Contra el daño y la maldad
El peronismo debe convocar a un gran Movimiento Nacional, con generosidad y sin exclusiones
Tanta incertidumbre y tanto desasosiego, mucho daño y cierta maldad en medio de la locura no pueden sino llamarnos a la reflexión. Nada existe porque sí y todo tiene que ver con todo. Algo habremos hecho mal, individual y colectivamente, para llegar a este destino, que predice tiempos difíciles, mayores a otros.
Pero además de analizar los acontecimientos y criticar de distintas maneras al gobierno, considero importante aportar una presencia institucional de una oposición seria y frontal, hoy dispersa, en un momento gravísimo para el destino de nuestra patria. Por ello es necesario, es imprescindible, la reformulación del Movimiento Nacional. Dejo de lado la palabra popular para evitar equívocos o exclusiones. Es el momento histórico de la unidad de los argentinos con pocos pero claros valores, respetándonos entre todos en tradiciones y matices, y una gran generosidad y apertura para su organización sobre la base histórica de su evolución en los últimos tiempos. Caben aquí radicales, peronistas, progresistas diversos, izquierdas con vocación nacional, organizaciones provinciales con tradiciones diversas, organizaciones nacionales no partidistas, sindicatos y otras formas de organizaciones de la sociedad con mirada nacional.
La gran tarea es entonces la conformación de este frente a partir de una gran generosidad y entrega de los mejores, al servicio del conjunto. Aceptando una nueva etapa de liderazgos compartidos y colectivos, como esencia de las necesidades de un presente de dramática urgencia.
Las organizaciones que tienen mayor representatividad actual e histórica al servicio de una nueva dirigencia colectiva y de emergencia, mientras los cuadros especializados de todas las tendencias elaboran los lineamientos y medidas de una patria nueva.
Si esta época de incertidumbres no facilita esas acciones, del otro lado de la grieta hay una patria descuartizada y canibalizada desde los poderes transnacionales como finalidad inevitable, confesa o no.
Considero tres ejes a desarrollar para esta propuesta del Movimiento Nacional:
- el reconocimiento de las fuerzas y organizaciones existentes y su profundización;
- la idea central de la defensa de la Patria y de sus instituciones, de sus riquezas y sus habitantes, y el necesario equilibrio en la distribución de la renta nacional;
- la ampliación de las alianzas existentes hasta el presente, hacia un gran acuerdo de las agrupaciones democráticas y progresistas.
El objetivo inmediato: poner un freno al gobierno entreguista, desestabilizador y empobrecedor, que está quebrando nuestra sociedad y poniendo en peligro su existencia como Nación.
El movimiento nacional siempre estuvo presente en nuestra historia, con distintos nombres y liderazgos. Pero hoy se requiere su actualización con otras audacias para su viabilidad en la renovación que exigen los tiempos.
1. Sobre la base de las organizaciones que hoy vienen demostrando su espíritu de lucha y compromiso, teniendo la fuerza y la magnitud que exige el presente:
- el movimiento obrero representado por la CGT y las CTA, además de los movilizados por las izquierdas;
- los movimientos sociales, todos ellos presentes en la defensa de los más vulnerables en el territorio y en la calle;
- los diputados y senadores nacionales, con la firmeza de los principios que ha permitido quebrar el intento de la ultraderecha de cooptar a las fuerzas nacionales dispersas;
- los gobernadores con dignidad, que desde distintas vertientes han defendido sus territorios, la Constitución y el federalismo, y a su gente;
- los pequeños y medianos empresarios organizados en la defensa del comercio y la industria nacional;
- las juventudes en general y las estudiantiles en particular;
- las diversas organizaciones de base territorial, multisectoriales y ONGs defensoras de derechos humanos y sociales a lo largo y a lo ancho de todo el país.
Sobre esos fundamentos debiera constituirse de forma urgente una mesa federal de conducción táctica del Movimiento Nacional con representantes de cada uno de esos estamentos. Esa mesa deberá elegir un comité ejecutivo de tres reconocidos dirigentes que siga y promueva las acciones necesarias de resistencia.
El objetivo principal de esa mesa federal será interponer un freno a los intentos de dividir a las fuerzas nacionales, evitar el descalabro económico y social que lleva adelante el gobierno, y proponer un programa alternativo al del gobierno actual.
2. El objetivo de la conducción del Movimiento Nacional no debiera ser solamente el necesario protagonismo y posicionamiento ante las propuestas del gobierno. Debe tener una propuesta superadora basada en la producción y el empleo como base del crecimiento de la economía; en una presencia eficaz y eficiente del Estado al servicio de todos; en una redistribución del ingreso que contenga a los más vulnerables y que permita el desarrollo de la actividad privada de acuerdo con las normas; en promover la industrialización de los recursos naturales y la exportación de sus excedentes, cuidando los aspectos ambientales, entre otras tantas medidas afines, siempre sobre la base de la soberanía nacional en todos los campos.
3. La base de la construcción del Movimiento Nacional no puede ser otra que el peronismo, en sus distintas variantes y conformaciones. Pero al no estar organizado, es fundamental estructurar al Movimiento a partir de las diversas variantes y posicionamientos, sin exclusiones. Evitando las descalificaciones de los militantes de buena fe, ya que el adversario está afuera del movimiento. Cualquier intento en ese sentido conspira contra la unidad del movimiento, y sirve al gobierno y a sus aliados. Es por ello que se propone iniciar la organización a partir de las fuerzas detalladas en el punto 1), provisoriamente. La estructura del PJ sirve para los momentos electorales, pero no termina incluyendo a todas las fuerzas que se mencionan. Salvo que lo decida así expresamente.
Pero el Movimiento Nacional es más que esa estructura electoral. Es un frente de todas las fuerzas con contenido nacional, imprescindible para enfrentar una entrega de la Patria a los grandes conglomerados empresariales nacionales y especialmente internacionales, ávidos de nuestros recursos y nuestras tierras. La balcanización del país está en camino, y defender su integridad y soberanía debiera ser el objetivo principal del momento.
La convocatoria del peronismo a todas las fuerzas a constituir el gran Movimiento Nacional, con generosidad, sin exclusiones, es el deber de la política de hoy.
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