La directora gerente del Fondo Monetario Internacional y el presidente de un coloquio de grandes empresarios anunciaron, con pocas horas de diferencia, dolores para la sociedad argentina. No es una casualidad sino la expresión lógica de intereses, proyectos y deseos compartidos. Quienes padecerán ese sufrimiento no fueron invitados a ninguno de los encuentros.
Kristalina Georgieva reveló que la nueva ministra Silvina Batakis le había transmitido su compromiso “con los objetivos del programa” que Mister MaGoo firmó con el Fondo. Según Georgieva, Batakis entiende “la importancia de la disciplina fiscal (…) Las acciones dolorosas a veces son necesarias para cosechar sus beneficios”.
Al inaugurar el 25° Coloquio de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, ACDE, su presidente, Fernando Orís de Roa, anunció “cambios profundos en nuestra sociedad (...) dolorosos y onerosos. Los que implementen estos cambios lo van a hacer sin contemplaciones ni emociones”, y los empresarios los van a “apoyar y sostener”. Es la trillada metáfora de la amarga medicina.
Orís de Roa fue el embajador de Maurizio Macrì en Washington. “A Estados Unidos le interesa la seguridad, el apoyo internacional, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Nuestra agenda es económica, abrir el mercado norteamericano”, sintetizó. Su parte se cumplió: un decreto modificó inconstitucionalmente las leyes de defensa nacional, seguridad interior e Inteligencia nacional, permitiendo la intervención de las Fuerzas Armadas en los campos de la seguridad y la inteligencia interior. Alberto Fernández lo derogó a poco de asumir.
Orís de Roa fue director de Citrus Trade Famaillá, de Argenti Lemon y de San Miguel, los nombres sucesivos de la productora de limones que el Grupo Macrì le vendió al Grupo Bemberg y cuyas exportaciones a Estados Unidos fueron el principal éxito de Macrì. Su tarea principal fue conseguir la apertura de aquel gran mercado para la empresa común. Donald Trump ironizó, al ver entrar al Presidente argentino:
—Limones, limones.
Ataques de peronismo
Mister MaGoo tuvo un ataque póstumo de peronismo, similar al de Matías Kulfas. El ex Ministro de Desarrollo Productivo escribió que “el desarrollo del país y el fin de la pobreza son la razón de mi vida”. La interminable carta de renuncia que MaGoo le asestó al Presidente Alberto Fernández dice que “seguiré trabajando y actuando por una Patria más justa, libre y soberana”, sin precisar dónde ni con quiénes.
También le escribió que “busqué ser su ministro de Economía” desde que se conoció su candidatura. El propósito de esas palabras es negar que su nombre haya sido sugerido a Fernández por la secretaria de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), Alicia Bárcena, alegando la relación amistosa del maestro y protector de Guzmán, el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, con Kristalina Georgieva y con la Secretaria del Tesoro Yanet Yellen. Mr. MaGoo intentó al irse que su imagen no quedara empañada por el aliento del FMI.
El jueves, en el Partido Justicialista de Escobar, Máximo Kirchner dio cuenta de varios de estos acontecimientos:
- “¿Más dolor? ¿Por qué definen que las únicas acciones que se pueden tomar son dolorosas para la mayoría? (…) ¿Cuándo le van a dar un respiro a la gente, hasta donde van a ser capaces de llegar?”.
- “Muchas veces, durante estos últimos meses, escuché, no sin dolor, a dirigentes importantes de nuestro espacio referirse de muy mala manera a la compañera Cristina. Se abrazaron a Guzmán, los dejó tirados y ahí está Cristina poniendo la cara otra vez para sacar esto adelante. A ver cuándo aprenden que dar debates y discusiones internas no significa ponerse del lado de Drácula, si es necesario, para tener razón".
“No me interesa lo que digan los medios, me interesa saber que podemos levantar la voz, defender lo que creemos; soñar lo que creemos, materializarlo y construirlo”.
Máximo Kirchner en Escobar ✌️ pic.twitter.com/HzwYI7bJIL
— Marisa Fassi (@marisafassi) July 8, 2022
"Guzman los dejó tirados y ahí esta Cristina otra vez poniendo la cara para sacar esto adelante"
Máximo Kirchner en Escobar, recordándonos que aunque la persigan, la estigmaticen y le armen causas, Cristina estuvo, está y estará SIEMPRE junto al Pueblo.#GraciasCristina ❤✌ pic.twitter.com/kro1jLdI2P
— A L E Peronista✌ (@AlePeronista) July 7, 2022
Alberto Fernández sintió en la espalda la puñalada de Mr.MaGoo. “No tiene perdón. Fue la torpeza política más grande que vi en mi vida. Y la mayor muestra de egoísmo que he visto”, comentó el lunes 4. Si el fastidio del ex ministro era con Cristina, la forma elegida para dejar el gobierno fue como cortarse la cabeza y ofrendársela en una bandeja a la Vicepresidenta. La política se le da peor que la macroeconomía.
El Gran Bonete
En cuanto se anunció la designación de la sucesora, comenzó una nueva batalla de retaguardia. Primero la portavoz Gabriela Cerruti y luego varios competidores oficiosos se apresuraron a comunicar desde RPO que su nombre había sido sugerido por el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y/o por el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero. Decodificado, esto quiere decir que responde al presidente y no a Cristina. A este torneo insustancial se sumó el Ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli. Batakis fue ministra de su segundo mandato en la gobernación bonaerense y él fue quien supo cómo encontrarla en la tarde del domingo 3, de modo que la contabilizaron en su activo. La historia es un poco más compleja.
Durante su presidencia, Néstor Kirchner formó un equipo encargado de supervisar las cuentas del gobernador bonaerense Felipe Solá. Lo encabezaba Carlos Fernández y lo integraban Hernán Lorenzino, Alejandro Arlía y Silvina Batakis. Allí quedaron.
El mayor deterioro fiscal bonaerense comenzó con la asunción de Scioli en 2007, que se cubrió con endeudamiento. Por no afectar a los sectores de la zona núcleo de la oligarquía, cuyos campos se valorizaron en un 50% promedio, a impulso de los precios extraordinarios en el mercado mundial, el gobierno bonaerense basó cada vez más la recaudación en el regresivo impuesto a los ingresos brutos, que pasó a representar el 75% de la recaudación. Tuvo que ser el gobierno nacional el que forzara a Scioli a decretar el revalúo fiscal, con información provista por aquella célula kirchnerista dormida.
Recién al año siguiente, Batakis asumió como ministra de Economía en el segundo mandato de Scioli, quien en 2015 anunció que de ganar la presidencia le ofrecería el mismo cargo en el gobierno nacional. Quien ahora no dijo ni esta boca es mía fue el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, pese a que Batakis fue la pieza de su gabinete que articuló la relación con las provincias. De Pedro es reacio al off the record y cuidadoso del on. La satisfacción con que el nombramiento de La Griega fue recibido en el interior guarda estrecha relación con los compromisos que Mr. MaGoo asumió con el FMI, de cortar las transferencias discrecionales a los gobiernos subnacionales. La comprensión de Batakis sobre la importancia del equilibrio fiscal no pasa por reducir esos egresos ni mezquinar aumentos salariales, lo cual explica la belicosa actitud de las patronales y de su representación política. Ya lo había dicho Luis Juez ante empresarios cordobeses, ahora lo reiteró Patricia Bullrich: no hay que “caer en la tentación” de aprobar alguna ley que proponga el oficialismo. “No tenemos que darles ninguna herramienta”. Es lo mismo que hicieron en 2010 desde el Grupo Ahhhhh…, y no les fue bien en las urnas al año siguiente. Desde El Calafate, Cristina hizo un guiño a los gobernadores, al señalar que sólo nueve provincias generan más dólares de los que consumen, comenzando por Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Santa Cruz y Chubut; y que la Ciudad Autónoma es la que mayor déficit de divisas causa, con 7.000 millones de dólares anuales. Rodríguez Larreta respondió que Cristina omitió en su cálculo los 7.000 millones de dólares en servicios que exporta la Capital. Con las carretas formadas en círculo, el fuego graneado se dirige hacia afuera y Alberto dijo en Tucumán que no hay grandes diferencias entre Cristina y él. Como se olvidaron de avisarle que comenzó una nueva etapa, un ex piquetero de La Matanza que cree en Papá Noel y no tiene pelos en la lengua pero sí en el cerebro, acusó a Cristina de estigmatizar a los movimientos sociales, cuando fue precisamente él quien comenzó la cacería al acusar al Polo Obrero de quedarse con una comisión de cada plan.
El poder real
Más importante que repasar el camino que llevó a Batakis hasta su actual despacho es discernir si los acuerdos en la cúpula del Frente de Todos son tan sólidos y amplios como se necesita para resistir el embate de quienes intentan forzar el colapso del gobierno y sostener medidas que contraríen al poder real, que tuvo su expresión en el coloquio de ACDE, empalagado de expresiones compasivas hacia los excluidos de la mesa.
En el foro de 2021 el papa Francisco instó a los patrones en un video a no fugar sus ganancias a los paraísos fiscales, piadosa traducción de tax havens, es decir guaridas a salvo del pago de impuestos. Pero ACDE está integrada por accionistas o directivos de grandes empresas transnacionales, muchas de ellas registradas en esos refugios offshore. La Iglesia Católica la controla por medio de un asesor doctrinal, que desde 1995 es el cura de San Isidro Daniel Díaz, un contador que se hizo cargo en cuanto Macrì llegó a la presidencia.
ACDE postula dejar de lado la confrontación, pero toda su historia ha sido de combate. Su fundador, a quien el Papa Bergoglio se propone elevar a los altares, fue Enrique Shaw, nieto del ingeniero belga Ernesto Tornquist, cuya empresa de transporte Villalonga condujo las provisiones para los soldados expedicionarios de Roca que exterminaron a los aborígenes para apoderarse de sus tierras y llevó a los indígenas capturados como mano de obra esclava a Tucumán. También construyó el ferrocarril de Tucumán a Rosario y financió la construcción del puerto de Rosario, para exportar el azúcar producido con ese trabajo forzado.
Desde al elevación al trono papal de Pío XI, en 1922, la Iglesia Católica agrupó a sus laicos en organizaciones representativas de distintas actividades, para desarrollar la política que la modernidad no permitía ejercer a los obispos. La Iglesia ya no podía fijar el terreno y los medios de lucha y debía aceptar “el terreno y las armas tomadas en préstamo del arsenal de sus adversarios (la organización política de masas)”, escribió Antonio Gramsci.
En 1952, 68 hombres de la Acción Católica Argentina (y ninguna mujer) crearon la Asociación Católica de Empresarios, que fue su primer nombre, y la adhirieron a la Unión Internacional de Asociaciones Patronales Católicas (UNIAPAC). El Vaticano también impulsó la creación de un Partido Demócrata Cristiano. Perón reaccionó con furia y el conflicto escaló hasta hacer eclosión a fines de 1954.
Entre las seis docenas de fundadores de la ACDE abundan
- grandes terratenientes (Rafael y Jorge Pereyra Iraola, Jorge Pereda, Saturnino Llorente);
- propietarios de ingenios azucareros del norte, como Alfredo Miguel Nougués;
- poderosos industriales textiles (Aloys y Jorge Steverlynck, que fundaron un pueblo en torno de su algodonera Flandria);
- comerciantes (Luis y Francisco Muro de Nadal, de la sastrería Muro, que Luis dejó por un tiempo para sumarse al alzamiento franquista en la guerra civil española);
- banqueros (Hernando Campos Menéndez, Enrique Shaw Tornquist y Fernando Tornquist);
- agentes de bolsa (Enrique Algorta);
- joyeros (Manuel Escasany);
- financistas (Ernesto Díez Miralles);
- petroleros (Carlos y Jorge Gregorio Pérez Companc, Juan Bustos Fernández);
- petroquímicos (Carlos Enrique Dietl);
- constructores de viviendas suntuosas en las avenidas Alvear, del Libertador y Figueroa Alcorta (Juan Carlos Corral Ballesteros);
- cabañeros (Raúl Lanusse), y
- profesionales que les prestan servicios (Mario Luparia, vicepresidente de Acción Católica durante la última dictadura).
Varios de ellos ocuparon cargos en las dictaduras que se sucedieron luego del derrocamiento de Perón en 1955. En 1976, el presidente de ACDE era el terrateniente y directivo de empresas locales e internacionales José Alfredo Martínez de Hoz, que de allí saltó al Ministerio de Economía. Federico Videla Escalada fue nombrado por Jorge Videla para integrar la Corte Suprema de Justicia.
ACDE apoyó el alzamiento de las patronales agropecuarias contra las retenciones móviles. A mediados de 2008, su presidente, el consultor Adolfo Ablático, ex directivo del Grupo Bulgheroni, promovió una “autocrítica empresarial” por no haber acompañado lo suficiente a la Mesa de Enlace. Ablático advirtió contra el efecto inflacionario de los aumentos salariales; objetó la denuncia de CFK por Papel Prensa (de cuyo Consejo de Vigilancia era vicepresidente) y apoyó a Techint en una denuncia contra los camioneros de Moyano.
Durante la segunda presidencia de Cristina, el presidente de ACDE fue Pablo Taussig, de la consultora estadounidense Spencer Stuart. Sus principales definiciones fueron apoyar la resistencia del Grupo Clarín a la ley audiovisual y denunciar avances del Poder Ejecutivo sobre la Justicia. Lo sucedió Juan Pablo Simón Padrós, de la misma consultora, cuya bandera de lucha fue oponerse a cualquier restricción del derecho patronal a despedir trabajadores.
El año pasado ACDE cuestionó la reforma a la ley del Ministerio Público y la presión impositiva. De los 30 oradores del programa, sólo uno no era empresario, sacerdote, militante o funcionario de Juntos por el Cambio. Se llama Emilio Pérsico y atribuyó la delincuencia masculina a los planes sociales focalizados en las mujeres. En un mea culpa posterior dijo que luchaba en vano contra su machismo. En La Matanza postula la candidatura a intendenta de su esposa, Patricia Cubría.
Pasado y presente
El actual presidente de la ACDE es Gonzalo Tanoira, hijo del polista homónimo y de María Luisa Miguens Bemberg. Según el ranking de la revista Forbes de 2018, la fortuna de la familia Miguens Bemberg ascendía entonces a 820 millones de dólares. Tanoira es tataranieto de Otto Bemberg, quien junto con los Pereyra Iraola fue el arquetipo del empresario enfrentado con el peronismo. La secretaria de ACDE es Silvia Bulla, de la petroquímica estadounidense Dupont.
Durante los años del menemismo, Tanoira trabajó en la emisión de acciones para compañías latinoamericanas del banco Bear Stearns en Nueva York. Las principales empresas de Tanoira son la mencionada Citrícola San Miguel; la Central Puerto, principal generadora privada de energía eléctrica del país; la bodega Peñaflor, el banco Quilvest que actúa en Estados Unidos y Europa. También es Director Financiero y CEO de la minera inglesa Patagonia Gold.
Hay que agradecer la sinceridad de Orís de Roa. El sector que representa se propone causar dolor, "sin contemplaciones ni emociones”, salvo, quizás, la carcajada de Federico Braun.
Puede ser
El ingreso de Sergio Massa al gabinete no está descartado, pero sin el control del equipo económico que pretendía y procurando evitar una lesión irreparable a su actual jefe, Juan Luis Manzur. Y antes que los cargos que cada uno ocupe, importa la ampliación de la mesa en la que se discutan y acuerden las políticas de la coalición. Deberían sentarse a ella:
- Cristina,
- Alberto,
- Massa,
- Manzur,
- Wado,
- Scioli y
- Batakis.
Es decir, que depende del variable humor presidencial y su idea de la autoridad.
Las quejas del Poder Ejecutivo incluyen la presión de CFK contra Mercedes Marcó del Pont, que no tiene la misma intensidad respecto de Miguel Pesce. "Le faltó conducción", atenúan los kirchneristas, pero no ignoran sus constantes tironeos con Mr. MaGoo. Nadie dentro del gobierno fue más crítico del ex ministro que Pesce, quien reclamaba mayor dureza en defensa de las reservas. En cambio MaGoo propiciaba un mayor relajamiento, con el discurso de tranquilizar la economía, que su predecesor Amado Boudou tradujo por “tranquilizar a los ricos”.
Uno de los grandes temas pendientes sigue siendo el aumento de las tarifas de gas y electricidad, que MaGoo pactó con Georgieva y que fue resistido por el área de Energía, cuyos funcionarios fueron confirmados por Batakis.
Carlos Minucci, secretario general de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), de la Corriente Federal de Trabajadores, fue el primero en objetar el anuncio de la nueva ministra de que continuaría con la segmentación tarifaria de gas y electricidad que preparaba su antecesor. “Es una locura equiparar a quienes viven en un barrio cerrado o poseen aviones o barcos, con las familias con ingresos de 333.000 pesos”. Ambos pagarían la tarifa plena, pero no se sabe a cuánto ascendería ni cuál sería el ahorro fiscal.
La renuncia del Ministro y del subsecretario de planeamiento energético, Santiago López Osornio, no suspendió la vigencia del decreto 332/22, por el cual a partir de junio se implementaría el nuevo régimen. No sólo lleva un mes de atraso, sino que son más las dudas que las certezas sobre su aplicación. Según los criterios que definió MaGoo y decretó Alberto, para los sectores más vulnerados el aumento no podría superar el 40% del incremento salarial del año previo, y para los usuarios de ingresos medios, el 80% de ese índice salarial. Pero en ambos casos los incrementos ya dispuestos llegaron a esos topes, por lo que no debería haber nuevos aumentos en lo que resta del año.
El objetivo de que los usuarios de todo el país se inscriban en una página web es de cumplimiento improbable sin un compromiso político-territorial fuerte de gobernadores, intendentes y organizaciones. Además, los servicios están a nombre de usuarios individuales y el decreto plantea la quita de subsidios según los ingresos/patrimonio de todos los miembros del hogar. En un contexto inflacionario, el umbral para la quita de subsidios puede variar cada mes, lo cual genera incertidumbre y no está definido cómo se resolverá.
No debería descartarse un aumento general de suma fija, con asignación específica, mientras prosigue el debate sobre la segmentación, que en diciembre cumplirá 11 años.
Otra cuestión que se discute es el proyecto de salario universal, presentado con más entusiasmo que cálculo por un minibloque marginal y contradicho por el Poder Ejecutivo, que objeta la superposición con otras prestaciones, como la AUH. Desde el kirchnerismo se estudia una alternativa más viable: la reducción de la semana laboral a cuatro días, de lunes a jueves, sin merma salarial.
En su primera semana en el cargo, Batakis cometió el error de someterse a la mesa examinadora del Grupo Clarín, ante la que prometió que no habrá aumento de retenciones. ¿Era necesario atarse de tal modo las manos ante la escalada de precios que golpea al pueblo?
Cristina y la alfombra
“Yo quiero ayudar, pero ayudar no es callarse la boca y esconder la mugre abajo de la alfombra”, dijo Cristina el viernes en El Calafate. Clarín dijo que era una crítica a Techint, pero omitió cuál. La Vicepresidenta recordó su disgusto porque el Banco Central le vendiera 200 millones de dólares al cambio oficial para comprarle a una subsidiaria en Brasil la chapa para fabricar los tubos del gasoducto Néstor Kirchner. Y agregó que en la edición del mismo viernes 8, el propio Clarín, “no Granma ni Pravda”, informó que la transnacional ítalo-luxemburguesa acaba de comprar por 460 millones de dólares una fábrica de tubos en Luisiana, Estados Unidos. No hizo falta que repitiera su descripción de un Estado bobo.
La frase más reproducida fue su señalamiento de la renuncia de Mr. MaGoo como “un inmenso acto de irresponsabilidad política" y de “desestabilización institucional”, además de una ingratitud hacia el Presidente. “Tengo diferencias con él, pero lo bancó como a nadie, enfrentándose con parte de su propia coalición. No se merecía enterarse por Twitter de la renuncia de su ministro de Economía”. A diferencia de otras presentaciones recientes, las críticas se centraron esta vez en la oposición, el establishment y los medios, que “cuando mantuvimos diferencias por las condiciones del acuerdo con el FMI, hablaron de la racionalidad del ministro” cuando lo que buscaban era “enfrentarnos entre nosotros”. En la semana transcurrida desde la renuncia, además de la corrida cambiaria que menguó las flacas reservas del Banco Central hubo una ofensiva a derecha e izquierda contra la Vicepresidenta. Las burlas y los insultos del macrismo televisivo y radial son habituales, pero a ello se suma el gorilismo liberal y de izquierda. Un psicólogo metido a comentarista radial dijo que Cristina intentaba darle un golpe de Estado a Alberto (sic) y un economista trosco opinó que lo mejor que podía hacer el Presidente era renunciar. Explicó que se trató de un diálogo privado que alguien hizo trascender y amenazó con ilusorias acciones legales, sin reparar en la responsabilidad social que las figuras públicas tienen aún respecto de sus opiniones personales y la importancia de la libertad de expresión en asuntos de interés público.
Cristina irritó a unos y a otros alabando las políticas de sus gobiernos, tanto económicas como sociales. “Eran mejores y podemos repetirlas”, dijo.
Ofreció datos precisos sobre los planes sociales, que durante los 12 años del kirchnerismo se redujeron de 1,2 millones a la décima parte y con contraprestaciones laborales, educativas y sanitarias y advirtió que no se proponía “revolear a ningún ministro”. Se comprende: el de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, depende de ella para conservar alguna influencia territorial en Hurlingham, donde gobierna La Cámpora, y la visita con asiduidad para informarle de la situación.
El estilete iba dirigido a los eviteros, que constituyen el núcleo duro del antikirchnerismo, frustrado porque no han conseguido forzar al Presidente a enfrentar a Cristina. Pero ahora hasta Alberto se manifiesta convencido de la necesidad de reducir los planes.
CFK también recordó que desde 2017 viene planteando la cuestión del bimonetarismo. Mostró un gráfico según el cual durante sus gobiernos hubo fuga hasta que se impusieron regulaciones cambiarias, y a partir de allí, brecha y presión devaluatoria, porque “si les sacás los dólares se comportan como adictos. Intentan obtenerlos por las buenas o por las malas y hacen estallar la economía”. No es casual que los banderazos hayan reaparecido y que la Sociedad Rural y sus aliados anuncien un paro, cuando se acentúa la dificultad de acceso a la divisa. Esto sólo puede enfrentarse con un acuerdo político amplio, porque de otro modo nadie podrá gobernar la Argentina, sostiene la vicepresidenta. Horacio Rodríguez Larreta es el único dirigente opositor relevante que podría recoger ese guante, pero eso requeriría un coraje que aún no ha demostrado poseer.
Por último, Cristina encomió el Libro Blanco que la Unión Industrial difundió en mayo, con una propuesta para el desarrollo productivo en su página 14. Al fijar metas para los próximos cuatro años, esa cámara patronal propuso cinco objetivos:
Producción industrial: un incremento del 27% para llegar al máximo histórico, que se produjo en 2011.
Empleo industrial: un crecimiento del 24%, para volver al récord de 2012.
Cantidad de empresas industriales: recuperar el máximo que se alcanzó en 2008.
Exportaciones industriales: volver al tope previo, de 2011.
Inversión industrial: alcanzar el mismo nivel de 2013.
“Son datos, no personas. No la cara que más me gusta o me conviene, sino números”, dijo. “Sin rencores, pero con muchas ideas y esperanza debemos autoconvocarnos para la construcción de una Argentina en paz, que presupone paz social”, concluyó.
Alberto respondió desde Tucumán con un discurso de alto nivel y tono sereno, en el que ponderó la unidad y la construcción de acuerdos por encima de las diferencias, que existían en 1816 y existen hoy. Esa unidad depende de la voluntad de los involucrados y es una obra colectiva, que requiere la participación del pueblo. Recordó que la propietaria de la casa histórica decidió derribar muros para que entraran todos y lo propuso como actitud para el presente y el futuro. Con más énfasis que nunca denunció la embestida de los grupos concentrados poderosos que quieren quedarse con toda la renta y provocar una devaluación. Se aprovecharon de la pandemia y ahora quieren aprovecharse de la guerra. Los llamó agoreros, que dividen y siembran el desánimo en procura de sus mezquinos intereses. Con un pueblo dividido, unos pocos sinvergüenzas ganan mientras el resto se sume en la miseria y la marginalidad, dijo. Buscan vernos divididos, y generan enfrentamientos porque con nuestras miserias construyen imperios, con nuestras tristezas amasan fortunas en paraísos fiscales. Dijo que cuando un gobierno popular se propone distribuir el ingreso se desatan todas las fuerzas para hacernos pelear entre nosotros. Pero no lo van a lograr porque a lo largo de la historia fuimos patriotas frente a los realistas, radicales contra los conservadores, peronistas contra los fusiladores, y pueblo frente a la oligarquía.
La música que escuché mientras escribía
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