Así como sucede en otros ámbitos, el canciller Jorge Faurie realiza designaciones decisivas a días de dejar el cargo. En este caso se trata del puesto más codiciado del cuerpo diplomático: el consulado general de Montevideo. El lugar es deseado por razones completamente mundanas: está muy cerca de Buenos Aires y paga en dólares. En este caso el canciller designó a María Cristina Dellepiane que se desempeñaba como jefa de gabinete de la estratégica Secretaría de Coordinación y Planificación Exterior de Cancillería, área por la cual pasa el diseño de la administración del ministerio, fondos y personal. Dellepiane obtuvo el traslado a través de una resolución ministerial. Su marido es el embajador argentino en Japón, Alan Beraud. El sueldo de un cónsul general es de 14.000 dólares. El de embajador, de 16.000. Faurié contribuyó en engrosar con 30.000 dólares al mes el capital familiar.
La designación de Dellepiane, que asumirá mañana lunes, es parte de una dinámica repetida los últimos días. El ex vice canciller Daniel Raimundi asumió el martes pasado como nuevo representante argentino en la OEA. Raimundi estuvo en la Cancillería hasta que un día se peleó a los gritos con Faurié y el canciller lo echó.
También designaron a:
- El director de Asuntos Parlamentarios de Cancillería, Carlos Cherniak, fue nombrado como nuevo representante argentino en la FAO en Naciones Unidas.
- El director de Ceremonial, Marcelo Suárez Salvia, pasó al estratégico consulado en Nueva York. Suárez Salvia trabaja con Fulvio Pompeo desde la época de Carlos Ruckauf.
- El actual director de Asuntos Consulares, Luis María Sobrón, pasará al consulado de Milán.
En las últimas semanas, Faurié designó también embajadores en Yemen, Omán, Haití y Rumania.
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