EL PUEBLO NO SE RINDE
El Diputado Nacional del FdT y secretario general de la CTA explica el acto de mañana
Aunque parezca difícil de digerir, quien gobernó este país, provocando verdaderos desastres con el endeudamiento externo, la fuga de capitales y la destrucción del empleo, está diciendo que quiere volver. Y, lo que es aún más grave, ahora no mienten. En la primera campaña electoral, en 2015, mentían diciendo que iban a mantener lo que estaba bien, que respetarían los derechos y otras cosas que no cumplieron. Ahora dicen la verdad a cara descubierta: avisan que quieren destruir al movimiento sindical, que van a terminar con los derechos laborales, privatizar la jubilación, y como corolario violento, reprimir a todo el que piense distinto. Ponen las cartas sobre la mesa. Si frente a eso, desde el movimiento obrero, el sindicalismo y el peronismo, no fuéramos capaces de construir una respuesta y convocatoria que muestre que estamos de pie, estaríamos empezando a agachar la cabeza y asumiendo una actitud derrotista cuyas consecuencias pagará el pueblo argentino.
Aquellas y aquellos que resistimos las políticas del neoliberalismo de la Argentina con los distintos gobiernos que aplicaron su recetario, y principalmente con el de Mauricio Macri, tenemos la responsabilidad de plantear una agenda de distribución de la riqueza. Y esa agenda la debemos plasmar en medidas e iniciativas concretas: la implementación de una suma fija para levantar los salarios de los que están por debajo de la línea de pobreza, la actualización de las asignaciones familiares para que se cobren de manera universal, la elevación del piso de Ganancias de manera que no signifique seguir confiscando salarios de trabajadores mientras a otros sectores poderosos se le otorgan ventajas comparativas, entre otras medidas de urgencia. Esta agenda es la que vamos a plantear, sostener y pelear.
El 17 de octubre las trabajadoras y los trabajadores junto a las pymes, los cooperativistas, los movimientos sociales y los organismos de Derechos Humanos vamos presentar a la sociedad una hoja de ruta para demostrar que el movimiento popular en la Argentina no está de rodillas.
Ese camino es el de la defensa de la soberanía nacional. Para lo cual es necesario ratificar el papel del sector público, no sólo para sostener las empresas públicas, sino además para garantizar que las inversiones para explotar el gas y el litio tengan una presencia determinante del Estado, y garanticen la salvaguardia de nuestros recursos naturales.
Cuando Mauricio Macri y muchos empresarios dicen que el problema es el peronismo, los derechos laborales y el sindicalismo, lo que dicen es que quieren derribar cualquier obstáculo que impida llevar a la Argentina a una nueva década infame. Quieren un país convulsionado al que puedan dar vuelta como una media, no importa el costo que eso tenga en términos de dolor popular. Quieren echar más nafta al fuego con reformas estructurales, brutales, salvajes, que no son otra cosa que desamparar absolutamente a los sectores populares frente al poder de estos parásitos sociales, integrantes de una élite económica que amasó su riqueza a expensas del Estado..
Este 17 de octubre tiene que ser una señal para empezar a ponerle límite a los que especulan financieramente, y conspiran contra la posibilidad de la recuperación de los ingresos de los trabajadores. Porque cuando la riqueza se concentra tanto y no genera inversión, incentiva los circuitos financieros que terminan derramando la copa siempre en los paraísos fiscales, nunca en los bolsillos populares. Eso es lo que un gobierno popular tiene que poner en discusión para cumplir su mandato electoral.
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