Sin ningún tipo de aviso y con la venia del gobierno de CABA, una empresa constructora abrió un enorme hueco en la pared que marcaba el límite de la plazoleta Rodolfo Walsh y arrasó con dos murales y una escultura en homenaje al escritor y a los fusilados de Trelew.
Ni siquiera se tomaron la molestia de hablar en nombre del progreso. Simplemente arremetieron con mazas y martillos neumáticos para avanzar en lo que será una suerte de paseo comercial con oficinas.
Organizaciones del barrio como la Asamblea Popular Plaza Dorrego alertaron acerca de la situación y la CTERA, que tiene su sede a cincuenta metros, formó parte de la denuncia. “Acá lo que pasó es que Larreta sacó los murales para hacer negocios inmobiliarios. Los docentes apoyamos a las organizaciones que reclaman la restitución de los murales y la escultura porque son parte de la Memoria que enseñamos en las escuelas”, declaró su secretario gremial, Eduardo López, el último miércoles.
A su lado estaba Charly Pisoni. El militante de H.I.J.O.S. participó en 1997 de la pintura colectiva, hoy convertida en escombros. “Somos una gran cantidad de organizaciones las que vamos a exigirle a Larreta que reponga la pared y los murales. La memoria de las compañeros no va a ser pisoteada por ningún gobierno negacionista”, expresó.
Pisoni explicó que el mural está incluido en el registro de murales patrimoniados de la Ciudad, lo que muestra el desprecio por el arte y la historia local por parte de un gobierno que debería haberlo protegido y sin embargo autorizó su destrucción.
La Plazoleta
En mayo de 2005 se reinauguró la plazoleta Rodolfo Walsh en la esquina de Chile y Perú, corazón de San Telmo. La obra se desarrolló en el tramo final de la gestión de Aníbal Ibarra y fue el entonces secretario de Cultura Gustavo López quien convocó a una serie de artistas para poner en valor ese espacio. Paula Franzi, María Inés Tapia Vera y Eduardo Brickles fueron los encargados de realizar las obras plásticas que perduraron hasta que los martillos neumáticos hicieron el trabajo sucio.
La tarea incluyó la restauración del mural de la agrupación H.I.J.O.S. realizado a 25 años de la masacre de Trelew, la limpieza y fijación de las placas que recordaban a los vecinos de San Telmo desaparecidos. La novedad fue la instalación de un balcón en el que asomaba Rodolfo Walsh, representado en una escultura. A su derecha estaba el mural que incluía los lentes del escritor, piezas de ajedrez, y una máquina de escribir.
“Lo hicimos en mi casa con mi marido, Eduardo Iglesias Brickles”, contó María Inés Tapia Vera el miércoles pasado en la plazoleta. “En la parte inferior –recordó— el de H.I.J.O.S. estaba muy deteriorado y yo lo restauré a nuevo. En la parte superior se instaló el nuestro que incluía el retrato de Walsh, y la escena de un fusilamiento inspirado en Goya, pero que remitía a Operación Masacre”.
Tapia Vera no puede ni quiere disimular su enojo: “Tenía entendido que en ese lugar había funcionado la primera imprenta de la Ciudad y que por tratarse de un edificio histórico iba a ser recuperado como parte del patrimonio de CABA. Primero tiraron abajo el mural de Trelew y después desaparecieron la figura de Walsh de Paula Francis y nuestro mural”.
La secretaria general electa de la UTE Angélica Graciano anticipó que el sindicato de educadores se presentará ante la Justicia. “Las y los docentes somos guardianes de la memoria. Vamos a accionar en dos sentidos, para que se repongan las obras y para que se repare a todas las personas que fueron agraviadas con este accionar violento”, afirmó .
El secretario de Cultura de la UTE, Carlos Guerrero, se presentó junto a las artistas en la construcción para constatar el estado de la estatua y el mural en homenaje a Walsh, que hoy duermen dentro del predio, sin medidas adecuadas de conservación. “Estas obras van a necesitar una restauración profunda porque no tuvieron ningún tipo de mantenimiento desde que el macrismo gobierna la Ciudad. A esto hay que sumarle que la administración de Larreta le dio a la constructora la autorización para tirar abajo la pared y no existe ninguna constancia de que hayan intervenido especialistas para retirarlas”, explicó el artista plástico y docente.
En 2017, a 40 años del asesinato y desaparición del cuerpo de Rodolfo, Guerrero reunió a las artistas para intentar restaurar las obras, pero el gobierno de la Ciudad lo impidió con excusas burocráticas. “Esto es parte del avasallamiento a la memoria y el descuido del patrimonio histórico y cultural”, lamentó.
“Por un tema legal yo no puedo tocar la obra ni siquiera para restaurarla porque no es mía. La hice yo pero es de todos. Es insólito que un particular la haya quitado y la tenga arrumbada en un galpón, en medio de una construcción. No entiendo cómo puede estar en manos de un señor que está haciendo un negocio inmobiliario”, lamentó la escultora Paula Franzi.
La artista no salía de su asombro cuando llegó a la plazoleta para comprobar que donde estaban los murales y la figura del fundador de Prensa Latina había un enorme boquete de cinco metros de ancho por tres de alto.
Las organizaciones siguen movilizadas. Además de las presentaciones administrativas y judiciales encabezadas por H.I.J.O.S y por la Secretaria General de CTERA, Sonia Alesso, la Asamblea de San Telmo ya informó que este año la plazoleta será una de las paradas durante la histórica Marcha de Antorchas del 24 de Marzo.
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