Belicismos

 

Durante su primer año como Presidente, en 2021, Joseph Biden se empeñó en maltratar y desafiar a Rusia. Estaba convencido de que Vladimir Putin había operado en su contra en las elecciones presidenciales del año anterior. Podría decirse que, como revancha, se cansó de enviar buques y aeronaves de guerra norteamericanos y/o de la OTAN al Mar Negro, con el propósito de desafiar y/o ningunear al Presidente ruso. Lo hizo prácticamente a piacere durante todo el año. Luego de un fallido intento –en enero de 2022– de ambas partes para llegar a algún entendimiento, Putin decidió llevar a su país a una guerra contra Ucrania. Desde luego, prefería no dar combate contra algún país de la OTAN. Fue el primer y claro indicio de que algo había cambiado en el mundo. Como bien se sabe, esta guerra continúa. Y a pesar del apoyo de toda clase que los Estados Unidos y la Unión Europea le están brindando a Ucrania, hoy en día parece ser que quien avanza es Rusia. Kiev ha fracasado en su intento de lanzar una contraofensiva contra Moscú y se halla en una condición menos firme que la que tenía en el primer año de la contienda.

Vino poco después la deplorable guerra que se ha entablado entre Hamas e Israel. Como se sabe, el agresor fue Hamas, que tomó por sorpresa a Tel Aviv y en ese impulso mató a 1.200 israelíes. Por primera vez la sociedad judía era alcanzada de esa manera. La respuesta militar israelí fue escalofriante. Se evalúa que han muerto 32.000 palestinos. Pero además sus aviones de guerra han bombardeado ciudades y pueblos que han sido devastados casi en su totalidad. Sus fuerzas de tierra, asimismo, han combatido también con éxito y sin dar cuartel a los hamasitas. Todo lo cual ha obligado a la gente común a moverse sin saber bien hacia dónde, pues los embates israelitas han sido amplios y sostenidos. A raíz de lo cual les resulta muy costoso encontrar techo y tener comida a todos: adultos y adultas mayores, hombres y mujeres, niños y niñas. Un verdadero horror.

La comunidad internacional, como se sabe, se ha movido en busca de alcanzar, por lo menos, un alto el fuego de ambas partes. Tel Aviv, sin embargo, no parece interesada en conceder ni siquiera una tregua. Tal vez porque la continuidad del desmán le conviene tanto como la desorganización –por decir lo menos– del maltratado pueblo palestino. Cuanto más se minimice éste, menos probabilidades tendrá de llegar a una negociación con los hebreos que posibilite la convivencia de dos Estados. Uno ya existe: Israel, que poco a poco se va apropiando del territorio que debería ser del otro. Lamentablemente, ese otro no solamente no lo tiene, sino que además paga literalmente el precio del accionar armado de sus compatriotas eventualmente revolucionarios. Así las cosas, los palestinos se hallan, hoy en día, con una mano atrás y otra adelante, con sus hijos menores viviendo de una manera que probablemente se parece al infierno.

 

La OTAN y las maniobras Steadfast Defender

El 24 de enero pasado se iniciaron las ejercitaciones y maniobras militares denominadas Steadfast Defender (Defensor Firme), en las que participan los 31 miembros de la OTAN más Suecia –se incorporó aquella el pasado 7 de marzo– y que culminarán en el mes de mayo. Se trata, sin dudas, de las operaciones más grandes realizadas luego de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que en esta iniciativa participan 50 navíos de guerra, 80 aviones, 1.100 vehículos de combate –entre otros, tanques y transportes blindados– y alrededor de 90.000 efectivos. Su propósito es mostrar una capacidad de disuasión y asimismo de defensa de la zona euro-atlántica. Pero también implica un llamado de atención para la Rusia en guerra con Ucrania. Basta destacar que el Steadfast Defender anterior, realizado en 2021, había convocado tan solo a 9.000 efectivos y a muchos menos navíos de guerra, aviones y vehículos de combate. Resulta obvio que la diferencia de medios y efectivos entre un año y otro responde a la actual situación de guerra.

Respecto de las situaciones bélicas que se han venido desarrollando desde 2022 y a los agrupamientos y movilizaciones que se han generado como consecuencia de ellas, el almirante holandés y actual presidente del Comité Militar de la OTAN, Rob Bauer, ha advertido en diversas ocasiones el peligro que entrañan. Recientemente, en enero de este año, dijo en un programa de televisión que “la paz no puede ya darse por sentada y debemos prepararnos para una guerra total con Rusia, en las próximas dos décadas… y por lo tanto debemos estar preparados si nos atacan”. Parece un poco exagerado el comentario de Bauer. Rusia ya tiene su guerra –por así decirlo– en Ucrania, que es nada menos que apoyada por la OTAN. Y no parece buscar ninguna guerra total probablemente porque entiende que no la ganaría.

 

Israel vs. Irán y Siria

El lunes 1° de abril un ataque aéreo israelí al consulado de Irán en Damasco (Siria) produjo la muerte del general Mohamed Reza Zahede, de su segundo, general Mohamed Hadi Haj Rahimi, y de cuatro generales más que se encontraban allí. Todos ellos eran iraníes. Esto es de por sí gravísimo. Pero lleva además el agravante de que también agredió a Siria. Lo cual hace que el hecho raye casi en lo inaudito. El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, dijo casi inmediatamente: “Haremos que se arrepientan de este crimen y de crímenes similares, con la ayuda de Dios”, obviamente en referencia a los israelíes.

No deja de ser verdaderamente sorprendente el accionar judío. No sólo por aquel hecho, que ha sido de por sí alarmante, sino porque, como se ha visto más arriba, Tel Aviv se halla en guerra con Hamas. Y actuando de modo belicoso contra Irán y Siria suma agravios, ensancha la cantidad de enemigos musulmanes y multiplica sus frentes. Es probable que Hamas reciba ayuda tanto de Teherán como de Damasco. Pero no parece una buena elección de Israel ampliar sus confrontaciones.

 

Final

El mundo viene con cambios en los últimos tiempos. Dos parecen relevantes. Uno es la desestabilización de la globalización, que ha dejado de ser la reina del planeta. El otro es el desarrollo y aumento de las guerras pesadas, impensadas cuatro años atrás.

 

 

 

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