El tero y la madre del borrego

Lo que se oculta del nuevo crédito del FMI

 

Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación.

Una es la espada, la otra es la deuda.

(John Adams. 2º Presidente de Estados Unidos, 1796-1800)

 

Comienzo por clarificar el título explicitando primero cuál es la madre del borrego que origina e impone las limitaciones que periódicamente ponen en crisis al desarrollo económico y social de la Argentina; paso a explicar después cuál es el grito del tero con que los poderes fácticos intentan distraernos de sus reales intereses y de las soluciones a los problemas nacionales, finalizando con el señalamiento de algunas de esas soluciones.

 

La madre del borrego

En sus etapas más recientes, la historia económica argentina muestra que luego del período de desarrollo agroexportador que rigió entre 1880 y la crisis del ‘30, la economía inició un ciclo de desarrollo basado en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) que se extendió a partir de 1930 y hasta 1976. A partir del gobierno de la dictadura cívico-militar y hasta la crisis del 2001 el modelo económico argentino se caracterizó por la prevalencia de la renta financiera por sobre el desarrollo de la economía productiva. Entre 2003 y 2015, con las presidencias de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, la economía volvió a privilegiar a la producción y el trabajo por sobre las finanzas. A partir del gobierno de Macri se inició la etapa de inestabilidad que estamos viviendo con el regreso al modelo rentístico financiero que, con un interregno durante el gobierno de Fernández, volvió a imponerse con toda su fuerza con la presidencia de Milei.

Pese a las enormes diferencias que existieron y que subsisten entre esos modelos de desarrollo económico y social, el denominador común de las razones con que se intenta explicar la finalización de cada ciclo ascendente y el inicio de las sucesivas crisis fue y sigue siendo la escasez de divisas como causa principal que puso fin a los diferentes períodos de desarrollo económico y social en la Argentina.

Como brevísima explicación de lo dicho: los modelos ISI encontraron su límite cuando el aumento de las divisas requeridas para importar los insumos necesarios para dar continuidad al desarrollo superaba su disponibilidad; a su vez, los modelos de renta financiera son siempre un barril sin fondo que mantienen una demanda permanente de divisas destinada a girar al exterior los resultados de la renta financiera generada, así como la fuga de capitales de las grandes empresas y fondos de inversión que operan en la Argentina; demanda siempre superior a nuestras posibilidades.

Por supuesto que estos dos modelos son simplificaciones de las realidades que en cada momento se combinaron en distintas proporciones, pero con similar resultado. Por ello, más allá de los modelos económicos predominantes, la madre del borrego radica en una escasez de divisas que pone en crisis la continuidad del desarrollo económico y social argentino, y genera lo que Marcelo Diamand dio en llamar el péndulo argentino.

 

Los gritos del tero

El tero, animal astuto, grita lejos de su nido para esconder su real ubicación. De un modo similar, las empresas monopólicas y oligopólicas tanto nacionales como multinacionales, los fondos de inversión, medios concentrados de comunicación, parte determinante del Poder Judicial y las demás organizaciones que ejercen poder político sin ninguna legitimidad que sustente ese ejercicio, que en conjunto identificamos como poderes fácticos, gritan que ante la falta de divisas no queda más remedio que sacrificar ahora al conjunto de la sociedad, endeudándonos mediante nuevos créditos internacionales, con la promesa siempre incumplida para las grandes mayorías de encontrar más adelante un mejor futuro.

Con ese reclamo pretenden ocultar varias realidades: la primera es que la Argentina no es pobre ni le faltan recursos, sino que, por el contrario, es rica en recursos naturales, tanto de origen agropecuario como hidrocarburífero, mineral y ambiental, sin olvidar la riqueza de nuestro sistema científico y tecnológico, el potencial de nuestro sistema productivo y el de nuestra gente.

La segunda realidad que se pretende ocultar es que la falta de divisas está indisolublemente ligada a la fuga de capitales generada a partir de la muy elevada informalidad de la economía argentina, de la cual ellos son los principales responsables. Pretenden ocultar que la fuga de divisas se alimenta por vía de la contratación de personal en negro, la sub y sobre facturación de exportaciones e importaciones, además de la elusión impositiva, cuando no mediante el contrabando propiciado por el control de nuestras vías navegables.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) define la economía informal como “actividades que tienen valor de mercado y que, si se registraran, contribuirían a la recaudación fiscal y al PIB”. Para poner números a esta cuestión cabe tomar en cuenta que, según datos de la OIT, la informalidad laboral argentina asciende al 47,4%, mientras que para el World Economics el nivel de nuestra informalidad económica es del 29,6%.

La tercera realidad que pretenden ocultar con sus gritos son las consecuencias de la deuda externa argentina, que condicionó la mayor parte de nuestra historia, con la únicas excepciones del primer gobierno de Perón, cuando pasamos de ser deudores a acreedores internacionales, así como en los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, que saldaron el total de la deuda con el FMI, evitando así quedar sujetos a las condicionalidades que impone ese organismo.

A la lista de los 26 acuerdos firmados entre diciembre de 1958 y enero de 2003 deben agregarse el acuerdo de Macri con el FMI de junio de 2018 por un total de US$ 50.000 millones y la renegociación de Alberto Fernández por US$ 45.000 millones en marzo de 2022.

Un excelente y bien fundamentado análisis económico de los programas de ajuste de larga duración con el FMI demuestra que esos acuerdos impusieron importantes condicionamientos a nuestras políticas económicas y a las posibilidades de desarrollo económico y social de nuestro país y que, en definitiva, su cumplimiento no evita la recurrencia periódica de las crisis. A ese análisis cabría agregar otro sobre el impacto de las limitaciones que el FMI impone a nuestra soberanía nacional y, muy especialmente, poner sobre la mesa que con esos créditos se nacionalizaron las deudas privadas generadas por los poderes fácticos, y quien debió afrontar los pagos fue el Estado Nacional y, en última instancia, el pueblo argentino.

En definitiva, esos poderes pretenden ocultar que la salida del laberinto argentino no pasa por un mayor endeudamiento externo, sino fundamentalmente por el blanqueo de sus actividades, la finalización de la fuga de capitales y una mejor distribución social de la carga impositiva.

Por añadidura, también pretenden ocultar las reales soluciones a las políticas del actual gobierno anarco liberal y sus consecuencias, que vienen a profundizar la pobreza y la desigualad social en nuestro país.

 

Hacia un proyecto nacional y popular

La incipiente verificación social de la falsedad de Milei sobre qué sectores cargan con el costo de las soluciones de nuestros problemas, junto a la evidente demostración de que la casta terminamos siendo los jubilados, los trabajadores, las pymes y los sectores de menores recursos en favor de los más privilegiados, está poniendo fin al desconcierto temporario que generó en la oposición su sorpresiva victoria electoral, que se pone de manifiesto de formas diversas.

La primera evidencia es la multiplicación de los reclamos de jubilados y otros afectados. A ella se agrega la reorganización del Partido Justicialista bajo la conducción de Cristina Fernández de Kirchner, así como la clara postura de enfrentamiento al gobierno nacional asumida por Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires. Otra manifestación, más subterránea y menos visible, es el inicio de la elaboración y difusión de propuestas para un próximo gobierno de recuperación nacional por parte de nuestras organizaciones y los debates que esas propuestas comienzan a generar.

Sobre ese último fenómeno me concentraré en las propuestas que con elevado nivel técnico y político y en modo colaborativo viene elaborando y dando a conocer el Foro de Economía y Trabajo, al que tengo el honor de pertenecer y que está integrado por economistas y otros especialistas a propuesta de organizaciones sindicales de nuestro país. El Foro está abierto a todas las instituciones que integran el Movimiento Sindical Argentino, así como a los aportes de organizaciones que agremian a las PyMEs, cooperativas y a los actores de la economía popular.

La elaboración de propuestas del Foro Economía y Trabajo se inicia con la difusión el 22 de agosto pasado del documento Salir del Desastre. Propuestas para un Plan Nacional Económico, Social y Federal, en el que se diagnostica el estado de situación generado por el gobierno de Milei y se urge a debatir y elaborar un plan común a los sectores nacionales y regionales del trabajo y la producción.

Entre las principales medidas se propone la urgente declaración de la emergencia alimentaria; la recuperación de salarios, jubilaciones, programas sociales; el desacople de precios de los bienes exportables en relación al mercado interno; la regulación de los precios de los insumos difundidos; la renegociación de la deuda externa; la modificación del sistema tributario hacia un esquema más progresivo; la regulación del comercio exterior; la anulación del DNU 70/23 y de la ley Bases; la revisión de tarifas y un programa de desarrollo industrial que atienda las potencialidades de cada región.

Entre otras numerosas publicaciones y actividades, a partir de la publicación del Plan Nacional Económico, Social y Federal, el Foro difundió sucesivas propuestas políticas y técnicas que detallan sus alcances, así como declaraciones sobre aspectos importantes de la coyuntura nacional, que se enumeran seguidamente en orden cronológico.

En relación con la deuda con el FMI, el Foro sostiene que esa deuda deben pagarla quienes se beneficiaron con ella y que el Congreso de la Nación debe retomar, tratar y aprobar el Proyecto para la creación de un Fondo Nacional para el pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, que por iniciativa del senador Oscar Parrilli fue sancionado por el Senado y pasado para su tratamiento a la Cámara de Diputados.

Con la certeza de que sus aportes vienen siendo tomados en consideración por nuestras dirigencias gremiales y políticas, el Foro continúa elaborando, difundiendo y debatiendo nuevas propuestas, incluyendo los temas que hacen al empleo y el agregado de valor de nuestras producciones y los demás componentes que permitan completar nuestro Plan Nacional Económico, Social y Federal, que esperamos contribuya a la construcción de un proyecto nacional y popular que se oponga y se imponga al proyecto anarco libertario y en una próxima gestión lleve la producción y al trabajo al poder.

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí