Si no fuera por la seriedad de la fuente, podría haber pensado que se trataba de una fake news, al estilo de la que Woody Allen presentó en Zelig. Pero Josh Jones es mi periodista preferido sobre jazz, que además toca y canta. En su habitual columna de Open Culture (que no sin razón se jacta de ser el mejor medio cultural y educativo gratuito en Internet), presentó un documental de 20 minutos de Eve Goldberg sobre Hazel Scott. Podés setear para que aparezcan subtítulos en inglés, pero te voy a contar de qué se trata para que puedas verlo con comodidad.
Hazel Scott fue una pianista y cantante nacida en Trinidad y Tobago en 1920, hija de una pianista clásica, que la llevó a Estados Unidos a los 4 años cuando ya era considerada una niña prodigio. O prodigia, por las dudas. Era tan impresionante lo que hacía al piano, que a los 8 años le permitieron tomar clases en la escuela Juilliard de Nueva York, donde la edad de admisión eran los 16 . Cuando llegó a esa edad ya tenía un programa en radio y había actuado en Roseland en el mismo programa con la orquesta de Count Basie.
Durante la crisis de la década del '30 su madre, que no conseguía contratos como pianista clásica, aprendió a tocar el saxo para formar una orquesta de señoritas, que estaban de moda. Hazel fue su pianista. A sus 19 años, Billie Holiday la recomendó para que la reemplazara en Cafe Society, que era el lugar de moda. Para que te des una idea de su dimensión, el bajo de su trío era Charles Mingus y el baterista Max Roach, nada menos. Tocó como solista en el Carnegie Hall, actuó en Broadway, filmó cinco películas, una de ellas dirigida por el gran Vincente Minelli, fue la primera mujer negra que condujo su propio show en televisión.
Rica y famosa, se casó con el activista y diputado afroamericano pero de piel blanca Adam Clayton Powell. Se negó a actuar en salones segregados, impuso que sus personajes en cine escaparan del estereotipo denigrante que se reservaba a su raza. Hasta que fue incluida en la lista roja de la comisión de actividades antiestadounidenses del Congreso. Admitió que había apoyado la candidatura de un comunista y objetó la tarea de la comisión que conducía McCarthy, a partir de lo cual le cancelaron todos sus contratos, debió dejar el país, pasó años en Francia y fue prácticamente olvidada. Este es el documental:
Este disco de 1947 la muestra en toda su potencia.
Su habilidad era tal que hasta se animó a tocar al mismo tiempo en dos pianos.
Pero no era un fenómeno de circo, sino una artista notable, como podés apreciar en las piezas que siguen, de los varios discos que grabó.
Fue la primera en jazzear la música clásica, y grabó este Swinging the Classics. No es lo que más me gusta, pero prueba su notable técnica.
Comparto con vos mi alegría por descubrir un tesoro semejante, que en mi infinita ignorancia hasta esta semana no conocía.
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