LA COMEZÓN DEL SÉPTIMO MES
La Comezón del Séptimo Año es la deliciosa comedia que Billy Wilder filmó en 1955. ¿Quién no conoce la imagen de la rejilla del subte de Nueva York que alborota el vestido blanco de Marilyn Monroe, aunque no sepa de dónde proviene? Se titula así porque un psiquiatra afirma que es habitual que al séptimo año los hombres casados busquen a otras mujeres. Incluso lo cuantifica: le ocurre al 84% de los hombres, porcentaje que crece al 92% en verano. Dividido entre el deseo y la culpa, el hombrecito que interpreta Tom Ewell es un editor de libros baratos. Lee un tratado sobre "La represión del hombre de mediana edad, orígenes y consecuencias", y lo retitula "Crimen y Deseo", con la ilustración de una sombra siniestra que amenaza a una joven con poca ropa. Todo el tiempo repite para sí mismo: "Yo no".
Mañana Javier Milei no iniciará su séptimo año sino su séptimo mes en la presidencia, pero no está menos atribulado que el pequeño burgués urbano que pierde la cabeza por Marilyn, la vecina del piso de arriba que lo visita mientras su esposa y su hijo pasan el verano en la playa.
Pura imaginación
El personaje que le valió un Globo de Oro a Ewell es tímido y depresivo, a diferencia del presidente argentino, que se lleva el mundo por delante. Lo que ambos tienen en común es una descontrolada imaginación que toman por la realidad.
Ewell fantasea que todas las mujeres se rinden ante su intensidad animal: su secretaria, que intenta violarlo sobre el escritorio; la enfermera del hospital, a la que tienen que extirpar de su lecho de convaleciente; la mejor amiga de su esposa que quiere seguirlo de aquí a la eternidad, y la propia Marilyn, a quien seduce tocando al piano el concierto número 2 de Rachmaninoff enfundado en un bata de seda carmesí.
Milei sólo se compara con Moisés, pregona que está realizando el ajuste más drástico en la historia de la humanidad, cree que los mayores empresarios globales están haciendo cola para reunirse con él porque es uno de los tres grandes líderes del mundo, y sentencia que Sandra Pettovello, quien tropieza con sus propias piernas en una descomunal estructura burocrática que subsumió a los ministerios de trabajo, mujeres, salud, educación, vivienda, cultura y desarrollo social es la mejor ministra de la historia argentina.
En confirmación de su desacuerdo, la Zarina le bajó el precio: es "una de nuestras mejores ministras", la puso en su lugar. Poca cosa, si ese es el rasero. Pettovello comenzó negando que escondiera miles de toneladas de alimentos prontos a vencer. El vocero presidencial pretendió que se guardaban para asistir en emergencias, cuando Milei ya había dicho que cada provincia y municipio debía arreglarse con lo que tenía. Al juez que pidió un informe le hicieron responder que no permitirían que avanzara sobre atribuciones del Poder Ejecutivo. Todas las excusas fracasaron y la Cámara Federal respaldó la decisión del juez, quien intimó a la ministra a obedecer o incurrir en delito, Pettovello anunció que el Ejército distribuiría los productos antes de que se pudrieran. Esto tendría sentido ante un imprevisto calamitoso, pero no para cubrir la ineficiencia de los funcionarios a cargo. Por las dudas, también decapitó a su principal colaborador, Pablo De la Torre, quien jura que dio el aviso temprano sobre el inminente vencimiento de la descomunal cantidad de leche en polvo que el gobierno había decidido no entregar, como parte de su batalla contra quienes llama los intermediarios de la pobreza.
En el centro de la atención, Pettovello también debe responder por los contratos irregulares de funcionarios, mediante la triangulación con la Organización de Estados Iberoamericanos. Como no les paga el Estado sino ese ente internacional, no figuran ni son sometidos a ningún control. Pero los fondos salen de la caja ministerial, con escala en la OEI, que también intermedió en la adquisición de alimentos. Más turbio no se consigue. La gestión es imposible con el torbellino de renuncias y despidos en un ministerio que ya dejó en el camino a cuatro decenas de funcionarios, la mitad en los últimos días. Acá se puede ver el detalle. Harto de estos contratiempos que le impiden sobrevolar la realidad desde sus ensoñaciones internacionales, Milei imagina un gobierno con más robots que personas, gestionado por la Inteligencia Artificial de Google. Pero aún para implementar tal tipo de soluciones futuristas, se precisan seres humanos que gestionen su aplicación.
El mensaje de Pettovello con los comedores y su materia prima es claro: mientras no se sepa, mejor que los alimentos se pudran a repartirlos entre los necesitados, porque el objetivo político de los Hermanos Milei es quebrar a las organizaciones sociales. Donde hay una necesidad no nace ningún derecho, como dijo Carlos Rosenkrantz, quien no es un pensador libertario sino un abogado directo o por interpósita persona de grandes empresas, dentro de lo posible extranjeras. Es el caso de las tabacaleras inglesa Bristish Tobacco y estadounidense Philips Morris. Esta vez Rosenkrantz se excusó de intervenir en el litigio de esas compañías con la pequeña Tabacalera Sarandí local, tal vez gracias al Cohete, que lo puso en evidencia hace cuatro años, cuando no tuvo empacho en dirigir la circulación de la causa en la Corte Suprema de Justicia y votar en favor de sus clientes.
La triste realidad
La realidad de Tom Ewell es menos rutilante de lo que se figura. A los 38 años siente que su mejor momento ya pasó, los médicos le han prohibido fumar y beber, su hijo es un pequeño dictador que lo desprecia, lo que lo acerca a su esposa son los celos que le provoca un amigo, no soporta la complicidad masculina del portero que descubre a su visita, teme que el plomero y la moza del restaurante vegetariano al que lo confinó su esposa divulguen en todo el barrio su affaire, que la propia Marilyn cuente en televisión que la acosa un monstruo y que su esposa se entere.
Con Milei pasa algo parecido. En el séptimo mes de su mandato, que comienza el martes
- No ha conseguido que el Congreso sancione uno solo de sus proyectos de ley.
- La Cámara de Diputados aprobó un proyecto que mejora la fórmula jubilatoria y el gobierno ya sabe que el Senado hará lo propio.
- Carece de cualquier certeza sobre el destino que correrán en el Senado sus Bases Circuncisas. El miércoles 12, cuando la tratará el Senado una movilización política y sindical que comparten la CGT y la CTA expresará su repudio.
- Se desploman la construcción (-37% en abril), la industria (-16.6%) y el consumo (-14%), porcentajes propios de la pandemia o de una guerra.
- Ante un club de diplomáticos, la economista cordobesa a cargo de las relaciones exteriores dijo que el consumo tardará en recuperarse y que no hay ahorro interno para invertir, por lo que sólo se podrá crecer mediante la inversión externa, que no asoma, y la exportación, muy inferior a lo esperado.
- Los exportadores de cereales liquidaron el mes pasado 37% menos que en el mismo mes del año anterior, durante la peor sequía que se recuerde.
- Gustavo Idígoras, presidente de la cámara que los agrupa junto con los aceiteros, afirma que la declinación de la soja no es transitoria, sino síntoma de un fracaso irreversible.
- El Banco Mundial ratificó que en la última década la Argentina fue el único de los principales exportadores cuyas colocaciones disminuyeron.
- La brecha entre el dólar oficial y los paralelos rebotó en V y apunta al 50%.
- El riesgo crediticio del país superó en 16% al rendimiento de los títulos del Tesoro de Estados Unidos.
- El FMI no aceptó aumentar su exposición a la Argentina y sólo refinanciará los vencimientos. Volvió a exigir respaldo político para la política del gobierno y en una típica maniobra de pinzas reclamó al mismo tiempo "proteger el valor real de las pensiones", y "preservar las metas fiscales", según su vocera Julie Kozack.
- China no ha mostrado voluntad de renovar el swap con el Banco Central, por lo que entre este mes y el próximo habría que pagar 4.800 millones de dólares.
- De este modo, las reservas reales del Banco Central seguiran en rojo pese a las compras de las que se jacta Milei.
- El endeudamiento del Tesoro reemplazó al del Banco Central, pero ambos constituyen pasivos a cancelar.
- El desempleo se acerca a los dos dígitos.
- Las consultoras que responden a la encuesta del Banco Central vaticinaron que el descenso de la inflación se detuvo y ya comenzó el rebote.
- Desde que asumió Milei, la medición sobre pobreza de la Pontificia Universidad Católica (PUCA) trepó del 44,7% al 55,5%, más que en los mandatos completos de Macrì y del Doctor Fernández.
- El ex ministro de Economía Alfonso de Prat Gay califica la crisis actual como de hiper recesión. Cita la caída del 25% en la recaudación del mes pasado del impuesto al cheque, la peor en dos décadas, y a partir de ese dato vaticina un derrumbe similar de la actividad el mes próximo.
- Comparte el diagnóstico el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, quien además de la caída de los ingresos por el impuesto al cheque también menciona la merma en el IVA sobre las transacciones internas.
El Ministro de Economía Luis Caputo se adhiere sin dudar al estilo presidencial. El y su socio Santiago Bausilli están haciendo buenos negocios, como el proyecto inmobiliario Gigena. Ante un foro de gerentes de empresas dijo que lo peor ya había pasado y que las críticas al gobierno se deben a que la oposición advirtió "que nos podemos quedar ocho años". Pidió que invirtieran. Prometió que no los iba a defraudar (¿te suena?) y una vez más prometió bajar los impuestos que por ahora están subiendo. El truco es no decir cuándo. También expuso su idea de la política: "Algunos periodistas dicen que tenemos que hacer política. ¿Qué creen que es hacer política? Plata. Es darles plata: valijas, puestos, obras públicas o cajas. Eso es hacer política; un negocio de miles de millones de dólares que se lleva gran parte del déficit. Eso estamos cambiando".
¿La equiparación de valijas con obras públicas es lo más serio que puede decir Caputo, y cómo se concilia con los pagos ilegales por los que debe responder su colega Pettovello? En cualquier caso, la frase de Caputo es representativa de los mercados en los que ha pasado toda su vida. Por eso los dólares paralelos, la brecha y el riesgo país saltaron hacia arriba cuando los diputados aprobaron una fórmula previsional que pone un freno a caídas adicionales del ingreso de los jubilados, y cayó la cotización de bonos soberanos y acciones argentinas. Esto corresponde a una estricta lectura clasista y a un juego de suma cero, donde cualquier ganancia para trabajadores o pasivos es un detrimento para la ruleta financiera.
El gobierno desconoce el principio lógico de contradicción: al mismo tiempo sueña con ocho años y teme que lo volteen, por lo que un enjambre de comunicadores para-oficiales se lanza a la caza de golpistas. Por supuesto, el blanco principal es el kirchnerismo.
La trampa máxima
El comunicado de la presidencia atribuye al diputado Máximo Kirchner haber tendido una trampa a diputados de buena intención para romper el equilibrio fiscal y anunció que vetará el proyecto de ley previsional. En realidad, el proyecto que votó Diputados no es el de UxP sino el de la UCR, apoyado por los lilitos, la banda de Pichetto y provinciales varios, al que adhirieron los patriotas. La trampa consistiría en haber votado un texto de mínima, en vez del propio, con lo cual se reunió una mayoría de 160 votos contra 72 y 8 abstenciones. Todos los meses, el haber se actualizará según el último IPC del Indec. Y el 12,5% que el gobierno ofreció para compensar el 20,6% de inflación de enero, se empalmará con un 8,1% adicional. El haber mínimo no será menor a la canasta básica del adulto mayor. Una vez por año se compensaría el 50% del desfasaje que se hubiera producido entre salario promedio e inflación.
El Presidente no ahorró insultos para anunciar en un foro económico que si la ley se sanciona no vacilará en vetarla porque destruiría el equilibrio fiscal. Pero la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó en apenas el 0,43% del PIB el costo fiscal del proyecto. Y no es imposible que el Congreso alcance los 2/3 para insistir, de modo que el problema fiscal devendría un drama político. Con más apego por la realidad, el nuevo jefe de gabinete declaró que en tal caso harían recortes en otras partidas. Esto implicaría avanzar sobre los únicos privilegiados, que son los titulares de las mayores fortunas, porque el resto ya fue exprimido.
El señalamiento de Cristina como inspiradora del presunto golpismo es irreal. Todo lo contrario, la ex Presidenta enfría cualquier ensoñación de sus interlocutores: si esto se cae, no venimos nosotros, que no estamos en condiciones de hacernos cargo, sino algo peor, razona. La dupla Villarruel-Francos no es tranquilizadora.
La mayor ironía es que la única norma que le ha permitido a los Hermanos Milei avanzar con sus medidas devastadoras es la ley 26.122, presentada en 2006 por la entonces senadora CFK, como regulación de los decretos de necesidad y urgencia admitidos por la reforma constitucional de 1994 salvo en cuestiones penales, tributarias, electorales y de los partidos políticos.
Por esa ley, que desde el CELS cuestionamos, un decreto de necesidad y urgencia mantiene validez salvo que lo deroguen las dos cámaras del Congreso. Y aun si lo hicieran quedarían a salvo "los derechos adquiridos durante su vigencia" (y también los derechos perdidos, aunque el texto no lo diga). No es así como la Constitución prescribe que se forman las leyes. Vigente desde hace 18 años y convalidada por la Corte Suprema de Justicia, permite que un decreto surta efecto, aunque una de las dos cámaras lo declare inválido, e incluso si la otra no se pronuncia, que es lo que ha ocurrido con el decreto 70/2023, clave de bóveda del minarquismo.
Los radicales Rodolfo Terragno, en cuanto el proyecto de ley ingresó al Congreso, y Ricardo Gil Lavedra, cuando concluía el primer mandato de Cristina, denunciaron el carácter autoritario de la norma y exigieron su modificación. Pero mientras gobernaba la UCR con Fernando De la Rúa, de quien tanto Terragno como Gil Lavedra fueron ministros, el Senado rechazó los DNU 430 (que ordenaba la reducción salarial de los empleados públicos), 438/00 (que recortaba los haberes jubilatorios), y 446/00 (que desregulaba las obras sociales), pero igual mantuvieron su vigencia por su aprobación en la Cámara de Diputados. Es decir que la ley de Cristina la aprovechó De la Rúa.
El régimen funciona de una manera cuando un gobierno tiene mayoría en ambas cámaras, como ocurrió en la segunda presidencia de CFK. Entonces se caracterizaba al Congreso como la escribanía. Legislar por omisión acelera los trámites, pero no contraría la voluntad popular, ya que los representantes también aprobarían esas normas si llegaran bajo forma de proyectos de ley. Muy distinto es el caso actual, en que el gobierno apenas cuenta con un puñado de diputados y senadores, que además se despedazan entre ellos, por lo cual la sanción de alguna ley es un camino empinado que hasta ahora no ha podido recorrer. No importa lo que cada quien opine sobre la validez jurídica de esa ley. De hecho, integra la constitución material de la Argentina y más que rezongar importa reunir las voluntades para rechazar tal o cual decreto. El Congreso volteó 30 vetos de Carlos Menem, 6 del senador Eduardo Duhalde durante su interinato en el Poder Ejecutivo, 4 de Fernando De la Rúa y 1 de Raúl Alfonsín. En cambio, terminaron invictos Maurizio Macrì, Néstor y Cristina Kirchner.
Milei volvió a caracterizar como ratas a quienes votaron en el Congreso la fórmula previsional. Lo hizo en varios cuadros compuestos con inteligencia artificial, dónde él aparece como el león que espada en mano defiende la caja que asedian los roedores.
Pero además, en una entrevista con el portal de Estados Unidos Free Press se jactó de ser "el topo dentro del Estado, yo soy el que destruye el Estado desde adentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas, la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo este tipo de mentiras, calumnias, injurias, tanto sobre mi persona como mis seres más queridos, que son mi hermana y mis perros y mis padres con tal de destruir al Estado". También dijo que se sentía Terminator, el personaje de Schwarzenegger. Agregó que el ex gobernador de California era libertario. Grabada durante su último viaje a Estados Unidos, cuando habló de su padre ya sabía que un consorcio periodístico había solicitado acceso a la información pública acerca de los subsidios recibidos por las líneas de colectivos de Norberto Milei en la primera década del siglo. La impactante publicación de Hugo Alconada Mon cuantifica ese beneficio en 33 millones de dólares. Tal vez la caracterización del cazador de ratas como topo lleva a preguntarse qué tiene el presidente en la cabeza, como lo hace el artista conceptual Navaja.
La comparación de la amenaza de Milei con el veto de Cristina en octubre de 2010 a la ley que establecía el 82% mínimo, vital y móvil no se sostiene. Cinco años antes Néstor Kirchner había establecido la primera moratoria previsional, que permitió acceder a la jubilación a quienes la habían perdido por el ruinoso sistema de las AFJP, que vació las cuentas para cobrar intereses a quienes habían perdido el trabajo y no pudieron seguir aportando. Esto permitió que la cobertura superara el 90% de la población en edad de retirarse, mientras la fórmula de actualización permitía ganarle a la inflación. En ese contexto, el veto de Cristina no tuvo consecuencia negativa para su gobierno, que al año siguiente consiguió la reelección con el 55% de los votos. El reverso es la situación actual: según el propio Milei, las pasividades perdieron bajo su mandato el 0,4% del PIB. Ése es precisamente el porcentaje que les restituiría el modesto proyecto de ley sancionado en la cámara baja. Es decir, no recupera ni el 20% perdido durante el procaz gobierno de Maurizio Macrì, ni el 2% adicional que se evaporó en los años del Doctor Fernández. En una cruda expresión del darwinismo social en el que cree, Milei dijo que algo intentará cada persona para no morirse de hambre. Pero en ningún lado está escrito que esa respuesta sólo pueda ser individual. Varios diciembres ya lo mostraron.
La música que escuché mientras escribía
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