De la resistencia al poder
Jóvenes dirigentes sindicales y sociales y miles de mujeres se organizan por sus reivindicaciones
Un kilo de milanesas cuesta entre 330 y 350 pesos, el kilo de pan 110, leche 55, la yerba 180… El papel higiénico x 4 rollos llegó a 120. MM bien puede meterse la limosna de los 2.000 donde quiera. A menos de doce horas de anunciar el congelamiento de los precios de los combustibles, el gobierno retiró la medida ante la obediencia debida a la presión de las petroleras que ni aceptaron reunirse para tratar el tema. Tarde y mal, eliminaron el IVA para algunos alimentos. El gobierno es un cadáver político desde donde se lo mire. Día a día caen soldaditos del ejército macrista. Ya ninguno de sus integrantes tiene el puesto comprado, prestado y ni siquiera asignado. La ley de Abastecimiento tan vilipendiada por los neoliberales pende como una espada de Damocles sobre comerciantes y funcionarios sin que el pueblo espere nada de ellos.
Apenas conocido el resultado electoral, el dólar, el Riesgo País y la tasa de interés volaron por el aire en una situación seguramente provocada para rebajar el salario. Le soltaron la mano a Macri y el gobierno comenzó su derrumbe. El Presidente redujo todo a la idea de “elecciones que no salieron bien”.
Algunos centenares de manifestantes estatales capitalinos reclamaban tempranamente por la pérdida del poder adquisitivo tras la corrida del dólar y exigían la apertura de las paritarias cuando la represión se cobró las primeras víctimas del caos extorsionador: “Dos policías de alto rango salieron a las piñas y la pudrieron cuando íbamos a pedir una cita con Dujovne”, acusaron varios compañeros. Con la tranquilidad de que los cuatro heridos estaban estables y fuera de peligro, sesionó el plenario de la Verde y Blanca en el edificio de la calle Carlos Calvo a pocas horas de la violencia policial e instaló una primera discusión entre representantes sindicales: ¿hay que esperar con la foto del triunfo como reclaman desde la conducción política? ¿O las situaciones de conflicto cruzadas con otros gremios como el subte exigen respuesta inmediata?
Primó la búsqueda de la articulación global para que “nos atienda rápido el nuevo gobierno”. Una gran cantidad de reclamos están en las gateras. El plenario rescató el acto reflejo de la gesta en las calles que debe marcar la cancha del modelo sindical y evitar la disparada de precios con el dólar a 60 y la mega devaluación que se ve venir si Macri sigue instalando minas personales en su retirada. “Al músculo lo debe acompañar la cabeza”, se pudo escuchar.
El secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, minimizó las medidas anunciadas por Macri: “No son nada. El Presidente nos está provocando, busca que pase algo, que la gente reaccione”, dijo en El Destape Radio, y arremetió: “Estos tipos ya están idos. Nos vienen con un sánguche y una coca y no se puede resolver con esto la situación de hogares que están pasando necesidades”. En cuanto al salario, afirmó que “el mínimo tendría que estar hoy entre los 45 y los 50.000 pesos.
“Armen un partido y ganen las elecciones”, parece ser la gran verdad revelada del juego político electoral. Financiado por grupos económicos de amigos que operan las energéticas, las autopistas y los bancos, la tarea fue ejecutada en 2015 por el amarillismo multicolor que se impuso en la votación a base de mentiras. El apotegma se hizo posible en 2019 porque existió una masa crítica de votantes fieles a su formuladora (Cristina), un dirigente de amplias miras y muñeca negociadora (Alberto) y el aporte de decenas de políticos alguna vez exitosos o no tanto, caudillos y punteros de distinta valía y variopinto grado de oportunismo que buscaban su puesta en valor y otra oportunidad.
En el partido vencedor con forma de frente electoral se fueron acomodando Massa, Solá, Donda, Solanas, gobernadores e intendentes. Fueron como los melones en un carro bamboleante con rumbo preciso, durante el tumultuoso camino de las listas hacia las elecciones. Un electorado disperso y ecléctico, confundido y desesperado ante la visión de la heladera vacía y las cuentas impagas de alquileres y servicios, vislumbró una oportunidad y olvidó su disgusto por tal o cual sapo a tragar.
La resistencia encarnada en jóvenes dirigentes sindicales y de los movimientos sociales, sumada la irrupción de miles de mujeres hartas de la violencia machista y patriarcal, penetró en los movimientos de desocupados y en los sindicatos. Cuando se organizan por sus propias reivindicaciones, no hay hegemonía mediática ni armado judicial que detenga el curso de la historia. En ese entramado surgen las referencias políticas que catalizan esos fenómenos y los realizan.
Opositores a puro instinto, militantes de sociedades de fomento y clubes de barrio, organizaciones territoriales todo terreno, pastores y panqueques del activismo, olfatearon el descontento con el gobierno y presionados por la demanda social de sus bases fueron concentrándose en silencio tras una candidatura que se fortaleció aunque los pequeños feudos tuvieran que dividirse en sus aspiraciones locales. Estuvo sabio el taimado elector que se ocultó a las encuestas: la formación obtenida en años de clandestinidad en los empleos para no ser despedidos por sus opiniones políticas parece haber rendido frutos en tiempos de espionaje en las redes sociales. No comer vidrio tuvo dos efectos que espantan a voceros y personeros del capital concentrado: no se dieron cuenta y perdieron en toda la línea.
Con dignidad, al calor de la desocupación, la opresión y la pobreza, aquellos fogoneros de los '90 iniciaron una movida de gremios y organismos de derechos humanos. El movimiento de masas ha logrado sumar por estos años grandes porciones del feminismo, trabajadores de la ciencia, la educación, el arte y la cultura, jóvenes en su mayoría, a la manera de un enorme movimiento social de la clase media y de sectores populares de espíritu progresista y simpatías policlasistas no siempre concurrentes con el sindicalismo. En ellos se sintetizan las necesidades mínimas de un electorado disperso y las aspiraciones de máxima de la lucha callejera. En la resistencia a las políticas que agreden a las mayorías populares, surgen vanguardias que expresan a esos sectores de la sociedad.
Según lo reflejó Radio Gráfica, movimientos sociales se movilizaron en el centro porteño en rechazo a las medidas anunciadas por el Presidente Macri. Convocados por el Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha y el MTD Aníbal Verón, miles de personas se congregaron en torno al Obelisco para luego marchar hacia la Plaza de Mayo, bajo la consigna “La deuda es con el pueblo, no con el FMI”. Fue el jueves, y la tensión social se puso a prueba con la policía desplegada y exhibiendo su pesada presencia.
En la conferencia de prensa que acompañó la espera del domingo en el comando de campaña montado por el Frente de Todos, estuvieron en la escena central dos dirigentes sindicales que marcan lo que viene. Sergio Palazzo y Hugo Yasky no son líderes auto referenciados sino parte de la cara visible de los que se opusieron a Mauricio Macri desde el momento que comenzó su gobierno y en la bandera de la unidad del movimiento obrero. Ellos han logrado galardonar la escena con la llave de la reconstrucción de todo el campo popular. Este hecho merece ser remarcado por el papel de articulación entre el gobierno de Alberto Fernández y el movimiento sindical.
La conferencia de prensa realizada en la sede de calle Piedras por la comisión directiva de la CTA dio cuenta de una declaración de estado de alerta permanente, con una convocatoria a los secretarios generales de todo el país para definir las acciones del movimiento sindical, preservar el salario y garantizar la alimentación diaria de los sectores más empobrecidos, un aumento de emergencia a los jubilados y planes sociales, más la inmediata convocatoria a la Comisión del Salario mínimo vital y móvil que, en palabras de Hugo Yasky, debe funcionar en forma permanente hasta superar la actual emergencia.
De aquellos errores estas enseñanzas. El sindicalismo de la resistencia puede constituirse en el interlocutor político principal del gobierno que viene. De no ser así el papel lo tomarán los eternos oficialistas de todos los gobiernos. Y la remontada del desastre presente será tema de debate entre los políticos, los bancos y los empresarios que duermen poco, pensando en la reforma laboral que acabe con el movimiento obrero organizado con un juicio sumario en ausencia.
El mismo jueves la convocatoria de la Junta Electoral Nacional que fiscalizó (?) las elecciones de ATE, en manos del dueño de los padrones, Rodolfo Córdoba, llamaron a convalidar una elección llena de irregularidades e impugnaciones que involucran seccionales que aglutinan más de 25.000 afiliados. Los apoderados de la Verde y Blanca presentaron impugnaciones en la Junta Electoral Nacional y en la dirección de asociaciones sindicales. La sombra negra del fraude sobrevuela el sindicato que obtuvo la personería Número 2 de la escena nacional en 1925.
Mientras la city porteña es un hervidero y el gobierno alterna insultos a la oposición y a sus votantes con pedidos de disculpas por teleprompter, el interior comienza la danza del fuego. Como en tiempos del menemismo, es la provincia de Chubut la que encabeza los estallidos. Allá por octubre del '90 el Chubutazo encabezado por los estatales de ATE que conducían Aníbal Díaz y Miriam Roldán dio por tierra con el gobierno provincial de Néstor Perl. Ahora son los docentes que responden a Santiago Goodan, secretario general de ATECH, los que comenzaron con los cortes de rutas, movilizaciones y ocupaciones de edificios públicos. El gobernador Mariano Arcioni decidió fragmentar el pago de los sueldos a lo largo de todo el mes y el paro de los docentes se planteó por tiempo indeterminado. El resto de los estatales apoya la medida y en localidades del interior provincial, como General Sarmiento, los petroleros acompañan los cortes de ruta. A las siete de la mañana del dia viernes y saliendo para un corte de ruta esto nos decía Santiago Goodman: “ Tenemos dos compañeros detenidos en Comodoro Rivadavia: Daniel Murphi y Magalí Stolianov, por participar del corte de las rutas 3 y 26 a las 5 y media de la mañana. El grado de complejidad viene desde hace 3 meses. Obra social cortada. Pago escalonado, al día de hoy todavía no ha cobrado ningún trabajador del estado. El gobierno dice que no puede pagar la cláusula gatillo, y el aumento que adeuda desde meses lo quiere pagar en ocho cuotas a partir de setiembre. Hay una situación en términos de salud terrible porque todas las semanas tenemos cortada nuestra obra social y junto con ello la situación de infraestructura escolar es desastrosa. Desde el año pasado que no dan pie con bola, sin planificación, con casos de corrupción. Esto es un combo verdaderamente explosivo. Estamos todos los estatales en esta misma situación y a lo largo de la provincia se vienen dando movilizaciones en diferentes lugares, en marchas multitudinarias y acciones de todo tipo”.
En octubre de 1990 se inauguraba una seguidilla de gobiernos provinciales que nunca llegaban al final del mandato. Era el comienzo de una era neoliberal que estallaría en 2001. Esto sucede al final de un período similar con una sentencia política consagrada en las urnas y con un triunfador que prometió llevar adelante el más federal de los gobiernos. Los problemas de plata se arreglan con plata. Néstor Kirchner inauguró su gobierno llevando personalmente el dinero de los sueldos a los maestros entrerrianos y fijó un rumbo que se mantuvo hasta 2015. Alberto Fernández era una figura central de aquel equipo.
Durán Barba y Marcos Peña debían fallar y fallaron. Las nuevas tecnologías de las redes sociales no reemplazaron a la política encarnada en personas y su acción a través de las organizaciones. En el paso a paso de aquella convocatoria del 14F en la 9 de Julio se mostró el impacto que produjo en el movimiento sindical y cómo condicionó el devenir de los acontecimientos que dieron por tierra a todo el proyecto político macrista.
El Clío de Axel Kiciloff fue convertido en Rocinante y la provincia de Buenos Aires en la comarca de La Mancha. Allí se construyó la épica de un candidato por fuera de las redes sociales, los trolls y sin el favor de los grandes medios. Tejieron relatos del rechazo de los intendentes, de su formación marxista y no le hicieron mella.
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