Chivos que matan

El 30% de las publicidades incluyen escenas que no respetan las medidas de cuidado frente a la pandemia

 

Las políticas públicas para fomentar cuidados y minimizar contagios de Covid-19 no sólo se enfrentan con dirigentes que priorizan sus internas partidarias y con cortesanos dispuestos a embarrarse en ruedos ajenos. Un estudio de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, que encabeza la periodista Miriam Lewin, indica que más del 30 por ciento de las publicidades que difunde la televisión abierta contienen escenas que no respetan las disposiciones sanitarias de cuidado frente a la pandemia.

A fines de abril del año pasado, cuando los brotes se multiplicaban en países de Europa y varios estados alemanes ya habían cerrado escuelas y jardines de infantes, la televisión alemana difundió un informe para explicar que las marcas y agencias de marketing habían tenido que adaptarse a la realidad de la pandemia y promover el distanciamiento social. “No se aceptan los anuncios que no tienen en cuenta las actuales medidas de precaución”, destacaba.

 

 

 

 

El Cohete a la Luna advirtió en enero que “nadie parece prestar atención al contenido de los avisos comerciales con los que se bombardea al público masivo”. Mientras los canales de noticias mostraban a jóvenes amuchados en playas o viajes de egresados, bajo el título ¿Es fantástica esta fiesta?, alertamos sobre publicidades de cerveza con pibes que saltan y bailan sin barbijo y nos preguntamos: “¿Hace falta una investigación sociológica para saber que ese contenido tiene mayor penetración que las conferencias de prensa de gobernantes y ministros? El mensaje de despreocupación y festejo es muy bien recibido por los jóvenes, que no terminan de sentir el problema como propio. Y su solidaridad intergeneracional se ha debilitado en los diez meses transcurridos desde el primer encierro”.

 

 

 

 

El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) encaró tangencialmente el tema, no enfocándose en el problema sino en las “buenas prácticas publicitarias”. Su Observatorio de la Discriminación en Medios analizó los avisos emitidos durante 2020 y difundió un informe con el objetivo de visibilizar los que “potencian la diversidad, la inclusión y la ruptura de estereotipos sociales”, y reconocer a marcas, empresas y agencias que consideraron la importancia de reforzar las políticas públicas de cuidados personales y cumplimiento de protocolos preventivos. Allí aparecen ginecólogos con barbijos, mujeres que prueban cremas de belleza y se colocan el barbijo, farmacéuticos y clientes con barbijos y también jóvenes tomando cerveza en un bar con las previsiones correspondientes.

“Dado el poder que ejercen los medios de comunicación masiva, nos interesa señalar la enorme importancia de estas publicidades, que más allá de estimular la venta de su producto o servicio asumen la responsabilidad de transmitir mensajes que promueven en la población la incorporación de hábitos, usos y costumbres favorables al cuidado, y la prevención de la pandemia que nos atraviesa”, destaca el INADI, que conduce Victoria Donda. Observa que las publicidades hacen “un invalorable aporte a la conciencia social” y que “se trata de transformar al ‘enemigo invisible’ en la visibilización de la puesta en funcionamiento de acciones y programas preventivos y fortalecedores de la población en su conjunto”.

El gobierno difundió el informe del INADI, que al mirar sólo el vaso medio lleno no permite visualizar y afrontar ese ataque a la salud pública. La Defensoría del Público en cambio se propuso identificar la representación de escenas que no se ajusten a los cuidados establecidas por las autoridades sanitarias, en particular el uso del barbijo, el distanciamiento social y la no realización de reuniones sociales. Sobre un total de 325 avisos difundidos en los cinco canales de aire en el horario de mayor encendido (20 a 23) en cinco días hábiles de fines de abril, su conclusión es que el 30,7% contienen escenas que no respetan las disposiciones sanitarias para evitar los contagios.

 

 

En tiempos de encierro, el poder de daño de publicidades que invaden los hogares desde infinitas pantallas se acrecienta. Según una encuesta de la Asociación Argentina de Publicidad, el 47% de la población “presta más atención a las campañas publicitarias durante la pandemia, demostrando que está empezando a ser un contenido en sí mismo”. Lejos de la conducta empresarial que populismos como el alemán directamente impiden, muchas firmas argentinas mantienen “comerciales producidos antes de la pandemia” con el argumento de que “no tienen recursos para producir nuevos spot”, explicó Eduardo D’Alessio, titular de D’Alessio IROL, al presentar el informe de la APP. Para las marcas y para el negocio de la publicidad no es un problema, ya que “al 93% de los encuestados no les afecta ver publicidad fuera de contexto” y “el 52% lo ve positivo porque trae añoranza de lo que fue y esperanza de lo que vendrá” si es que sobreviven. Para los millones de argentinos que viven por fuera de esas lógicas y para un Estado que concentra sus mayores energías en la lucha contra la pandemia tal vez ya debería serlo.

 

 

 

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