La basura de Martiniano Molina

En Quilmes, donde el intendente es el cocinero afiliado a Cambiemos, la basura reina

Las ratas caminan por las calles como si fueran mascotas. El olor ácido se vuelve parte del paisaje. Por los arroyos se escurre el "juguito de la basura", como le dice una vecina. En pleno siglo XXI un niño con carro pasa puerta por la puerta, preguntando si no quieren que por veinte pesos retire la basura acumulada. Las situación en Bernal Oeste es la misma que en el resto del Municipio de Quilmes, hace un año que el servicio público de recolección de residuos es deficiente. Por eso los vecinos se organizaron y "hartos de estar hartos", como dijeron a El Cohete, el domingo a la noche sacaron la basura a la ex Avenida Pasco.

Recién 24 horas después de que con carretillas, bolsones y entre más de 20 vecinos construyeran un piquete de basura en una de las avenidas más transitadas del barrio, apareció un camión de la Municipalidad que comanda el cocinero de Cambiemos Martiniano Molina. "Vinieron porque estuvo la televisión, eso dijeron los muchachos del camión. Si no, no venían", aclara una vecina. El camión que envió el municipio no era siquiera el de recolección de basura sino uno que usualmente se utiliza para juntar las ramas que se caen o se podan. La basura fue retirada de la ex Avenida Pasco pero esa fue la única y provisoria solución. Los vecinos no saben si en la próxima semana se reanudará el servicio.

"Acá cualquier baldío se convierte en basurero", cuenta Zulma, integrante de una comunidad eclesial de base de Bernal. Los vecinos dejan las bolsas de basura colgadas de los alambrados, de las rejas, en los canastos individuales, a la vera de los caminos, la basura se acumula en los rincones que por constumbre seleccionan para contener sus desperdicios el tiempo que el camión de la basura tarde en pasar. Pueden pasar 20 días, puede pasar un mes. Con suerte pasa una vez por semana.

La calle que se transformó en basurero antes de que los vecinos llevaran la basura a la avenida Tomás Flores (ex Pasco).

"Este el lugar por donde entramos al barrio, está lleno de animales muertos. Jamás vimos tanta desidia. Es el patio de atrás de Quilmes y por eso a nadie le importa", cuenta Zulma. Los vecinos se organizaron por un grupo de Whatsapp y ahora se mantienen alertas a cómo sigue la situación. En la tarde del lunes un grupo de vecinas intervino el espacio de la cuadra donde se había asentado el basurero de emergencia. Juntaron gomas para hacer canteros, los pintaron, plantaron flores; buscan con esta acción evitar que ese espacio siga siendo usado como depósito clandestino de basura.


El trabajo de las mujeres para que no vuelva a hacerse un basurero.

"Cuanto más ineficiente sea el servicio, más argumentos tienen para privatizarlo cuenta Zulma, como hicieron con Aerolíneas, cuanto menos funcione el servicio público más fácil será regalarle el servicio a un privado". Según enuncian los vecinos, la intención del Intendente Martiniano Molina sería reprivatizar el servicio que se municipalizó en 2014. "Por todo Quilmes hay calles cortadas por la cantidad de basura, con todo lo que eso significa", denunciaron.

Según los relatos de referentes sociales de esa localidad, la situación se agravó en 2017 cuando el gobierno municipal y el provincial suspendieron la limpieza de los arroyos  y generaron una emergencia sanitaria por la falta de recolección de la basura, sobre todo en los barrios populares.

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