CUANDO SUENE LA HORA DE LOS PUEBLOS

El rol del FMI, según Perón, Walsh, Ugarteche y Cristina

 

En la reunión del Foro Mundial de Derechos Humanos organizada el 21 de marzo por el Grupo de Puebla, Cristina Fernández expresó que el lawfare fue precedido por otras instituciones durante la época en que regía la doctrina de la seguridad nacional y el mundo estaba dividido entre oeste y este. Se refirió al rol que jugaban en toda la región las Fuerzas Armadas, cumpliendo el papel de un Partido Militar que destituía a gobiernos populares, nacionales y democráticos. Caracterizó el golpe de 1976 como el que destruyó el patrón de acumulación de la industrialización por sustitución de importaciones, lo que significó el final de una época de movilidad social ascendente, e hizo referencia a que Chile y luego Argentina fueron los primeros laboratorios en el que los neoliberales, como Milton Friedman y Von Hayek implementaron su proyecto económico y social. Dijo que desde ese momento se instauró la economía bimonetaria en la Argentina. Expresó que la determinación de lo económico sobre el resto de la vida política y social ocurría permanentemente, incluyendo a todas las persecuciones. Afirmó que cuando en 2003 se reconstruyó un Estado democrático constitucional, no solamente la reconstrucción fue de la economía que venía de la dictadura, de las privatizaciones y el modelo neoliberal, sino que también hubo “una reconstrucción de Memoria, Verdad y Justicia”. Recordó que el dictador Videla refería que su peor época había sido la de los gobiernos de los Kirchner.

La referencia a que el lawfare fue la continuidad del intervencionismo respecto a la modalidad previa del partido militar puede encontrarse en un documento de 1975 de la Trilateral Commission que fundara David Rockefeller, “nos encontramos con desafíos intrínsecos a la viabilidad de un gobierno democrático, que se desarrollan directamente a partir del funcionamiento de la democracia. El gobierno democrático no necesariamente funciona de modo equilibrado auto-sostenible o auto-corrector. Por el contrario, puede funcionar de modo que se originen fuerzas y tendencias que, si no son controladas por algún agente externo, conducirán con el tiempo al debilitamiento de la democracia”. Esta formulación responde a una concepción de la democracia, en la que la esencia de ésta es poner límites al Poder del Estado y no como la expresión del poder popular. En la medida en que esta se amplie y se alcance una profundización de la igualdad que abarque la esfera económica, superando la sola igualdad ante la ley, se estaría ante la incapacidad de “auto-corrección” a que el documento refiere. Así, el planteo de recurrir a un “agente externo” se manifestó en una época en los golpes militares y actualmente en la estrategia del lawfare. La Vicepresidenta fue contundente “lo que el partido militar fue a los gobiernos populares en el siglo XX, en el siglo XXI es el lawfare”.

Cristina se refirió a que durante la década de los gobiernos nacionales y populares en la región fue cuando la desigualdad se redujo más en la región, y que la persecución política de la que han sido víctimas sus líderes se debe a las políticas que arribaron a esa mayor justicia social. Y también acotó que la participación de los trabajadores en el PBI fue en diciembre del 2015 del 51% igual que en el momento previo al golpe que instaurara el terrorismo de Estado. Mencionó el pago total de la deuda al FMI en que coincidió Néstor Kirchner con Lula, como una decisión tomada para que ese organismo nunca más pudiera dirigir la economía argentina, lo que luego permitió la reestatización de la administración de las jubilaciones y la recuperación de YPF.

La lideresa del movimiento popular, con citas de funcionarios del gobierno de Macri, puso de manifiesto que el nivel de endeudamiento que existía en diciembre de 2015 era bajísimo tanto a nivel de gobierno como de las empresas y las familias; que el Banco Central tenía reservas en el año 2015; y que hoy los salarios se encuentran rezagados a diferencia del 2015. Tampoco estaba el Fondo Monetario en el 2015. Se preguntó: ¿qué hicieron en cuatro años que entregaron el país hecho percha en el 2019?. El PBI se lo llevaron ellos con el FMI.

Juan Perón escribió en La Hora de los Pueblos que en 1946 se empezaron a tomar medidas que significaron “prescindir de los empréstitos, nacionalizamos todos los servicios públicos que estaban en manos de compañías extranjeras, los seguros y reaseguros, los depósitos bancarios, etc…Muchos de los sospechosos 'economistas' amantes de la 'plata dulce pusieron el grito en el cielo porque reglamentamos el remanido cuento de los 'aportes de capitales'. ¿Cómo explicarán ellos ahora que… se tomaron estas medidas, por primera vez en los ciento cincuenta años de existencia como Nación la República pudiera poner a punto su economía? Porque en 1955 cuando cayó nuestro gobierno, por primera vez en nuestra historia, no teníamos deuda externa, poseíamos una reserva financiera de mil quinientos millones de dólares… cerrábamos invariablemente nuestra balanza de pagos al exterior con superávit, teníamos una moneda fuerte… gozábamos de abundante crédito en el exterior y disfrutábamos de un alto nivel de vida…Sólo la dictadura de Aramburu, en dos años, 'se tragó' la reserva financiera y contrajo una deuda de 2.500 millones de dólares, que el gobierno siguiente elevó al doble… y luego comenzó la entrega de las fuentes de riqueza al imperialismo”. Más adelante agregaba que en 1946 cuando se hizo cargo del gobierno recibió la visita del Presidente del FMI para invitarlo a adherir al país al organismo, y que ordenó un estudio que le demostraría que era otro engendro putativo del imperialismo.

Concluyó afirmando que “ha pasado el tiempo y en casi todos los países adheridos al famoso Fondo Internacional se sufren las consecuencias y se comienzan a escuchar las lamentaciones. Este Fondo creado, según decían para estabilizar y consolidar las monedas del 'Mundo Libre' no ha hecho sino envilecerlas en la mayor medida. Mientras tanto los Estados Unidos se encargaban, a través de sus empresas y capitales, de apropiarse de las fuentes de riquezas en todos los países en que los tontos o los cipayos le daban lugar, merced a su dólar ficticiamente valorizado con referencia a las envilecidas monedas de los demás”.

 

 

 

 

No deja de sorprender el paralelismo de las direccionalidades de las políticas de los gobiernos nacional-populares y el papel que han jugado los gobiernos neoliberales o promotores de políticas similares para desarticular  sus avances y conquistas. Los testimonios de los líderes populares dan cuenta de ese paralelismo. Perón sufrió un golpe militar y Cristina Fernández el embate del lawfare y el intento de magnicidio.

El FMI estuvo presente como agente decisivo del cambio regresivo en todas estas circunstancias. Perón rechazó la adhesión de Argentina al mismo. En 1956 Argentina ingresó al organismo. Noemí Brenta sostiene en Argentina atrapada que adherir a los organismos de Bretton Woods “exigía reformar profundamente el orden jurídico y la estructura económica heredada del peronismo” y que resulta ineludible “encuadrar la adhesión a estos organismos en las decisiones de un gobierno que volvió a entronizar a la oligarquía [y] que bloqueó la participación política de las masas”.

En el mismo texto Brenta revela el papel del FMI en las instancias previas y posteriores al golpe de Estado que entronizara a la dictadura terrorista de Estado. “Jack Guenther, del Departamento del Hemisferio Occidental, en un memorándum del 1° de marzo de 1976… informó al director gerente los resultados de la misión”, finalizando con un párrafo que no dejaba dudas sobre las simpatías políticas del Fondo: “Los militares, mientras tanto, están permitiendo que la situación se continúe deteriorando, sin embargo, hay rumores diarios de que actuarán pronto”. El Fondo denegaría el acceso al último tramo de facilidades petroleras y aduciría los motivos del rechazo a las políticas fiscales y de ingresos que seguía el país. Aunque el memorandum refiere a que el Ministro Mondelli y el presidente del Banco Central Zalduendo “no tenían inhibiciones para trabajar con el Fondo”, cita la autora. El 26 de marzo, dos días después del golpe militar, el Fondo autorizó “el retiro por 110 millones de Degs, bajo las facilidades de financiamiento compensatorio por fluctuación de exportaciones”. La autora expone que “el 9 de agosto de 1976 el Fondo aprobó un acuerdo contingente por 260 millones de Degs. El mayor acordado a un país latinoamericano”. El acuerdo imponía los tradicionales y conocidos criterios de ejecución: límites mínimos a las reservas internacionales del Banco Central, topes a la expansión del crédito interno “y límites máximos al déficit fiscal”.

La más dramática pero también ajustada caracterización y descripción de las consecuencias de la instauración de la dictadura genocida la hizo Rodolfo Walsh en su Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar. “En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales… Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron".

"Los resultados de esa política —sigue Walsh— han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares… Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar «el país», han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales".

"Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete”, concluye Walsh.

En su prólogo al libro de Oscar Ugarteche Historia Crítica del FMI. El gendarme de las Finanzas, Carlos Marichal expresa que “uno de los capítulos más negros de la historia del FMI se refiere al apoyo que brindó a las dictaduras militares en Latinoamérica, en el Sudeste Asiático y en varios países africanos entre 1964-1984. Fue entonces que afinó las políticas de los ajustes basados en reducir los gastos sociales pero no los militares; fue habitual su discurso a favor de limitar los aumentos salariales y reducir el papel de los sindicatos, políticas que describe como 'flexibilización' de los mercados laborales”. Respecto a su relación específica con los países de Latinoamérica y los países en desarrollo, el FMI no ha cumplido con sus roles estatutarios de velar por la estabilidad financiera y realizar supervisiones con el fin de evitar problemas y colapsos financieros. Dice Marichal que el FMI no ha previsto ni anunciado los peligros de crisis, pese a poseer los recursos para detectar su advenimiento y dar las alarmas. “Al contrario… ha sido testigo mudo de aquellas peligrosas coyunturas mientras se estaban gestando las crisis, para luego ingresar como bombero al rescate, cuando ya era demasiado tarde para evitar la catástrofe. Las razones son manifiestas: el FMI no adquiere más poder si prevé y disuade las crisis. En cambio, después de que explotan… asume el papel de bombero de fuegos financieros, lo cual aumenta su poder enormemente, en tanto organiza los rescates e impone sus puntos de vista, así como sus estrategias y requerimientos”.

 

La experiencia y la historia indican que los caminos de la autonomía y la construcción de un Proyecto Nacional que promueva el desarrollo y la mayor igualdad no se pueden construir en “cooperación” con el Fondo. Requieren por el contrario recorrer un camino urgente para desprenderse de su tutela, condicionamientos y auditorías permanentes sobre la política económica. Su presencia, sus concepciones y sus recomendaciones estuvieron asociadas siempre a políticas y objetivos antipopulares. A los gobiernos de las dictaduras y del lawfare.

 

 

 

 

 

 

Fotos: Luis Angeletti.
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