Se llama Carla Novelli Pugliese, pero el Novelli se le perdió en el camino y se presenta con todo derecho como Carla Pugliese. Es hija de Beba Pugliese y nieta del inconmensurable Osvaldo Pugliese. Estudió música clásica y comenzó como el abuelo y la madre sentada frente al teclado. Pero luego se pasó al bandoneón. Además de tocar, compone. Conoce y respeta la tradición, pero lo suyo no es el homenaje que consiste en repetir hoy lo que se hacía hace ochenta años, sino en aventurarse hacia el futuro. Lo dicen tanto el título de su primer disco (Ojos verdes cerrados, con temas propios) como su decisión de anotarse en el concurso convocado por el millonario Bas Lansdorp, para ir a Marte. Bien entendido, sería un viaje de ida. "No vamos a traerlos de vuelta. Se pasarán el resto de su vida en Marte", dijo Lansdorp. Antes había comprado un terreno en la luna. Hace falta tanto valor como para dedicarse al tango, con ese pedigree.
Primero mirá este documental del National Geographic (con una locución que parece en japonés) para enterarte de quién es. Fue filmado hace casi un cuarto de siglo, de modo que la Carla que aparece es una pibita.
Luego escuchá su primer album.
Y acá tenés algunas piezas sueltas, que interpreta con su pelo a lo Woody Woodpecker, para terminar con un tema de su álbum grabado en Japón, La Vida y la Tempestad. El martes, cuando terminé de escribir estos apuntes, me enteré que era el Día del Bandoneón, en homenaje a Troilo. Feliz coincidencia.
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