La acción de imponer algo al otro sin su consentimiento, constituye un acto de violencia individual. Esta acción despierta un complejo de sentimientos entre los que se destacan el miedo y el odio, siempre en reciproca compañía. Esta forma de violencia está presente en la vida humana desde tiempos inmemoriales. Las investigaciones arqueológicas muestran, sin embargo, que la violencia colectiva solo aparece cuando las comunidades humanas se vuelven sedentarias y transitan de una economía predatoria de la naturaleza a otra centrada en la producción. Esta transición da lugar a estructuras sociales cada vez mas complejas.
Los seres humanos han llegado hasta nuestros días inmersos en estructuras de relaciones sociales entre las que se destacan las relaciones de poder. Estas implican asimetría de control y de posesión de recursos de distinta índole: afectos, símbolos, información, bienes, dinero, etc. En tanto relaciones asimétricas, las relaciones de poder están impregnadas de algún grado de violencia y engendran conflictos y formas de disciplinamiento social que varían a lo largo del tiempo y de las diferentes culturas. La actual pandemia ha contribuido a desnudar algunos aspectos de la forma en que se construye el miedo/odio como forma de disciplinamiento social al interior de los Estados y en el plano geopolítico.
El drama que hoy vivimos se desarrolla en un escenario mundial inundado por los rugidos altisonantes de un grupo de monopolios y los lamentos de una población mundial fragmentada, dispersa y confinada a su intimidad. Los primeros se apresuran a definir al mundo de la pos pandemia, la segunda en cambio se estremece agobiada por los obstáculos que le impiden acumular fuerza e incidir sobre las decisiones que se toman.
La incompatibilidad entre la concentración del poder económico y el funcionamiento democrático de las instituciones políticas se resuelve por estos días, con una creciente injerencia de un puñado de monopolios en la construcción de sentido en una civilización cuyos valores hacen agua por los cuatro costados. La enorme concentración de los medios de comunicación los ha convertido en el “cuarto poder” del Estado. Su incidencia sobre las decisiones políticas y sobre la formación de la opinión pública se independiza de todo control, sea este ejercido por los tres Poderes de los estados democráticos o por el pueblo a través del voto. El uso de tecnologías complejas ha potenciado la capacidad que hoy tienen los medios de comunicación para imponer su agenda construyendo y falseando información, según sus intereses. Esto constituye el eje de una dinámica del miedo y del odio frente a las diferencias raciales y de clase, que opera como mecanismo de contención del conflicto social dentro de los territorios nacionales. Por estos días, nuestro país es un ejemplo de los extremos a los que puede llegar la manipulación mediática de la información para impedir una inclusión social que amenaza privilegios de poder establecidos.
Paralelamente, un puñado de monopolios que controlan las tecnologías de punta en informática y redes sociales, adquiere cada vez más importancia en el control social y en la manipulación de las opiniones. Un pequeño grupo de monopolios tecnológicos, sin regulación efectiva que pueda restringir su accionar, controla a escala mundial innumerables fuentes esenciales de información, servicios y productos. Así, discriminan quien accede a sus productos y en qué condiciones. Escogen la información que van a dar, cuándo y cómo la van a dar. Determinan los precios que se pagan, los clientes y los usuarios. Deciden además sobre los movimientos, acciones, percepciones, deseos y miedos, de centenares de millones de individuos. El resultado es una enorme concentración del mercado, una brutal fragmentación de la información y de la población, y un mayor control sobre esta última sin que se dé cuenta o pueda hacer algo al respecto. Todo esto asegura enormes ganancias y un poder que, en épocas de crisis sistémica, irrumpe a la luz del día. Esto está ocurriendo en los Estados Unidos, centro del capitalismo global monopólico. Allí, los conflictos geopolíticos, el enfrentamiento dentro de la élite dominante y la amenaza de un estallido social han llevado a los monopolios tecnológicos a posicionarse políticamente mostrando la hilacha de una construcción social del miedo/odio que busca contener los conflictos y reproducir la estructura de poder.
La violencia en tanto construcción social puede ser deconstruida. Buena parte de su fuerza destructiva radica en su carácter subliminal. De ahí la importancia de volver consciente al fenómeno y las relaciones sociales que le dan origen. Esto supone, entre otras cosas, una reflexión crítica y acciones concretas para descentralizar el poder en todos los niveles de la vida social e impulsar nuevas formas de representación y control ciudadano.
Monopolios y geopolítica en las elecciones
Esta semana la Convención del partido demócrata nominó a Joe Biden y Kamala Harris como candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de Estados Unidos. Al mismo tiempo, desnudó las tensiones que sacuden a una dirigencia demócrata muy cuestionada por las bases del partido, que responden a Bernie Sanders. La dirigencia del partido asignó solo un minuto a la diputada Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), principal dirigente de este sector progresista, para que exponga su nominación simbólica de Bernie Sanders a la Presidencia. AOC lo aprovechó para promover la formación de un amplio movimiento de masas que pueda consagrar reformas “profundas y sistémicas” que reconozcan y superen las heridas de la injusticia racial y “la brutalidad de una economía que premia con enorme riqueza a unos pocos en detrimento de la estabilidad y bienestar de la mayoría”. El tiempo asignado a AOC y el tenor de su alocución contrastó con los concedidos a numerosos y prominentes dirigentes de la derecha del partido republicano, ex funcionarios de los gobiernos de Bush, y fervientes partidarios del poder militar norteamericano, que este año apoyan al candidato demócrata. Este sector considera que AOC no representa al partido demócrata (businessinsider.com 17.8 2020, zerohedge.com 17 y 18 2020, rollingstone.com 19 8 2020). En la Convención, realizada virtualmente, todos los dirigentes demócratas centraron sus discursos en torno a la búsqueda de unidad en oposición a la figura de Trump. Faltó delinear las políticas destinadas a aglutinar al electorado detrás de Biden (zerohedge.com 21 8 2020).
El clima político se ha caldeado por las acusaciones demócratas de posible fraude electoral manipulando la logística del Correo. Al mismo tiempo, el bloqueo político de los demócratas a la renovación del estímulo económico busca afectar la reelección de Trump en un contexto de fuerte contraste social: mientras las 12 personas mas ricas del país aumentaron un 40% sus fortunas desde el inicio de la pandemia, el desempleo está en los niveles mas altos desde que se lleva registro, un tercio de la población no llega a pagar sus gastos de alojamiento (créditos y alquileres) y, según el Bank of America, la mayoría de las familias deben recurrir al endeudamiento para satisfacer sus necesidades básicas (inequality.org 17 8 2020,zerohedge.com 14, 29/8 2020).
La ofensiva de Trump en torno a la represión de la protesta social, y su creciente agresividad contra China, parecen ser efectivas: la última encuesta de CNN muestra que ha logrado recortar sustancialmente la ventaja de Biden, disminuyéndola al 1% en los 15 estados que deciden la elección (zerohedge.com 17 8 2020). Esta semana Trump profundizó esta ofensiva prohibiendo a la empresa china Huawei todo acceso a tecnología norteamericana ya sea directa o indirectamente. Asimismo, conminó a universidades y empresas a deshacerse de activos financieros chinos, y advirtió sobre una posible prohibición al funcionamiento de corporaciones chinas en los mercados financieros norteamericanos (wsj.com 6 8 2020, bloombergquint.com 18 8 2020. Zerohedge.com 18 18).
El enfrentamiento entre los medios de comunicación enrolados en su mayoría en contra de Trump, y un poderoso medio que lo apoya continúa a la orden del día. En un contexto de continuo despliegue de acusaciones de falsa información de un lado y del otro, esta semana Facebook eliminó más de 10.000 grupos, paginas y cuentas de Instagram asociadas a QAnon, un grupo conspirativo de meteórica trayectoria y miles de activistas que apoyan a Trump y lo considera víctima de fuerzas satánicas. Facebook acusa a este grupo de “demostrar riesgos a la seguridad publica”. Sin embargo, ha dejado intactas innumerables páginas y cuentas de partidarios de Antifa. Esta organización, declarada terrorista por Trump, ha tenido activa participación en la promoción de tumultos armados y disturbios durante las protestas antiracistas a lo largo de los últimos dos meses (zerohedge.com 20 8 2020).
“Ya estamos soplando en la nuca del peronismo”
Así definía un alto dirigente radical de JxC al resultado de una semana signada por una ofensiva llevada adelante por sectores de la oposición contra la cuarentena y el proyecto oficial de reforma del sistema judicial (infobae.com 20 8 2020).
Mientras los contagios y muertes han roto todos los récords en el país y el sistema sanitario de Jujuy —gobernada por un dirigente de JxC— ha colapsado, los dirigentes de JxC se felicitan por el ruido metido con un banderazo que mandó un mensaje claro de impunidad política y de desestabilización por cualquier medio. Esta movilización muestra el éxito de una construcción social del odio dirigida a sectores medios de la población perjudicados por las políticas del macrismo durante su gobierno y agobiados ahora por la situación económica. Si bien el antiperonismo ha sido una constante en la vida política del país, su rabiosa movilización constituye un legado de las operaciones mediático judiciales del gobierno macrista y de un periodismo de guerra que sigue embarcado en un relato basado en noticias falsas, buscando así despertar el miedo y el odio hacia “los de abajo” y al peronismo que los representa. Adjudicando a este último los graves delitos que ellos mismos han cometido y repitiendo los agravios hasta el cansancio, el periodismo de guerra ha logrado imponer un mensaje hipnótico que prende la iracundia de sectores sociales amenazados por la situación económica actual. No es de extrañar que ahora JxC amenace con más de lo mismo, al tiempo que se acumulan pruebas contra Macri en la causa judicial sobre el espionaje clandestino de su gobierno y se discute la reforma judicial en el Senado.
Desde un inicio, el gobierno ha ignorado la necesidad de mostrar a la opinión publica el drama concreto de la pandemia y del hambre. Este silencio ha favorecido la táctica macrista basada en un relato que invisibiliza el hambre, los muertos y los enfermos y despotrica contra la corrupción oficial y la falta de libertades: los dos fenómenos que sintetizan su propio reinado. La falta de una política de comunicación oficial coexiste con un protagonismo en los medios que no ayuda al Presidente. El ex senador Duhalde se ocupó de advertirle sibilinamente que descanse porque sino puede terminar como De la Rúa, “quien en los últimos meses era un boxeador que no respondía” (bae.com 19 8 2020).
Estos eventos coincidieron con presiones cambiarias que se multiplican desde el inicio de la cuarentena. La versión oficial de que la reestructuración de la deuda externa pondrá un límite a la presión cambiaria contrasta con la persistencia de la especulación cambiaria a través de distintas maniobras, entre otras: la sobrefacturación de importaciones (dólar barbijo) y las operaciones de 4500 “coleros virtuales” suspendidos recientemente por el BCRA. Hacia principios de la semana los dólares ccl, mep, y blue se habían apreciado cerca de un 4% desde el anuncio de la reestructuración de la deuda externa. Hacia el jueves, la brecha cambiaria llegaba al nivel más alto de los últimos 3 meses. Un total de 3000 millones de dólares salieron de las reservas del BCRA durante la cuarentena, acelerándose este proceso en los últimos tiempos. Según algunas estimaciones, hoy las reservas sólo llegan a cubrir dos meses de importaciones (ámbito.com 18 8 2020, lpo.com 20 8 2020).
La volatilidad cambiaria sumada al aumento de los precios mayoristas en el último mes y al reciente aumento de las naftas anticipan una inflación que pegará de lleno sobre los sectores más vulnerables. Sumado al aumento verificado en las usurpaciones de terrenos por parte de los movimientos sociales, y a la inscripción de casi medio millón de personas en el Registro de Actividades de la Economía Popular, esto muestra que las promesas de campaña constituyen un desafío prioritario en el presente.
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