La Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) agrupa los trece centros de estudiantes de la UBA. El pasado sábado, la Franja Morada convocó a un congreso para renovar las autoridades en el que se autoproclamó ganadora de la elección. Sin embargo, este espacio impulsado por Emiliano Benjamín Yacobitti, presidente de la UCR porteña y actual vicedecano de la Facultad de Económicas, no contaba con los números necesarios para sesionar. Precisamente, el frente Nueva FUBA por la Educación Pública (nombre con el cual se presentó el espacio integrado principalmente por la Franja Morada y el PRO) contaba con un delegado/a menos de los necesarios para poder llevar a cabo el congreso. Pero el presidente del radicalismo porteño solucionaría este inconveniente con un viejo mecanismo que quienes transitan la UBA, afirman que acostumbra: el fraude.
Se detectó la falsificación de las acreditaciones de un delegado de la agrupación La Mariátegui (Federico Amoretti) de Filosofía y Letras, y de una delegada de El Germen (Luz Assmann), de Económicas. Ambos fueron parte de los sesenta y cinco delegados/as, de ciento treinta electos, que no prestaron quórum para la sesión en la que el macrismo se invistió fraudulentamente la FUBA. En las imágenes que se adjuntan se observa el acta certificada por escribano público donde los firmantes hacen constar que no dan quórum.
Hace tiempo que la Franja Morada, el PRO y aliados no alcanzan las mayorías necesarias para quedarse con la federación. La UES de Sociales aportó tres delegados/as, el MLI de Ingeniería cinco y el Movimiento Nacional Latinoamericanista Estudiantil tres más. Regalarle la federación a Cambiemos no fue gratis. De esta manera, el nuevo presidente de la controvertida FUBA es Francisco Strambini del MLI y la vicepresidenta, Ayelén Petracca de la UES. El MLI y la UES apenas reunieron en total ocho delegados/as, del total de votos. Mientras que la Franja Morada y aliados/as acumularon cincuenta y cuatro. ¿Por qué la Franja Morada y aliados/as que juntó el 80% de los delegados/as de la lista decidió no encabezar la lista?
La estrategia de Yacobitti es clara. A la Franja no le sirve encabezar nominalmente el frente que hegemoniza, ya que el pasado que condiciona al radicalismo en la UBA difícilmente lo ayude a conseguir votos. Entonces apela a comprar agrupaciones políticas que se atrevan a virar ideológicamente, que estén dispuestas a asumir el costo de poner en riesgo a sus representados/as en manos de Cambiemos, a cambio de lugares de poder en la Universidad de Buenos Aires. Strambini es Consejero Superior de la UBA y lidera el MLI, organización que se define independiente y contraria al gobierno nacional, pero que acordó con Cambiemos la presidencia de la Federación. Petracca es la presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales por la UES. Para alcanzar ese cargo su organización eligió avanzar en un acuerdo político con el rectorado de la UBA. La nueva vicepresidenta de la FUBA es la candidata que el reformismo buscaba cerrar: se reconoce peronista, le ganó al kirchnerismo el centro de estudiantes de la facultad de Ciencias Sociales y hasta fue candidata a legisladora por Unidad Porteña.
Otro punto controversial resulta del reglamento de la Federación. En su articulado, prohíbe integrar la Junta Ejecutiva a los presidentes o integrantes de los órganos ejecutivos del gobierno de los centros de estudiantes adheridos. El cumplimiento de la normativa implicaría que Petracca, Vicepresidenta electa de la FUBA (presidenta del centro de estudiantes de Ciencias Sociales) y Catalina Cancela, electa Secretaria General (presidenta del centro de estudiantes de Derecho) no se encuentren habilitadas para cumplir esos cargos. Eso debería ser revisado por la Inspección General de Justicia. ¿Paradójico? Claro, el titular del organismo es Sergio Brodsky, seleccionado para cumplir esa función por el operador judicial del PRO, Daniel Angelici. Proveniente de la Franja Morada, Brodsky es un abogado especialista en sociedades y ejerció el cargo de Subsecretario académico de la UBA durante la gestión del ex SIDE, Darío Richarte, como vicerrector de la Universidad. Brodsky es juez y parte.
En reiteradas ocasiones, Emiliano Benjamín Yacobitti fue denunciado por casos de corrupción y fraude electoral dentro de la Universidad. En 2001 la agrupación independiente TNT que en ese entonces conducía Axel Kicillof, ganó las elecciones de centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas. Esta derrota llevó a la Franja Morada que hacía casi veinte años hegemonizaba la facultad, a modificar las actas y proclamarse ganadora. El rechazo de la victoria de TNT fue acompañado de golpes, amenazas y falsas denuncias policiales que realizaban, como bautizó Alejandro Bercovich en sus informes, los “buenos muchachos”. En el 2003, en un episodio casi idéntico en donde los radicales no aceptaron un nuevo triunfo de TNT, Mercedes D’Alessandro, autora del libro Economía Feminista, fue víctima de la violencia reformista con un saldo que le costó parte de su dentadura y horas de detención en la Comisaría 5°. En 2006, la mafia morada desalojó a golpes las protestas que realizaban los estudiantes en oposición a la elección que efectuaba la asamblea universitaria que intentaba designar a Alterini como rector. El suceso terminó con heridos y un estudiante hospitalizado. Por distintos episodios de violencia, Marcelo Yacobitti, hermano de Emiliano, obtuvo un sumario de 10 años de suspensión en el ingreso a la UBA, y años después por delitos comunes terminó privado de su libertad. En el año 2015, a raíz de la investigación que realizó Bercovich, imputaron a Emiliano Yacobitti, por administración fraudulenta del Hospital de Clínicas y el desvío de fondos hacia la campaña de Martín Lousteau, aunque luego fue sobreseído en Comodoro Py por el juez Rodríguez. Desde el año pasado, el presidente del radicalismo porteño tiene el cargo de vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas bajo el decanato del contador Ricardo Pahlen Acuña. Esta semana, en dos oportunidades los estudiantes se movilizaron al Rectorado de la UBA para manifestarse en contra del fraude en la FUBA, pero la Policía de Cambiemos en ambas ocasiones reprimió y detuvo a uno de los estudiantes por más de veinticuatro horas. Yacobitti lo hizo de nuevo.
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