La conspiración

El Papa Francisco frustró los planes de Steve Bannon y un grupo de cardenales de extrema derecha

 

En cuanto el cardenal argentino Jorge Bergoglio fue elegido como el primer pontífice católico romano jesuita en la historia papal, los largos cuchillos políticos emergieron desde las sombras del Vaticano contra el Papa Francisco.

Desde el inicio de su papado Francisco se halló enfrentado con su antecesor el derechista Papa Benedicto XVI – una rareza en la historia papal que insistió en permanecer domiciliado en un apartamento en territorio vaticano.

Benedicto no ha permanecido en un tranquilo retiro sino que ha conspirado junto a los influyentes enemigos políticos de Francisco tanto en el Vaticano como en Italia y Estados Unidos, además de otros países.

Donald Trump, que ha criticado públicamente a Francisco, no ha interferido como lo han hecho sus vicarios, entre los que se incluye al ex estratega de la Casa Blanca, Steve Bannon; al cardenal Raymond Burke, ex arzobispo de San Luis, al ex arzobispo Carlo Maria Vigano, al ex Nuncio Apostólico ante Estados Unidos y otros que han conspirado con la poderosa secta de orientación fascista de la iglesia católica, el Opus Dei, para socavar la autoridad del Papa Francisco. También, los ojos y oídos de Trump dentro del Vaticano: la embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede, Callista Bisek Gingrich, esposa de Newt Gingrich, el ex vocero del partido republicano en la cámara de representantes, un converso al catolicismo e importante aliado político de Trump.

Francisco no ha sido una humilde margarita cuando se trata de luchar para defenderse de sus enemigos de la derecha. Los padres de Francisco, de origen italiano, huyeron del gobierno fascista de Benito Mussolini cuando emigraron hacia la Argentina. Para Francisco, defender la iglesia del Opus Dei fascista y sus aliados es una batalla que vale la pena dar.

Los enemigos de Francisco han asumido una línea del libro de Trump.

Francisco prometió limpiar la iglesia de curas pedófilos, pero ha sido acusado por sus enemigos de la derecha, entre los que están Vigano, Burke, Bannon, el Opus Dei, los Frailes Franciscanos de la Inmaculada Concepción y tras bastidores por Benedicto, de tolerar a pedófilos y homosexuales en la iglesia. Se trata del mismo tipo de engaños al cual los norteamericanos han estado demasiado acostumbrados bajo el gobierno de Trump.

Con el propósito de limitar el alcance internacional del Cardenal Burke, Francisco lo suspendió del cargo de jefe de la Orden Militar Soberana de Malta, OMSM, entidad autónoma de caridad internacional basada en Roma que emite sus propios pasaportes y mantiene relaciones diplomáticas con 107 países del mundo y ostenta la condición de observador permanente en la Organización de Naciones Unidas.

En 2017 Francisco acudió en ayuda del Gran Canciller de la OMSM Albrecht von Boeselager luego de descubrir que Baker y el Opus Dei conspiraban para destituir como Gran Canciller a Boeselager, miembro de una casa real alemana. Burke y los derechistas querían destituirlo porque Boeselager distribuía condones entre la población de Myanmar. Francisco suspendió a Burke y designó al Arzobispo Giovanni Angelo Becciu como enviado especial del Papa ante la Orden de Malta. Actualmente Francisco está seguro con Boeselager y Becciu como sus ojos y oídos allí, así los derechistas y el Opus Dei están controlados cuando se trata de utilizar los oficios diplomáticos de  la Orden para sus propios fines. Francisco también prohibió a los derechistas Frailes Franciscanos de la Inmaculada Concepción realizar misas en latín en público. Limitando el poder de los derechistas dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, Francisco asignó al Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga como su supervisor con el objeto de deshacer a la jerarquía del Vaticano de la fracción pro Benedicto como también de los protectores de pedófilos, de malversadores financieros, lavadores de dinero y estafadores.

Francisco declaró al diario italiano La Repubblica que los funcionarios católico-romanos han sido a menudo "narcisistas halagados y embelesados por sus cortesanos". Luego agregó que "la curia es el leprosario del papado."

El día 1º de octubre Francisco ordenó a la policía del Vaticano confiscar la documentación, las computadoras y dispositivos electrónicos portátiles del Secretario de Estado del Vaticano y de la Unidad de Información Financiera – esta última es la guardiana financiera del Vaticano. Agregados a estas dos operaciones, Francisco ha puesto también al Instituto de Obras Religiosas, IOR, el denominado "Banco del Vaticano", bajo un intenso control y supervisión. El IOR en el pasado ha sido mal utilizado dentro de un número de operaciones encubiertas, incluyendo el financiamiento de varias agrupaciones derechistas vinculadas con la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y grupos terroristas y escuadrones de la muerte en América Latina.

Francisco también acertó al impedir que Bannon y Burke utilizaran un monasterio que data del siglo XIII (el Certosa di Trisulti ubicado en el área de Collepardo, en el centro de Italia) como academia de entrenamiento para operativos políticos de ultraderecha de diferentes partes del mundo. La agrupación internacional neofascista de Bannon con base en Bruselas denominada "El Movimiento" había firmado un acuerdo con un grupo conectado con Burke, el Instituto de la Dignidad Humana, para entregar en alquiler el monasterio de 800 habitaciones para capacitación política. Burke es el presidente de la junta de asesores del instituto, la cual proporciona un vínculo directo entre Burke y Bannon. Once cardenales, todos opositores de Francisco, figuran en la junta de asesores, entre otros Walter Brandmuller, Edwin O’Brien, ex Arzobispo de las fuerzas armadas de Estados Unidos y promotor de la "Guerra Justa"; Robert Sara, ex Arzobispo de Conakry, Guinea, y opositor de las migraciones en gran escala; Peter Turkson de Ghana; el Arzobispo Malcom Ranjith de Colombo, Sri Lanka, que apoya la intervención militar norteamericana en Siria; Joseph Zen Ze-kium, ex obispo de Hong Kong y principal opositor de las políticas chinas en Hong Kong; y Benjamin Harnwell, notorio conservador británico, católico y presidente de la Junta de Administradores Legales del Instituto.

Miembro de la junta de fideicomisarios como también mecenas del instituto, Bannon denominó la propuesta escuela como la Academia del Occidente Judeo Cristiano. Por otra parte, el Instituto para la Dignidad Humana y sus contactos británicos han hecho que muchos crean que también está políticamente vinculado con la crecientemente poderosa ala católica del Partido Conservador del Reino Unido.

El Primer Ministro británico Boris Johnson fue bautizado como católico y el vocero de la Cámara de los Comunes, Jacob Reese-Mogg, está afiliado a círculos católicos derechistas.

Desde los inicios, Francisco comprendió que la academia de Bannon no solo estaría apuntando contra las fuerzas progresistas en el mundo sino también contra su papado. Resultó fortuito para Francisco que el presidente de la región del Lazio, en la cual está ubicado el monasterio, Nicola Zingaretti, condenara su alquiler por parte del grupo de Bannon. Zingaretti es miembro de la fracción de izquierda del Partido Democrático, partido que incluye a demócrata-cristianos y socialistas.

El golpe de gracia contra la academia fascista ocurrió en el mes de mayo de este año, cuando se descubrió que el fiador del alquiler por diez y nueve años, persona que se suponía que era un alto funcionario del Jyske Bank de Gibraltar, había falsificado la carta de garantía del alquiler. El día 31 de mayo el ministro italiano del Interior anuló la operación. La carta falsa y las preocupaciones de fraude financiero condujeron a que Francisco ordenara la confiscación de los archivos del IOR y de la Secretaría de Estado del Vaticano y constituyen claros indicios de que la derecha católica, incluyendo al Opus Dei, no reconocen su derrota sino que redoblan sus esfuerzos empleando cualquier medio que estimen necesario, incluso si este es ilegal.

Existe poca duda en Roma que el Papa Francisco y sus aliados han estado trabajando tan duro como pueden después de la caída del gobierno de coalición de la derechista Liga y el populista Movimiento Cinco Estrellas. El líder de la Liga y Ministro del interior Matteo Salvini no pudo formar nuevo gobierno. En cambio el Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas conformaron una coalición de centro-izquierda y Salvini fue relegado a la oposición. En Roma se informó que el Cardenal Pietro Parolin fue designado por Francisco como enviado especial para combatir las influencias de los neofascistas en Italia y a través de la Unión Europea. Por otra parte, Francisco ha conseguido un importante aliado con Forza Italia, partido del ex Primer Ministro Silvio Berlusconi ahora miembro del Parlamento Europeo.

 

 

 

*Traducido desde el inglés por Sergio R. Anacona. Publicado el 8 de octubre en www.strategic-culture.org.

 

 

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