FROZEN

 

Dentro de ocho días, el empresario y animador de televisión Donald Trump, de 78 años, asumirá por segunda vez la presidencia de los Estados Unidos, con un mandato intermedio a cargo del Demócrata Joe Biden, de 82. Muchos presidentes han sido reelectos, pero el Republicano Trump es el único en lograrlo luego de fracasar en el primer intento y, junto con Biden, el más provecto. Eso alimenta las fantasías de Maurizio Macrì. Pese a las reformas favorables a los trabajadores y las clases medias que impulsó Biden, Trump lo superó incluso en el voto popular, cosa que en este siglo no había ocurrido con ningún Republicano. Esto obliga a preguntarse por qué, cuestión que podría replicarse en la Argentina.

Una encuesta del Pew Research Center indicó que el 92% de los estadounidenses valoran la estabilidad financiera por encima de la movilidad social ascendente, algo que el gobierno de los Hermanos Milei tiene muy en cuenta aquí, con su forzado descenso de la inflación y la actual euforia en los mercados financieros, mientras rechina la industria y crece el desempleo. No obstante, la inflación de diciembre marcó un leve ascenso y nada logra bajarla del 3% mensual, igual que durante el gobierno económico de Sergio Tomás Massa.

El Fondo Monetario Internacional volvió a elogiar los logros de Milei, algo de rutina cada vez que le presenta su pliego de condiciones. Esta vez reiteró su exigencia de una devaluación del 20% que, según los cálculos de sus técnicos, añadiría menos de medio punto a la inflación mensual. Sombra terrible de Prat Gay, que creía algo parecido. Dijo que todos los precios ya estaban ajustados al valor del dólar paralelo, de modo que la devaluación del oficial no afectaría la inflación, y se lo llevó el vendaval devaluatorio.

Igual que entonces, tampoco ahora el FMI aprueba que el Ministro de Economía Luis Caputo cargue los dólares que consigue en su bicicleta, para mantener planchada su cotización y garantizar que habrá suficiente para la posterior fuga. Con el Fondo coincide ahora Domingo Cavallo, como cuentan en esta edición Julia Strada y Hernán Letcher, lo que enfurece al presidente lengua suelta.

El martes se sabrá qué proporción de los más de 4.000 millones de dólares que acaba de pagar la Argentina a los bonistas reestructurados por Mr.Magoo vuelven a invertirse en el país.

La mayoría automática

A la mayoría que conquistó en ambas cámaras del Congreso, Trump suma la que lo sostiene en la Corte Suprema de Justicia. Pese a que sólo gobernó cuatro años, le bastaron para designar a tres de los nueve jueces de la Corte que, junto con los tres que nombraron Bush padre e hijo, le aseguran una mayoría de dos tercios, que sólo había superado hace 85 años Franklin D. Roosevelt.

Dos de los actuales jueces, Samuel Alito y Clarence Thomas, han sido investigados por recibir favores económicos de litigantes a los que retribuyeron en la Corte con sus votos.

 

El juez Alito, gozando los favores del buitre que desestabilizó a la Argentina, Paul Singer.

 

El martes pasado Alito atendió una llamada del presidente electo, mientras los abogados de Trump solicitaban a la Corte Suprema que demorara su pronunciamiento en la causa por desviar fondos en forma ilegal para sobornar a una actriX pimpante. La risible explicación de Alito fue que sólo hablaron de la recomendación de un ex colaborador para un cargo en el Ejecutivo. "Con la Corte Suprema dando luz verde a una inmunidad presidencial casi absoluta, y con el Congreso negándose a aprobar un código de ética aplicable a los jueces, esa llamada fue profundamente problemática", sostuvo la ONG Fix the Court. Es posible que Trump fuerce a renunciar tanto a Alito cuanto a Thomas y designe para reemplazarlos a magistrados tan o más reaccionarios pero jóvenes, asegurando una mayoría conservadora hasta mitad del siglo.

Además de la destreza de los Republicanos, que desde la organización The Federalist Society prepararon durante años tal asalto a la Justicia, esto refleja tendencias profundas de la sociedad, las mismas que devolverán a Trump al cargo más apetecido por la gente más rara del mundo, con un voto creciente de latinos y afroamericanos. Del mismo modo, Milei no moldeó a su electorado. Fue al revés.

Alito no se excusó y junto con Thomas, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh aceptaron la solicitud de Trump. Pero los conservadores Amy Coney Barret (una católica carismática madre de 7 hijos), y el presidente del tribunal, John G. Roberts Jr. se unieron a las juezas liberales Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson, para formar una inesperada mayoría de 5 a 4, por la cual Trump debió escuchar el viernes la sentencia que lo convertirá en el primer delincuente condenado que ocupe la Casa Blanca. No le preocupa demasiado, ya que el propio fallo afirma que la condena no incluirá su detención.

 

La condena a Trump

 

 

Los análisis sobre la crisis judicial en Estados Unidos destacan que su Corte Suprema es una de las más pequeñas del mundo. ¿Qué dirían de la Corte argentina, de apenas tres miembros, mientras Milei cavila si llevarla a cinco sin intervención del Congreso, en comisión por decreto presidencial? Es una de las razones por las que el gobierno volvió a anunciar que convocará a sesiones extraordinarias del Congreso, del 20 de enero al 21 de febrero, en cuyo temario figura la designación de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Aquellos estudios en el país modelo para la justicia argentina y para su presidente, también cuestionan el carácter vitalicio por el cual jueces de avanzada edad expresan en el tribunal los puntos de vista de generaciones pasadas. ¿Qué opinarían de Carlos Fayt, cuando colaboradores a quienes no reconocía le guiaban el pulso para que firmara, en su casa, sentencias que no conocía? Recién renunció a los 97 años, luego de 32 en el tribunal y meses antes de su muerte.

El decreto de convocatoria recién se conocería mañana, pero según el vocero Adormi también incluiría la eliminación de las PASO, la ficha limpia, la denominada Ley Antimafia, el juicio en ausencia, la reiterancia. Esta diversidad de proyectos, que interesan cada uno a una fuerza distinta, sugiere que el jefe de gabinete Guillermo Francos negoció con cada una de ellas en su búsqueda de quórum. Se verá con qué resultado.

 

 

El gobierno de Biden fue el primero en medio siglo que trató al Estado como el diseñador y el árbitro permanente de los mercados, y no como el corrector de los excesos una vez producidos. Esta semana, en una entrevista con USA Today dijo que él podría haber vencido a Trump, y expresó el deseo de que los logros de su gestión fueran reconocidos. Es lo que ocurrió con Jimmy Carter, quien pasó de ser considerado el peor presidente del siglo XX, a adquirir la estatura de una figura mundial, cuando su gobierno se evaluó sin las anécdotas del momento. Fue el único presidente antes de Trump, y el primero Demócrata, que no inició ninguna guerra. Casi hasta el final de sus 100 años mantuvo la lucidez y hasta el sentido del humor. Lo demostró a los 94, al presentar un nuevo libro en un programa de variedades de la noche. Allí dijo que oraba por el presidente Trump, que hacía falta coraje para amar incluso a los enemigos y que se oponía a todo bloqueo a una dictadura, para no infligir más dolor a su pueblo.

 

 

Entre otras cosas, se reconoce el impulso que le dio hace ya casi medio siglo a la energía solar, cuando nadie se interesaba en esos temas.

 

Carter presenta los paneles solares en la Casa Blanca, en 1979.

 

 

 

En el laboratorio de energía solar de Golden, Colorado, dijo que "ningún cártel controla el sol. Su energía no se agotará. No contaminará el aire; no envenenará nuestras aguas". Comenta el ambientalista Bill Mackibben: "Con su mala suerte característica, dio este discurso al aire libre bajo una tormenta". Y luego del fracasado intento de liberar a los rehenes en Irán perdió las elecciones ante Ronald Reagan, con su consigna trumpiana "el amanecer de Estados Unidos". Reagan quitó los paneles solares de la Casa Blanca, redujo a la insignificancia el financiamiento estatal para la investigación y lanzó su estúpida exhortación: Drill, baby, drill. Decenas de miles de personas de la naciente industria solar perdieron sus empleos; una generación desapareció y la industria hidrocarburífera creció como nunca.

La calidad intelectual y moral de Carter excede la de Biden, pero Trump avanza con la misma prepotencia que Reagan y que el proyecto libertario que gobierna la Argentina. Como Reagan entonces, Trump ahora intentará frenar la transición a la energía limpia, según los intereses de las mayores petroleras. Al gobierno británico le aconsejó que retirara las turbinas eólicas del Mar del Norte y perforara en busca de más petróleo. Milei desmantela ahora el proyecto nuclear argentino y ofrece condiciones excepcionales para la inversión hidrocarburífera.

En esta edición del Cohete, el científico Diego Hurtado de Mendoza se refiere a la extranjerización de IMPSA, una de las pocas industrias tecnológicas de punta creada en la Argentina por argentinos, en este caso privados, si bien con generoso subsidio estatal. Mientras Milei permitía que una empresa de Estados Unidos se apoderara de una industria argentina estratégica, Biden vetó en Estados Unidos la compra de la mayor siderúrgica del país, US Steel, por su competidora japonesa Nippon Steel, por 15.000 millones de dólares. Trump no está en desacuerdo con tal decisión presidencial. El diario económico Financial Times afirmó que el gobierno de los Hermanos Milei toma "una dirección opuesta a gran parte del resto del mundo. En años recientes, países europeos y Estados Unidos han levantado nuevas barreras comerciales para proteger industrias locales de las importaciones baratas de China y otros lugares". En cambio, Milei quiere "reorientar la economía argentina hacia sectores donde tiene ventajas competitivas: agricultura, minería, energía y tecnología, que en conjunto emplean solo al 12% de los argentinos". Financial Times, no El Cohete a la Luna. La contracara de la nafta barata de entonces en Estados Unidos son los incendios forestales que hoy amenazan hasta el letrero emblemático de Hollywood, el derretimiento de los glaciares, el incremento del nivel de los mares, los huracanes sin precedentes, las turbulencias tremendas en los vuelos intercontinentales, las sequías aterradoras.

 

 

 

Sin esperar al lunes 20 para la ceremonia de investidura, a la que ha sido invitado Milei, Trump no deja pasar un día sin algún anuncio sobre las medidas que piensa adoptar y que configuran el comienzo de la era del hielo. Algunas, tan extremas como la mayor deportación masiva de la historia. Las promesas de campaña son habituales antes de las elecciones, no después. De todos modos, falta poco para saber cuáles quiere y/o puede llevar a la práctica, y qué reacciones internas provocarán. Por ejemplo, la expulsión forzosa de millones de personas, para la cual dijo que podría convocar al Ejército, no afectará sólo a sus víctimas. También a las empresas que los emplean con bajos salarios, en tareas que los nativos blancos no aceptan.

Esto es algo importante para la Argentina, ya que uno de esos anuncios es una política inflexible de altos aranceles, to Make America Great Again, su slogan principal. El blanco obvio es China, que está aventajando a Estados Unidos en la carrera tecnológica, pero Trump también ha mencionado a México, a Dinamarca y a Canadá, además de reiterar su exigencia de que Europa aumente el gasto para proveer a su defensa. Los aranceles a la producción China podrían llegar al 60% y para Canadá y México al 25%. ¿El gobierno de los Hermanos Milei tiene algún motivo, además de su fantasía, para creer que la Argentina podría exceptuarse de esta política? Cuando se sepa, habrá fiesta o funeral.

Quien se encargará allí del achicamiento y la reestructuración de la máquina estatal es un verdadero Coloso: el sudafricano Elon Musk, el hombre más rico en la historia de la humanidad, que sueña con colonizar Marte para que la raza humana no se extinga con el planeta Tierra. Prácticamente están viviendo juntos, en Mar-A-Lago, el resort de Trump en Florida. Milei cree que todo le sonríe, y por eso está jugando como el gato maula con el mísero ratón. Un día le dice que vamos separados en todo el país, al siguiente que deben ir juntos "para acabar con el kirchnerismo", pero por supuesto no piensa darle poder de decisión. Habrá PROcaces en las listas, si esa alianza se concreta, así como los hay en el gabinete nacional. Los nombres de Patio Bullrich, Federico Struzenegger, Luis Caputo y Luis Petri no tienden a tranquilizar a Maurizio Macrì.

En la entrevista con Forbes, la última semana del año pasado, Milei delimitó dos lados y definió las opciones:

 

 

Esta semana, en una radio del Ministro de Relaciones Exteriores Gerardo Werthein, agregó ante un correveidile presidencial que su preferencia era "que vayamos juntos con Macrì y arrasemos al kirchnerismo. Tengo vocación de ir a un acuerdo total". Apenas un día después, Macrì corrió a abrazarlo. En un mensaje público dirigido al "querido Javier", declaró que el PRO también trabaja para terminar con el populismo, la demagogia y la falta de transparencia", de modo que "el kirchnerismo nunca más vuelva a gobernar". Pero también fijó sus condiciones, o consignó sus ilusiones: "Estamos dispuestos a conformar un equipo de trabajo conjuntamente con quien vos dispongas, para defender los logros obtenidos y también avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que la Argentina aún necesita". Recordó el apoyo a Milei en el balotage del 2023 y en el Congreso en 2024 y dio por "seguro de que este año que comienza podemos representar juntos las banderas del cambio, la libertad y las instituciones". Esta vez no respondió Milei, pero se escucharon las carcajadas desde la Casa Rosada. Lo que ofrecen es una alianza electoral pero de ninguna manera un gobierno compartido.

A Macrì le toca probar la medicina que en sus años de esplendor le administró a sus socios radicales y cívicos libertadores. No habrá tal "equipo de trabajo", porque Santiago Caputo y Karina Milei sólo se interesan por trasvasar a su copa hasta la última gota del electorado PROcaz. El primo inteligente de Macrì, que gobierna la Capital, dijo esta semana que defenderán ese bastión, y anticipó que Maurizio Macrì podría ser candidato. En la Casa Rosada se dividen quienes no le creen y aquellos que se frotan las manos.

 

Una operación brillante

La práctica de las fake news en las redes antisociales produjo una operación brillante con este tema. La versión, lanzada por una cuenta de Caputo El Joven, sostuvo que la AFIP había seleccionado más de medio centenar de personas y de empresas vinculadas con el kirchnerismo para protegerlas. Con lo cual se produjo la carambola buscada. Atragantado por la indignación, Macrì gritó desde Cumelén que se trataba de una burda calumnia, ya que la confección de esa lista se realizó para vigilar y castigar y no para proteger a esas empresas, durante su presidencia, mientras conducían la AFIP los funcionarios intachables de su gobierno Alberto Abad y Leandro Cuchetti .

Ni tanto ni tan poco: Abad debió renunciar cuando publiqué una nómina de parientes, socios, testaferros y amigos de Macrì, y de otros grandes empresarios que habían blanqueado fortunas. Este fue el episodio fundacional del Cohete a la Luna, una vez que el presidente presionó a Víctor Santa María para que me censurara o me despidiera del diario en el que comencé esa publicación. Fue durante la gestión del intachable Abad que penetré en los secretos de la AFIP y del gobierno. De este modo, con un solo tiro, los libertarios le acertaron al kirchnerismo y a Macrì, quien no tuvo mejor idea que autoincriminarse, con tal de desmentir cualquier contaminación de kirchnerismo.

La versión incluyó como protectora del kirchnerismo a la exvicepresidenta de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) María Eugenia Talerico. Una humorada ingeniosa: Talerico ha viajado una y otra vez a Miami, para llevar denuncias contra Cristina y su gobierno, en contacto con los sectores reaccionarios que giran en la órbita del Comando Sur. Su principal intento fue impedir que el FMI apoyara la gestión de Mr. Magoo en el Ministerio de Economía. Es ostensible que no lo ignoraban, lo cual muestra la lógica del manejo de las redes, donde lo último que importa es la verdad de los hechos, sino poner a la defensiva al adversario, en este caso obligándolo a confesar un delito.

 

Caputalericazo. Una operación brillante.

 

La confianza arrolladora del triángulo de Hierro que los Hermanos Milei completan con Santiago Caputo, inquieta a los grandes capitales patrocinadores de la despiadada macroeconomía libertaria y macrista. Por medio de Joaquín Morales Solá expresaron su temor de que el desentendimiento entre ambas denominaciones permitiera una victoria de CFK en las legislativas bonaerenses de este año, y la pronta fuga de capitales ante la perspectiva del regreso en 2027 de lo que en público llaman populismo y no cucarachas a exterminar.

 

Monopolios y regulación

La política de Biden fue opuesta a la que pregona Trump. Por ejemplo, adoptó medidas antimonopólicas, que molestan a las mayores empresas. No consideró mala palabra la regulación económica y subsidió a determinadas industrias, sectores o regiones, entre otras a Boring, de Musk, para excavar en Las Vegas un estrecho túnel subterráneo recorrido a más de 200 km por hora por autos de otra de sus empresas, Tesla. Mientras se discutía el proyecto, Musk se opuso a cualquier estudio de impacto ambiental o de seguridad, argumentando que no habría que pedir autorización antes de una obra, sino hacerse cargo de la responsabilidad posterior cuando algo sale mal.

Biden se pronunció por la retirada del neoliberalismo, la reactivación de la industria manufacturera, el clima y la infraestructura, la equidad económica racial y la economía del cuidado. Fue el primer Presidente que visitó un piquete de trabajadores sindicalizados en huelga, el de los mecánicos de la industria automotriz. También estableció una nueva fórmula de cálculo de la relación costo-beneficio de las iniciativas, dando más peso a los beneficios sociales, por creer que la ausencia regulatoria del Estado, herencia del gobierno de Clinton y promesa del de Trump, produce una acentuada desigualdad y un descenso de la inversión. En las distintas agencias regulatorias designó a personas de la izquierda económica del Partido Demócrata, como Lina Khan, quien desde la Comisión Federal de Comercio demandó a Meta, Amazon y Microsoft, y cuya destitución fue reclamada por Elon Musk. Es decir, todo lo contrario de lo que prometen Trump, Musk y el Topo aquí.

Trump hablaba en serio esta semana cuando reiteró un propósito que ya había avanzado durante su primer mandato, que es la compra de Groenlandia, una posesión danesa, rica en minerales y tierras raras, de la que el gobierno de Copenhague no tiene intención de desprenderse. Dinamarca cuenta además con el respaldo de Francia y Alemania, las dos mayores potencias europeas. Otro tanto dijo Trump del canal de Panamá, que Estados Unidos construyó luego de forzar la secesión del itsmo que formaba parte de Colombia, y que fue devuelto en 1977 por el presidente Carter. En cada caso las motivaciones alegadas son económicas y de seguridad nacional. Pero Estados Unidos ya posee en Groenlandia la gran base naval Pituffik, que bloquea el acceso de naves rusas al Atlántico Norte. En una conferencia de prensa esta semana le preguntaron a Trump si contemplaba la posibilidad del envío de Fuerzas Armadas para ejecutar ambas misiones y su respuesta fue evasiva, no quiso descartarla. También afirmó que Canadá debería incorporarse a Estados Unidos como su 51° estado, aunque en ese caso no sería por la fuerza, sino por mutua conveniencia. El saliente primer ministro de Canadá, Justin Troudeau, rechazó en forma enérgica la mera idea de renunciar a su soberanía e identidad. Trump se burló: "A quién le importa lo que piensa si ya no es Primer Ministro". Es como un salto atrás hacia los inicios del siglo XX. En 2023, Trump ya había expresado su voluntad de apoderarse de todo el petróleo de Venezuela.

 

 

Sobre las islas Malvinas, que también son estratégicas para la seguridad y el comercio, no dijo nada. Tal vez porque sabe que su presidente está dispuesto a cualquier cosa y que su Ministra de Seguridad Patricia Bullrich propuso entregárselas a un laboratorio de Estados Unidos a cambio de vacunas contra la COVID.

En La Nación, José del Rio le atribuyó a Milei haber anunciado que se estaba estudiando la fórmula jurídica para un eventual acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de no ser más socio pleno del Mercosur. La semana pasada en El Cohete, la columnista Ariela Ruiz Caro explicó en detalle por qué tal tratado sería de absoluta inconveniencia para la Argentina, cuya economía es competitiva con la de Estados Unidos, pero con una productividad muy inferior.

 

Cambios de nombre

Aquí y allí se proponen cambios de nombres, pero algunos dan miedo y otros arrancan sonrisas. Trump propuso rebautizar al Golfo de México como Golfo de Estados Unidos, y la presidenta Claudia Sheinbaum le respondió con sutileza y humor. Mostró un mapa de 1607 en el que el ya llamado Golfo de México formaba parte de la América Mexicana. ¿"No suena bonito?", preguntó.

 

@claudiasheinbaum

En este mapa que presento de 1607, América del Norte es llamada América Mexicana, que es el mismo título que tiene la Constitución de Apatzingán. #fyp #mañanera #claudiasheinbaum

♬ sonido original - Claudia Sheinbaum Pardo

Mientras, en el barrio porteño de Flores, un grupo de vecinos propone cambiar el nombre de la calle Carabobo.

 

Quieren que se llame "¿Qué mirá bobo?"

 

La música que escuché mientras escribía.

 

 

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