El blindaje mediático del que goza María Eugenia Vidal sobre la situación de despidos y pérdida de fuentes de trabajo que se vive como una constante también en la zona norte de Buenos Aires tuvo su visibilidad en el paro y movilización del martes 25 de septiembre. La CTA regional San Pedro - Baradero marchó junto a despedidos de COPLAC. Érika Díaz se movilizó acompañando y contó que “la situación en la ciudad de San Pedro no es ajena a la del resto del país. Aparte de los trabajadores de COPLAC tenemos la empresa Celupaper que hace menos de un mes despidió a treinta trabajadores. Dos meses atrás había despedido otros veinte y está en riesgo de cerrar”, describe para El Cohete a la Luna. “Después tenemos la fábrica Saladino de reciclado de plástico para la fabricación de bolsas (ubicada en la localidad Río Tala, partido de San Pedro), que está tomada porque de un día para otro sin previo aviso intentaron cerrar y llevarse las maquinarias. Entonces los trabajadores la tomaron para que no la vacíen. San Pedro es un caos”, expresa a pesar de su afonía.
Martín Baraybar es concejal de San Pedro por Unidad Ciudadana y colaborador en la delegación de Baradero de SMATA. Cuenta que “COPLAC es una empresa autopartista que tiene una planta en San Pedro y otra en Córdoba. Es una empresa de capitales brasileros que está en San Pedro desde hace un poco más de diez años y que ha fluctuado entre cincuenta y ciento diez trabajadores dependiendo la época del año”, señala, añadiendo que últimamente la planta de San Pedro se había quedado con General Motors como único cliente y la empresa viene en conflicto desde hace un tiempo contratando trabajadores fuera del convenio colectivo.
“El sindicato principal es el textil, pero con otros convenios más flexibles habían contratado a otros trabajadores casi a la mitad del salario de los de planta y eso trajo el conflicto hace un par de meses, que se solucionó a medias”, dice Baraybar y agrega que se había logrado el no despido de personal. “Hace un mes que venían pagando el salario en forma incompleta, incumpliendo con los adicionales”. El Ministerio de Trabajo intervino y llamó a dos audiencias, a las que la empresa no se presentó. “El fin de semana le llegaron los telegramas de despido a todos los trabajadores, aduciendo que la empresa había perdido sus clientes debido a los conflictos sindicales, decidiendo así el cierre y despidiendo a todo el personal incluido el apoderado y las autoridades de la empresa a nivel local”, cuenta el Concejal.
El conflicto recrudeció y la empresa está bloqueada por los trabajadores. Gente de la General Motors se presentó intentando llevarse la maquinaria que supuestamente les pertenece, pero se lo impidieron los trabajadores que están fuera de la planta y se rotan para tener la puerta de la fábrica tomada. Los trabajadores no están solos en la lucha; cuentan con el acompañamiento de las diferentes centrales obreras de San Pedro. La regional de la CGT y las dos centrales de la CTA. Sesenta y siete son los obreros que se quedaron sin trabajo y no han tenido ni siquiera notificación sobre sus indemnizaciones.
Del Ministerio de Producción y Trabajo que conduce Dante Sica se hicieron presentes en San Pedro y mantuvieron una reunión con los trabajadores en la Municipalidad. Allí expresaron que intentarán comunicarse con el dueño de la empresa, algo que el intendente Cecilio Salazar no logró porque nunca le atienden el teléfono. El consuelo del Ministerio para los trabajadores fue que acelerarían los trámites para el fondo del desempleo. El martes 25 una marcha numerosa se convocó frente a la delegación del Ministerio de Trabajo ubicada a seis cuadras del centro, en las calles 25 de Mayo y Davila de la ciudad de San Pedro, continuando luego con una caravana hasta las puestas de la fábrica donde se leyó un documento y actuaron diversos artistas. Frente a la delegación del Ministerio de Trabajo no faltó el Hit del Verano.
“Desde el Concejo Deliberante —expresa Martín Baraybar— se presentó un proyecto que debe ser tratado para que se declare la emergencia laboral y otorgue excepción impositiva local a los trabajadores despedidos de los últimos seis meses, subsidios a los trabajadores que estén alquilando como también prioridad en la becas de estudios para estudiantes terciarios, universitarios, de los hijos de trabajadores que han sido despedidos”.
La empresa de reciclado de la familia Saladino ubicada en Río Tala presentó problemas en abril pasado, debido a que sus trabajadores —la mayoría venezolanos sin documentación—, se encontraban trabajando en la informalidad. A lo mejor son esos venezolanos a los que se refirió Macri cuando dijo en Naciones Unidas que nuestro país los recibía con los brazos abiertos. “Después del conflicto se blanqueó al personal. Pero siempre le pagaron mal, fuera de término y en cuotas”, dice Baraybar. El sábado 22 de septiembre los trabajadores de la empresa fueron avisados por compañeros de la CGT local que había gente queriéndose llevar las máquinas. Alguien fue diciendo que había comprado las máquinas y que se las llevarían, pero los trabajadores lo impidieron. Desde ese día, quince trabajadores tomaron la fábrica. El dueño no aparece y abandonó la casa de San Pedro donde vivía.
Papel Prensa, la empresa en la que son socios los diarios Clarín y La Nación, está emplazada en la ciudad de San Pedro. “Viene reduciendo personal, sin reemplazar al que se va jubilando. Hace unos cuatro años la Municipalidad de San Pedro le empezó a cobrar a la empresa productora de papel por ingresos brutos, algo a lo que en principio se negó pero terminó pagando”, dice Baraybar. “En el sistema de tasas municipales la Tasa de Inspección por Seguridad e Higiene se calcula por cantidad de trabajadores, por lo que pagaban muy poco. (La planta cuenta con 360 trabajadores.) Fue en ese momento que se reformuló y comenzaron a cobrarles por Ingresos Brutos”. Pero siempre hay un hada salvadora para que lo impositivo no sea una carga. El año pasado María Eugenia Vidal benefició a la empresa con un subsidio del gobierno provincial para pagar la luz, esa que aumenta sin parar, ahora con un 24% para las casas de todos los bonaerenses.
Despidos constantes
“Desde la asunción de Macri y Vidal el primer impacto que sufrimos es la apertura de importaciones sobre nuestras fuentes de trabajo”, cuenta la senadora bonaerense Cecilia Comerio. “El caso de multinacionales como el grupo Techint, que está en la zona, incluso el grupo Acindar, en el límite con la provincia de Santa Fe (la ciudad de Villa Constitución), como también los sectores que exportan materia prima como es el caso de Bunge (planta ubicada en Ramallo), vimos una gran pérdida de puestos de trabajo. Estas multinacionales están generando en nuestras comunidades un deterioro de las fuentes laborales”.
“En la zona norte de la provincia de Buenos Aires tenemos una mano de obra calificada por el nivel de especialización que requieren las grandes industrias y hoy esto se está perdiendo”, señala y lo compara con empresas como Atucha (ubicada en la localidad de Lima, partido de Zárate), en las que “también sucede un efecto similar donde se acopla una situación más compleja que tiene que ver con el desarrollo de país y de Estado en torno a la producción de energía eléctrica. No solamente estamos perdiendo puestos de trabajo —hay familias en nuestra región que están pasando una situación muy complicada—, sino que además se está perdiendo la capacidad de desarrollo tecnológico, de progreso y de conocimiento que nos permitía competir a nivel internacional con otros países”.
La Senadora por Unidad Ciudadana hace mención a otro caso emblemático en la región: “Motomel (ubicada en la localidad de La Emilia, partido de San Nicolás) tiende a achicarse, no produce más, recorta turnos y ofrece retiros voluntarios”. La legisladora remarca que “todavía no toda la sociedad comprende el daño que está generando este gobierno. Las empresas se comunican con los trabajadores y les ofrecen un retiro voluntario. La mayoría de los casos que acuerdan no lo hacen bajo la órbita gremial, lo hacen por fuera”. El caso de Motomel es un ejemplo alarmante “donde la empresa abrió los retiros voluntarios y en una semana tuvieron 80 inscripciones, un número muy alto que lleva a pensar que una parte de la sociedad cree todavía que esto puede mejorar”.
El caso de la planta de Bunge ubicada en Ramallo es también otro ejemplo que analiza Cecilia Comerio, donde el gremio resistió y logró la incorporación de todos los trabajadores menos quienes se acogieron a los retiros voluntarios ofrecidos por la multinacional. Pareciera que la flexibilización laboral que Macri no pudo hacer posible por no tener los votos en el Congreso la impulsan las empresas con las descriptas maniobras para deshacerse del personal.
Aquellos retiros voluntarios ofrecidos por el Estado a los obreros de la ex SOMISA, que luego (noviembre 1992) fue adquirida a precio vil por Rocca, hoy los utilizan distintas empresas de la región olvidando la cantidad de kioscos que proliferaron en la zona en esa época como así también distintos comercios o emprendimientos personales que fueron muriendo junto al mercado interno. Sin embargo la desmemoria hace que vuelvan con éxito a ofrecerlos, repitiéndose aquello de creer que con esos buenos pesos que ofrecen las empresas individualmente podrán emprender alguna actividad que los salve. Como siempre, los que piensan en colectivo organizados gremialmente los rechazan y resisten, porque saben que la tentación de muchos pesos hoy es el hambre de mañana.
- Foto principal: Despedidos de San Pedro en la concentración del lunes 24 en la Capital
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