La cuestión Vicentin hoy
El avocamiento de la Corte de Santa Fe es una oportunidad de constatar una suma de violaciones al Derecho
Búsqueda de ganancias extraordinarias
En la economía argentina, la búsqueda de rentabilidad extraordinaria se efectúa a través de la manipulación (por parte del capital centralizado) de los instrumentos corporativos y financieros. Actividad que no siempre (digamos casi nunca) tiene que ver con el aumento de la producción y el empleo. Esto no es una excepcionalidad de estas pampas. Ocurre globalmente en la etapa del capitalismo financiero. Y nuestro país está integrado al mundo. Solo que de manera subordinada.
Lo que sí es característico de la Argentina es que, dada su economía dependiente y transnacionalizada, uno de los pilares de su patrón de acumulación es la dolarización del excedente producido en su territorio. Según el INDEC, la formación de activos externos (tenencias dolarizadas de residentes argentinos) es de 360.082 millones. Culpar de esto a la inflación, que hace perder la función de reserva de valor de nuestra moneda nacional (no se acumula ni se ahorra en pesos) es encarar el problema por sus consecuencias y no por sus causas. Mientras tengamos el crecimiento de nuestra producción atado a la importación de bienes, con un alto endeudamiento en divisas (tanto del Estado como de empresas privadas) y envío de ganancias locales a las casas matrices de las empresas transnacionales ubicadas en el exterior, el valor del dólar será siempre incremental.
De allí que la pugna de los sujetos económicos de la Argentina lo es por ver quién captura más dólares. ¿Y cómo entran esos dólares al país? Por endeudamiento en divisas, o por exportaciones que se cobran en dólares. Considerando que el 40% de las últimas provienen del complejo agroindustrial granario y oleaginoso, entendemos la gravitación que tiene el destino de una firma como Vicentin.
Vicentín y su default
Desde su anuncio público de default un 5 de diciembre de 2019, mucho se ha debatido sobre la caída de la hasta entonces cuarta firma exportadora de granos y derivados industriales del país. De cómo abusó del crédito. De su connivencia con la conducción del Banco Nación del anterior gobierno. Del intento fallido de intervención para resguardar la empresa y recuperar sus activos. Del fraude a los acreedores. De un pasivo de 1.500 millones de dólares. De los delitos imputados a su directorio por los fiscales de Rosario, mientras el juzgado de Reconquista que lleva el concurso preventivo vive en otra realidad paralela. Y ahora, de un hecho que ha vuelto a conmover: la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe de dar curso a una avocación [1] solicitada por un acreedor.
Glencore y Renova
Sin embargo, en nuestra opinión, siempre se pierde de vista una cuestión determinante: la apropiación de los activos rentables de la compañía en desgracia por parte de una transnacional: Glencore. Gratuitamente o a precio de remate.
Vicentin conlleva la disputa por ver quién se queda con Renova, la mayor extrusora de granos [2] del mundo. Se ubica en Timbúes, a la vera del Paraná. Quien se haga con Renova será el líder en agro-exportaciones de la Argentina. Y que ese líder sea Glencore sería un problema.
Con domicilio en la guarida fiscal de Jersey, Glencore es una transnacional cuyo fundador, Marc Rich, fue procesado en Nueva York bajo acusación de crimen organizado, asociación ilícita, evasión fiscal y desobediencia judicial. Por lo que huyó a Suiza, estando entre una de las personas más buscadas por el FBI. Luego sería indultado en el 2001 por el Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, en su último día de mandato. Dedicada al rubro de la minería, con la adquisición de la firma canadiense Viterra, Glencore buscó posicionarse como líder también en la comercialización mundial de granos y derivados.
Glencore fue acusada de pagar sobornos en la República Democrática del Congo y de evadir impuestos en Zambia. Ha sido investigada por parte de la Serious Fraud Office del Reino Unido y por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, en razón de sus maniobras financieras. Su nombre aparece en los Paradise Papers y en los FinCen Files. El pasado 24 de marzo 2022, Glencore se declaró culpable ante los fiscales del Distrito Sur de Nueva York de cohecho (sobornos) a funcionarios estatales para ganar contratos, y a jueces para que desaparezcan demandas en su contra. Todo en asociación ilícita, en una red que abarcaba Nigeria, Camerún, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Brasil, Venezuela y Congo. Pagó por ello una multa de 1.100 millones de dólares.
Glencore (a través de su controlada Viterra) compartía por mitades a Renova con Vicentin. En diciembre de 2019 y dos días antes de anunciar su default, Vicentin le vendió a Renaisco (que pertenece también a Glencore) un 16,67% de las acciones de Renova. Junto con esa venta, Vicentin hace una propuesta irrevocable de modificar el estatuto de Renova de manera de asegurarle por reglamento el control de Renova a Viterra y a Renaisco. Glencore, dueña de ambas, ya tiene entonces el 66,67% de Renova. El otro 33,33% que le faltaba, en enero del 2020, Vicentin se lo cede en uso a Viterra. Ergo, Glencore ya explota el 100% de Renova. Y el 28 de abril del 2022, con el concurso preventivo en trámite y estando las acciones de Renova cauteladas por la Justicia Penal de Rosario, Vicentin le vende lo mismo a Viterra su último 33,33% en Renova. Glencore no solo explota, sino que ahora ya es el dueño del 100% de Renova.
Los dólares que pagó Renaisco por la compra del 16,67% de Renova fueron a parar a acreedores de Vicentin. Acreedores “entenaos” que no tuvieron que hacer cola para esperar a cobrar en el concurso de Reconquista. También fueron a otras empresas que son del mismo grupo Vicentin, en concepto de compras que supuestamente Vicentin les habría hecho. O sea, se pagaron a ellos mismos. Y también a la misma Renova, porque Vicentin se declaraba deudora de la misma empresa que poseía. Esto es, Vicentin vendía un pedazo de Renova para pagar una deuda que tenía con Renova. Se eludió también que se pronuncie la Comisión de Defensa de la Competencia por la posición dominante que adquiría Glencore en Renova. En la asamblea para formalizar la reforma del estatuto de Renova, en mayo de 2020, su nuevo socio accionista Renaisco estuvo representado por el mismo apoderado legal que representaba al otro socio accionista Viterra. Que es el mismo apoderado legal de Glencore. Y que también integraba el directorio de Renova.
La intervención de la Corte de Santa Fe
La cuestión Renova, la contradicción entre el avance crítico de las causas penales en la fiscalía de Rosario frente a la “total normalidad” que impera en tribunales de Reconquista, entre otros hallazgos del concurso, es el fundamento del pedido que hizo uno de los acreedores ante la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe para que esta se avoque en el caso del concurso: el juez deberá mandarle el expediente para su análisis, de manera que la Corte lo estudie y se expida. Mientras tanto, se suspenden todos los plazos, lo que es de vital importancia ya que a fines de junio expiraba el periodo para que Vicentin obtenga las conformidades de sus acreedores y se acepte su propuesta de pago. De no obtener esas mayorías, se abre el proceso especial de cramdown, donde los acreedores o cualquier tercero pueden ofrecer otra propuesta de pago sustituta. En caso de ser aprobada y cumplida la última, le da al oferente la propiedad de la empresa en crisis. De fracasar esto también, recién la firma va a la quiebra.
¿Qué es un pedido de avocación? No es un recurso per saltum. Un per saltum es una apelación a la sentencia de un juzgado, apelación que se “salta instancias” revisoras y va directamente a la Corte. Esto es, no pasa por las Cámaras de Apelación ni las Cámaras de Casación. El per saltum se da por excepción en casos de notoria gravedad institucional y en cuestiones federales, donde no se puede esperar, ya que esto ocasionaría un perjuicio irreparable. Si bien hay puntos de contacto, acá no hubo la apelación a una sentencia específica. Acá hubo reparos a como se lleva toda la causa. Además estamos en el ámbito de la Justicia provincial santafesina, no de la federal.
La avocación se trata de un instituto de tipo más bien administrativo, enfocado a cuestiones disciplinarias donde exista arbitrariedad en la toma de decisiones del inferior jerárquico. Típico de la Administración Pública (donde prima la organización vertical), en el Poder Judicial es una rareza. Esto porque los tribunales inferiores ejercen su jurisdicción (facultad de decir el Derecho) con independencia de los tribunales superiores, quienes solo le revisaran las sentencias en aquellos casos que una de las partes del litigio interponga un recurso. Pero no se sustituye al tribunal inferior en la totalidad de su desempeño. Solo se discute el punto recurrido. La avocación en cambio se ejerce excepcionalmente y con criterio de súper intendencia. No es un recurso (como el de apelación, casación o extraordinario) que esté previsto en los códigos de procedimiento.
¿Cómo puede aplicarse la avocación en este caso de aparente arbitrariedad transversal a toda la causa llevada por el Juzgado del concurso? En gran parte, dependerá de las facultades discrecionales que decida ejercer la Corte de Santa Fe. En la Argentina hay antecedentes de recepción del instituto del certiorari propio del Derecho anglosajón. El certiorari es el mecanismo por el cual, a solicitud de una de las partes en el juicio, la Corte pide el expediente para constatar por sí misma si ha habido en su trámite violaciones al Derecho. Un control de legalidad. Si la Corte de Santa Fe imprime a esta avocación la impronta de un certiorari, se habrá de encontrar con muchas de estas violaciones. Pero, al no estar regulado por ley este instituto, todo quedará en el margen decisional del Tribunal Supremo santafecino.
La realidad efectiva
Al margen de sus complicidades, Vicentin no es más que carne de cañón en la avanzada de transnacionalización y centralización del capital, acá liderada por Glencore. Los resultados del empoderamiento de Glencore en el complejo exportador agroindustrial argentino no es algo que solo debería preocupar a nuestro país. También tendría que inquietar a las gigantes comercializadoras de granos conocidas como las ABCD [3]. Este nuevo socio del club, Glencore, no tiene ningún tipo de escrúpulo. Para el año 2021 y gracias a la jugada de Renova, Glencore ya se ha posicionado como el primer exportador de subproductos de oleaginosas en la Argentina.
* El autor es Doctor en Derecho Público y Economía de Gobierno. Docente de la UNDAV.
[1] Avocación es una intervención que hace el tribunal superior para ver qué es lo que está pasando en un tribunal inferior.
[2] Planta fabril que obtiene harinas, aceites y derivados industriales del grano.
[3] Archer Midland Daniels, Bunge, Cargill, Dreyfus a la que hoy se suma Cofco, transnacionales que oligopolizan el comercio de granos y derivados a nivel mundial.
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