DEMOCRACIA SIN ATRIBUTOS
Hay un cambio de 180 grados en una de las políticas clave que se planteara el Frente de Todos
Hay un cambio de 180 grados en una de las políticas clave que se planteara el Frente de Todos. Resulta indispensable analizar las causas por las cuales se viró de plantear las retenciones como una herramienta central de la política económica a promover una lógica opuesta a las mismas. Porque la medida adoptada por el BCRA permite que la cadena agroindustrial pueda quedarse con la diferencia que significa que por el 30% de los pesos que obtiene por la liquidacion de sus exportaciones pueda comprar dólares al valor del "solidario" y luego venderlos al valor del MEP o bien atesorarlos. (El MEP es uno de los mercados de cambios financieros operable.) Esta modalidad de liquidación expresa un rumbo diametralmente antagónico con la propuesta de Diamand de imponer derechos de exportación al sector con mayor competitividad internacional –debido a una enorme renta diferencial que captura– y permitir con ello el subsidio a las ramas de industrias inmaduras para que las productividades se acerquen y favorezcan un desarrollo diversificado de la economía argentina. Ahora Massa, el superministro de Economía, conversa con las entidades de ese complejo agroindustrial respecto a la ampliación de las facilidades de ese carácter. Los resultados de un rumbo de este tipo no concluirán en un estímulo para el desarrollo nacional, ni siquiera para el crecimiento de las exportaciones ni del área sembrada en las tierras privilegiadas por la naturaleza que posee el país. Sí significarán una mayor captura de ingresos por parte de sectores concentrados de la economía argentina. La suba indirecta del tipo de cambio para las exportaciones más tradicionales del país sólo podrá provocar una aceleración del precio de los alimentos y no su contracción. En un momento de muy buenos precios internacionales adoptar este tipo de medidas por parte de un gobierno de raíz nacional y popular muestra el grado de impotencia a la quedó sometida su libertad y su poder para formular las políticas que hubieran sido el despliegue de su programa, impotencia que llegó al punto de optar con urgencia por otras que van en dirección contraria.
Negociaciones y acuerdo con el FMI, deriva hacia el derrumbe
La secuencia discursiva y de cabildeos con el FMI puede enumerarse como sigue:
- La Argentina no aceptará condicionamientos y el acuerdo a firmarse implicaría el rechazo a cualquier política de ajuste.
- Se comienza a discutir una reestructuración de la deuda que implicaría una caída de vencimientos que no impacte sobre el crecimiento del país. Se comunica sobre la seria posibilidad de eliminación de los sobrecargos.
- Se hacen gestiones con presidentes de los gobiernos centrales para que apoyen una reestructuración de deuda novedosa del país con el organismo. Se destaca el papel que tendría el pontífice Francisco respecto de su apoyo al país.
- La caracterización de Kristalina Georgieva como directora-gerente del FMI se convierte en un pilar para alentar una perspectiva optimista.
- El ministro Guzmán elige la estrategia de cumplir rigurosamente el pago de la deuda con el FMI. La expectativa que crea es que el organismo tendría una actitud comprensiva hacia Argentina.
- Las negociaciones se realizan una vez cumplida la concreción de un acuerdo con los acreedores privados.
- Mientras tanto el BCRA adopta una actitud “blanda” con el servicio de supuestas deudas tomadas por el sector privado, muchas con las casas matrices de filiales locales. En años de balanza comercial intensamente positiva, los saldos son utilizados para los fines de esos pagos y los realizados al FMI, más el financiamiento del incremento de importaciones, que con el avance del tiempo incluyen un sobre-estoqueo por expectativas cambiarias negativas.
- El bloque del Senado del Frente de Todos, presidido por Cristina Fernández, envía dos misivas al FMI solicitando la ampliación de plazos para la reestructuración de la deuda, luego de advertir que el límite convencional de 10 años se convertiría en un grave escollo para Argentina. Sin embargo, el grupo negociador Guzmán-Chodos reconoce posteriormente no haber incorporado a la discusión del acuerdo la ampliación reclamada públicamente por los senadores oficialistas.
- Cuando las reservas de divisas se encaminan al agotamiento, el grupo negociador anuncia el cierre de un acuerdo de refinanciación, aduciendo que el FMI no reestructura. Ese plan incluye ajuste fiscal y una marcha hacia una lógica de emisión cero. Un típico programa del Fondo que revela la falta de impacto del juego diplomático previo y el error de caracterización del significado del cambio de la directora-gerenta del FMI.
- Si bien el acuerdo no incluye reformas estructurales, su insustentabilidad habría de conducir hacia la discusión de las mismas en el futuro. El final constituyó en los hechos un nuevo acuerdo de Argentina con el FMI de los típicos que se cerraron en el pasado pero sobre un monto récord. La negociación no pudo hacer entrar en consideración ni la situación de la pandemia mundial, ni tampoco el carácter de deudor principal con más del 50% de los préstamos otorgados por el organismo.
- El fracaso de la estrategia negociadora y el fundamento de la actual debilidad coyuntural de la economía argentina estuvo en la incapacidad de hacer valer los saldos extraordinarios del balance comercial, endureciendo la posición cuando el país tenía un volumen adecuado de reservas. Se asumió la conducta del “buen alumno”, ajena al espíritu transgresor del kirchnerismo y de carácter muy inefectivo en una negociación internacional.
- La carencia de divisas continúa hoy y no fue resuelta por el acuerdo, revelándose recientemente que el ex ministro Gustavo Béliz rechazó el ingreso de créditos de la República Popular China, con el objetivo de alinear al país con Occidente. Una gestión ajena a la tradición de autonomía y tercera posición constitutiva de la tradición peronista. Mientras tanto ese Ministro sostenía una interna en el ámbito del BID que cerró el ingreso de fondos de ese organismo.
- La inflación actual tiene relación con la suba de precios internacionales y con la revancha clasista con que los grupos económicos formadores de precios derrumbaron la participación de los asalariados en el ingreso. Pero también con la brecha cambiaria originada en el mal manejo de la deuda que dejó al país sin reservas internacionales, generando los comportamientos típicos de la especulación sobre un grupo de productos que incorporan las expectativas devaluacionistas en sus precios.
Los herederos del programa económico del Partido Militar
Pero los originantes y causantes del debilitamiento argentino de estos años son los integrantes de la Alianza Juntos por el Cambio. Su partido hegemónico, el PRO, no es la expresión de una “nueva derecha” sino de los grupos de las viejas dictaduras que se dan cita junto a otros partidos neoliberales en la Fundación Libertad. Académicos ingenuos nutridos de una politología incapaz de captar el devenir de la política, entendieron al PRO como la conformación de una nueva derecha de carácter democrático en Argentina. Sin embargo con el correr del tiempo se han visto sus desempeños en el ejercicio del poder:
- Avances sobre el Poder Judicial, para evitar cualquier lógica de independencia y soldarlo como una corporación inexpugnable al servicio del poder económico.
- Utilización del aparato de inteligencia del Estado en función del objetivo de urdir maniobras para desprestigiar y debilitar a las expresiones políticas del campo popular.
- Una política de medios de comunicación tendiente a su utilización para constituir un pensamiento único, despolitizador y garante de la continuidad de una política que favorezca la acumulación económica de la plutocracia y el desarme de políticas con espíritu de transformación de la realidad.
- La destrucción de una sólida situación económica que se construyó durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Utilizando como herramientas la apertura financiera y la fuga de capitales que llevaron al endeudamiento sin antecedentes adquirido con el FMI, causante principal de la grave situación que afronta el país hoy. El Frente de Todos debe soportar esta realidad, incluyendo el co-gobierno con ese organismo multilateral.
- El PRO encontró como aliados a la UCR, en manos de burócratas provinciales conservadores cuyo único objetivo es mantener sus intereses y privilegios en las provincias donde influyen y a la CC, un partido menor vinculado con intereses del Imperio.
- La política económica impulsada por Juntos por el Cambio persigue los mismos objetivos que los que enunciara Martínez de Hoz, y que encontrara su continuidad en los gobiernos de la década final del siglo pasado. De nueva derecha, ni un ápice.
En su libro sobre el Humanismo, Horacio González sostiene que Menem impregnó la idea de la imposibilidad de una política de sensibilidad social ante los poderosos que se ofrecen como protectores imperiales, y desplegó así su versión del posibilismo. González afirma que fue Macri quien llevó al más alto nivel la complacencia con el libre mercado y la financiarización, desprotegiendo al trabajo y asociándose aviesamente con los años de la peor represión. Escribe Horacio que “percibiendo la fuerza mundial de las corporaciones y los tenedores de deuda financiera, los gobiernos que nacen de la evocación de antiguos movimientos populares temen mostrar la necesaria actividad para apartarse del mundo imaginado y ya urbanizado por el neoliberalismo y admiten en sus propios pliegues gubernamentales funcionarios y políticos que reiteran los acotamientos a la epistemología ostentosa del gran capital y sus retóricas”. Esta cita condensa percepciones y conductas que han abundado en el gobierno del Frente de Todos, provocando un inmenso daño.
Sobre épocas y métodos
Resulta evidente que los estímulos que se otorgan para la liquidación de divisas, que la política tarifaria, que los límites a la política monetaria, que la impotencia para parar la suba de precios, que la incapacidad para frenar la concentración del ingreso y la riqueza no son sólo un problema de incapacidad administrativa del gobierno. Hay alguna cuota. Mucho más tiene que ver el consensualismo de la política gubernamental, acentuado ahora con la presencia de Massa. El gobierno sólo resiste la presión por la devaluación. Pero el principal determinante de las problemáticas enunciadas es la hegemonía del liberalismo neo a nivel internacional, y los condicionamientos que dejaron sus tres turnos sobre la economía argentina. La principal consecuencia de la aplicación de programas liberales es la pérdida de poder político de los gobiernos elegidos por la ciudadanía. Resulta evidente que es la extorsión contra la retención de exportaciones la que presiona sobre el gobierno para adoptar las concesiones de subsidiar el precio del dólar de las liquidaciones de cereales y oleaginosas. El gran empresariado concentrado no respeta las políticas gubernamentales y se muestra indispuesto a cualquier diálogo que implique reconocer que la estrategia de desarrollo y la política económica son atribuciones de los elegidos por el pueblo y no del poder económico. Mercados con formadores de precios y con capacidad económica para influir –y hasta decidir— sobre el curso de la política. Frente a esta situación es clarísimo que la confrontación, la pulseada resulta el único camino efectivo con posibilidad de beneficiar a los sectores populares. El co-gobierno con el FMI y las corporaciones empresariales conduce al debilitamiento del proyecto del Frente de Todos, y ello solo lleva a aceptar condiciones de liberalización de la economía y empeoramiento del reparto de la riqueza.
El grave problema que se afronta es que el liberalismo que antes se apoyaba en el golpe militar, hoy ha construido un grado de poder económico que le permite el chantaje permanente sobre un gobierno democrático, para lo que utilizan también a los medios de comunicación y al Poder Judicial devastado por la corrupción que sobre el mismo ha desplegado la derecha.
La inexistencia de golpes militares no ha permitido el afianzamiento de la democracia, porque la plutocracia impone al pueblo por otros medios las políticas que antes desplegaba con los sables. Sin reforma de las instituciones que garantice la vigencia de una ciudadanía real y sin la energía de cambios estructurales que modifiquen las condiciones de concentración de la economía, vamos hacia la construcción de un poder oligárquico permanente disfrazado de democracia.
Los seguidores de los intelectuales neoliberales de Mont Pelerín (Von Hayek, Friedman, Popper) desplegaron las ideas para que los especialistas de las finanzas como McKinnon y Shaw, Sargent y Wallace construyeran las lógicas de la financiarización que provocaron en pocas décadas el surgimiento de una tendencia mundial a la polarización de la riqueza, con unos pocos multi-billonarios y poblaciones sumergidas en la miseria y la deshumanización.
Rousseau
Decía Jean Jacques Rousseau en su Discurso sobre la economía política: “La ley de la que abusa el poderoso la convierte tanto en arma ofensiva como en escudo contra el débil, y el bien público termina siendo siempre un pretexto y una plaga peligrosa para el pueblo. Lo más necesario y quizá lo más difícil del gobierno sea encontrar una integridad con la capacidad y severidad suficientes como para repartir justicia a todos, protegiendo sobre todo al pobre de la tiranía del rico. Pero el mayor mal está ya hecho cuando existen pobres que defender y ricos que refrenar. La fuerza de las leyes se impone con mediocridad, pues es igual de impotente ante los tesoros del rico y ante la miseria del pobre: el primero las elude y el segundo escapa de ellas; uno rasga el velo y el otro lo atraviesa. Así, pues, uno de los más importantes asuntos del gobierno consiste en prevenir la extrema desigualdad de las fortunas: no incrementando los tesoros de los que ya tienen, sino impidiendo por todos los medios su acumulación; o dicho de otro modo, no construyendo hospitales para pobres, sino garantizando un posible futuro a los ciudadanos. También es preciso atender otras variantes: la desigual distribución de los hombres en el territorio, con saturación en un lugar y despoblación en otro; la promoción de las artes placenteras y mañosas a expensas de los oficios útiles y trabajosos; el hecho de que la agricultura se encuentre sacrificada en manos del comercio; las necesidades del ciudadano fruto de la mala administración de las rentas del Estado; en fin, la venalidad llevada hasta el punto de medir el respeto con los doblones y comprar la virtud con dinero: he ahí las causas más notables de la opulencia y la miseria, de la sustitución del interés público por el particular, del odio mutuo entre ciudadanos, de su indiferencia por la causa común, de la corrupción del pueblo y del debilitamiento de todos los recursos del gobierno”. El gran demócrata del siglo XVIII llamaba a evitar por todos los medios la acumulación de fortunas. El mismo para quien la voluntad general era sagrada, ha sido silenciado por los fieles a quienes defendieron el autoritarismo terrorista y han preconizado el derecho de propiedad absoluto. Para el filósofo de la Revolución Francesa, había que impedir la extrema desigualdad de riquezas, mientras los fundadores del neoliberalismo pregonan la igualdad de oportunidades como velo de su impugnación a la justa intervención del Estado para paliar la desigualdad real.
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