio Noel, dueño de Morixe y CEO de Comercial del Plata, la nave insignia de la familia Soldati: “Hay empresarios ricos y empresas pobres”, sostuvo en relación al caso de Molino Cañuelas. Traducción: distinguió entre personas de negocios probas y chantas.
En los festejos por el Día de la Industria, más allá de la nota de la jornada tras el faltazo de Alberto Fernández, Matías Kulfas o Axel Kicillof, el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, volvió a subirse a su caballito de batalla, el mismo que tiene todo el establishment local: “Hay que bajar los impuestos”. Macri se sumó al reclamó al sostener que sólo se puede ganar dinero si se dejan de pagar impuestos. De las ganancias ficticias de Funes (véase La zoncera de la presión tributaria) al plan de evasión para todes del ex Presidente.
Lo cierto es que si los popes del empresariado vernáculo no logran la reducción de la carga impositiva vía lobby pueden recurrir a la planificación fiscal nociva. La Corte Suprema de Justicia determinó que Molinos Río de la Plata, del grupo Pérez Companc, eludió el pago del Impuesto a las Ganancias sobre dividendos distribuidos tras fraguar un convenio sobre doble imposición con Chile. Los Pérez Companc, ¿serían probos o chantas según la disquisición de Noel?
La pregunta también vale para los ganaderos de la Sociedad Rural Argentina y Confederaciones Rurales, que anunciaron un posible nuevo lockout patronal a pesar de que siguen exportando más carne vacuna que otros años.
Probos o chantas
La planificación fiscal internacional es una de las prácticas de las grandes empresas que suelen tener sedes en distintos países, incluido los paraísos fiscales. Esa arquitectura legal (pero muchas veces ilegítima) es uno de sus secretos mejor guardados. Por eso patalearon cuando la AFIP resolvió que las grandes empresas informasen cómo era su planificación fiscal. ¿Por qué se resisten a brindar información? Porque es uno de los mecanismos que les permite eludir (o evadir) el pago de impuestos.
Los Pérez Companc habían armado la sociedad “Molinos de Chile y Río de la Plata Holding S.A.” bajo la modalidad de una “sociedad plataforma de inversiones”. La titular del 99% de las acciones era Molinos Argentina, que había integrado el capital social a través de la transferencia de los paquetes accionarios mayoritarios de tres sociedades uruguayas (Alimentos del Plata S.A., Molinos Overseas S.A. y Molinos Uruguay S.A.) y una peruana (Molinos del Perú S.A.).
Molinos Argentina declaró los dividendos originados en las acciones de las tres sociedades uruguayas y la peruana controladas por Molinos Chile como renta no gravada por la aplicación del “Convenio entre la República Argentina y la República de Chile para evitar la doble tributación en materia de impuestos sobre la renta, ganancias o beneficios y sobre el capital y el patrimonio”.
Pero la AFIP estimó que Molinos Argentina había utilizado de forma abusiva dicho Convenio al recurrir a la sociedad holding chilena como “sociedad conducto” para desviar el cobro de los dividendos originados en las acciones de las sociedades uruguayas y peruana hacia jurisdicción chilena, con el objeto de evitar al mismo tiempo el pago del impuesto a las ganancias en la Argentina y en Chile. El período auditado fue 2004-2009 y la causa se inició en 2011.
Si bien los directivos de Molinos fueron sobreseídos en una causa por evasión tributaria derivada de la misma maniobra, la Corte convalidó la postura de la AFIP al sostener que la empresa realizó prácticas abusivas en relación a su interpretación sobre los convenios con el país trasandino. Por lo que deberán pagar por las ganancias registradas.
Es muy difícil realizar disquisiciones sobre el empresariado vernáculo. Sean probos o chantas, para seguir con las categorías que se desprenden de los dichos de Noel, el denominador común que les sobrevuela es el de la corrupción empresarial, otra categoría poco explorada localmente aunque mucho más referenciada por algunos lobos de Wall Street que suelen visitar la Argentina para reunirse con empresarios y funcionarios locales.
Al igual que Vicentin, parece que Molino Cañuelas dejó colgado a un gran número de bancos, entre ellos al suizo Rabobank, el mismo que financió a Glencore para que se quedara con Renova. En ambas sociedades (el banco y la cerealera/minera) tiene participación BlackRock.
La dueña de las marcas 9 de Oro, Pureza, Mamá Cocina o el aceite Cañuelas también colgó al Nación, al Galicia, al BBVA, el HSBC, al Banco Provincia y al BICE. Ya en 2020, el estudio Moyano & Asociados recibió un pedido de un banco acreedor de Molino Cañuelas para ver qué estaba sucediendo dentro de la compañía. La primera aproximación del estudio jurídico había arrojado un posible vaciamiento, y lavado de activos a través de varias sociedades en el exterior. Una maniobra muy parecida a la de Vicentín.
Un dato a tener en cuenta sobre Molino Cañuelas: ¿Por qué se concursó en Córdoba cuando el domicilio de la empresa está en la provincia de Buenos Aires? ¿Será una vía para garantizarse el forum shopping?
Vacas for export
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) se financia con un porcentaje que pagan productores y frigoríficos por cada animal que venden y faenan. Funciona como una especie de impuesto encubierto. Se creó durante el gobierno de Eduardo Duhalde, lo gestiona la Mesa de Enlace y no se sabe muy bien cuál sería su utilidad más allá de la cuantiosa caja en publicidad para el establishment agropecuario.
En su última publicación, indicó que como consecuencia del cierre parcial de exportaciones las ventas al exterior caerían entre un 30 y un 35%, y que en el período julio-agosto habría 100 millones de dólares menos por mes de exportaciones.
Lo curioso es que las estadísticas que elaboran ellos mismos arrojan para julio algunos incrementos interanuales en las exportaciones. Por ejemplo, las ventas a China crecieron un 4,3%, a Chile un 14%, otro 12% a Israel, mientras que las ventas a Brasil aumentaron un 46%.
–¿Qué opina del plan ganadero que les presentó Kulfas? –le preguntó El Cohete a Dardo Chiesa, ex titular de CRA e integrante de la Mesa de la Carne.
–Olvidate, mientras estén las exportaciones cercenadas, el plan ganadero está en el freezer. Nadie quiere producir más porque le van a pagar menos. El mercado está vulnerado.
–Pero el propio IPCVA dice que hubo un incremento en las exportaciones en julio hacia Brasil, Israel y otros destinos.
–Todo estacional.
Un argumento un tanto endeble el de Chiesa, sobre todo si se tiene en cuenta que él mismo reconoce que entre el cupo del 50% de exportaciones por frigorífico, fijado por el gobierno nacional, más las cuotas tipo Hilton y otras que pueden exportarse sin problemas se llega a un 70% de ventas al exterior.
En julio se exportaron 194 millones de dólares en carne bovina, un 11% más que en 2018 y un 135% más que en 2016, aunque sí se anotaron bajas en relación al período 2019-2020.
La decisión de cuotificar las ventas al exterior fue la respuesta política del gobierno nacional para ordenar un mercado desordenado, donde proliferaron muchos frigoríficos truchos, sumado a un incremento exponencial de precios.
Según un relevamiento del Ministerio de Desarrollo Productivo, durante la primera quincena de agosto el precio de la media res cayó un 1,4%. Esta sería la segunda baja consecutiva luego de que en julio se registrara una merma del 3,4%. Es decir, desde el Poder Ejecutivo entienden que la decisión de ponerle un límite a las exportaciones contribuyó a la incipiente estabilización de los precios de la carne en las góndolas.
También se limpió el marcado de los frigoríficos truchos que habían surgido de la mano de las Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS), un invento del macrismo justificado en la promoción del emprendedurismo pero que les permitió a distintas organizaciones fraguar al fisco.
Uno de los que apañó la proliferación de estas sociedades fue Marcelo Rossi, un funcionario que supo transitar los gobiernos de Néstor Kirchner hasta que lo echaron en 2007 pero que volvió a la función pública con Macri y Ricardo Buryaile, y permaneció hasta febrero de este año.
Rossi junto a Luis María Migliaro flexibilizaron las distintas normas de control que permitieron que los frigoríficos truchos se expandieran. Entre las decisiones adoptadas, se les había dejado de solicitar a los exportadores sus balances, situación que se empezó a revertir a comienzos de este año. Tampoco se les pusieron multas a los frigoríficos a pesar de que existían más de 700 expedientes con distintos tipos de infracciones.
Rossi y Migliaro hoy actúan como los lobistas de Cambiemos en contra de las regulaciones del comercio exterior de carne y vociferan críticas contra el Plan Ganadero, que es elogiado hasta por Chiesa. “Está muy bueno, en línea con otras propuestas”, le respondió a este periodista a pesar de que lo mandó al freezer.
Desde hace 40 años, los planes ganaderos son todos iguales, basados en incentivos a las pasturas, la genética y sanidad. Cabe preguntarse por qué no prosperaron. Acá es donde los dirigentes ganaderos hacen agua. Dirán que se debe al cierre de exportaciones de 2006, tras lo cual se perdieron 10 millones de cabezas de ganado, pero se olvidarán de mencionar los problemas climáticos de 2008-2009 y ni siquiera hablarán sobre la recuperación del stock ocurrida hasta 2015. Menos que menos reconocerán la liquidación de vientres que ocurrió en los últimos dos años de Cambiemos (véase La fake news vacuna).
Entonces, ¿no será que los ganadores son buenos en reclamar, patalear, llorar pero se olvidan de invertir? “Siguen actuando como la oligarquía. Son los que más tardan en incorporar tecnología, distinto a lo que sucede con la agricultura”, concluye un funcionario que conoce bien el paño rural.
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