El otro Consenso Bariloche
Cuatro proyectos en la Argentina para exportar hidrógeno verde
Capitales trasnacionales, gobiernos extranjeros, el Ejecutivo nacional y mandatarios provinciales, conglomerados científico-tecnológicos y organizaciones gremiales hicieron públicos desde Bariloche los trazos generales de un consenso estratégico para el desarrollo a gran escala de hidrógeno verde en la Argentina, destinado especialmente a la exportación. La crisis del precio del gas que desató la guerra Rusia-Ucrania aceleró la demanda de Europa para sustituir los suministros rusos actuales. La urgencia geopolítica se acopló a las metas de reducción de la huella de carbono para mitigar los efectos del cambio climático, que impulsa a las energías renovables y la transformación de la matriz energética con eje en los hidrocarburos.
El 30 de mayo se realizó el “Encuentro Nacional Hidrógeno 2030. Situación y perspectivas”, donde se desplegó un amplio espectro de intereses y actores que configuran el mapa de poder y de tensiones en que está inscripto el proyecto de producción hidrógeno verde y amoníaco de Punta Colorada (Río Negro) con capitales radicados en Australia. Varias horas y numerosas exposiciones –transmitidas en vivo desde el hotel Llao Llao– mostraron que existe un consenso hegemónico para consolidar al hidrógeno verde y el litio para esta etapa del modelo de desarrollo nacional, a la vez que para sostener el crecimiento de los hidrocarburos no convencionales en todo su potencial. Al interior de ese acuerdo general, hay capitales que ya están jugando y otros que pretenden ingresar al nuevo mercado en formación, los que reclaman al país una ley nacional de promoción del hidrógeno verde, precisiones para el amoníaco y una cohesión de las normativas de las distintas jurisdicciones locales, entre otros puntos. En esos intersticios se mueven los gobiernos provinciales y unos pocos intendentes con diferente capital propio, siendo el mayor capital los bienes naturales de sus respectivos distritos.
Al parecer, la producción de hidrógeno (verde y azul) es la variante extractiva para la inserción de la Argentina en la matriz global de transición energética, siempre y cuando sea mucha y barata para reducir la huella de carbono del norte desarrollado, según se desprende de las numerosas intervenciones.
Sudamérica
Los capitales piensan a Sudamérica como el espacio para las nuevas energías limpias para su matriz de transición. Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, confirmó en la apertura que son cuatro los proyectos de hidrógeno verde en el país destinados a producir para exportar y aportar divisas. No dio ninguna precisión sobre el borrador de la nueva ley de hidrocarburos en la que trabaja, limitándose a asegurar que buscará dar certidumbre a las inversiones.
El próximo 14 de junio, el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, anunciará formalmente los dos proyectos en su provincia, para lo que contó con el respaldo del Consejo Federal de Inversiones (CFI) en los estudios previos. MMEX Resources Corporation ya informó que desarrollará un campo eólico y una planta de electrólisis en Tierra del Fuego, precisando que el acuerdo con Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda externa facilitó la inversión de 500 millones de dólares en la Argentina. Es en asociación con Siemens Energy, que lidera otro proyecto cruzando la frontera internacional.
Otro proyecto es el de Pico Truncado, chico, pero avanzado en menos de un año, recordó Eugenio Quiroga, vicegobernador de Santa Cruz. El cuarto proyecto está en la puna jujeña, sobre lo que abundó el gobernador Gerardo Morales en la ronda de apertura.
En este mercado energético en formación, hay que leer el mapa local en diálogo con el que está trazándose en Chile. Bárbara Figueroa, embajadora del país vecino en la Argentina, identificó los seis proyectos que impulsa en alianza con capitales extranjeros desde el lanzamiento a fines de 2020 de la Estrategia Nacional para el Hidrógeno Verde. Aclaró que hubo reajustes, pero la nueva administración del presidente Gabriel Boric confirmó el plan para el sector. El de mayor envergadura y mayor desarrollo es Faro Sur, en Magallanes, con una agencia de colaboración alemana, Siemens Energy y Porche.
Figueroa insistió en que no se trata de competencia entre naciones, sino de cooperación para desplegar todo el potencial. Otros oradores plantearon que la Argentina tiene condiciones para liderar esa puja por el mercado emergente; algunos más competitivos sugirieron que se verá qué país podrá encabezar este proceso, sumando en esa carrera a Colombia y México.
El escenario de la transición energética de los capitales y el de las gobernaciones vincularon, necesariamente, a la explotación del litio (Jujuy) y de los combustibles fósiles del área Vaca Muerta. Omar Gutiérrez indicó que cuando asumió la gobernación Neuquén, aportaba el 3,5% de la producción nacional del gas y que hoy llega al 50%, defendiendo que el gas es clave para la transición de la matriz energética. La curva exponencial en pocos años se debió a la transferencia de recursos públicos formidables a las empresas vía subsidios para el desarrollo de los no convencionales. Para el plan de hidrógeno (verde o azul), la apuesta neuquina es reconvertir la planta de tratamiento de agua pesada de Arroyito, sobre el río Limay, infraestructura y tecnología que no termina de tener un espacio sólido en ninguna gestión de gobierno.
Juego local
Sin ser la anfitriona, la gobernadora Arabela Carreras jugó de local. Fue, además, la única mujer en la apertura. Valoró como “agenda real” la ley provincial que consiguió por unanimidad en abril para el proyecto de iniciativa privada presentado por la australiana Fortescue Future Industries S.A. (FFI). “Esperamos lo mismo para la ley nacional”, agregó, informando que ahora están trabajando los técnicos para determinar los rangos económicos que el capital privado considera viables.
Con un auditorio tan amplio como los intereses en juego, los mensajes parecieron tener diferentes destinatarios.
Sebastián Delgui (Forstecue) dijo que ya cuentan con el estudio de prefactibilidad que les permitirá definir dónde ubicar los parques eólicos, entre otros puntos controvertidos, ya que muchos estarán en tierras fiscales con población nativa dispersa. Delgui titubeó cuando dijo “trabajamos con las comunidades” y reiteró, aclarando, “con las comunidades locales”. Es que en la provincia, comunidad es el nombre en español de lof, organización básica del pueblo mapuche-tehuelche que reclama la instrumentación de la consulta libre, previa y debidamente informada del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para desplegar este proyecto en territorio tradicional.
También valoró positivamente los alcances de las conversaciones con la provincia en 15 meses, sobre todo porque el conflicto internacional aceleró algunas proyecciones. Ya tienen conversaciones con firmas alemanas e italianas para colocar la futura producción en Europa. Respecto a la ley nacional, destacó que el gobierno la impulse, a diferencia de otros países que se limitan a ofrecer “una hoja de ruta”, como Colombia y Chile. Pidió sí que se instrumente esa hoja de ruta para armonizar normativas que se aplican en distintas jurisdicciones (nación, provincia, municipio) o de distinta naturaleza (medioambiente, impuestos, aguas marítimas costeras).
Geopolítica y negocios
Algunos expositores fueron muy directos y claros. João Guillaumon, socio de la oficina de San Pablo (Brasil) de McKinsey & Company, dijo que la Argentina y Brasil tienen potencial para ser productores y consumidores de hidrógeno verde, aunque el escenario de hoy para Latinoamérica es de producción de hidrógeno y amoníaco para Europa y Asia. Ese flujo exportador se canalizará por el puerto de Bahía Blanca, sostuvo, ante el déficit de infraestructura adecuada en la Patagonia.
En español fluido, Cristina Lobillo Borrero, directora de Política Energética para la Comisión de la Unión Europea, precisó que el 18 de mayo se decidió buscar la independencia de los combustibles fósiles que suministraba Rusia. Los 27 Estados miembros acordaron importar diez millones de toneladas de hidrógeno en los próximos ocho años, para la que buscan cooperar con Chile y la Argentina.
Takahiro Nakamae, embajador de Japón en la Argentina, no contó con el gobernador de Chubut como aliado en el encuentro para valorar el desarrollo de ese origen con hidrógeno azul en Comodoro Rivadavia. Detalló las experiencias propias y las estimaciones de consumo propio, en la que las automotrices hicieron punta. Después sostuvo que “no es suficiente el consumo de Japón. Hay que crear un mercado global con reglas internacionales”, e insistió en la necesidad de garantizar una cadena de suministro de las nuevas energías. Informó que con la Argentina están trabajando en un memorándum de cooperación específico sobre amoníaco, insumo requerido para la producción termoeléctrica.
Vía streaming asistió Saeed Abdulla Alqemzi, embajador de los Emiratos Árabes en nuestro país. Su intervención fue traducida con deficiencias, así que no fue posible saber si hizo anuncios. De todos modos, fue un símbolo político importante para inscribir el valor de las compra de tierras rurales por parte de capitales de ese origen en la provincia. Al final de su intervención, pidió que la Argentina ratifique el memorándum de entendimiento que su país firmó con la pasada administración del Presidente Mauricio Macri.
Consenso de superestructura
En abril del año pasado, en otro hotel de la ciudad andina, la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich presentó el movimiento “anti-tomas”, que pocos meses después tomó la identidad de Consenso Bariloche. La coalición política de la nueva derecha confronta abiertamente con las comunidades mapuche-tehuelche por el derecho al territorio tradicional y el control real de algunos espacios de valor estratégicos. La gobernadora Carreras disertó en el principal acto de Consenso Bariloche en agosto del año pasado.
En el Encuentro en el Llao Llao, la misma gobernadora no hizo ninguna referencia a la sociedad local y a sus intereses; en definitiva, a su base electoral. Utilizó una consigna de la militancia social y sostuvo que (la provincia) no será zona de sacrificio, pero sin precisar cómo lo garantizará. La informalidad del tono de las presentaciones de los gobernadores no explica el mensaje que parece concebir agua, aire y suelo (los insumos industriales del proyecto) como objetos sin territorio, y territorio con población que no tiene por qué tener entre sus prioridades las mismas de los países desarrollados que producen las mayores emisiones de carbono, ni la de las corporaciones de los capitales invitados.
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