EL PRIMER PANTALEÓN Y LA RUPTURA

 

Como parte de la conmemoración por los 100 años que Pantaleón hubiera cumplido el jueves 11, la semana pasada la orquesta escuela del tango le dedicó un concierto presencial en el maravilloso Teatro Colón.  La orquesta, creada en 2000, lleva el nombre de su primer director, el bandoneonista y violinista Emilio Balcarce. A su muerte lo sucedió Néstor Marconi y ahora la conduce Víctor Lavallén, ambos bandoneonistas.

La función, de dos horas largas, comienza con los arreglos de Pantaleón para su primera orquesta de 1946, donde sus variaciones exigían la máxima destreza de los instrumentistas. Continúa con los años de la ruptura, a partir de la década siguiente y con el trío intergeneracional de Lavallén (85) al bandoneón, con Horacio Cabarcos (70) en el bajo y Pablo Estigarribia (35) al piano. La culminación es el emblemático Adios Nonino, con la orquesta completa y el chaqueño newyorkinado Estigarribia al piano.

Todo material noble, pero además tiene un bonus track excepcional, con la imponente presencia de Susana Rinaldi, que canta a los 85 con una calidad y una fuerza que no suelen asociarse con esa edad. La Tana canta tres temas de Pantaleón con letras de Jorge Luis Borges (Alguien le dice al tango), Eladia Blázquez  (Siempre se vuelve a Buenos Aires) y Horacio Ferrer (Balada para mi muerte). No te los pierdas (corren entre 1.06 y 1.30) porque son inigualables. Me atrevo a decir que la Rinaldi de hoy está a la altura de las mejores versiones de Edith Piaf, Lisa Minelli o Mina.

 

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