En el país de "no me acuerdo"
Doy tres pasitos y me pierdo
Un pasito para allí, no recuerdo si lo di
Un pasito para allá, ay, qué miedo que me da.
María Elena Walsh
El indulto para los fugadores
En este artículo trataré de resumir cómo el Estado sigue entregando recursos a quienes han fugado capitales a la red de guaridas fiscales. El programa de ATP de pago de sueldos de empresas “en problemas” y el proyecto de ley de moratoria ampliada son dos casos claros en ese sentido. Muchos Estados del mundo transfieren y ceden riquezas a sus empresarios, pero en el caso argentino esto implica algo más grave. Esta cesión de recursos no solo desfinancia cualquier intento serio de desarrollo, sino que acota fuertemente las posibilidades de asistencia a muchos millones de argentinos bajo la línea de pobreza. Una posibilidad de extrema gravedad social y política si tenemos en cuenta que, a la salida de la cuarentena, la pobreza en la Argentina podría llegar al 50% de su población. El panorama de los últimos meses parece mostrar un indulto a los fugadores de capitales de las últimas décadas y en especial del gobierno anterior. El acto de anuncio con eufemismos de ese indulto no explicitado podría ser conmemorado en el futuro un mes después del 25 de mayo, el día que el Presidente aplaudió al empresario que ocupa un lugar en el podio de fugadores de los últimos años y que obtuvo las mayores alzas de tarifas del Presidente Macri. Además de “comprarle” la principal empresa constructora familiar al primo del Presidente.
La fuga de capitales y los fugadores indultados
Los fugadores de capitales argentinos tienen alrededor de 500.000 millones de dólares en el exterior, según la última estimación que considero confiable (Jorge Gaggero, CEFID-AR). Al mismo tiempo unos 10.000 ricos argentinos se resisten a aportarle 1,5% de su riqueza por única vez a un Estado que administra una crisis sin antecedentes por su profundidad y alcances. Si en el último medio siglo este selecto grupo de argentinos no hubieran fugado los capitales que obtuvieron por medios legales e ilegales, hoy la Argentina no tendría deuda externa que negociar, el mundo nos debería al menos unos 150.000 millones de dólares. O serían parte de un gran fondo soberano de inversión argentino. O estarían plasmados en obras de infraestructura, inversiones productivas, financiamiento al desarrollo, mejor educación, más y mejor ciencia y técnica, mejor sistema de salud y demás actividades estatales y privadas que las fugas de capitales dejaron sin financiamiento.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) estimó recientemente que la fuga de capitales de la era macrista alcanzó unos 86.000 millones de dólares.
En esta etapa, además, la fuga fue totalmente fluida y “legal” como diría el ex Presidente Obama. Más allá de que en este tipo de maniobras financieras lo legal no coincide con lo lícito. La estimación la hace el mismo BCRA, que por cuatro años estuvo facilitando la fuga de casi todos los dólares que entraban por emisión de deuda. Ese mismo BCRA a mediados de junio de este año restringió el acceso a la compra de dólares para importaciones y otros usos a aquellas empresas que tuvieran dólares en el exterior. Una excelente medida en su versión original pero que rápidamente fue flexibilizada, ante la presión del poder económico.
El programa ATP de “salarios para todos” (fugadores incluidos)
Lo llamativo es que la restricción de acceso a dólares impuesta a los fugadores, según mencioné en los párrafos previos, tendría mucho más sentido aún a la hora de ayudar a las empresas con problemas para pagar sus impuestos o sus nóminas salariales. Si una empresa argentina acumuló dólares en el exterior o hizo “formación de activos externos” (eufemismo del BCRA para llamar a la fuga de capitales), lo menos que puede pedir el Estado es que use esos dólares de su colchón para hacer frente a salarios e impuestos cuando no sea época de vacas gordas. Si alguien quisiera saber para qué empresarios la presidencia de Macri representó una época de oro de acumulación obscena, basta mirar el listado de fugadores de capitales. El mismo que el BCRA no quiso publicar pero, por fortuna, si lo hizo el Cohete A La Luna.
El programa ATP de ayuda del Estado para pagar salarios de empresas privadas en problemas por la cuarentena aporta $34.000 por trabajador desde abril de este año y no cuenta entre sus requisitos ninguna condición referida a la no existencia de dólares acumulados en el exterior. Esto es algo de por sí llamativo y una grave injusticia para las pymes que no tuvieron la suerte de contar con tarifas dolarizadas y multiplicadas o de poder jugar en la ruleta de intereses de las LELIQs y LEBACs que generosamente financiaba el BCRA. Por cierto, la bicicleta de las LELIQs del BCRA, lejos de haber desaparecido, ha casi duplicado su volumen aunque redujo notablemente la tasa de interés que paga. La tasa nominal anual que pagan las LELIQs bajó al 38%, que al capitalizar intereses semanalmente pasa a ser una tasa efectiva anual del 46%. Esos intereses que paga el actual BCRA a los bancos que mayoritariamente se negaron a prestarle a las pymes al 24%, suman $3.000 millones diarios. En el mejor momento de la bicicleta financiera macrista eran $3.500 millones diarios. Bastante lejos parece aún estar la promesa que un año atrás hacía el entonces candidato Alberto Fernández de “no pagar los intereses de las LELIQs para aumentar un 20% las jubilaciones” .
Volviendo a las pymes a las que no les quieren prestar los bancos, estas generan más del 70% del empleo y son el verdadero corazón del sistema económico argentino. Podrían recibir mucha más ayuda del Estado si este no lo desviara para grandes empresas que solo buscan sistemáticamente la manera de evadir, eludir y fugar, luego de conseguir altas tarifas monopólicas o préstamos millonarios para acumular ganancias. La decisión administrativa 887/2020 del 25 de mayo de este año, firmada por el Presidente Fernández, instruyó al jefe de gabinete Cafiero (nieto) para que publicara el listado de empresas beneficiarias de los ATP y así dar mayor transparencia al programa. Llegando en estos días a la siguiente fecha patria, 44 días después, el listado no aparece, seguramente porque muchos de los beneficiarios no se pueden mostrar sin generar decepciones y enojo entre el electorado que eligió al actual gobierno. Y sin que muchos empresarios pymes y personas pobres o indigentes sientan que una vez más el Estado asiste generosamente a los ricos & famosos. Ganas de transparencia hay, pero por ahora se las aguantan.
Argentina, país amigo de las guaridas
Esta semana el gobierno envió un proyecto de ampliación de moratoria impositiva al Congreso. La moratoria, ya abierta anteriormente para pymes, pretende ser ampliada para grandes empresas y personas físicas. Entre las condiciones para permitir pagar las deudas impositivas en cómodas decenas de cuotas sin punitorios, no figura ni la más mínima referencia a que la empresa o persona no haya acumulado dólares en el exterior. Esta sin duda sería otra buena oportunidad para traer dólares fugados y pagar los impuestos del mismo Estado que probablemente está pagando parte de los sueldos de la mayoría de las grandes empresas que se adhieran. Para saber qué empresas y empresarios poseen fondos declarados o detectados en el exterior, se cuenta con varias fuentes valiosas: los datos del BCRA no publicados de fugadores 2015/2019, las 4.040 cuentas no declaradas de argentinos en el exterior enviadas a la AFIP en cumplimiento de convenios OCDE y las lista de quienes se acogieron al generoso blanqueo macrista y dejaron sus fondos en el exterior (90% de lo blanqueado se quedó afuera de Argentina). Esta condición a imponer no solo representa una cuestión de justicia fiscal, sino también la posibilidad de repatriar dólares fugados y mejorar las flacas reservas argentinas. No tengo, sin embargo, esperanzas de que se publique un listado de quienes se adhieren a esta moratoria, por qué montos, ni cuánto acumularon en el exterior en los últimos años. Sea de modo “legal” en la era macrista o en tiempos pasados saltando ilegalmente los cepos mediante “contado con liqui”, “cuevas” y grandes bancos, de acuerdo a la escala del cliente y a los conocimientos y contactos de sus asesores financieros y contables.
Una diferencia notable de las condiciones de la ampliación de moratoria respecto del programa ATP es que este último incluye como condición para acceder al beneficio que las empresas no tengan relaciones con guaridas fiscales. En el caso de la ampliación de moratoria para grandes empresas, esta cláusula no aparece, a pesar de que se habría discutido su inclusión al armar el proyecto. De todos modos, la Argentina no tiene lista “negra” o negativa de guaridas fiscales desde 2013, en ese momento se derogó la lista vigente y la mayoría de las guaridas se convirtieron en integrantes de la lista “blanca” o positiva de “países cooperadores”. Para ese cambio radical los conversos solo debían firmar un papel en que se comprometían honorablemente a avisarle a Argentina si veían que algún compatriota incauto declaraba serlo al fugar sus capitales hacia sus islas y territorios. No debemos sentirnos mal como argentinos, la presión del club de ricos llamado OCDE llevó a un lavado de cara de las guaridas y estuvo lejos de luchar contra esas prácticas y el descontrol financiero derivado de ellas que llevó al mundo a la crisis del 2008 y ahora a la actual del 2020. Los listados de guaridas fiscales del mundo relevante incluyen actualmente, con pocas excepciones, a unos pocos territorios rebeldes o mal asesorados. En el listado de guaridas fiscales solo incluye a Anguilla, Bahamas, Fiji, Guam, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes Americanas, Omán, Panamá, Samoa, Samoa Americana, Seychelles, Trinidad y Tobago y Vanuatu. Para tener una idea de la cantidad de guaridas fiscales reales que hay en el mundo se puede mencionar la lista argentina de la AFIP vigente desde el año 2000 hasta ser derogada en 2013. La lista europea oficial de guaridas fiscales por la que se guía Dinamarca tiene los mismos países que la lista francesa, con la salvedad de que incluye a las Islas Cayman, una reconocida guarida que parece no serlo para los franceses.
Para cerrar me parece oportuna otra estrofa de María Elena Walsh, que cantó a la Argentina de estos días con varias décadas de anticipación, una Argentina que no ha cambiado demasiado en su relación Estado/gran empresariado:
Me dijeron que en el Reino del Revés
Un señor llamado Andrés
Tiene mil quinientos treinta chimpancés
Que si miras, no los ves
Hoy solo debería cambiarse “Andrés” por algún nombre del listado de grandes fugadores, receptores de ayuda salarial por el ATP y grandes postergadores de impuestos de la moratoria ampliada. El club pequeño de los grandes que siempre obtiene indultos económicos en El País del No Me Acuerdo.
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