GRACIAS, COMANDO CORSINI

La música que escuché mientras escribía

Crecí convencido por diarios y radios de que en las primeras décadas del tango solo hubo tres cantores. Gardel, por supuesto, Agustín Magaldi e Ignacio Corsini. Cuando fui un poco más grande, profundicé con conocimiento de causa mi admiración por Gardel y descubrí a Charlo. Magaldi y Corsini me resbalaban, no me decían nada.

Ahora que ya soy un anciano, descubro a Corsini, gracias a tres jóvenes de la generación de mis hijos. Uno de ellos, Mariano Llinás, ya ha dirigido varias películas de lo mejor que el cine argentino ha producido en muchos años, a mi gusto sólo en un nivel próximo a la incomparable Lucrecia Martel, pero más en la línea ensayística de Albertina Carri. No sé qué pensarían de ellos mis grandes ídolos de celuloide argento, Fernando Birri y Leonardo Favio. Cuando Luis Ortega filmó su primera película, Caja Negra, Favio me dijo: "Este pibe es el que hay que seguir", y me mandó con una moto un VHS de la película. Creo que ni había cumplido veinte años entonces. Le conté la frase de Favio, cuando estrenó su buñuelesca El Jockey. Estaba tan emocionado como yo cuando El Chiquito me llevó con engaños al estreno de su último Aniceto. Como sabía que odio las premieres,  me sentó en la misma fila con los bailarines de la película y con Fito Paéz,  para que no pudiera escabullirme antes de que se encendieran las luces . Lo maldije hasta que vi en los títulos que me dedicaba la película, porque dice que siempre estuve cuando lo necesitó.

Conocí a los padres de Mariano Llinás antes de que él naciera. Pero no conocés a nadie antes de leer, o ver, o escuchar su obra. Amo su cine divagante. Incluso me fascinó la película chilena Los Colonos, una opera prima en la que fue asesor del director.  Solemos discutir porque es portador del gen del gorilismo progre, lo cual no le quita profundidad ni le obnubila la visión del país y me imagino que debe  encomendarse a Martínez Estrada. Su última película, que se proyecta en los horarios enigmáticos del Malba, se titula Popular Tradición de esta tierra y es la segunda obra del Comando Corsini, que Mariano comparte con su pareja, Laura Puentes, con el músico Pablo Dacal y creo que con el coproductor y fotógrafo Agustín Mendilaharzu . Los acompaña la perra Nacha, negra como el carbón pero con la punta de la cola blanca, que los sigue en todas sus correrías por los melancólicos pueblos detenidos en el tiempo de Carlos Tejedor y Pergamino.

La primera fue hace tres años Corsini interpreta a Blomberg y Maciel, que transcurrió en los lugares de la ciudad de Buenos Aires mencionados en sus letras.  Pero en el comienzo de Popular tradición de esta tierra, Mariano intenta demostrar que Corsini no era un cantor de tangos sino de temas camperos, cosa que logrará en forma rotunda, con ayuda de libros, fotos y discos.  Si no te molesta el cine conversado, podés gozarla a fondo porque además rebosa sentido del humor e incluye personajes únicos, como el músico Gabriel Chwojnik, que toca el theremin y baila el Pericón Nacional. En realidad no toca el theremin, sino que mueve sus manos en el aire alrededor del aparato y ese movimiento es captado por ondas electromagnéticas que lo convierten en sonidos. Ya lo había usado Lucrecia Martel en La Niña Santa.

Lo que más me gustó de una película que me gustó mucho es la forma en que presenta las tres versiones de Tristeza Criolla grabadas por Corsini a lo largo de su vida. La inicial fue su primer disco, a los 19 años, es decir nueve después de llegar de Sicilia, en la que intenta apropiarse del universo campero que aún le es ajeno. La tercera fue su última grabación y ya no habla de las transformaciones producidas en la provincia, sino del efecto de la inmigración y del propio Corsini. Ellos lo dicen mejor que yo, y aquí podés escucharlos.

Popular tradición de esta tierra termina en forma enigmática, con un cantante rumano que grabó en su idioma uno de los temas de Corsini. Me sonaba mucho su nombre, lo que me permitió descubrir parte de la historia. Pero no la voy a spoilear porque es el tema de la próxima película de Llinás. Espero que sea pronto, porque no me aguanto las ganas de verla.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí