BRILLA POR SU AUSENCIA

Fue la única que no asistió, pero nadie estuvo tan presente como ella

 

Fue la única que no asistió, pero nadie estuvo tan presente como ella. Los primeros que lo anticiparon fueron Hugo Yasky en varias entrevistas y Martín Insaurralde desde las redes antisociales :

Durante la semana, una reunión de la Cámpora con dirigentes de la CGT y de la CTA fue un paso más allá. En la sede histórica de la Federación Gráfica Bonaerense, donde hace más de medio siglo funcionó la CGT de los Argentinos conducida por Raimundo Ongaro, Andrés Larroque y Máximo Kirchner escucharon la solicitud de que Cristina fuera la candidata del Frente de Todos. La foto muestra a los dirigentes camporistas junto con el canillita Omar Plaini, la judicial Vanesa Siley, los gráficos Héctor Amichetti y Francisco Ozemo, el metalúrgico Abel Furlán, los docentes Roberto Baradel y Sonia Alesso, el curtidor Walter Correa, el bancario Sergio Palazzo y el secretario general de la CTA, Hugo Yasky. Los dos últimos y Siley son además diputados nacionales, y Correa, ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. Allí también se planteó la necesidad de un aumento salarial de suma fija, además de los incrementos obtenidos en paritarias, que no son excluyentes.

 

 

Larroque y Kirchner en la Gráfica con los sindicalistas de CGT y CTA.

 

 

 

 

En la diversidad está la fuerza

El paso siguiente fue el encuentro del jueves, donde el kirchnerismo desequilibró no por el número sino por la diversidad de sus delegados, algo que ningún otro sector puede igualar. El planteo inicial fue que tanto Alberto como Cristina y Massa tendrían cinco representantes, pero además habría gobernadores, intendentes y sindicalistas obreros. Así fue que a los dirigentes de La Cámpora, encabezados por Kirchner, Larroque, Anabel Fernández Sagasti y Wado de Pedro, se sumaron en el bloque kirchnerista gobernadores como Axel Kicillof, Gerardo Zamora y Jorge Capitanich; dirigentes de distintas organizaciones gremiales, como Furlán, Palazzo, Yasky y Pablo Moyano; intendentes como Mario Secco, Fernando Espinoza, Lucas Ghi y Mayra Mendoza. Hace medio siglo, Perón desconcertó a los periodistas del canal de televisión que lo entrevistaban, al enumerar las posiciones de las distintas fuerzas políticas, radicales, conservadores, democristianos, socialistas, comunistas. Uno de los cronistas le preguntó:

—¿Y los peronistas?

Peronistas somos todos— contestó con un guiño.

Del lado presidencial, el único representante que alguna vez festejó un escrutinio fue el flamante jefe de gabinete Agustín Rossi. El resto son perdedores seriales, de San Isidro a La Plata, pasando por la Ciudad Autónoma, o aún conservan la virginidad electoral. Como la única verdad es la realidad, las diferentes posiciones se ordenaron en torno del tema principal: desde la madrugada del viernes, la candidatura de la Vicepresidenta es el reclamo oficial del FdT, cuyo comunicado “Democracia sin proscripciones” destaca su “liderazgo y potencia electoral”.

Que durante el encuentro de los 33 en la sede justicialista de la calle Matheu, esa posición haya sido expuesta incluso por Victoria Tolosa Paz, compañera de juegos reeeleccionarios de Alberto Fernández, es simbólico de las relaciones de fuerza.

Lo que se había previsto como un encuentro protocolar de una hora para sacarse una foto, se convirtió en la primera reunión de debate político en cuatro años, que duró cinco horas y en la que nada quedó sin decirse. A la inversa, el mamotreto de quince carillas con el que se empezó a trabajar antes de la reunión, fue reducido por Juan Manuel Olmos y El Cuervo Larroque (no Wado de Pedro ni Kirchner, como se dijo) a un par de fojas, claras y precisas, que evitan los lugares comunes pero no eluden los temas de fondo.

Cristina brilla por su ausencia en ese tipo de reuniones, porque su presencia es excluyente en encuestas y focus groups que la muestran más que duplicando las preferencias sumadas por el Presidente Alberto Fernández y el Ministro de Economía Sergio Tomás Massa. Ella le pidió a Máximo que revisara su decisión de no asistir. Cuando los consultores Sheila Vilker y Raúl Timerman preguntaron por qué ella concitaba tantas preferencias, las respuestas también fueron nítidas: una parte, por cómo se vivió durante sus gobiernos; otra, por la fuerza que muestra a pesar del hostigamiento que padeció desde que asumió la presidencia en 2007 y de la persecución que se redobló con la multiplicación y la activación de causas judiciales en el último año de su mandato.

Alberto no está de acuerdo. Durante la reunión del jueves insistió con la idea de las PASO, sin eludir contradicciones. En una misma frase dijo que no creía en las encuestas y que él era quien mejor medía. Kirchner le respondió que si en 2003 hubiera habido PASO, se habría impuesto Menem, y Massa que un ministro no puede competir con el Presidente en una interna. Cuando Rossi habló de los poderes que enfrenta el peronismo, le respondieron que esos poderes también tienen preferencias dentro del FdT.

Esto no equivale a dar por sentado que Cristina vaya a ser candidata, pero ratifica su lugar central a la hora de las definiciones sobre quiénes, cómo y cuándo. A las 2 de la mañana, cuando se levantó la sesión, Máximo Kirchner respondió algunos mensajes acumulados. Uno decía: "¡Cuántos invitados a tu fiestita de cumpleaños!”. 😄😄😄

 

 

 

Con la unidad no alcanza

Unidad, reivindica el documento del FdT, pero para transformar, especifica, y con todas las letras declara la necesidad de “avanzar hacia una etapa que le permita recuperar al pueblo argentino la esperanza”. Es más claro lo que esto dice sobre el presente que acerca del futuro: recuperar es un verbo inequívoco, pero sigue pendiente cómo lograrlo. “Las luchas y los logros del pasado” son motivo de orgullo; “este complejo presente”, es de compromiso; y “una patria libre, justa y soberana”, el proyecto a construir. Al referirse a “las demandas económicas y sociales de las que aún tenemos que dar respuestas concretas", el documento menciona “reducir la inflación y aumentar el poder adquisitivo de los salarios”. La resistencia presidencial a aceptar lo que considera una auditoría de su gestión, se desmoronó con la difusión del IPC de enero, que no empezó con 4 sino con 6. Peor aún, el incremento anual de las canastas que definen las líneas de pobreza y de indigencia, superó el 100%. La expresión taciturna de Massa al llegar a la sede del encuentro es tan elocuente como las sanciones aplicadas a Edesur por los cortes prolongados de suministro eléctrico en barrios populares. Para el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, las políticas fiscales, monetarias y cambiarias "son consistentes con un IPC del 4% o menos". Pero, más allá de señalar qué sectores descollaron en las remarcaciones, no explicó por qué entonces la cifra de enero fue el 6%. Es difícil modificar la realidad sin entender la causa de los fenómenos.

 

 

 

Los dos oficialismos

Antes de asumir como jefe del gabinete de ministros, Agustín Rossi visitó a la Vicepresidenta, aunque se negó a revelar detalles del diálogo. En sus primeras declaraciones posteriores estableció algunas puntualizaciones políticas. Dijo que las elecciones presidenciales de octubre no enfrentarán al oficialismo con la oposición, sino a dos oficialismos, el que gobernó desde 2015 hasta 2019 y el que lo sucedió.

De este modo puso en debate la presidencia de Maurizio Macrì, con sus datos concretos de inflación, endeudamiento, destrucción de unidades productivas y de empleo, y no el discurso con el que JxC intenta presentarse como si hubiera nacido ayer. En perfecta simetría con el gobierno, también la oposición sufre con el contraste entre sus dichos y sus hechos. Hugo Yasky, secretario general de la CTA, estableció el puente entre aquella práctica y las propuestas para el futuro. “Si viene la derecha es para convertir al país en exportador de materia prima, para terminar de licuar el poder adquisitivo, eliminar los derechos laborales y avanzar con las privatizaciones”, advirtió.

Esta pugna entre los dos oficialismos sugiere que no se trata de escoger la mejor propuesta, sino de evitar la peor. En esas condiciones, lo único previsible es que los porcentajes de abstención, nulidades y blanquismo superen todo lo conocido desde la finalización de la dictadura en 1983, al estilo del 2001. Hipótesis como la de Loris Zanatta, de un balotaje entre Javier Milei y Juan Grabois, sólo testimonian la distancia entre la academia y la realidad política.

El jefe de gabinete también dijo, sin tapujos, que Cristina estaba proscripta, e interpretó su anuncio de que no será candidata como una inteligente verónica a la posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia confirmara la inhabilitación durante el proceso electoral, tal como ocurrió en Brasil, cuando Lula era el candidato favorito y en cambio su improvisado muletto fue derrotado por el capitán Bolsonaro. Pero el documento del FdT no lo da por consumado: "Quienes integramos esta mesa tenemos como responsabilidad disponer las acciones necesarias para impedir la proscripción”. Axel Kicillof le dijo hace dos semanas al Cohete cómo se lograría: que la Corte no se anime a firmar la sentencia que ya tiene redactada confirmando la condena y la inhabilitación. El paso previo sería que Cristina intentara postularse para algún cargo, cosa difícil luego de sus categóricas manifestaciones de fin de año. Enterada de los pormenores de la reunión, y luego de una reunión con Massa la tarde del viernes, el lunes emprenderá una vez la marcha hacia el sur. Hoy cumplirá 70 años, y el sábado 25 será el aniversario del nacimiento de Néstor Kirchner. Estará de regreso el 1° de marzo, para la asamblea legislativa ante la que Alberto pronunciará su último mensaje presidencial. Sin palabras, opinarán sus gestos.

 

 

 

Golpe a golpe

La Corte es el actor decisivo. Mientras avanza el juicio político a sus cuatro integrantes en la Cámara de Diputados, el tribunal afirmó su voluntad de pelea, al negarse en una decisión administrativa a tomar juramento como integrante del Consejo de la Magistratura al senador Martín Doñate, designado por Unidad Ciudadana. El Senado entiende que la integración de sus bloques le compete y no entra dentro de las atribuciones de la Corte. En el apuro, el tribunal dejó sin respuesta la recusación a Rosatti presentada por Graciana Peñafort como directora de asuntos jurídicos del Senado, por considerar que además de juez de la causa es parte interesada como presidente del Consejo. Ricardo Lorenzetti no votó la Acordada 2/03, de modo que, si Rosatti se hubiera apartado, la Corte no habría tenido la necesaria mayoría de tres, lo cual explicita lo delgado del hilo que aún la sostiene.

La semana próxima deberán declarar ante la Comisión de Juicio Político un par de jueces federales y varios secretarios de la Corte. El interrogatorio para ellos versará sobre tres acordadas de 2003 y 2004, que se adoptaron durante la breve pero fructífera presidencia de Enrique Petracchi, con alta probabilidad el mejor juez en el siglo y medio de existencia del tribunal, para transparentar la circulación de expedientes entre las distintas vocalías de la Corte, evitar su digitación, el cajoneo y el peaje en casos de significación económica.

Pero en 2021, ya bajo la presidencia de Rosatti y la gestión de su omnipresente alter ego Silvio Robles, fueron revocadas esas prudentes decisiones, que impedían el lobby político y económico. También aprovecharon la pandemia: cuando se dispuso retomar la presencialidad, la Acordada 25/21 reservó a la voluntad de Rosatti la decisión sobre los casos en que los acuerdos seguirían siendo virtuales. Esta es una oportuna manera de impedir el debate, ya que por Zoom no participan los secretarios ni están a mano los expedientes. Así, cualquier sentencia puede ser modificada por quien tenga acceso a la firma digital de uno de los ministros y al sistema informático. Que se ignore si esto ha ocurrido, no disminuye la gravedad de esa infracción a los protocolos de seguridad, en un tribunal que ya padeció el famoso Recurso de Arrancatoria, del ex juez Antonio Boggiano, hace ahora 30 exactos años.

Tan previsible como la Corte, la Cámara Federal dispuso atenuar la calificación de los delitos por lo que se juzga a los revolufederales Jonathan Morel, Leonardo Sosa, Gastón Guerra y Sabrina Basile. El juez Marcelo Martínez de Giorgi los había procesado en octubre como integrantes de una Asociación Ilícita que buscaba “imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor” que “agitaron en la sociedad un clima de violencia cuyo acto de mayor gravedad institucional resultó ser el intento de magnicidio de la Vicepresidenta". Pero en noviembre, la sala I de la Cámara Federal (Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Mariano Llorens) los dejó en libertad, alegando que no había peligro de fuga, entorpecimiento de la causa ni relación probada con el atentado a Cristina. Esta semana, el mismo tribunal, por el voto de los dos primeros jueces, rebajó la calificación a incitación a la violencia colectiva, aduciendo que eran tan poquitos que no constituían un peligro. Esta vez, Llorens firmó una disidencia: las teas ardientes arrojadas contra la casa de gobierno ¡sólo constituían un ejercicio de la libertad de expresión!

 

Bruglia, Llorens y Bertuzzi, la libertad de expresión da para todo

 

 

 

¿Y la culpa quién la tiene?

La muerte en la estación de subte de Retiro de la policía porteña Maribel Nélida Zalazar por un disparo en el cuello realizado con su propia arma por Oscar Valdez, ardió como pasto seco en la hoguera de la campaña electoral. Desde JxC acusaron al kirchnerismo, por un crimen cometido en la Ciudad que ellos gobiernan desde hace 16 años. Sus argumentos colisionan con la lógica. La ex ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien en el apuro llamó Analía a Maribel, dijo que “el kirchnerismo odia a la policía, cree que los delincuentes son buenos y los policías son malos. Vive en el mundo del revés”. Su jefe de campaña, Juan Arenaza, agregó que “el kirchnerismo ideologiza cosas que en el mundo ya no se debaten”. El ministro de Seguridad escondido de la Capital Federal, Marcelo D’Alessandro, fue algo más preciso:

 

 

No es cierto que el uso de esas armas esté fuera de discusión en el mundo. Por el contrario, el alto número de muertes que produce su uso es motivo de debate permanente. Hace apenas un mes murió en Los Ángeles el maestro Keenan Anderson, primo de uno de los fundadores de Black Lives Matter, luego de recibir a quemarropa varias descargas eléctricas de Taser.

 

 

 

 

 

 

Ninguno de los opinators cambiemitas hizo el menor esfuerzo por conocer las circunstancias del crimen. Valdez se sentía mal. Personal del subte le acercó una silla y Zalazar le ofreció un vaso de agua. No había motivo para prever una agresión, que se produjo cuando trajeron una camilla e intentaron llevarlo a un hospital, por razones que aun no se conocen. En ese momento forcejeó con Zalazar, le arrebató el arma, le disparó y echó a correr. Lo redujeron en la plaza frente a la estación y, mientras lo introducían en un patrullero, gritaba:

--Soy el jefe, ya gané.

Esto sugiere un desequilibrio mental, que se confirmó en la indagatoria, cuando dijo que había disparado contra alguien que quería dañar a sus hijos. Si Zalazar hubiese portado una pistola Taser, el resultado no hubiera sido muy distinto, ya que disparada a tan corta distancia, su efecto es letal, como en el caso de Anderson. Por otra parte, las 60 pistolas que menciona D'Alessandro son una gota de agua en el océano de más de 30.000 efectivos de la policía porteña, una por cada 500 policías. El episodio más bien sugiere la inconveniencia de que las fuerzas de seguridad en contacto con grandes aglomeraciones urbanas porten armas. Si Zalazar sólo hubiera tenido una tonfa, a lo sumo habría recibido un golpe, pero estaría viva y el empleado del subte no hubiera recibido un balazo en la pierna.

Un subproducto no deseado del caso fue que recuperara la voz el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, el cirujano que quisiera ser militar Sergio Berni, quien apoyó a Bullrich y D'Alessandro respecto de las Taser. Berni estaba haciendo una dieta estricta de privación de medios, desde la descontrolada represión policial en el Bosque de La Plata en ocasión del partido de fúbol del Lobo con Boca. Pero no iba a dejar pasar esta oportunidad de mostrarse cerca de Bullrich, porque ambos creen que eso paga. Sintiéndose cómodo sin el bozal, también opinó de la situación del FdT y dijo que la forma en que Cristina debería llevarse al borracho era ganándole la elección interna. Un maestro de la sutileza, que no termina de entenderse por qué no está en JxC, como Miguel Ángel Pichetto, que siempre supera su marca anterior de brutalidad. Esta vez, preguntando por qué no designaron a una mujer en vez de una lesbiana en el ministerio de las mujeres, género y diversidad.

 

 

 

Un negocio bien estacionado

D’Alessandro fue licenciado por Horacio Rodríguez Larreta luego de que se difundiera una serie de chats, el origen de cuya filtración no ha sido aún establecido por la Justicia, en los que dialoga con Robles sobre el fallo que la Corte Suprema estaba preparando en favor de la Capital Federal por la coparticipación de impuestos  y con el empresario de las grúas Dakota, Marcelo Violante, quien le envía sobres con decenas de miles de dólares y le propone nuevos negocios al jefe de gobierno.

 

 

 

 

Esta semana, la Inspección General de Justicia solicitó la nulidad de esa sociedad, considerada ficticia. El dictamen de Ricardo Nissen reconstruye la historia de la concesión del servicio de remoción y acarreo de vehículos en la Capital. Lo firmó el intendente Carlos Grosso durante la presidencia de Carlos Menem, con el empresario paraguayo Reinaldo Niella Varesini, tío de Violante. El contrato venció en 2001, pero la concesión continuó como si nada. Dakota paga un canon mensual de 55.000 pesos. En cambio la tasa de acarreo nunca dejó de actualizarse, de modo que el año pasado, bastaba con nueve remociones para cubrir el canon mensual, cuando el promedio diario es de 300. Pese a ello, la sociedad declaró pérdidas cada año. A la muerte de Niella Varesini, la mayoría accionaria quedó en poder de su viuda, Ana Elizabeth De Bruyn. Citada por la IGJ se negó a concurrir, y cuando dos inspectoras del organismo se presentaron en su domicilio, estaba durmiendo. Las atendió su cuidadora, Nuria Moreau, esposa de Violante, quien explicó que no podía recibirlas, porque tiene 94 años y es más sorda que una tapia. Más trucho no se consigue.

 

 

 

Recuerdos de provincia

La disputa por la candidatura presidencial de JxC tiene ecos turbulentos en las provincias. Por un lado, el radicalismo amaga competir en serio con el socio PROcaz, como no lo hizo en 2015, cuando Ernesto Sanz le entregó la marca a Macrì y se retiró de la política, algún día se sabrá a cambio de qué; por otro se enardece la disputa entre los precandidatos amarillos, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, ambos bajo la atenta mirada del ex Presidente. Igual que Alberto Fernández, Macrì se niega a clarificar si aspira o no a un segundo mandato y estirará la indefinición todo lo que el cronograma electoral se lo permita. En el caso del Presidente, el argumento es el del pato rengo, que Rossi expuso en la cumbre de Matheu, provocando fuertes réplicas. Tanto le preocupa al Presidente, que se arriesga a las miradas compasivas repitiendo que es el candidato que mejor mide. Macrì es más consciente de sus imposibilidades, como ya lo demostró en 2011 cuando prefirió apostar por la reelección porteña en vez de ir por el premio mayor. Y entretanto goza dejándose cortejar por los aspirantes.

En la interna de la semana pasada en La Pampa, el precandidato radical se impuso con holgura sobre el de PRO. El presidente de la UCR, Gerardo Morales, se envalentonó y dijo que aceptaría a Rodríguez Larreta como candidato a Vicepresidente. Río Negro, Neuquén, Chubut y Mendoza son los nuevos escenarios del desgarramiento cambiemoso.

A quien el UCeRreísmo dejó definitivamente de lado es al mediático Facundo Manes. Su burbuja se pinchó y sus teléfonos enmudecieron. El deporte favorito de los cambiemitas es correrse los unos a los otros por derecha, mientras todos, a la vez, padecen el mismo truco por parte de Javier Milei.

Macrì querría llegar a algún acuerdo con el chico de la peluca, quien aprendió rápido los vicios de la casta que denuncia, porque teme que sus votos favorezcan la reelección de Kicillof en Buenos Aires, donde no hay balotaje. Coincide en esto con el miniradical Martín Tetaz. Elisa Carrió, que alguna vez dijo que Macrì era su límite, ahora lo extendió hasta Milei, en lo que acuerda con el contador Morales, el carcelero de Milagro Sala, quien en este aquelarre puede posar como una alternativa democrática, cuando su gobierno jujeño tiene todo los rasgos del neofascismo alla Salvini.

 

 

 

 

La música que escuché mientras escribía.

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