El fixture de Atentados contra Maduro
Desde Miami se admite la autoría del ataque con drones y se anuncia su repetición
La triple alianza entre el periodismo, las agencias de inteligencia y sectores de la justicia, orientados a conservar o restaurar la hegemonía del Departamento de Estado en la región, se puso nuevamente en evidencia a través de la Operación Bayly. Tres días después del intento de asesinato del presidente venezolano, el presentador peruano describió en detalle el frustrado atentado afirmando que conocía a sus autores y que se había reunido con algunos de ellos en Miami, semanas antes del hecho sucedido el sábado 4 de agosto. En su show nocturno de las 21 a través de Mega TV, el limeño encomió y reivindicó la tentativa (planificada en Colombia y Estados Unidos, según Caracas) y confesó que sus fuentes le habían brindado la primicia: “El sábado vamos a matar a Maduro con drones, hemos probado los drones en Caracas: funcionan”. Según Bayly, él les respondió eufórico: “Hágale, vamos para adelante”.
Como sucede habitualmente en el mundo televisivo, una parte de la verdad alcanzó para generar la atracción necesaria que exige la lógica exhibicionista del rating. Sin embargo, los interlocutores del showman no parecen haber sido sus ejecutores –quienes se encontraban todos en Venezuela con anterioridad a la presumida reunión llevada a cabo en Miami— sino sus planificadores y financistas, radicados en Florida y partícipes de todas las desestabilizaciones y golpes militares sucedidos en América Latina desde la década del '60. Dos semanas antes del atentado, el 17 de julio, Bayly recibió a Otto Reich en su programa, concediéndole un bloque central de media hora. Reich se desempeñó como embajador de Estados Unidos en Venezuela hasta 1989 y fue uno de los más conocidos impulsores del golpe contra Chávez de 2002.
Según un documento de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense de 2002 –avalada por 14 congresistas—, Reich fue el organizador de dicha intentona, hecho que motivó el pedido de su renuncia, que se concretó en noviembre de ese año. Reich ha introducido a Bayly en los círculos cubano/venezolanos, hermanados por su tirria visceral al chavismo y al castrismo. Uno de los integrantes de este colectivo es Osman Alexis Delgado Tabosky –residente en Florida y habitual contertulio de Otto Reich—, a quien el gobierno venezolano acusa de ser el encargado principal de aportar para la adquisición de los drones y la financiación del atentado.
Otto Reich es un cubano que abandonó con su familia la isla luego de la revolución y que se desempeñó en distintas áreas del Departamento de Estado. También se dedicó a representar —en distintos periodos— a la corporación Lockheed Martin, fabricante y comercializadora de aviones de guerra y pertrechos militares. En una pormenorizada investigación realizada por José Sant Roz, referida al rol ocupado por las agencias de inteligencia en Venezuela, se recuerda la repetición que hacía Reich de una fórmula empleada originariamente por Nixon en relación con el gobierno de Salvador Allende: “Hay que hacer aullar de dolor a la economía”.[1] Ese principio ha sido repetido desde la pantalla de Mega TV por el propio Bayly, convocando a boicotear cualquier posibilidad de recuperación económica del gobierno de Maduro.
El ex funcionario cubano-estadounidense fue nombrado en 1983 director de la Oficina de Diplomacia Pública en el Departamento de Estado, donde conoció a Oliver North, organizador de la contra nicaragüense. La fiscalía general de los Estados Unidos consideró en 1987 que North y Reich participaron “en actividades de propaganda prohibidas y encubiertas” en apoyo a dictaduras centroamericanas. Documentos desclasificados, además, revelan que Reich contrató personal militar para la realización de “operaciones sicológicas” orientadas a desprestigiar dirigentes políticos y sociales opuestos al rol desarrollado por las delegaciones diplomáticas en América Latina. Según William Goodfellow, analista del Centro para la Política Internacional de Washington, Reich es un “fanático derechista, con un récord bien documentado de negocios sospechosos que se originan en el escándalo Irán-Contras”, en el que su triangularon armas, cocaína y mercenarios para desestabilizar a la Nicaragua Sandinista.
Reich ha conectado a Bayly a su red en Miami entre quienes se encuentran Rogelio Pardo Maurer, ex alto oficial de la Contra nicaragüense y ex secretario del Pentágono para el Hemisferio Occidental, que en su libro The Contras, 1980-1989: A Special Kind of Politics reivindica las alternativas de lucha militar en América Latina basadas en la asistencia y la financiación de la CIA.
Reich ha sido un crítico de las políticas de Obama referentes a reestablecer relaciones diplomáticas con Cuba y el analista internacional Larry Birns lo considera, junto a Ted Cruz, uno de los máximos exponentes “del proceso de diseño de política hacia América Latina [que permanece en manos] del ala de extrema derecha de la comunidad cubano-estadounidense”.
“Esta es una conspiración y vendrán otras, cuyos autores son todos hombres de honor, militares, policías, ex militares, ex policías venezolanos. Esta no es una conspiración de intelectuales o de artistas”, advirtió Bayly en su programa del 7 de agosto. “Es fácil que desde un canal de televisión de Estados Unidos se mande a matar a un presidente —respondió Nicolás Maduro desde Caracas—: ¿Qué pasaría si un periodista fanfarrón como este, desde una televisora de Venezuela, mandara a asesinar al presidente de Estados Unidos?”, se preguntó, retóricamente, el presidente venezolano. El injerencismo de la doctrina Monroe no descansa: sólo que en la actual etapa envía drones con explosivos en vez de capacitadores dispuestos a enseñar las mejores formas de aplicar el submarino.
Jaime Bayly anuncia los próximos pasos apuntados por Otto Reich
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