Juristas, medicos y beatniks en el Senado
Comenzaron las exposiciones de especialistas en torno de la Ley de Aborto
“Sacate el pañuelo, con el pañuelo no entrás”, avisaban a metros del ingreso al Palacio del Congreso. Según el reglamento de la Cámara de Senadores, “no están permitidas las demostraciones ni manifestaciones a favor o en contra”. Así que el ambiente está controlado, en las antípodas del 13J en Diputados, que cumple un mes en estos días. El salón Arturo Illia resulta pequeño para la afluencia de periodistas y asesores, pero los senadores están cómodos, sobran bastantes sillas de terciopelo bordó en la zona media de la platea improvisada. Sin embargo, la senadora Fiore Viñuales no parece muy cómoda, la mesita octogonal de roble oscuro que tiene que compartir con otras senadoras no le alcanza para apoyar sus útiles. Va a estar toda la sesión incómoda con la carpeta de folios, pero eso no le va impedir preguntar y repreguntar a las y los expositores. Para la semana que viene se decidió el traslado de las plenarias al más grande Salón de las Provincias y se espera mayor comodidad y capacidad para recibir a periodistas. A la solicitud de no portar insignias políticas (los pañuelos verde y celeste lo son) especialmente dirigida hacia periodistas feministas, se suma la dificultad para que los medios autogestivos, militantes o no-masivos sean acreditados en el plenario. La excusa es la capacidad del espacio.
Entre el día martes 10 y el miércoles 11 de julio expusieron más de 40 especialistas. La mayoría varones, y entre ellos, la mayoría a favor de rechazar el proyecto que legaliza el aborto. El orden de los expositores lo decidieron los tres presidentes de las comisiones involucradas: Salud, Justicia y Asuntos Penales, y Asuntos Constitucionales. Se decidió comenzar con el bloque de la constitucionalidad de la interrupción del embarazo. La sugerencia de varias legisladoras había sido comenzar con el eje que piensa el aborto como acceso a la salud. Pero no, se empezó con los discursos más crípticos, por incomprensibles y porque en algunos casos remiten al imaginario de aquella serie llamada Cuentos de la cripta.
Mientras comenzaba la primera jornada con el pedido de respeto y síntesis por parte del senador radical Mario Fiad (Jujuy), titular de la comisión de Salud; en Santiago del Estero lxs 307 alumnxs de la escuela San Miguel de Arcángel, de la localidad de Suncho Corral, anudaban sus pañuelos celestes en la nuca a la manera trillada de los bandoleros y se disponían a marchar en el desfile militar de la fecha patria, con orgullo.
En la primera fila de la platea improvisada con sillas, como si de un acto escolar se tratara, se sientan quienes más participan con preguntas, con gestos, y en general, de quienes ya conocemos sus posturas que se caen de maduras cada vez que intervienen. Como es el caso de la senadora tucumana Elías de Pérez (Cambiemos), que llevó preparados informes sobre las fuentes de financiamiento de algunas de las organizaciones que presentaron argumentos a favor de la legalización. La acusación de que recibir fondos de una organización determina la posición podría funcionar en el sentido inverso e interpelar a, por ejemplo, el Hospital Austral por presentar argumentos en contra porque recibe dinero del Opus Dei, algo que nadie haría por la obviedad del nexo, o, aun, preguntarle a los jerárquicos de la Iglesia católica en la Argentina quién los financia para que piensen así.
Los temas se vuelven reiterativos y el abanico tan amplio que el aborto abre parece un prisma para mirar el mundo. Cuándo comienza la persona; cuánto cobra un médico; si existe la objeción de conciencia institucional; si la mujer puede decidir sobre su cuerpo; si el sistema de salud podría albergar los 500.000 abortos al año; si vale más el derecho de la mujer que el de un feto; si el supuesto “padre” debe prestar consentimiento. Sobre este último punto, durante la jornada del 11 de julio ante una de las preguntas incisivas de la salteña Fiore Viñuales, el abogado radical Ricardo Gil Lavedra fue muy claro: “La paternidad no existe hasta el nacimiento, en nuestro derecho positivo”.
Pocos días atrás, como los alumnos salteños, un grupo de estudiantes neuquinos de la localidad de Cinco Saltos organizaban el acto patrio. “Usemos pañuelos verdes en vez de blancos”, propuso una de las alumnas, “salgamos con pollera los varones”, dijo uno a ver si pasaba, y pasó. La directora del establecimiento aprobó la consigna “Por una Patria inclusiva” y el 5to año del CEM Nro.72 bailó Zamba para olvidar bajo el cartel de "Seamos libres y lo demás no importa nada" de José de San Martín.
La segunda jornada tuvo en la primera fila un leve recambio. Sale Pinedo, entra Pichetto. También más adelante entrará en escena el senador Esteban Bullrich. De los senadores abiertamente a favor de la legalización, Pichetto es quien más ímpetu ha puesto en expresar su posición. El inesperado defensor de los derechos de las mujeres intervino luego de la disertación de la médica antiderechos María de los Angeles Carmona. La representante del Consejo Superior del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires dijo en su exposición que “los médicos no podemos trabajar bajo presión de cárcel” y que “la objeción de conciencia es un bien constitucional no negociable”. La ley que tiene media sanción, ya lo dijimos, permite la objeción de conciencia individual en cualquier caso y con el único requisito de que sea informada previamente; el senador rionegrino le hizo saber a Carmona su posición sobre la objeción de conciencia: “La ley se queda corta (...) en el sector público no podría haber ningún tipo de objeción de conciencia. Si usted trabaja en el sector público está obligada a cumplir la ley”, lanzó. Pero el guante no lo recogió la médica sino un compañero de bloque de Pichetto, el senador formoseño del FPV José Mayans: “Yo sostengo que el Estado no puede obligar a matar a nadie”, dijo, sin temor ni vergüenza por igualar el aborto con el homicidio, dos delitos siempre discriminados.
La perla de las primeras dos jornadas de ponencias fue la última expositora, Aída Kemelmajer de Carlucci. Su intervención logró quebrar el protocolo y estimuló a la ya lánguida audiencia. Hasta entonces, dada la prohibición del aplauso, las reacciones de aprobación eran manifestadas con un movimiento de dedos con las manos levantadas y las palmas hacia el frente o bien con el chasquido de dedos, que como sustituto del aplauso tiene sus raíces en muchas culturas antiguas, pero alcanzó prominencia en los Estados Unidos en la cultura "beatnik" de los años 50. La exposición de la ex jueza de la corte suprema mendocina se centró en desarmar la supuesta inconstitucionalidad de la ley, por momentos fue un discurso eminentemente técnico que tuvo un cierre emotivo con una conocida cita de René Favaloro: "Se nos mueren nenas en las villas mientras que en sanatorios hacen fortunas sacándole la vergüenza del vientre a las ricas". Pero la gema vino luego, cuando a cada pregunta de las senadoras antiderechos Kemelmajer respondió como si se tratara de una clase magistral. No debe pensar lo mismo el senador Bullrich, que a mitad de una de las respuestas se levantó y se fue.
Mencionamos algunas frases destacadas, que generaron un inesperado furor popular por la jurista mendocina, pero se recomienda escuchar la intervención completa (especialmente desde el minuto 11.10, cuando comienza la ronda de preguntas).
- La Corte Interamericana ha distinguido perfectamente "vida" de "persona". Y en el propio Código Civil ya desde Dalmacio Vélez Sarsfield hay una norma que dice que esa persona está sometida a una condición resolutoria: que nazca con vida.
- Nuestra lucha fue primero por el divorcio vincular, luego por el matrimonio igualitario y ahora es ésta. Nuestra lucha es por la secularización. De un lado y del otro siempre estuvimos los mismos. Nosotros vivimos en un país laico.
- Quienes se niegan a la aprobación de esta ley parecen decir 'nosotros sabemos más que el Comité de los Derechos del Niño, que la OMS, que la Corte Interamericana de los DDHH'.
- Las mujeres no somos un instrumento de la reproducción.
En Senadores el panorama parece más fragmentario que el que se presentaba en la Cámara de Diputados, donde ambas posiciones, pero especialmente la que está a favor del aborto legal, actuaban de forma coordinada. Los diversos conteos de posiciones continúan danto una pequeña diferencia a favor del rechazo; por eso para las activistas por el aborto cualquier gesto vale, desde el color de la corbata hasta una pregunta realizada con el timing justo. El problema parece ser el estado de latencia del algunas y algunos senadores, que aún están midiendo los premios y castigos de votar un dictamen positivo o el rechazo.
Mientras las exposiciones continúan los martes y miércoles en el Senado, en la calle y en todas las provincias el movimiento verde continúa: el 24 de julio habrá un puentazo federal, el 31 de julio un estudiantazo, el 1° de agosto —día en que se emitirá el dictamen—, participación en la marcha por Santiago Maldonado. Se esperan también acciones para el 7 de agosto, San Cayetano y víspera de la votación que finalmente coronará este proceso histórico.
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