La confesión de un desfalco

Sincericidio de Macri sobre el crédito del FMI y nuevo pedido de indagatoria

 

Con diferencia de pocas horas, el ex Presidente Mauricio Macri ofreció dos reportajes que bien podrían catalogarse como “la confesión de un desfalco”. En una primera nota para la señal CNN en Español, sostuvo que la plata que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó a su gobierno había sido destinada a los bancos comerciales (sic) que querían irse del país. Mientras que en la segunda entrevista, esta vez en la señal de cable TN, confirmó que el crédito stand-by tenía por objetivo “administrar la transición hacia el segundo mandato”. Es decir, corroboró que había sido un préstamo político acordado con la administración de Donald Trump, donde jugó un papel preponderante Geoffrey Okamoto, hoy número dos del organismo.

Para la Oficina Anticorrupción (OA), los dichos de Macri ratificarían que la plata del Fondo se utilizó para dolarizar los excedentes de los inversores especulativos que habían apostado por las LEBACs. Se reafirmaría así la hipótesis del organismo que conduce Félix Crous, esbozada en su denuncia penal de marzo de este año.

En su “Informe País 18/297”, el propio staff del FMI reconoció, en octubre de 2018, el desvío de esos recursos al detallar que la administración Cambiemos estaba vendiendo reservas de manera acelerada, por subastas, ventas directas y, en ocasiones, por incursiones fuera del mercado.

Ese documento fue la base de la presentación que efectuó la Procuración General del Tesoro, a cargo de Carlos Zannini, para constituirse como querellante en la causa penal que tramita en el juzgado de María Eugenia Capuchetti. Esta semana, la Procuración volvió a solicitar el llamado a indagatoria de Macri y del resto de los funcionarios involucrados por el posible delito de malversación de caudales públicos.

El fiscal que entiende en la causa es Franco Picardi, quien está a la espera de que la jueza ordene una auditoría de la deuda junto a un equipo interdisciplinario conformado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Sindicatura General de la Nación (SIGEN).

 

 

El circuito

Sobre el cierre de 2017, las empresas que se habían lanzado a tomar deuda en dólares empezaron a advertir una suba de tasas para el país. En el Banco Central recuerdan que los privados fueron los primeros en anticipar la crisis que se avecinaba. La certeza se la llevó después Luis Caputo, secretario de Finanzas, cuando en un viaje a Wall Street escuchó en boca de los inversores que ya no les iban a comprar más bonos. Su segundo, Santiago Bausili, hizo el mismo recorrido que su jefe, pero para pedirle a quienes habían sido los financistas de Cambiemos que no se desprendieran de sus papelitos.

 

Luis Caputo y Santiago Bausili.

 

La corrida era inminente. En marzo de 2018, el JP Morgan desarmó sus posiciones en LEBACs, seguido por una compra automática de casi 1.000 millones de dólares.

Tal como describió el informe del BCRA sobre la fuga de capitales, publicado a mediados de 2020, la salida de divisas podría describirse en dos etapas: la primera fue desde enero de 2016 hasta mayo de 2018, cuando salieron 41.000 millones de dólares, financiados por las emisiones de deuda pública. En el segundo tramo, la fuga fue de 45.000 millones, cubiertos por el dinero del FMI.

“Los fondos tipo BlackRock o Templeton que tenían LEBACs, cuando se la vieron fea, fueron a los bancos comerciales con los que operaban para que les vendieran todas sus operaciones en pesos. El paso siguiente es que los bancos abrieran el mercado spot para ver cuánto les ofrecían o quiénes estaban vendiendo dólares para que todo fuera un acuerdo entre privados. Pero ni BlackRock ni Templeton se querían ir perdiendo plata, entonces les dijeron a sus bancos que llamaran directamente a (Federico) Sturzenegger para que aparecieran en pantalla los dólares que se querían llevar al precio que ellos querían pagar. Como no había controles de cambio, la jugada era o ‘me vendes vos o convalido una devaluación’”.

Esta cruda explicación de los hechos post-acuerdo con el FMI llega de un observador privilegiado de Wall Street. Según su panóptico, los bancos comerciales que jugaron fuerte con los fondos de inversión fueron el City International Market, el HSBC y el Deutsche Bank. Este último es clave porque también formó parte de la trama que dio inicio al período de endeudamiento con el pago a los fondos buitres en marzo de 2016. Bausili había sido empleado de esta entidad hasta cinco minutos antes de asumir como funcionario. El juez Sebastián Casanello sigue estudiando la imputación al ex número dos de Caputo en la causa que investiga el pago a los fondos buitres.

Los bancos designados para esa primera emisión, luego de contar con el aval del Congreso, habían sido el Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan y Santander como coordinadores globales, y BBVA, CITI y UBS como colocadores. La emisión inicial fue de 16.500 millones de dólares.

Según los datos que publicó El Cohete sobre las 100 principales empresas que fugaron divisas en el período 2016-2019, el HSBC aparece con 107,3 millones de dólares. De acuerdo al trabajo del BCRA, los “inversores institucionales y otros” que contribuyeron a la fuga en el segmento personas jurídicas representaron el 31% (16.114 millones) del total.

Lo narrado por el lobo de Wall Street bien podría servir de complemento de lo que el propio staff del FMI reconoció en octubre de 2018 en su informe País 18/297. “Con una intervención cambiaria superior a los límites pactados en el Acuerdo Stand-By, las reservas internacionales fueron vaciadas a un ritmo mucho mayor que el previsto en virtud del programa”, puede leerse en el informe, analizado en detalle por la Procuración del Tesoro.

“En sentido contrario a los compromisos tomados en el marco del programa, las autoridades han seguido una estrategia ad-hoc de intervención discrecional. En ocasiones intervinieron sin que hubiera una fluctuación significativa del peso, vendieron reservas a una moneda en apreciación, mediante subastas y ventas directas al mercado, y efectuaron ocasionales incursiones fuera del mercado ante grandes fluctuaciones diarias de la moneda”, agrega el informe del organismo multilateral.

¿El propio staff del FMI entendió que el BCRA había convalidado una venta discrecional de dólares pactada directamente con los fondos especulativos que se querían ir del país? Justamente, ese tramo del circuito que recorrió el préstamo stand-by podría dilucidarse con los archivos que la autoridad monetaria ya le entregó tanto a la Bicameral de Seguimiento de la Deuda como a la propia Procuración.

 

 

Nuevo pedido de indagatoria

La Procuración del Tesoro insistió esta semana en el pedido de indagatoria a Macri y demás funcionarios ante la jueza Capuchetti. A fin de año, podría prescribir uno de los cinco delitos (incumplimiento de deberes de funcionario público) que se les imputa. Por eso también la celeridad.

“Independientemente de las justificaciones ensayadas por el ex Presidente respecto de la política económica adoptada durante su gestión, lo cierto es que sus propias manifestaciones denotan que el préstamo del FMI fue utilizado para un destino distinto del que fue previsto por el organismo (…) El uso de los fondos para satisfacer los requerimientos de inversores especulativos que pretendían reposicionarse en dólares y que se querían ir del país –según Macri– una vez alcanzada una exorbitante rentabilidad por las tasas de interés reconocidas a través de las LEBACs, se corresponde con lo que el FMI advirtió como desvío en el uso de los recursos prestados”, sostuvo la Procuración en un nuevo escrito presentado esta semana.

Es decir, lo dicho por Macri podría ajustarse a lo que el staff del FMI señaló como “desvíos en el uso de recursos prestados a la República”.

Zannini ya cuenta con la información que le envió el BCRA sobre las personas físicas y jurídicas que compraron y fugaron dólares durante el período 2016-2019. Son cientos de miles de CUITs. Su objetivo es dar con las personas que hayan tenido LEBACs y hayan dolarizado esos excedentes para demostrar la administración fraudulenta. Por eso también es clave el listado que publicó El Cohete con las 100 personas humanas que más fugaron.

 

 

Más duros

“El FMI vino para salvar de la quiebra a los fondos amigos de Macri. Por eso la corresponsabilidad en el desfalco, por más que la causa penal en el país recaiga sólo sobre los funcionarios locales”, analizó ante El Cohete una de las personas que sigue en detalle la denuncia que tramita ante el juzgado de Capuchetti. La misma fuente sostiene que si se pretendiera avanzar penalmente contra los integrantes del FMI, habría que hacerlo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya que gozarían del status de embajadores.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, estuvo reunido catorce horas con Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, durante su reciente viaje a Roma. También hubo un encuentro con la directora gerenta del organismo, Kristalina Georgieva. Pero el paso más difícil fue con Geoffrey Okamoto, designado por el ex Presidente Trump como subdirector primero y la persona que cobró mayor protagonismo dentro del Fondo, luego de que Georgieva fuera cuestionada por el affaire con China.

 

Martín Guzmán y Julie Kozack, en Roma.

 

Como ex funcionario del Tesoro norteamericano durante le gestión Trump, Okamoto habría supervisado todos los desembolsos del FMI, a pesar de las advertencias del staff. Era casi cantado que el préstamo stand-by tenía un componente político. Cuando el ex mandatario abrió la boca, lo que casi era una certeza quedó en evidencia. También parece haber quedado expuesto en las últimas horas que negociar con Okamoto no es lo mismo que hacerlo con Georgieva. Las cosas están más complejas para el país.

“Sea a 10 ó 20 años, es imposible demostrar en papeles que se podrá pagar todo. Lo que ocurre con el FMI es casi como una batalla final”, sintetiza uno de los funcionarios que sigue de cerca la pesquisa penal. Es decir, estaría en juego el destino de la política económica de los próximos lustros.

La Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda también está sumergida en los cientos de miles de CUITs con la información sobre la fuga. Sus integrantes deben hacer un trabajo casi artesanal para revisar uno por uno y conocer quiénes fueron los fugadores. Se supone que luego del domingo, esta tarea se reactivará.

Un trabajo muy de hormiga frente a lo descomunal del problema.

 

 

 

 

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