Detrás de las achuras
La alarma por la ingesta de chinchulines adelanta el tenor de la campaña electoral
La difusión de la falsa muerte de niños por comer carne contaminada comenzó con un posteo de un ex policía devenido candidato a diputado opositor: Carlos Vulcano.
La especie creció hasta inventar quince muertos; llevó la alarma más allá del distrito; alcanzó a los medios televisivos porteños y de canales del interior hasta convencer de reducir el consumo de achuras.
Si hubiese sido un experimento previo para hacerlo luego con un mensaje político, habría resultado exitoso, aunque no es más que la continuación de otros ensayos como el de la Traffic blanca que secuestra niños para vender sus órganos y otros que inaugurara el nazi Joseph Goebbels.
En este caso, quien empezó fue Carlos Alberto Vulcano, subcomisario hasta mayo de 2003, cuando fue pasado a disponibilidad preventiva tras ser acusado de torturar a presos en la Comisaría 9ª de Lomas de Zamora para obligarles a confesar delitos, según relató por entonces al diario La Nación el abogado Luis Valenga, como ya habíamos publicado hace un año y medio aquí.
A partir del posteo de Vulcano en la página de Facebook donde prioriza la seguridad como propuesta, otros posteos anónimos amplificaron la mentira.
Vulcano vive en Berazategui, donde hace de guardaespaldas de su vecino Nicolás Terrera, quien lo incluyó entre los suplentes de la lista de diputados provinciales que encabezó en 2021 por el partido Vamos, de Florencio Randazzo. Paralelo a la asunción del legislador nacional, Terrera pasó a trabajar en el Consejo de la Magistratura.
Esta semana, un periódico local donde Terrera acostumbra a expresarse, publicó que participarán de la contienda electoral con el partido Tercera Posición, de Graciela Camaño, donde Vulcano podría encabezar la candidatura local.
Vulcano estuvo entre los pocos políticos locales que no condenaron el atentado contra la Vicepresidenta de la Nación.
Lo que en verdad pasó
Las fuentes oficiales para estos casos respondieron a su modo. La Municipalidad a cargo del octogenario Juan José Mussi tardó en informar. En cambio, la Gobernación bonaerense dispuso que su Ministerio de Salud brindara todas las precisiones y continuara investigando. Así se hizo.
El primer informe oficial, del 27 de enero, puede leerse aquí.
En resumen, no hubo muertes de niños; no hay epidemia; no fallecieron quince personas, sino dos hombres de 36 y 48 años, y hubo otro par internados de 40 y 47 años (uno, ya dado de alta).
La provincia no se limitó a eso. Esta semana emitió otro informe.
En esta actualización del martes 7 dio cuenta del hallazgo de salmonelosis y de leptospirosis en ambos fallecidos. Eso fue lo que motivó el allanamiento del miércoles 8 en el frigorífico SUBPGA (SubProductos Ganaderos Argentinos), una antigua empresa devenida en cooperativa de trabajadores cuyos inicios quedaron registrados en el film Carne Propia, locutada por Arnaldo André, disponible en Cine.ar.
La intervención de la Fiscalía 1 de Berazategui, a cargo de Daniel Ichazo, y el Juzgado de Garantías 7, con Diego Carlos Agüero, habilitaron los allanamientos en una carnicería y el frigorífico.
Allí, personal de la Policía Federal y de la Administración Nacional Médica de Alimentos y Tecnología (ANMAT) informaron que “detectaron irregularidades en el sector de menudencias”, por lo que clausuraron el sector.
Los procedimientos de las agencias gubernamentales tuvieron lugar 48 horas antes de que el Presidente de la Nación visitara el distrito para anunciar la creación de la Universidad de Berazategui.
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