Belleza y esperanza en medio del horror

La música que escuché mientras escribía

 

A sus 88 años, la libanesa Fayrouz es la diva máxima de la canción árabe. Su repertorio versa sobre el amor, la naturaleza, la infancia, los viejos buenos tiempos, previos a la guerra civil que a partir de 1975 destruyó el país más avanzado de Medio Oriente, donde las distintas confesiones convivían en paz.

 

 

Pero además, dedicó varias canciones a Palestina, en 1964, en ocasión de la visita del papa católico Montini a Jerusalén; en 2017, cuando un centenar de personas fueron asesinadas durante las protestas por el anuncio del traslado a la Ciudad Santa de la capital de Israel; cuando el Presidente francés Francois Macron visitó El Líbano, luego de las explosiones accidentales que destruyeron el puerto y parte de la ciudad. También grabó el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, con una letra dedicada a su ciudad, Beirut, de la que nunca quiso alejarse a pesar de los bombardeos y la destrucción.

 

 

Luego de los penúltimos bombardeos israelíes de Gaza, al cumplirse 70 años de la Nakba, la expulsión por el terror de los palestinos de sus tierras ancestrales, Fayouz difundió un video sobre el salmo 12:

 

¿Hasta cuándo, Señor, me olvidarás,

hasta cuándo me esconderás tu rostro?

¿Hasta cuándo mi alma estará dolorida y mi corazón entristecido cada día?

¿Hasta cuándo mi enemigo será el más fuerte?

¡Mira, respóndeme, Señor Dios mío! 

Da luz a mis ojos, guárdame del sueño de la muerte;

que el adversario no grite: ¡Victoria! 

¡Que el enemigo no tenga la alegría de mi derrota!

Me apoyo en tu amor;

¡que mi corazón tenga el gozo de tu salvación!

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Días después, los bombardeos israelíes también cayeron sobre el Líbano.

Una de sus biógrafas, Dima Issa, se sorprendió al advertir que las canciones de Fayrouz fueron la espontánea banda sonora de la primavera árabe de 2011, país por país de la región. “Sentí que ella llega más allá de la identidad libanesa con que se la asocia. Tiene el tipo de atractivo pan-árabe, su voz es un santuario para la gente, sienten esa pertenencia.  Los árabes la escuchan y sienten que pueden unirse. Fayrouz encarna esa idea del arabismo, pese a su diversidad.", dice Issa. A medida que se extendió la ocupación israelí sobre más partes de Palestina, la voz de Fayrouz habló en nombre de la resistencia y planteó el tabú del retorno.

 

 

Su canción Flor de las Ciudades conmovió los corazones de los palestinos que viven bajo la ocupación.

 

 

Fayrouz canta:

 

La ira enceguecedora llega montada en los corceles del miedo,

y derrotará a quien esté en el poder.

Este es nuestro hogar y Jerusalén nos pertenece

y en nuestras manos celebraremos el esplendor de Jerusalén,

con nuestras manos la paz regresará a Jerusalén

 

Aunque es explícitamente apolítica y nunca aceptó comprometerse con ningún partido ni liderazgo, pese a que rara vez concede entrevistas y pasan años sin que ofrezca un recital, las emisoras de radio intercalan las noticias sobre los trágicos acontecimientos con las canciones de Fayrouz. Esto da esperanza a quienes la escuchan de que las cosas pueden mejorar, añade su biógrafa.

En el mismo 2011, Daniel Barenboim eludió la prohibición israelí y a través de Egipto llegó con 25 músicos desde Europa para dirigir un concierto en Gaza. El público estalló de júbilo cuando la orquesta atacó una sinfonía de Mozart, la única que conocían, porque Fayrouz la había convertido en  una canción de amor. "Soy palestino, y también soy israelí. Ya ven, es posible ser las dos cosas", dijo entonces Barenboim.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí