El desmanejo de los fondos del INCAA
Entre las bocas que la crisis cierra está la del cine argentino
Esta semana, al recibir el premio al mejor director en San Sebastián, Benjamín Naishtat dio un discurso en el cual mencionó la degradación del Ministerio de Cultura a Secretaría y también a “los improvisados que manejan la política pública en cine” (1). En El Cohete a la Luna publicamos en abril una descripción general de esa política, basada en modificar el plan de fomento para impulsar una industria cinematográfica concentrada en pocas manos, y cada vez más excluyente de la pequeña y mediana producción (2). Pasan los meses y la situación empeora. Pero además de ese plan, podríamos decir que de índole política, se suceden flagrantes ilegalidades. Los miembros del Consejo Asesor, órgano de cogobierno y contralor del INCAA, lograron después de meses de esfuerzo e insistencia que la conducción del INCAA entregue una parte de la rendición de los presupuestos de 2016, 2017 y el inicio de 2018. A partir del análisis de las rendiciones se puede llegar a una serie de lamentables conclusiones:
1: La ley del cine dispone que el 50% del presupuesto anual que recibe el INCAA debe estar dedicado al fomento a la producción cinematográfica (3). Esta es la primera de la lista de ilegalidades que comete la actual dirigencia del INCAA: en los últimos dos años (2017-18), según informe al Consejo Asesor, el promedio dedicado a películas nacionales es mucho menor (una de las cuentas da un promedio del 26%).
2: El INCAA no da créditos, lo cual también es ilegal. Para ayudar a productores que no poseen una enorme capacidad de financiación, la ley de cine dispone que el INCAA otorgue créditos. De modo completamente arbitrario la actual dirección decidió dejar de darlos, anunciando que los iba a tercerizar a instituciones bancarias. Esto, además de ser un problema grave por los intereses tremendos y las condiciones que imponen los bancos en la actualidad, es completamente ilegal ya que la ley de cine dice en su Artículo 24: “El Fondo de Fomento Cinematográfico, dentro de las condiciones que se establecen en la presente ley, se aplicará a: (…) la concesión de créditos cinematográficos” (4).
3: El INCAA subejecuta los millones de pesos que no pone para créditos. En diciembre de 2017 se informó públicamente, que “el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) comunicó que no dispone de fondos para atender solicitudes de créditos para la realización de películas hasta 2019”. (5) Pero en los balances del INCAA nos encontramos con que en los años 2016 y 2017 se subejecutaron $764.537.156,40, monto que según las autoridades, se puso en un plazo fijo. Tampoco se dijo dónde se lo invirtió, ni qué interés devengó esa partida. Es decir que el dinero estaba: incumplieron la ley y mintieron en los motivos.
4: Unas trabas administrativas absurdas y reiteradas impiden que las películas retiren sus créditos o subsidios en tiempo y forma. Esto lo hacen de dos modos: en primer lugar, como consecuencia de la improvisación a que hace mención Naishtat, que hace necesiten emparchar una y otra vez las regulaciones y que haya que volver atrás con los contratos y expedientes (óperas primas presentadas a mediados del año pasado, por ejemplo, tuvieron que a firmar los contratos correspondientes hasta tres veces, generando una demora de prácticamente un año en su rodaje, con lo que eso implica de devaluación del monto otorgado), con el problema agregado que hasta los propios empleados del INCAA no sepan cómo manejarse, ya que se modifican las regulaciones día a día.
5: En segundo lugar, retardan negándose a firmar expedientes y a convocar comités para la evaluación de películas. Así, por ejemplo, los productores que presentaron sus proyectos a una convocatoria en octubre del 2017 no pudieron saber el resultado hasta septiembre del 2018, 11 meses después, porque no pagaban al comité y no firmaban los expedientes necesarios, por lo cual los jurados, que habían sido seleccionados en el mismo mes de octubre del 2017, no podían expedirse. Ese premio podrá filmarse con suerte el año que viene, con la devaluación del país que ya todos conocemos.
6: Por otro lado el especialista en derecho cinematográfico Julio Raffo señaló que dentro de una batería de medidas que se votaron el 17 de diciembre de 2017, una en particular pone en riesgo la continuidad de la industria cinematográfica. Se dispuso que fomento cinematográfico deje de recibir fondos en 2022 (6). El INCAA minimizó este dato con una falsa versión de que es una herramienta burocrática, falsedad que fue inmediatamente desmentida por abogados y constitucionalistas. Raffo, con el apoyo de la Mesa de Directores, está iniciando un movimiento que pueda eliminar esa cercana fecha de vencimiento que le puso esta gestión al fondo de fomento cinematográfico.
7: Muchas cosas se suman a esta lista: intentos de modificar la vía documental digital, que tan bien venía funcionando en los últimos años; exigencia de constituirse como persona jurídica, cuando la ley dice expresamente que los créditos se darán a personas físicas; el costo medio bajísimo, lo que significa que las películas se hacen con mucho menos dinero del que debieran, repercutiendo eso en la calidad de la película y de la fuente de trabajo (motivo para un ensayo sería la prospectiva de un nuevo nuevo cine argentino, una estética basada en la escasez extrema, películas de alrededor de 65 minutos, sin subtramas, filmadas en 2 a 3 semanas); créditos falsos ofreciendo el 85 por ciento de lo que había sido aprobado, que por otro lado se reparte por concurso; irregularidades con las cuotas de pantalla y con la ley de transparencia; las sucesivas desfinanciaciones de la RAFMA (red de festivales y muestras audiovisuales); los problemas con los trabajadores del INCAA cuya inestabilidad laboral repercute sobre el todo que es el fomento al cine nacional, etcétera. Las asociaciones de directores, (Doca, Colectivo de Cineastas, Adn, Dic, Rdi, Pci), nucleadas en la Mesa de Directores, muy activa en el trabajo conjunto con el actual representante de directores en el Consejo Asesor, Fernando Krichmar, promueve mesas de trabajo para la corrección del plan de fomento, para la creación de nuevas vías y sobre todo para que el INCAA asuma su rol central: ser una entidad inclusiva que administra los fondos de fomento a la industria cinematográfica de modo tal que garantice pluralidad de voces, una cinematografía nacional amplia, y estimule y potencie la creación de fuentes de trabajo. Objetivos que, por el momento, no parecen compartir las autoridades del INCAA.
(1) https://www.youtube.com/watch?v=i44r77Gw6SQ
(2) https://www.elcohetealaluna.com/cine-argentino-in-the-pendiente/
(3) “Fíjase en un CINCUENTA POR CIENTO (50%) la parte de la recaudación impositiva que (…) se destinara en cada ejercicio financiero para atender los subsidios a la producción de películas nacionales” Decreto 989/2004 Artículo 1º
(4) http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/blog/docentes/trabajos/3041_6886.pdf
(5) http://www.telam.com.ar/notas/201712/230421-incaa-creditos-subsidios-2018.html
(6) http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/305000-309999/305264/norma.htm
Valentín Javier Diment
Director y productor, hizo entre otras El eslabón podrido, la serie documental Mujeres de lesa humanidad, publicada completa por El cohete a la luna, y el documental de próximo estreno La feliz (45 años de violencia política en Mar del Plata) https://www.youtube.com/watch?v=h9Y76AAWs7E
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