Esmeralda quiere saber
La hija de Bartolomé Mitre exige que La Nación blanquee quiénes son sus dueños
Después de un año de pelear en absoluta soledad, Esmeralda Mitre, hija de Bartolomé Luis Mitre y una de las herederas de su imperio, logró en los últimos días dos importantes avances legales que la acercan cada vez más al sillón de directora del diario La Nación. La Inspección General de Justicia (IGJ) y jueza en lo comercial María de los Milagros Paz Posse, resolvieron favorablemente su pedido de que se exhiban los libros contables y documentos en relación al patrimonio de la sociedad “KMB SOCIEDAD ANÓNIMA”, que posee el 25% de las acciones de La Nación S.A, empresa dueña del multimedios –que incluye al diario, las revistas Caras y Chacras, la señal de cable La Nación TV, entre otros– y titular de un depósito de 20 millones de dólares en el exterior.
Esmeralda sostiene que KMB pertenecía a su padre al momento de su muerte y que por lo tanto las acciones que de esa sociedad en La Nación son ahora de los herederos. Sin embargo, la sociedad está hoy a nombre de dos fideicomisos y tanto el síndico Mariano Gagliardo, quien era abogado de confianza del papá de Esmeralda, como el apoderado de la firma, el abogado Fernando Carregal, aseguran que Mitre había vendido la sociedad. Lo que no revelaron es a quién o quiénes, y mucho menos presentar papeles que lo corroboren.
Ahora, por orden judicial, deberán validar sus dichos mostrando la documentación correspondiente. Mañana vence el plazo para que la sociedad exhiba, entre otros papeles, la copia del libro registro de acciones/accionistas y las notas de comunicación de transferencia de las acciones que pertenecían a Bartolomé Luis Mitre.
Para entender la historia de las acciones en disputa del diario La Nación hay que remontarse a 1996. Mitre, quien entonces tenía únicamente acciones a título personal, decidió conformar la sociedad KMB junto a su hermana María Elena del Rosario Mitre (las siglas eran por Kinucha –el apodo de María Elena–, Mitre y Bartolomé). Pusieron a su nombre el 25% de las acciones de La Nación S.A. La sociedad fue inscripta en la IGJ y ellos figuraban como únicos accionistas, directores y presidentes. En ese entonces también asignaron como síndico a Gagliardo y al año siguiente incluyeron en el directorio a Bartolomé Mitre hijo, a la vez que aumentaron el capital social de la sociedad.
Según consta en la denuncia que hizo Esmeralda en la IGJ, la empresa tendría hoy 4.083.910 acciones del multimedio, por un valor de 24.922.000 dólares. KMB es titular de una quinta parte del capital social de La Nación S.A.
La dificultad de los herederos de Mitre para tomar posesión de las acciones reside en que en un momento pasaron a estar a nombre de dos fideicomisos (aparentemente celebrados en el exterior y no inscriptos en la IGJ) denominados BLMI NEW YORK TRUST y BLM II NEY YORK TRUST. Ambos llevan las siglas de Bartolomé Luis Mitre. Si bien no se sabe aún con precisión en qué año fueron transferidas –ya que aún no se pudo acceder a los libros de la sociedad–, fuentes de la IGJ estiman que pudo haber sido alrededor del 2009, el año en que se sancionó la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En marzo de 2020, cuando fallece Mitre, sus herederos –la viuda Nequi Galotti y sus cinco hijos– se encontraron con que las acciones que tenía dentro de La Nación S.A. representaban sólo el 6%. Eran las que estaban a nombre de Mitre, ya que cerca de un 32% pertenecían a la sociedad KMB, supuestamente vendida por Mitre en sus últimos años de vida. Quienes poseían el paquete accionario mayoritario del grupo (un 51%) eran los Saguier, quienes dirigen hoy el multimedio y se transformaron hace décadas en enemigos íntimos de los Mitre.
Bartolomé Mitre es el último presidente de la sociedad KMB inscripto en la IGJ. Fue quien la constituyó y la administró durante años. El domicilio en el que se instauró la sociedad es uno de sus inmuebles, en la Avenida Libertador, y en 2018 él mismo concurrió junto a Gagliardo a una asamblea probatoria del ejercicio contable de La Nación como representante de los fideicomisos. Era de público conocimiento que Mitre era uno de los dueños mayoritarios de La Nación, que llegó a ocupar la presidencia de la sociedad La Nación S.A. y que integró el directorio hasta su fallecimiento.
Esmeralda fue la única de los herederos en denunciar la irregularidad en el paquete accionario que recibieron de su padre. ¿Dónde estaban los millones que su padre había recibido por vender ese valiosísimo porcentaje accionario del multimedios La Nación? ¿Por qué no le mostraban los papeles de la venta? ¿A quién se los había vendido? ¿Quiénes eran los nuevos dueños de ese 38% de La Nación S.A.? En las declaraciones juradas que presentó su padre en la AFIP no se registraron millonarios ingresos por la venta de semejante capital. Por el contrario, sí surge que declaraba la titularidad de las acciones de KMB.
Esmeralda inició en soldad un proceso legal para desentrañar qué había ocurrido con la titularidad de la sociedad KMB. Santiago Yofre, su abogado, explicó a El Cohete a la Luna: “Mitre es una persona que utilizaba muchas figuras jurídicas para proteger su patrimonio. Entonces se corrió del papel como accionista de KMB y puso dos fideicomisos que se llaman Bartolomé Luis Mitre I y Bartolomé Luis Mitre II. Cuando murió, el síndico, el doctor Gagliardo, no quiso mostrar los papeles de la sociedad y sostuvo que Mitre no era el titular, razón por la cual nosotros iniciamos el litigio por el principal patrimonio de la familia”.
Embarcarse en dicha odisea le costó a Esmeralda estar un tiempo enfrentada con sus hermanos y la viuda de Mitre, con quienes más tarde logró reconciliarse y hoy la apoyan. La otra consecuencia de su denuncia son los agravios en medios de comunicación que la tratan de insana, de incapaz de entender sobre negocios por ser una actriz, y que la presentan como una heredera despechada, con aires de grandeza, que busca poder en una empresa que ya casi no pertenece a su familia.
Qué dijo la ICJ
El 15 de diciembre se publicó la Resolución 846 de 2021 firmada por Ricardo Nissen, titular de la Instrucción General de Justicia, que tiene a su cargo el Registro Público de Comercio y los registros de Asociaciones Civiles y Fundaciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El organismo solicitó a la sociedad KMB y al síndico Gagliardo que en un plazo de diez días presentaran los contratos de los fideicomisos denominados BLM I NEW YORK TRUST y BLM II NEY YORK TRUST. Requirió además las notas correspondientes a las transferencias del Bartolomé Mitre y María Elena del Rosario Mitre a favor de los mencionados fideicomisos, en cumplimiento con lo dispuesto por el artículo 215 de la Ley General de Sociedades; la totalidad de los antecedentes contables e impositivos; y la copia de los libros societarios, contables y documentación comercial, bancaria e impositiva.
El apoderado de la sociedad, Fernando Carregal, pidió que se desestimara la denuncia por tres razones. La primera, “la falta de legitimación activa de la denunciante”. Argumenta que si Esmeralda no es dueña heredera de esas acciones entonces no tienen por qué brindar la información. En segundo lugar, “la indebida extensión de la medida solicitada, respecto de la exhibición de los contratos de fideicomisos”. La sociedad asumió que la IGJ no tenía competencia para meterse en el asunto porque la ley dice que para que el organismo pueda fiscalizar una sociedad tienen que pedirlo el 10% de los accionistas. Si Esmeralda no es accionista no se cumpliría ese requisito, sugieren. Por último invocan “la ausencia de interés público”. Aseguran que no hay interés público porque es un tema privado entre los herederos y la sociedad. En este punto bien podría alegarse que por ser un multimedio de comunicación hegemónico es de interés para la sociedad argentina, pero el representante legal esgrime que la sociedad es dueña de acciones de otra sociedad (La Nación S.A.) que posee los medios. No sería entonces dueña en forma directa.
Pese a esos argumentos, la IGJ le dio la derecha a la hija de Mitre e intimó el pasado miércoles a KMB y al síndico a informar en un plazo de 72 horas sobre la supuesta venta de acciones, la fecha en que Mitre las transfirió, a quién o quiénes, y los miembros del directorio de la sociedad.
Transacciones poco claras
La resolución, que se suma al fallo de la jueza en lo comercial Paz Posse, pide explícitamente que se dé a conocer él o los dueños de los fideicomisos que poseen la sociedad KMB.
Desde 1995, la ley 24.587 puso punto final en nuestro país a los “títulos al portador”, es decir a la metodología de que el tenedor de un determinado título era acreedor de todos los derechos y devengos que este mismo otorgaba. Desde entonces, las acciones de toda sociedad tienen que ser nominativas y estar inscriptas en un libro, que si bien es de uso privado de la sociedad, debe consignar el nombre del titular de cada una de ellas.
Por otra parte, desde la sanción de la ley 25.246 sobre Encubrimiento y Lavado de Activos de origen delictivo, en el año 2000, la IGJ debe informar a la Unidad de Información Financiera (UFI) quién es el beneficiario final de las sociedades mercantiles, es decir el dueño. La sociedad KMB nunca declaró quien es su beneficiario final. Si además se repara en que desde 2015 la ley de sociedades no permite que haya socios ocultos, KMB se encuentra incumpliendo la norma. La sociedad no inscribió sus balances en los últimos años y desde 1997 no presenta su renovación de autoridades (que se debe informar cada tres ejercicios fiscales).
“Más allá de la suerte de Esmeralda, estamos dando a luz enormes irregularidades que presentan los registros de accionistas, en este caso del diario de La Nación. El pueblo argentino tiene que saber quiénes son los dueños de uno de los medios más poderosos del país”, destacó Yofre, y añadió que en “los registros figuran como accionistas sociedades offshore, fideicomisos sin CUIT, todos instrumentos para ocultar bienes o para lavar dinero. Razón por la cual se hace aún más sospechosa toda la trama de manejos financieros que tuvo el diario, así como el nacimiento del canal de televisión La Nación+”.
Desde el inicio de su denuncia, Esmeralda declara que sospecha que toda la maniobra busque como objetivo final mantenerla totalmente al margen de las sociedades que integran el grupo La Nación, dada su posición crítica respecto de la gestión de la familia Saguier. El vuelco que dio el multimedio, en especial el canal de noticias, involucra la sospecha de que el ex Presidente Mauricio Macri se haya incorporado como uno de los accionistas de la empresa. “Es muy sospechosa la nueva línea editorial y nos da indicios de que hay intereses por detrás que no conocemos. Es evidente que al directorio de La Nación una persona tan crítica como Esmeralda no le convenía que ingrese”, dijo Yofre.
En una entrevista con el canal C5N, Esmeralda dio su opinión sobre los periodistas que integran la señal: “Dan vergüenza”, dijo, y los catalogó de “regalados de Mauricio Macri”. “La política está metida en el manejo del diario y no sólo la política sino también un montón de empresarios amigos del ex Presidente Macri que tienen acciones”, dijo.
Esmeralda denuncia que los amigos de Macri “pusieron más o menos 20 de los 50 millones de dólares que los Saguier debían a mis tíos por las acciones que ellos vendieron para ir contra mi padre. Ellos deben esos 30 millones ahora a un grupo muy importante”.
La rivalidad entre los Mitre y los Saguier data de 1995, cuando Matilde Ana María Noble Mitre de Saguier –bisnieta del fundador del diario y sobrina de Roberto Noble, fundador de Clarín– diseñó una estrategia financiera que le permitió, luego de un préstamo de 40 millones de dólares, transformarse junto a sus hijos en los principales accionistas del diario. Los Saguier compraron las partes mayoritarias de los hermanos de Luis Emilio Mitre (asesinado en 2006) y María Luisa Mitre, quienes conservaron un 5% de las acciones. Bartolomé fue el único que no quiso vender. Julio César Saguier es desde la partida de Mitre el nuevo director del diario. “Mi papá los detestaba a los Saguier. Él crió a Julio Saguier y éste lo traicionó”, afirmó Esmeralda, y apuntó también contra sus tíos: “quisieron quitarle poder porque en vez de venderle a cualquiera, se lo venden a Saguier”.
El proceso sucesorio de Mitre está terminado pero si la Justicia determina que las acciones de KMB pertenecen a los herederos éstas deberán incorporarse en el reparto; además deberá resolverse qué pasa con los dividendos que no recibieron en los últimos dos años. “Nosotros no vemos dividendos pero veo los balances, porque los consigo por otro lado, y son en negro: cuando vos ves ganancias de 18 millones de dólares tenés que hacer que ese balance sea de un 200% más porque justamente es en negro”, denunció. También se comprobó que hay plata en el exterior.
Yofre adelantó que una vez que accedan a toda la documentación tienen pensado realizar una auditoría contable, un inventario de cómo se manejaron los fondos del exterior y luego pedir una asamblea para que el directorio desapruebe la gestión de los Saguier. El segundo paso serán las acciones penales. “Creemos que el síndico encubre a otras personas. No tenemos la prueba pero su conducta favoreció a gente que no coincide con Esmeralda y deberá explicar en la justicia todo su accionar”, dijo el letrado.
Por lo visto, la Succession local promete varias temporadas más.
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