La extraña sensación del final de una pesadilla inunda el espacio que habitamos quienes somos parte de la resistencia al macrismo, como expresión de la derecha más dura que aplicó impiadosamente su política de clase sobre nuestro pueblo. Los optimistas de la historia repetimos que una vez más ganamos una batalla. La impecable defensa que desplegó Cristina en su propio alegato es la imagen más acabada de lo que le tocó soportar a la oposición a este siniestro plan que pretendía cambiar la historia. Ahora juegan las negras.
Una de las sensaciones más raras es la posibilidad de hablar de futuro, de política, de Argentina, de nuestra América Latina sin tener que hablar de Macri. Sin dudas que tendrá que dar cuentas de sus tropelías ante los tribunales. El entramado que armó desde su mesa judicial se volverá como un búmeran sobre su cabeza, es difícil imaginarlo con un alegato para defenderse como el que produjo la Vicepresidenta electa. En fin, otras aguas transitarán los trabajadores y sus representantes con organizaciones en plena transformación con dirigentes de cuero curtido y jóvenes que han hecho su primera experiencia de resistencia en la calle soportando garrotazos y enfrentando despidos, cierres de fuentes de trabajo y suspensiones.
Alberto Fernández aparece como un gran conocedor del mundo del trabajo y del espacio sindical. Su gestualidad durante esta etapa lo ha llevado buscar un camino de unidad del entramado sindical. Desde su presencia en el congreso de la CTA donde se votó la reunificación con la CGT, hasta el almuerzo del día martes en el sindicato de Camioneros con una veintena de conocidos dirigentes, fue recorriendo el entramado de nucleamientos emitiendo señales que hablan de la política a implementar desde el 11 de diciembre. Está claro que pretende la mayor unidad posible para la gran mesa de concertación que quiere instaurar. Los grados de legitimidad de cada uno se verán reflejados a corto plazo. Quienes salieron a enfrentar despidos y represión desde Cresta Roja en adelante no quieren que se los equipare a quienes soñaron hasta el último día con el segundo mandato de Mauricio Macri.
La prueba más clara de que los tiempos cambiarán la muestran los futuros opositores. Los agroexportadores amenazan con sacar a sus peones a cortar rutas si les tocan las retenciones. Los medios concentrados cargan sobre el nuevo Presidente exigencias del endeudamiento agobiante que deja el gobierno con una deuda francamente impagable y de dudosa procedencia y, como telón de fondo, el gobierno americano hablando del patio trasero y felicitando a los militares golpistas del continente. Nada será fácil. Nada será imposible.
Mientras tanto, hasta el último día de Macri los trabajadores seguirán enfrentando despidos, suspensiones y amenazas.
Los médicos residentes de CABA reaccionaron con fuerza ante un intento del gobierno de precarizar más aún sus condiciones laborales. Mujeres en su mayoría, el 70 % están sometidos a situaciones de multiempleo en condiciones de total precariedad laboral. El 75% tuvo que soportar violencia de género durante las guardias en un contexto de salarios miserables. En ese marco se lanzaron a la lucha sin tener siquiera el respaldo de sus organizaciones sindicales. No obstante, la solidaridad fue muy importante y lograron revertir la situación.
“Déjese sin efecto la sanción del proyecto de Ley Nro. 2828-D-2019 y su agregado Nro. 2862-2019, del día 28 de noviembre de 2019”, dice la resolución votada en la Legislatura y sancionada por unanimidad, con 58 votos afirmativos.
El desalojo del Hotel Bauen debía suceder el 2 de diciembre y no pasó por la gran movilización solidaria de las organizaciones sociales y sindicatos que
vienen sosteniendo esta iniciativa colectiva de sus trabajadores.
La línea Sarmiento se vio paralizada en la mañana del martes por una medida de fuerza adoptada por la seccional de la Unión Ferroviaria que encabeza Rubén “el Pollo” Sobrero. Un reclamo de más de cinco años, que tiene que ver con los vestuarios de las mujeres guardatrenes que deben usar un contenedor como vestuario. Las 24 horas de paro se detuvieron a media tarde cuando se dictó la conciliación obligatoria. Las condiciones de seguridad e higiene de los convenios colectivos estarán en el centro de la discusión en la etapa que viene y quienes claman por la modernización de las condiciones generales convencionales verán con sorpresa cuanta precariedad amparan aún los viejos convenios vigentes. La reforma por la clamaban no será la que van a tener. La querían por ley y la tendrán que discutir por actividad. Los accidentes fatales en Vaca Muerta, donde fracasó la audiencia conciliatoria por los 600 despidos —el nuevo encuentro será el 12 de diciembre, ya bajo la gestión de Alberto Fernández—, la otra herencia de Cambiemos. O el Ingenio La Esperanza, con 10 trabajadores muertos a causa de la inseguridad laboral, que certifica que esa precarización en las condiciones de trabajo puede ser mortal para los obreros afectados.
“La Corriente Federal de Trabajadores de la CGT se solidariza y apoya los reclamos de los trabajadores de la papelera Kimberly Clark y repudia el desalojo ilegal que sufrieron por parte de las fuerzas de seguridad en Bernal”. En un comunicado, la fracción cegetista que encabeza Sergio Palazzo repudió el operativo policial de desalojo realizado en horas de la madrugada contra la permanencia pacífica de trabajadores que reclaman por la recuperación de sus puestos de trabajo.
Los y las trabajadoras del call center de Aerolíneas Argentinas están de paro por tiempo indeterminado porque comenzó a funcionar en simultáneo una empresa tercerizada en el sector.
Angélica Graciano obtuvo el 80% de los votos en las elecciones de los docentes capitalinos de la UTE como Secretaria General por la lista Celeste - Violeta - Azul y Blanca – Azulgrana. La nueva conductora viene del fondo de esa historia. De muy joven participó de la Marcha Blanca en 1988 y del prolongado ayuno de la Carpa Blanca. Su impronta recrea el espíritu combativo de Mari Sánchez y de Estela Maldonado. Hoy enrolada con Sonia Alesso, Roberto Baradel y Hugo Yasky, recibió el apoyo mayoritario de los educadores capitalinos, que la identifican por su consecuencia en la lucha.
Los choferes de la línea 60 realizaron un paro por 24 horas en rechazo a la reestructuración de la empresa que amenaza a 120 puestos de trabajo y encarece el transporte para los usuarios. Hicieron en una bulliciosa y nutrida marcha hacia la Secretaria de Trabajo sita en Mitre y Callao y aseguran que van a seguir con las medidas de fuerza.
Entre los planes de Alberto Fernández está crear 4 millones de puestos de trabajo. Uno de los objetivos es transformar los planes sociales, especie de salvavidas colectivos en la destrucción de empleo que caracterizó a la gestión que se acabó, en trabajo genuino. Transformar ese universo en trabajo con derechos implicará una ardua tarea en la que deberán involucrarse los gobiernos provinciales y municipales como también los empresarios privados.
Nuestro país tiene una larga historia de cooperativismo de trabajo y de gestión de empresas recuperadas que puede aportar mucho en ese sentido. El viejo sindicalismo miró del rabo de ojo a ese fenómeno, a excepción de los más lúcidos como la Federación Gráfica Bonaerense de Raimundo Ongaro, en la década del '80, que puso su empeño en proteger el trabajo salvando empresas quebradas bajo la forma de cooperativas.
La FECOTRA es la más antigua de las federaciones de cooperativas de trabajo. Ahí se nuclearon históricamente empresas recuperadas, cooperativas de producción y servicios con mucha capacidad de trabajo y en condiciones de competir en el mercado. El presidente es Cristian Horton, que a su vez conduce una cooperativa creada en la Siderúrgica Acindar para enfrentar los procesos de tercerizaciones de la década del '90, conocida en el ámbito del cooperativismo de trabajo por su sindicalización y su modelo de autogestión desde hace más de 20 años. La agricultura familiar que tuvo un desarrollo fuerte en la era kirchnerista es otro modelo que puja por imponerse. Maltrecho, pero vivo, después de los 4 años del macrismo se hizo popular con verdurazos y otras intervenciones en los últimos años. Se habla con preocupación que sería puesta bajo la órbita de Desarrollo Social. Son experiencias autónomas que requieren tratamientos específicos.
El mundo entero se conmueve ante cada ajuste. El miércoles, en Colombia nuevamente se paró el país exigiéndo a Iván Duque una mesa de negociaciones. La represión fue despiadada pero no lograron detener el movimiento. El jueves en Francia el llamado al paro tuvo un acatamiento enorme, similar a las huelgas del transporte del año '95, con las que Chirac inauguraba su presidencia. Más de 250 lugares de concentración en todo el hexágono. Se estiman en un millón y medio los franceses movilizados y alrededor de 250.000 solamente en París. Imágenes elocuentes de semáforos ardiendo como respuesta al anuncio de Macron de empeorar las condiciones previsionales eliminando los doce regímenes especiales de jubilación. El 70 % de los servicios ferroviarios y de subterráneos paralizados proponen mantener el paro hasta el 12 de diciembre, fecha en la que ingresará el proyecto de reforma al parlamento. El conjunto de centrales sindicales tiene pocos afiliados, pero sí muchos adherentes cuando convocan a la huelga por causas tan sentidas como estas. Los chalecos amarillos abrieron el camino de la lucha y los sindicatos finalmente aprovechan la picada para internarse en la selva.
En Chile no terminan las protestas y la resistencia sigue en las calles pese a las brutales mutilaciones de ojos que soportan los opositores sumados a otros crímenes y vejámenes. El momento histórico es una caja de resonancia de las palabras del electo Presidente Alberto Fernández: “No vamos a pagar la deuda ajustando a nuestro pueblo”. La evidencia empírica no garantiza que se podrá convencer a las bestias de las finanzas internacionales que el neoliberalismo está herido de muerte.
Finalmente, nuestra nave no va a alunizar. Aterrizará el martes próximo para estar con nuestra gente movilizada en el simbólico trayecto del Congreso a la Rosada y compartir un festival popular que se asemeja a un pellizco colectivo para verificar que estamos vivos y despiertos y que la pesadilla ya fue. Con nuestros sueños en bandolera seguiremos la marcha para llegar algún día a la tierra libre de todo mal, como nuestros hermanos los guaraníes.
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