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Máximo Kirchner viene impulsando la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos desde hace meses. El Frente de Todos había garantizado quórum para la sesión del martes con el acuerdo del bloque de Córdoba y de Consenso Federal de Roberto Lavagna. Desde el FdT sabían que eso significaba una presión a Juntos por el Cambio porque un sector del radicalismo y de la Coalición Cívica apoyan el proyecto, rechazado por el PRO. Finalmente hubo error de cálculo. ¿Qué pasó? El tablero de las próximas semanas en el Congreso.

Máximo sabía que iba a ser difícil llegar al quórum de 129 diputados si no se sentaba con parte de la oposición cambiemita. Durante el fin de semana pasado revisó la lista de posibles ausentes con la nueva secretaria parlamentaria, Paula Penacca. Chequearon los nombres de quiénes tenían pasajes. Cruzaron mensajes con opositores, ratificaron que “había intención de sesionar”, pero a partir del lunes no hubo más contacto y todo intercambio se cortó.

El retorno a la presencialidad cuidada en Diputados no es sencillo. Con el resultado de las PASO, JxC se puso más exigente. La elección los impulsó a empezar a reclamar la presidencia del cuerpo. Cristian Ritondo, Mario Negri y Juan Manuel López, después de reunirse con Sergio Massa, se quejaron en Twitter de la continuidad del soporte virtual para algunas reuniones de comisión que proponía el presidente de la Cámara, y Massa tuvo que rectificar. Protestaron por el horario en el que recibieron la cita del martes y despotricaron por el supuesto temario inconsulto que, sin embargo, incluía sólo proyectos consensuados en una agenda que incluye otros que no tienen despacho en comisión. Finalmente, no dieron quórum.

Las dos fuerzas principales vibran en modo electoral. El oficialismo desplegó todos los recursos para facilitar la llegada de los 254 legisladores a la sesión. El bloque sabe que necesita retomar la iniciativa, suturar heridas de las PASO y revertir el plantón ciudadano. Hoy, los números todavía muestran que el oficialismo mantiene mayorías en ambas Cámaras. En Diputados, lo hace con la confluencia de opositores con un total de 120 integrantes y con la oposición que retrocedió a 114 en dos años. Pero, esta vez, aun entre los 120 hubo bajas.

 

Cara de perro

Recién el martes a la mañana, Massa recibió un llamado de Mario Negri. Estaba por empezar la reunión de labor parlamentaria en el salón Delia Parodi.

 

—Necesito que hablemos unos minutos.

—Los estamos esperando para empezar.

—Por eso –dijo Negri–, necesito que hablemos antes.

 

Massa dejó solos a los jefes de los bloques y salió rumbo al salón de presidencia. En el camino se unió Máximo Kirchner, quien también recibió el mensaje. En ese momento, ambos supieron que JxC no iba a dar quórum. El interbloque que conduce Negri presentó un pliego de exigencias. Quería la firma de un compromiso por escrito que pusiera fecha al tratamiento en comisión de la modificación de la Ley de Alquileres, que busca anular la fórmula de incremento. A su vez reclamaba debatir Boleta Única de Papel y convocar al ministro de Economía por el Presupuesto 2022. A la reunión se sumó el mendocino Omar De Marchi, vicepresidente segundo de la Cámara, del PRO. Kirchner, Massa y la vicepresidenta del bloque oficialista, Cecilia Moreau, volvieron a convocarlos al quórum y a debatir los proyectos. Les dijeron que todos habían viajado al Congreso, que estaban las organizaciones y condiciones para la sesión. Pero una hora más tarde, Negri llamó a una conferencia de prensa, donde manifestó que “el quórum lo debe conseguir quien convocó a la sesión. Si hubieran consensuado la agenda de debate, no habría problemas”.

Eran las 11:30. El tiempo se acababa. El tablero marcaba 122 diputados y diputadas presentes. No solo faltó JxC, hubo otros 10 diputados de bloques minoritarios que se escondieron. El socialista Enrique Estévez es referente del progresismo de Santa Fe, y generalmente se suma a la estrategia de Cambiemos. Los cuatro de Córdoba que habían asegurado presencia, no atendían el teléfono desde la noche anterior. Y sólo viajó a Buenos Aires el presidente del bloque, Carlos Gutiérrez. El riojano Felipe Álvarez tiene un bloque con el santacruceño Antonio Carambia. Tampoco estuvieron, aunque siempre están ausentes.

El saldo ahora es conocido. No hubo debate. Desde el FdT, lo explican así ante una consulta de El Cohete: JxC no quería “discutir el fondo” porque “son muchos los que rechazan el proyecto y no quieren mostrarse divididos después de un triunfo”. Esta tampoco fue la primera vez que la oposición no quiere discutir el Etiquetado Frontal. También lo hicieron el 30 de noviembre de 2020, cuando la media sanción que venía del Senado comenzaba su recorrido por la Cámara Baja, durante la última sesión del período ordinario 138º. Cecilia Moreau pidió votar sobre tablas la incorporación en el temario, tal como lo habilita el reglamento sólo si se logran “dos tercios de los votos emitidos". Pero no se logró, hubo rechazo y abstención de gran parte de JxC. A partir de entonces, el proyecto pasó a las comisiones. El dato político añadido del martes pasado pasó más inadvertido: fue la primera vez que el oficialismo convocó y no consiguió quórum.

Ya con el recinto vacío, hubo una nueva reunión. Ritondo, Negri, López, De Marchi y Alfredo Cornejo volvieron a encontrarse con Massa y Kirchner para destrabar el conflicto. Y discutir avances. También hubo un breve encuentro con Axel Kicillof, que le había acercado a Massa propuestas para el Presupuesto 2022, ligadas a su provincia. Lo mismo hizo el riojano Ricardo Quintela.

 

Los diezmos

El oficialismo no contó con su plantel completo para salir a la cancha. De los 120 diputados, dos quedaron en el banco de suplentes sin poder asumir. Son Lucio Yapor y Natalia Souto. Uno llega en reemplazo de Cristina Álvarez Rodríguez, la ex secretaria parlamentaria del bloque que volvió al territorio bonaerense para fortalecer y relanzar la gestión. El otro,en reemplazo de Facundo Moyano, que dejó la Cámara para replegarse en el Sindicato Único de Trabajadores de los Peajes y Afines. Las renuncias aún no fueron aprobadas.

Hubo otras ausentes. Alcira Figueroa transita un cuadro de Covid-19 y vía redes sociales reprochó la presencialidad plena porque le impidió anotarse en la sesión. La santiagueña Graciela Navarro tuvo una complicación que le impidió el viaje. Y el puntano Karim Alume tuvo compromisos fuera del país programados. Pero no sólo perdió esos votos. La distancia que tomó el bloque oficialista de la propuesta de nacionalizar los depósitos bancarios que presentó la semana pasada el jujeño José Luis Martiarena, le costó un voto. Y Hugo Mosqueda tampoco estuvo, enojado con el gobernador de Chaco.

Esas bajas dejaron sólo a 112 presentes. El último es José Ignacio de Mendiguren, quien renunció a su banca y nadie lo reemplazó porque la lista por la que fue electo en 2017 no tenía reemplazantes. Los otros diez diputados presentes eran de la oposición: tres del bloque misionero que siempre acompaña porque “no consideran que sea democrático especular con esos artilugios”. Dos radicales mendocinos, que desobedecieron la posición del bloque, cuatro de monobloques provinciales y una del FIT. Faltaban todavía siete diputados para el quórum.

La especulación quedó en el centro de la escena. Uno de los autores del proyecto de Etiquetado Frontal de Alimentos en el Senado es Julio Cobos, quien ese día dirigió su reclamo directo a Mario Negri. Mascullaba bronca, afirman en su entorno. Aunque luego encauzaron el trato porque, desde diciembre, el mendocino deberá subordinarse a la autoridad de Negri en el Senado. Alfredo Cornejo argumentó que no llegó a tiempo “por retrasos aéreos”. Los proyectos de Etiquetado, la jubilación anticipada de trabajadores de las viñas, el reconocimiento de los derechos humanos de las personas en situación de calle y la ley ovina, hoy tienen consensos transversales. El próximo 30 de noviembre perderán estado parlamentario con el cierre del año legislativo y deberán volver a tratarse para llegar al recinto.

 

 

 

 

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