El jefe de la Policía Federal, comisario Juan Carlos Hernández, se deshizo en reverencias ante el nuevo delegado del FMI en la Argentina, el economista inglés Ben Kelmanson. Luego de una amable conversación, el policía argentino le entregó una plaqueta dorada.
La humillante ceremonia, en la que se observa la Union Jack en el despacho del comisario Hernández, fue registrada en un video oficial y subida a las redes sociales de la Policía sin la menor conciencia de lo que implicaba.
El Cohete consultó al Ministro de Seguridad Aníbal Fernández si esto había ocurrido con su conocimiento y autorización. "Para nada. Como es custodia suele hacerlo con los embajadores", respondió. Fernández adelantó que tomaría medidas. Pero no dijo cuáles, y poco después el video fue levantado de las redes policiales. No quedó claro si lo que desautorizaba era la actividad o el haberla documentado alegremente.
Que el jefe de policía realice estas actividades protocolares con representantes extranjeros como si fuera un diplomático, es un resabio de otros tiempos. Pero que lo haga con el delegado británico que el FMI envió para simbolizar la subordinación de la Argentina, en el 40° aniversario de la guerra en las islas Malvinas, excede todos los límites. La decisión que el ministro tome con el sonriente policía servirá como presagio de cómo continuará la relación con el FMI. Para Kelmanson es apenas un ejercicio de precalentamiento.
¿Se habrá interesado en las reservas de balas de goma y gases lacrimógenos?
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