HAMBRE, DÓLARES E INTERVENCIÓN ESTATAL

Si se emiten pesos, se arriesga una mayor dolarización de la economía

 

Un nuevo año se precipita sobre un país arrasado por una crisis económica y social de enorme magnitud. A la vera de los cambios que se anticipan, Miguel Ángel Pichetto, peronista de antigua cepa y frustrado candidato a la Vicepresidencia de la Republica por el macrismo, interpeló a la sociedad negando la existencia de “hambre famélico” en la Argentina y acusando al FdT y a la iglesia de “jugar fuerte con este problema para ganar las elecciones” (ámbito.com 22 12 2019).

Cerca del 41% de la población es pobre y 8.6% es indigente. Esta situación afecta especialmente a los niños. Para Pichetto y vastos sectores sociales que votaron a Macri, estos fenómenos no existen. El “hambre famélico” forma parte del folklore macrista que, invisibilizando a los pobres, coloca en el centro de la escena a “las clases medias”. Sin embargo, sus políticas siempre han privilegiado a los intereses de los que mas tienen. En su mensaje de fin de año Macri ha convocado a confiar en que los cambios ocurridos durante los cuatro años de su gobierno llegaran ineludiblemente, como “un rio imparable” (ambito.com 2 1 2020). Sabe que ha dejado un campo minado, listo para estallar ante cualquier intento de cambiar las políticas económicas.

 

Crisis y dolarización

La crisis que hoy vivimos no es simple consecuencia de la inoperancia del macrismo como muchos pretenden o del “bodrio” que Macri nos ha dejado. La mala praxis y los negociados fueron una constante de estos últimos años. El préstamo del FMI buscó garantizar la reelección de Macri. No lo logró, pero permitió asegurarle un porcentaje importante de votos que hoy son el sustento de una oposición salvaje a todo intento de cambiar el rumbo político. Hay, sin embargo, algo más: la crisis que hoy sacude al país ha sido provocada intencionalmente. El ajuste y la brutal restricción monetaria que impulsó el FMI en un contexto de total apertura económica sumieron al país rápidamente en una profunda recesión, desembocando en el endeudamiento ilimitado. Es decir, en el reciclaje constante de deuda vieja por deuda nueva. Este es el mecanismo que hoy reproduce el dominio geopolítico de los Estados Unidos en un mundo donde su hegemonía es crecientemente disputada. Es también el que pretende regir la reestructuración de la deuda externa, tanto con el FMI como con los acreedores privados.

Las políticas de Macri y del FMI impulsaron una rápida dolarización de la economía al mismo tiempo que crecía la fuga de capitales y el vaciamiento de las reservas internacionales. Esta situación condiciona ahora enormemente al nuevo gobierno: con reservas internacionales mínimas, con la economía altamente dolarizada y sin acceso al crédito externo, hoy se encuentra ante inmediatos vencimientos de capital e intereses de la deuda que no pueden ser enfrentados con los recursos que el país tiene. Esto ocurre en un contexto socioeconómico donde los ingresos en pesos pierden constantemente poder adquisitivo, la seguridad alimentaria de vastas capas de la población está en riesgo y el endeudamiento popular constituye la principal vía de acceso a la alimentación por parte de amplios sectores de la población con ingresos bajos y medios.

 

 

Antonio Seguí, "Ser iguales no es nada".

 

 

La dolarización de la economía no ha sido casual, sino un objetivo perseguido desde hace décadas por el FMI, tanto con la tablita de Martínez de Hoz como con la convertibilidad de Cavallo. Fracasó en estas dos instancias. Hoy, sin embargo, la dolarización ha logrado penetrar profundamente en la economía. Según Gustavo Cañonero, vicepresidente del BCRA hasta el 10 de diciembre del año pasado, el gobierno de Macri ha conseguido que “tanto los stocks como los flujos de capital estén cada vez mas dolarizados”, facilitando una política monetaria que ha llegado para quedarse (MPR, elcohetealaluna.com 30 6 2019). En estas condiciones, si se emiten pesos se arriesga una mayor dolarización de la economía. Este constituye uno de los principales obstáculos que enfrenta el intento de cambiar las reglas del juego de la economía

 

 

Dolarización y equilibrio fiscal

Para Alberto Fernández es necesario “terminar de una vez por todas con cierta cultura argentina de que hay un derecho humano a comprar dólares” (ámbito.com 26 12 2019). Sin embargo, la voracidad social por el dólar es un fenómeno intrínsecamente ligado a la dolarización actual de la economía. Esta dolarización refuerza tendencias que vienen de lejos, provocadas por una matriz productiva que desemboca en escasez de dólares para hacer frente a las importaciones cuando la economía crece, una matriz que a través de la formación monopólica de precios ha sustituido la inversión productiva por subsidios y fuga de capitales. Estas circunstancias han convertido al dólar en el refugio de preferencia tanto para los grandes capitales que maximizan ganancias especulativas y las fugan, como para el “chiquitaje” que busca protegerse de la inflación. La dolarización actual potencia la vorágine del dólar.

Este contexto exige exponer a la luz del día las causas estructurales de la dolarización, así como también usar toda la fuerza de la intervención estatal para articular políticas que, mas allá del bienvenido congelamiento de tarifas y combustibles decretado recientemente, busquen desdolarizar la economía, imponer un control de cambios más duro y estimular la inversión directa en la producción para generar trabajo y terminar con el hambre.

Las primeras medidas esbozadas por el gobierno no desarrollan estos aspectos. Pareciera que en el esquema oficial la restricción monetaria, la dolarización de la economía y el cepo no inciden en la voracidad por acumular dólares.

El cepo impuesto por Macri ha sido fortalecido por nuevas restricciones a las que se suma el gravamen de un 30% a la compra mensual de los 200 dólares permitidos, y del dólar “turista”. Sin embargo, todavía persiste la posibilidad de comprar dólares sin límites y sin impuestos que graven las operaciones legales en los mercados formales (Bolsa, contado con liqui y futuros) o en el blue o informal. Asimismo, la posibilidad de fugar dólares a través del contado con liqui sigue siendo una alternativa posible y legal. La brecha entre los distintos tipos de cambio y el oficial constituye un aliciente para la especulación y posible fuga de capitales según sea el grado de volatilidad económica y política local, o las alternativas de la negociación de la deuda externa, o la política de la Reserva Federal y acontecimientos financieros conexos. “Los mercados” temían medidas mas drásticas. Se han “tranquilizado” ante la vigencia de la dolarización y la promesa de equilibrio fiscal.

 

 

Equilibrio fiscal y status quo

El compromiso de equilibrio fiscal se basa en un intento de mayor recaudación impositiva. No deja resquicio para estimular la inversión productiva y no impide que la emisión de pesos, por controlada que sea, fluya hacia la compra de dólares. Por el momento, el objetivo central es “tranquilizar a la economía”, equilibrando las cuentas a partir de mayor recaudación de impuestos, al mismo tiempo que se posterga para el futuro el mejoramiento de la situación de amplios sectores sociales cuyos ingresos han sido revolcados por la inflación imparable y las sucesivas devaluaciones de estos años.

 

 

Antonio Seguí, "Sí señor".

 

 

Este equilibrio fiscal implica un ajuste que ronda el 2% del PBI: el 1,5% responde a la suba de impuestos y el 0,5% a la baja del gasto. En el primer caso: 0,5% provendrá de mayores retenciones a las exportaciones; 0,2% del impuesto a los bienes personales, 0,3% del nuevo impuesto del 30% a las transacciones con dólares y 0,5% a la suspensión de las rebajas a la seguridad social y ganancias prometidas a las pymes por Macri en los últimos tiempos. Asimismo, de los 8,5 millones de jubilaciones, pensiones y pensiones no contributivas que afronta el Estado mensualmente, los 5 millones que perciben una retribución igual o inferior al haber mínimo mejorarán su poder adquisitivo durante 2020 en un 2.8%. El resto, en cambio, sentirá el ajuste aunque en proporción mínima comparado con lo que perdieron en la era Macri (Bercovich, baenegocios.com 27 12 2019). Por otra parte, los beneficios otorgados a los sectores mas vulnerables no serían suficientes para impulsar el dinamismo de la economía. Según estimaciones privadas estas transferencias equivalen al 0,03% del consumo trimestral y representan un “leve pero positivo” empujón desde abajo para estimular las ventas (CESO, baenegocios.com, 29 12 2019)

Todas las medidas que se han tomado muestran el intento de cambiar de rumbo, para lograr un país mas solidario y unido. No queda claro, sin embargo, si mantienen el status quo y pueden ser vaciadas por la resistencia a hacer concesiones por parte de los sectores sociales que más tienen. Por otra parte, ninguna parece gravar especialmente a los sectores que absorbieron mayor proporción de riqueza durante la era de Macri (bancos, exportadores, corporaciones energéticas, etc.).

 

 

Intervención estatal y control de precios

La dificultad para utilizar la fuerza del Estado e imponer los cambios que requiere el proyecto de crecimiento con inclusión social, se evidencia también en el ámbito del control de la inflación. El Presidente ha convocado a un gran acuerdo de precios y salarios y ha pedido reiteradamente a los empresarios que asuman “las responsabilidades sociales frente a las ganancias desmedidas... pedimos que el esfuerzo sea no ganar tanto” (ámbito.com 31 12 2019). Sin embargo, los aumentos de precios disparados en los últimos tiempos para formar un colchón de precios relativos favorable a los formadores de precios no han sido revertidos y los precios siguen escalando. Esto incluye también a los precios de los alimentos que oportunamente Macri eximiera del impuesto al valor agregado (IVA) para mitigar el impacto de la última devaluación. El gobierno logró que las empresas comerciales y los productores acepten absorber un 60% del mismo, siendo el resto transferido a los precios de los alimentos en proporciones que fluctúan entre el 5 y el 10%. La leche fue el único producto totalmente exceptuado del IVA. Habrá que ver en los próximos días si este acuerdo se cumple.

Se están estudiando además otras medidas para controlar la inflación, entre ellas una nueva versión de Precios Cuidados y del Ahora 12 aplicados durante el último gobierno de CFK. Se busca además consensuar futuros acuerdos de precios y salarios. Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que el consenso en materia de precios y salarios siempre ha redundado en perjuicio de los salarios y en descontrol inflacionario. Hoy se reconoce que hay abuso de posición dominante en la determinación de los precios y el Presidente ha dicho que quiere evitar tener que “imponer a latigazos” el control de la inflación (ámbito.com 31 12 2019). Sin embargo, pareciera que se camina en esa dirección.

 

 

Antonio Seguí, "Sin título".

 

Desde que asumió el 10 de diciembre, el gobierno ha sido asediado por la resistencia de poderosos intereses económicos a aceptar un cambio del status quo. Tanto estos sectores como el macrismo y el periodismo de guerra se niegan a concederle al nuevo gobierno una fugaz “luna de miel”. En estas circunstancias, la voluntad oficial de concretar esta imposible tregua puede tener duras consecuencias. En el ámbito de las relaciones de fuerzas no existen espacios vacíos. De ahí la necesidad de una fuerte intervención del Estado en la economía para imponer nuevas reglas del juego. Esto creará las condiciones para que los sectores económicamente mas poderosos acepten negociar concesiones.

Por otra parte, una impactante movilización del pueblo mendocino logró recientemente bloquear una legislación minera que atentaba contra la matriz productiva de la provincia y contra el bienestar económico, social y ecológico de la población. Este episodio muestra la importancia de movilizar el apoyo popular en respaldo de una intervención estatal que busca cambiar las reglas del juego impuestas por Macri y el FMI.

 

 

Mercado y política en los Estados Unidos

El año 2019 se ha caracterizado por la creciente intervención del Estado en la economía de los países centrales, no solo para provocar cambios económicos sino también para imponer cambios políticos y determinadas relaciones de fuerza entre sectores sociales y políticos en pugna. Estados Unidos constituye un caso emblemático.

Desde principios de 2016 Trump ha sido acosado por un golpe blando orquestado por facciones del Estado en las Sombras, que buscaban destituirlo por su supuesta connivencia con Rusia para derrotar a los demócratas y acceder a la Presidencia. Este primer intento no prosperó, pero dio lugar a un segundo episodio que culminó con el reciente pedido de juicio político por parte de los demócratas en la Cámara de Representantes. Trump ha twitteado copiosamente para defenderse y atacar a sus enemigos políticos. Mas importante aun: ha privilegiado al mercado de acciones como indicador del buen estado de la economía y con sus reiterados tweets ha provocado cambios drásticos en la evolución del precio de las acciones, buscando así solidificar el apoyo político de sus votantes, aumentar su credibilidad y mas recientemente, mejorar sus posibilidades de reelección en 2020 (entre otros, zerohedge.com 19 1 2019; marketwatch.com 6 6 2019).

También ha usado tweets para obligar a la Reserva Federal a bajar las tasas de interés a fin de impulsar a la economía norteamericana e incidir en la evolución del precio de las acciones amenazadas por las alternativas de la guerra comercial con China, el estancamiento de la economía global y la creciente fragilidad de las finanzas internacionales (entre otros, cnbc.com 31 10 2019; 18 11 2019). En algunas ocasiones ha filtrado información exageradamente optimista sobre las alternativas de las negociaciones con China, con el objetivo de contrarrestar el impacto negativo de episodios militares que ponían en riesgo el precio del petróleo, o alternativas de la guerra comercial que podían afectar el precio de las acciones de las corporaciones tecnológicas.

Durante el gobierno de Trump la interrelación entre la política y la evolución del mercado de capitales ha sido cada vez más profunda y explícita. En esto ha incidido tanto el accionar de Trump como el de la Reserva Federal. Asimismo, poderosos intereses financieros contrarios a Trump han llegado a ejercer presión publica sobre la Reserva Federal para que tome medidas económicas destinadas a erosionar las posibilidades de reelección de Trump ( entre otros: zerohedge.com 27y 28, 8 2019;18 11 2019).

En 2019 el índice S&P respondió positivamente a las presiones de Trump, incrementando el rendimiento de las acciones en un 28,50%, algo superado solo una vez en los últimos 22 años. El mercado de acciones no solo ha operado como un barómetro del desempeño político de los dirigentes y de su legitimidad ante quienes los votaron. También se ha convertido en un instrumento de manipulación política del electorado y de las relaciones de fuerza entre sectores con intereses contrapuestos.

En un contexto global amenazado por la recesión, la creciente fragilidad financiera y la intensificación de conflictos geopolíticos y su expresión militar, la intervención del Estado en la economía juega un rol decisivo para incidir en las relaciones de fuerza que impregnan el presente.

 

 

 

 

 

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