BIG DATA, O CÓMO INVENTAR APORTES EN CAMPAÑA
La investigación por el robo de datos y aportes truchos de Vidal y Ocaña
Cambiemos presentó ante la Justicia Electoral el balance de la campaña 2017 en la Provincia de Buenos por 90 millones de pesos. El Excel con 4.800 aportantes contiene por lo menos 470 nombres robados a personas pobres de 32 distritos del conurbano que en realidad no aportaron. El blanqueo de dinero de origen incierto por un total de 1.120.000 pesos fue descubierto por el periodista Juan Amorín durante una investigación de El Destape, que en su última emisión también denunció que el cien por ciento de esas personas aparecen como afiliadas al PRO, sin saberlo. Los aportes rondan entre 300 y 500 pesos y figuran como hechos en efectivo. El dinero financió la campaña que se puso al hombro la gobernadora María Eugenia Vidal, y llevó como candidatos a Graciela Ocaña y Esteban Bullrich. Aquí Amorín explica los antecedentes de la investigación, anticipa lo que viene y se anima a pensar una hipótesis acerca de los cambios del modelo de un financiamiento que en 2015 expuso los nombres de los empresarios. El blanqueo y el acceso a los datos personales desde el control del Estado, como temas de fondo.
¿Cómo empezó esto? ¿Y cuáles fueron los primeros resultados?
Luego de un programa, me contactó una persona vía mail. Me dijo que estaba buscando su CUIL y notó que su nombre estaba en una página de Cambiemos. Me mandó el link. La página era de la Justicia electoral. Y el nombre aparecía en el balance que había presentado Cambiemos por la rendición cuentas de la campaña. Le dije a la persona que en realidad aparecía aportando 500 pesos a Cambiemos y le pregunté si había participado en alguna actividad. A veces se hacen charlas, uno paga por la charla, y terminan poniendo que aportaste a un partido. Pero esta persona me dijo que no. Que no tenía nada que ver con Cambiemos. Que de hecho se identificaba más con la oposición, que era seguidora del periodista Roberto Navarro. Y, además, me dijo: encontré a otros tres compañeros de mi cooperativa en la misma lista. Ahí la cosa me empezó a hacer ruido. Hasta entonces, podía ser un homónimo. Le pregunté de dónde era. Eran de una cooperativa de Argentina Trabaja que hacía tareas en Quilmes. Busqué a los que tenían el mismo importe: encontré 325 personas. Tiré del hilo. Siempre aparecía gente del mismo barrio: villa Itatí de Quilmes, Espeleta, zonas y asentamientos muy pobres. Contacté a una fuente. Me consiguió una base de datos de los titulares de Argentina Trabaja y Ellas Hacen, del conurbano. Contrasté el Excel, con el balance de Cambiemos y números de documentos. Y encontré 205 coincidencias. Hablé con Roberto (Navarro), pero le dije que para mí eran nada en comparación de lo que debía haber. Hasta ese momento, la suma me daba 360.000 pesos de dinero lavado con gente que no había aportado nada en la campaña.
Es decir, la comparación arrojó 205 personas que aparecían en las listas de los programas y como aportantes. ¿Y no habían hecho aportes?
Exacto. Eso era así porque fui llamando a las personas y todos coincidían: nadie tenía nada que ver con Cambiemos. No había vínculos directos con punteros. Claramente, se robaron una base de datos de algún ministerio o de la ANSES y la pusieron al servicio de Cambiemos para blanquear la plata. Yo quería esperar pero Roberto, con buen tino, me dijo que no porque la gente iba a empezar a buscarse. Y se iba a encontrar. El domingo 17 publicamos el primer informe. La semana pasada accedí a una base de la Provincia de Buenos Aires y me contactó otra gente que no había aportado. Y llegamos a 470 casos en total. Y de 360.000 a 1.160.000 pesos en aportes. Ahora queda contrastar el resto de la lista.
Eso lo presentaron en un segundo informe, el domingo 24.
Lo más importante fueron dos cosas. Una, la prueba de que se robaron bases de datos del Estado. Acá no hay un puntero o un distrito: hay aportantes así de 32 distritos. Hicieron el corte al boleo, e incluyeron a todo el mundo: San Isidro, Lomas de Zamora, San Martín, Burzaco, Temperley, donde se te ocurra. Claramente es una base de Nación, tal vez del ministerio de Desarrollo Social pero es una hipótesis. Y dos, son las afiliaciones. Luego del primer informe, Paz Rodríguez Niell de La Nación llamó a la Provincia porque después del programa se abrieron dos causas en Comodoro Py. A nosotros no nos atendieron. Pero a ella le dijeron que estaban revisando los nombres, que iban a aportar los datos a la Justicia pero que todos eran afiliados del PRO. Cuando lo leí, me llamó mucho la atención. No podía entender que esa fuera la defensa: o no habían visto bien el informe o hicieron algo mal. ¿Cómo podían decir que financistas que no eran financistas, fuesen afiliados del PRO? La cuestión es que esa respuesta me avivó para preguntarle a la gente a ver si además estaba afiliada a un partido político. Y todos, 100 por ciento de los casos, es gente que jamás tuvo vínculos con la política y figura como afiliada. Y vos los ves y es así. Ni siquiera hablo de cooperativistas que participaron del armado de los planes. No. No tienen nada ver. Es gente que labura en las cooperativas, ni siquiera los titulares. Y eso sería además un delito de usurpación de la identidad o falsedad ideológica.
¿Qué otros patrones viste en los Excel?
La investigación que sigue todavía es más interesante. Cambiemos dijo que usó un total de 90 millones de pesos durante la campaña del año pasado. Creo que de esos 90 millones, muy buena parte debe estar cortado bajo este hilo. No sé si toda es gente con planes sociales, creo que también usaron otros mecanismos, pero tarde o temprano lo vamos a saber. Son 4.800 aportantes.
¿Son todos aportes pequeños? ¿Hay más grandes? ¿Empresarios?
En 2015 hicieron una cena para dibujar los aportes de las empresas. Una cena gigantesca donde participaron empresarios ligados a la obra pública, proveedores de Macri o su primo, Angelo Calcaterra. Todos aportaron en la campaña como personas jurídicas, pero no aportaron de forma directa a la campaña sino al balance del PRO para gastos de desenvolvimiento institucional, dijeron. Figuraban los grandes jugadores. Claudio Belocopitt con Swiss Medical, Daniel Vila con el Grupo América, todas las empresas agropecuarias que imagines. Carrefour, hoy con concurso preventivo de crisis. Nicolás Caputo. Roggio, el testaferro de José López con su empresa grupo Faraón aportó un millón de pesos. Los grandes jugadores de la obra pública. Es decir, era muy clara la corrupción o por lo menos ver cómo se manchaba la ley de ética pública. ¿Qué fue lo que pasó en 2017? No podían hacer lo mismo porque era muy evidente la promiscuidad entre empresarios y gobierno con aportes en blanco. Yo hablé con un empresario, una fuente a la que veo cada tanto, hablo, y al que suelo chicanear cuando se queja: vos lo financiaste, le digo. La última vez me respondió que no le hable de eso, porque él había pedido que su empresa no figurara. Para mí eso explica el nuevo mecanismo. Creo que pueden estar blanqueando esos aportes a través de personas humildes o pobres, personas que viven en asentamientos y villas. Probablemente sean fondos de los grandes jugadores de la obra pública, empresas como Odebrecht que en 2015 había aportado a través de una de sus firmas. Empresas que no pueden figurar pero apoyan al gobierno para seguir con el plan económico, porque obviamente resultan favorecidos.
Además de esos montos, ¿viste otros?
Hay algo claro: 90 por ciento es en efectivo. Gente que fue y supuestamente llevó su humildes billetes y los puso en un local partidario de Cambiemos. De a 500 pesos. Por eso le pedí a la gente de la Provincia dos cosas: que muestren las fichas de afiliación de estas personas y los recibos de los aportes con las firmas. Yo creo, como te dije, que esto mismo se repite con otros planes, pero también otros perfiles, tal vez jubilados, pero lo estamos trabajando.
¿Qué pasó con la repercusión y el nombre del Hada Buena, habitualmente intocable?
Menos Clarín e Infobae, hubo gran cobertura. Muchos colegas decidieron visibilizarlo, pero fue muy impresionante ver cómo los medios donde trabajaban no levantaron la noticia con la fuerza con la que levantaron casos como el financiamiento de la campaña K de 2007, donde la denunciante era Graciela Ocaña y hoy es denunciada por lo mismo. Las repercusiones aparecieron cuando se iniciaron las causas judiciales. Una, por Jorge Di Lello con competencia electoral y otra impulsada por La Alameda por enriquecimiento ilícito y lavado que recayó en el juzgado de Sebastián Casanello. Pero los medios lo levantaron, presionados por lo que se generó en las redes. Y no le dieron dimensión en la agenda. Y no lo digo por mí, si no por el interés público: es un hecho periodístico que el partido gobernante esté lavando dinero a través de personas humildes.
¿Cómo mencionan esas notas a Vidal?
No hubo menciones a Vidal. Hubo menciones a la campaña de Cambiemos de modo genérico, sin personalizar. Pero la gobernadora acá tiene mucho que explicar porque fue la jefa de campaña y existen sobradas pruebas de que ella fue quien siguió la campaña. Incluso, los responsables de firmar en el balance son gente de confianza de ella y de Horacio Rodríguez Larreta. De hecho, uno responde a uno de los secretarios de Vidal y armador político suyo en la provincia de Buenos Aires, Axel Campbell.
¿Qué les dijo Graciela Ocaña?
La llamé antes del programa. Y se negó a responder hasta que el tema escaló. Me comuniqué de nuevo el viernes antes del segundo programa. Le escribí muy respetuosamente. Le dije que iba a sacar la segunda parte del informe. Y que se habían triplicado los casos. No respondió, pero me contactó su equipo de prensa para decir que me estaba equivocando al hablar de ella porque los responsables de la campaña habían sido otros. Les pedí por favor una serie de respuestas. Pregunté si ella desconocía quiénes habían financiado la campaña. Qué pensaba del artículo ahora que ya se conocía, suponiendo que ella hubiese actuado de buena fe. Y por qué se había mantenido en silencio, si era una de las denunciantes de Capaccioli en la campaña de 2007 del kirchnerismo. En esa campaña, le endilgaron la acusación a Cristina Kirchner. Desde esa lógica, Ocaña sería tan responsable como Cristina. Frente a eso, sólo me respondieron que iban a contestar a la Justicia.
¿Publicó algo vía Twitter?
Yo no sé si ella participó activamente en esta maniobra perversa y siniestra, tengo mis dudas, pero con el silencio está eligiendo la complicidad y avalar a quienes lo hicieron. Ella ahora sigue su agenda habitual. Lo mismo Esteban Bullrich, Héctor "Toti" Flores o Gladys González. Y la propia jefa de campaña, Vidal. Sí supe que Ocaña está disgustada con el tema y pidiendo explicaciones puertas adentro, y que el ruido en la Provincia fue bastante grande. Pero la pregunta del millón es cuándo van a salir a dar las respuestas que la gente necesita. Yo publiqué el articulo, estoy contento con el resultado, pero la que necesita respuestas es la gente a la que le robaron la identidad, a la que violentaron. A la que le hicieron pasar aportes de otros como propios y encima los afilaron a un partido político.
¿Lograste ver esto en relación al uso de datos de Cambiemos?
Ese es un tema impresionante. No sólo usan los datos para hacer truchadas como estas. El año pasado el ministerio de la Producción desarrolló una aplicación que te permitía acceder a todos los datos de un barrio simplemente moviendo el mouse. PBI, habitantes, comercios, todo, pero el último punto decía: grado de aceptación a Cambiemos. Un tema que no tenía nada que ver. Lo hicimos en la tele. Luego aparecía la posibilidad de pintar el país según la última elección. Así tenías dos colores: amarillo para el PRO y marrón para el FpV. Cuando pregunté a una fuente por qué marrón, dijo porque se parecía a la mierda.
¿Cómo fue con la gente? Me impresionaron las voces. Mujeres, muy empoderadas.
Una de ellas, Noemí Viera, me dijo: yo terminé el secundario en el Fitness, pude ingresar a la universidad del conurbano. Hizo un silencio y me dijo: ¿Viste que los pobres sí llegan a la universidad? Realmente fue muy impresionante escucharla. Al mismo tiempo, ella le estaba respondiendo a Vidal. Muchas con las que hablé tienen miedo, ojo porque cobra 6.000 pesos por mes y aparecen aportando la mitad de sus ingresos, ¿para pegar afiches? Yo no responsabilizo a los intendentes porque son muchos distritos. Pero ahora tenés 200 casos en tu localidad, ¿y no hacés nada? Vos, ahí, sos la cara del PRO.
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