Cristina y el caos

Lo que dejó la reunión de jóvenes sindicalistas con Cristina Fernández de Kirchner

 

Esa mujer llega saludando a cada uno de los presentes. No es un saludo formal, es un cálido beso y abrazo el que reciben. Al sentarse en la punta de la mesa, mientras se acomoda, sin levantar su cabeza, afirma que hay pocas mujeres y les pregunta a las únicas presentes: “¿De qué sindicato son? Cuenten, cuenten”. Mara Rivera era una de las cinco que el 19 de septiembre fue parte de la reunión que se hizo entre 26 jóvenes dirigentes gremiales y Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria. 

Ella es secretaria Técnica y de Relaciones Internacionales de la Asociación del Personal Superior de Empresas de Energía (APSEE), donde comenzó su militancia gremial en 2007, un sindicato donde la mayoría de hombres la llevó a una lucha de género en ese ámbito. Es una de las dos mujeres que en 2015, por primera vez, asumieron en el Consejo Directivo de esa asociación gremial. “No había mujeres, no había baños de mujeres. Recién hubo baños en todos los pisos cuando asumimos en 2015”, dice. 

En diálogo con El Cohete, Rivera repasó cómo fue el encuentro con CFK: “La noté con una escucha activa enorme”. Valora esa actitud en un contexto “donde prima el individualismo y pocos escuchan”. Destaca la devolución que les realizó y, en lo personal, su sensación fue de “una Cristina poniéndose al frente de este caos”. Además Cristina trazó en la reunión un recorrido político, el mismo que explicó Máximo en el club Atenas de La Plata, “el recorrido histórico de qué paso, desde que se presentó Daniel Scioli como candidato (2023), hasta el triunfo de Milei”.

Escuchar al pueblo y percibir lo que otros no ven son características que CFK ha demostrado en cada documento en que ha analizado los problemas del país. Con la precisión que la destaca, muy por encima de los demás dirigentes políticos, expuso en cada aparición pública los desafíos que hay que enfrentar y señaló cuáles han sido los errores y hacia dónde ir para salir de la compleja situación; un combo asfixiante y generador de inflación construido por el endeudamiento y la falta de dólares, la economía bimonetaria y la soga al cuello del FMI.

Están los que le piden autocrítica a CFK, aunque ella ya la realizó cuando fue Vicepresidenta y veía los problemas. En pandemia, analizó que las empresas de comestibles se habían aprovechado y resultaba necesario alinear precios de alimentos, tarifas, jubilaciones y salarios. Lo dijo expresamente en un acto que compartió con el Presidente Alberto Fernández y el gobernador Kicillof en La Plata, el 18 de diciembre de 2020. No fue escuchada.

También la hizo el 10 de diciembre de 2021, Día Internacional de los Derechos Humanos, en un acto en Plaza de Mayo, junto al Presidente Alberto Fernández, con la presencia de Luiz Inácio “Lula” da Silva y José “Pepe” Mujica. En ese contexto, Cristina manifestó: “Presidente, comprométase con que cada dólar que encontramos en el exterior se lo vamos a dar primero al Fondo de los que fugaron, de los que se la llevaron sin pagar impuestos. Que sea un punto de negociación con el Fondo”. A esto se suman “las 19 veces que fue a la quinta de Olivos tratando de torcer el rumbo para que alguien como Milei no fuera Presidente”, como recordó Máximo Kirchner en el club Atlanta. Por eso su palabra es respetada, porque es sincera, auténtica y frontal. Característica ausente en la mayoría de los dirigentes.

Recientemente, Cristina desnudó la maniobra del gobierno de Milei, que emitió el 23 de septiembre el DNU 846/24 donde se autohabilitó a renegociar deuda sin los requisitos que fija la Ley de Administración Financiera, que establece que cualquier negociación debe mejorar monto, plazo o tasa de interés. CFK se preguntó: “¿Qué quiere hacer Caputo con los próximos vencimientos de deuda? ¿Volver a incendiar el país en la hoguera de la deuda como hizo con Macri y el FMI? ¿Ni siquiera con un ajuste desalmado e inhumano el ministro Caputo de Milei puede pagar la deuda que el ministro Caputo de Macri generó?”. Caputo, imposibilitado de dar explicaciones —por los intereses oscuros que esconde su maniobra—, respondió con agravios misóginos. El ministro de Economía Caputo tiene el mismo comportamiento que tenía Norberto de la Riestra, ministro de Hacienda en 1855 del gobernador bonaerense Pastor Obligado, que renegoció la deuda con la casa Baring, lo que duplicó monto e intereses. Hombre de acá, instruido para defender los intereses de allá, como lo es Caputo, que trabajó en Nueva York y Londres para Deutsche Bank y J.P. Morgan. De la Riestra se había formado en Londres, donde trabajó en finanzas para diversas compañías. Sarmiento calificó a Norberto de la Riestra como hombre al servicio del imperio. “Nunca pude deducir su inteligencia ni inclinación siquiera a la política de su país: era un empleado de comercio de casa inglesa en toda la extensión de su palabra”, describió el sanjuanino.

“Necesitábamos la claridad política de Cristina en este momento de caos e incertidumbre”, precisa Mara Rivera. El motivo de la reunión en el Instituto Patria fue hablar sobre la situación general y lo que acontece en el ámbito laboral, herido por las políticas del libertario. 

La reunión fue gestada por CFK, quien le solicitó a Sebastián Maturana, secretario de la Juventud de la CGT, reunirse con jóvenes dirigentes. “Si bien no participo activamente en la juventud —tengo 40 años— sí soy una joven dirigente dentro del rango etario de la CGT. Entonces, los compañeros me conocen desde hace años de militar y me pidieron que esté presente, en representación del Consejo Directivo”, cuenta Rivera. 

Mara Rivera nació en Avellaneda. Si bien sus abuelos y su papá trabajaron en empresas de energía, en lo que era Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA), nada tiene que ver su llegada a la empresa de energía con su historia familiar. Sus abuelos se jubilaron en SEGBA. Su padre recibió el retiro voluntario en 1995, “en tiempos de penuria y crisis familiar”, recuerda. En el año 2000, cuando Mara finalizaba sus estudios de quinto año en la Escuela Nacional Superior Próspero Alemandri (ENSPA), le ofertaron ser parte de una pasantía en EDESUR en la que se incorporarían 20 estudiantes mujeres. 

 

Mara Rivera, secretaria Técnica y de Relaciones Internacionales de APSEE.

 

Así, Mara Rivera —con tan sólo 17 años y autorizada por sus padres— entró como pasante a la empresa. Aquellas que continuaran sus estudios en la UBA, eligieran cualquier carrera, seguirían como pasantes. Su padre, por su experiencia nefasta, no estaba de acuerdo con que Mara fuera parte de la empresa, pero no bloqueó su recorrido. Fue pasante en una contratista, hasta lograr ser efectiva de planta cuando “el gobierno de Néstor Kirchner —en 2005— desarrolló una política de subsidios por parte del Estado, de incentivo a empresas privadas, para que los trabajadores pasen a planta permanente”.

Su propia experiencia personal a modo de ejemplo fue la que compartió en la reunión con Cristina. De cómo una política de inclusión laboral que desarrolló Néstor Kirchner le permitió poder ser parte de la planta permanente de EDESUR. “Estábamos precarizados desde que surgió la privatización de las energéticas en los ‘90, cuando se crearon un montón de empresas contratistas y se precarizó el trabajo”. Fue la política de subsidios del Estado la que logró su estabilidad laboral en la empresa.

También Rivera expuso en la reunión sobre el rol de las mujeres sindicalistas y habló de la importancia de las políticas que CFK generó en su gobierno, que permitieron que ellas pudieran estar sentadas en esa mesa.

En su devolución, Cristina “destacó los cambios que se vienen en el mundo del trabajo y cómo esos cambios tienen que ir acompañando el plan de lucha”. Rivera se fue con la sensación de haber encontrado “un apoyo para seguir creciendo, marcando la posición política y un horizonte”.

Además Rivera explicó la crisis que viven los trabajadores de la energía. El aumento de tarifas lleva a que las quejas recaigan contra los trabajadores y genere enfrentamientos, situación que forma parte de la ruptura de la armonía social que provocan las políticas económicas inhumanas de Javier Milei.

 

Mara Rivera de APSEE hablando en la reunión de jóvenes sindicalistas con CFK.

 

En esa reunión mantenida con los jóvenes sindicalistas, CFK remarcó varias veces aquello que también ha expresado en varias oportunidades en sus exposiciones: “Aprender a escucharnos”. 

Para Mara Rivera, “la CGT no se banca una crítica de Cristina. Es así. Y el documento de Cristina generó impacto”. En el informe difundido el 6 de septiembre y titulado “Es la economía bimonetaria, estúpido. Aportes para un debate argentino”, CFK refiere a por qué “las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores”. Rivera sostiene que “desde el plan de lucha la CGT se actuó rápidamente y se federalizó la lucha”, pero a su entender “hubo un quiebre el día de la votación de la ley Bases. Hubo un debilitamiento de ese plan de lucha y ahí se dividieron; por un lado, los que quieren movilizar y, por otro, los que apuestan al diálogo”.

Por eso, Mara Rivera destaca algo importante que Cristina les manifestó: “Que no representemos sólo a los trabajadores de nuestro sector, sino a los de nuestro país como un todo. O sea, si a los trabajadores de energía les va a bien, no significa que el mundo del trabajo está bien”. La idea de CFK “es generar una construcción colectiva”, expresa Rivera. También relató que, en el encuentro, Cristina remarcó la figura de Saúl Ubaldini por su simpleza.

El 13 de septiembre en Merlo, Cristina expresó que “hay que cranear cómo volver a representar a los trabajadores”. Para Mara Rivera, “es necesario para ello construir la unidad en concepción y acción”, algo que se repite, pero parece difícil concretar. La sensación del encuentro con Cristina la hizo manifestar: “¡Qué bueno que volvió!”, aunque sepa que siempre estuvo presente, siente que Cristina está más involucrada que nunca para denunciar los momentos trágicos que atraviesa el país. Una dirigente de su tamaño, que siga marcando el camino, es muy esperanzador en estos tiempos.

 

 

 

 

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