¿Justicia o cacería de brujas?

El chico de 14 años detenido por la muerte de Kim no participó del robo que derivó en asesinato

 

Los primeros días de febrero, M. la pasó entre la calle y la escuela secundaria, en periodo de “intensificación” para recuperar materias de segundo año. Todo eso se cortó la noche del martes 25, cuando la Policía lo levantó de su barrio de Altos de San Lorenzo, en La Plata, en medio de un operativo que contó hasta con helicópteros.

Con 14 años y sin antecedentes policiales, lleva 15 días detenido en un centro de menores, acusado de ser coautor del homicidio de Kim Gómez, la nena de siete años que según varios testigos quedó atrapada en el auto de su mamá y murió arrastrada 15 cuadras por delincuentes que le robaron el Fiat Palio con ella adentro y luego chocaron contra un poste de luz. La principal hipótesis es que habrían intentado tirarla, pero quedó enganchada del cinturón de seguridad.

A la mañana del 26, fuentes policiales se encargaron de difundir la cara de M. en primer plano y las imágenes del instante de su detención junto a T., de 17 años, también acusado por el “homicidio en ocasión de robo” y ahora con prisión preventiva y a la espera de un juicio. Ambos rostros, uno de un menor imputable y otro de uno no punible, se hicieron virales en redes sociales y medios de todo el país, y el gobierno nacional, con Patricia Bullrich a la cabeza, aprovechó para empujar su propuesta de bajar la edad de punibilidad. La ministra de Seguridad dijo que es “urgente” y hasta el propio Presidente Javier Milei usó el caso de Kim para reclamar en el inicio de sesiones ordinarias del Congreso el endurecimiento de todas las penas del Código Penal.

Esta semana declaró Florencia Barbosa, la mamá de Kim. Ante la jueza María José Lescano y la fiscal Carmen Ibarra, reconoció al chico de 17 como la persona que la obligó a salir del auto, pero no pudo identificar a M. Además, se conocieron los resultados de dos medidas de prueba claves: las cámaras de seguridad del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de la Municipalidad muestran que el chico de 14 años no subió al auto y, por otro lado, ninguna de las huellas dactilares ni palmares levantadas en el vehículo coinciden con las suyas.

“Es inocente, no participó del hecho. Las imágenes son contundentes”, asegura su defensor Ricardo Berenguer, en diálogo con El Cohete a la Luna desde la luminosa oficina de la Unidad Funcional de Defensa del Joven N° 15.

El aire acondicionado no anda. El ventilador apunta a la ventana y la cortina golpea una y otra vez el vidrio. La vista, desde el piso 10, es una imagen aérea privilegiada de la renovada Plaza San Martín de La Plata, a horas de la reinauguración frente a la Gobernación y la Legislatura provincial. En el escritorio de la Defensoría, a salvo del viento, se apilan decenas de papeles de un expediente que duele y conmueve al país.

Berenguer asegura que todas las pruebas refuerzan la versión de los hechos que contó M: que estaban junto a T. sentados en un cantero de la carnicería de la esquina de 25 y 72, pero que no participó del robo del auto posterior. Un testigo, trabajador de una verdulería, dice que vio a dos jóvenes subir al vehículo, pero las cámaras muestran al chico caminando hacia su casa minutos después de las 20. Es el momento de la trágica fuga de 15 cuadras, con Kim arrastrada hasta el fondo de Altos de San Lorenzo.

 

Un altar improvisado entre pastizales. Foto: Nicolás Freda, Perycia.

 

La presión mediática

M. declaró ante la fiscal dos días después de la muerte de Kim. Dijo que junto a T. estaban “pidiendo” comida y que el chico de 17 años robó el auto cuando el Palio se frenó en el semáforo. Según su versión, él no sabía que el otro chico planeaba el robo y que se quedó sin saber qué hacer. Contó incluso que fue él quien paró a un auto blanco para pedir que la suba a Florencia, que desesperada quería seguir a su hija. Dijo que después corrió una cuadra porque tenía miedo a que lo involucren, que se sacó la remera y que después volvió a caminar hasta su casa, a pocos metros de donde terminó la trágica fuga con el auto abandonado en la esquina de 28 y 83. Según su testimonio, antes de entrar a su casa vio el Palio chocado, los patrulleros y el cuerpo ensangrentado de Kim.

Lo mismo declaró este viernes, frente a la fiscal, la jueza y la familia de Kim, en la audiencia convocada por la jueza para resolver su situación judicial. El informe con las imágenes de las cámaras de seguridad del barrio hicieron torcer la hipótesis de la fiscal, que ahora sostiene que el menor de 14 años nunca subió al auto. De todas maneras, mantuvo la acusación por el testimonio de dos testigos y el lunes habrá otra audiencia clave.

“El chico no tuvo intervención en el hecho y por eso pedí el rechazo de la medida de seguridad y su inmediata libertad”, insiste Berenguer, defensor del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil desde 2008.

 

Defensor Ricardo Berenguer: "El chico no tuvo intervención en el hecho".

 

 

En medio de un crimen tan doloroso, la presión social pide que siga preso.

Pero las imágenes deberían poder convencer racionalmente a la gente. Está clara la inocencia. Además no se trata de salir a una caza de brujas, el mismo papá de Kim, Marcos Gómez, dijo que son dos chicos y que se apena por ellos. Nadie quiere que haya un inocente preso. La presión mediática pide justicia, no una cacería de brujas.

La fiscal pidió un encierro de cuatro años, hasta la mayoría de edad.

Sí, preso en un instituto cerrado con pibes de 18, 19 o 20 años. Y sin juicio, porque es no punible, tal como suelen estar unos 40 chicos menores de 16 en la provincia. Está colgado, chupado, sin posibilidad de defenderse. Tampoco a nosotros nos dejan participar de los interrogatorios ni me permitieron presenciar la declaración de la mamá de la nena.

Detrás de la condena mediática contra M., vino el renovado reclamo por la edad de punibilidad.

Claro, partiendo de una base falsa que es la participación de un menor de 14 años, que demostramos que no intervino. Es carancheo berreta salir a hacer una reforma legal sobre un muerto en caliente. Es de muy mal gusto y de precario resultado, que retroalimenta el camino de Blumberg porque aumentar las penas e impedir los beneficios no soluciona nada. El delito es multicausal, más tratándose de pibes. Si no abordamos todas las causas y definimos una intervención integral… Además en el escenario actual es absolutamente minoritario el delito juvenil: un 2,3% de la totalidad de los delitos de la Provincia, según datos de la Procuración General.

Los números a nivel regional también muestran que bajar la edad no garantiza mayor seguridad.

Cuba y la Argentina son los dos países que tienen 16 años de edad de responsabilidad juvenil, y junto con Bolivia, que tiene 14, son los que tienen menor incidencia de menores en los delitos.

¿La llamada “inversión en seguridad” debería incluir al Sistema de Promoción y Protección de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia y no sólo a la cuestión policial?

Totalmente. Es la clave. Es uno de los temas para abordar cuando se pretende modificar los parámetros de seguridad/inseguridad en la sociedad. Hay que empezar por los déficit de los chicos, tanto cuando son víctimas como cuando son victimarios, porque los chicos también son víctimas de la trata, la prostitución, el narcotráfico o redes de delincuentes mayores. Todos los chicos tienen las mismas condiciones que los llevan a caer en esas redes.

¿Percibe en su trabajo cotidiano la baja de la incidencia de los menores en los delitos?

Sí, y la caída es sostenida desde hace diez años. Nosotros teníamos antes un parámetro de diez detenidos por turno y ahora tenemos uno, dos o tres. Se nota muchísimo el descenso.

Cuando se supo que una fiscal había dejado en libertad a T. por un robo ocurrido un mes antes de la muerte de Kim, el papá de la nena dijo que no la criticaba porque quizás es lo que corresponde, pero reconoció que el problema es que los chicos queden a la deriva.

Esa es la falla del Sistema de Protección, que a veces sirve de excusa para que los jueces los dejen detenidos porque dicen que en la calle no tienen colchón ni red. Lo que pasa es que los Servicios Locales, que se tienen que meter en los barrios donde está el conflicto, no tienen recursos suficientes para ir a buscar a los pibes que están sin rumbo.

Y la situación se agrava con las políticas nacionales de abandono estatal.

En dos años vamos a estar viendo el desastre. Ya lo vimos con el menemismo, que acá en La Plata, Berisso y Ensenada fue terrible y las consecuencias todavía las estamos viviendo.

 

La posibilidad de soñar

El viernes, en las primeras horas de la calurosa tarde platense, M. salió del Juzgado de Menores N° 1 para volver a su lugar de detención. Unos minutos antes, frente a la prensa y abrazado a los peluches de su hija, Marcos Gómez lloró una vez más:

–Lo que más me duele es que son chicos los que están ahí adentro y están ahí porque fallamos como sociedad. Quieren bajar a 14, bajemos, empecemos por algo, pero los chicos necesitan ayuda. Hagamos algo previo para darle la oportunidad a todos y que tengan la posibilidad de vivir y soñar.

 

 

 

 

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