Bach y sus contemporáneos

La música que escuché mientras escribía

 

La relación de Bach con el Concejo municipal de Leipzig era horrible. Le negaban los recursos que solicitaba y criticaban cada cosa que hacía. El concejal Platz llegó a decir que "como no pudimos conseguir al mejor, tuvimos que elegir entre los mediocres". Harold C. Schonberg cuenta que "el mejor" para el Concejo era Georg Philipp Telemann, un prolífico compositor cuatro años mayor que Bach, de quien era consuegro: una hija suya se casó con el hijo de Bach, Carl Philipp Emanuel. Escuchar hoy la música de Telemann, a quien sus contemporáneos consideraban superior a Bach, es una curiosidad que vale la pena.

 

 

 

 

 

Bach también estaba familiarizado con la obra de compositores barrocos de otros países de Europa, como el italiano Tomaso Albinoni, tres lustros mayor que él.

 

 

 

 

 

Sobre todo le causaron una profunda impresión los concerti de Antonio Vivaldi,  il prete rosso, quien influyó sobre su propia obra.

 

 

 

 

El joven Bach, siete años menor, transcribió algunas de las obras para cuerdas de Vivaldi, para instrumentos de teclado, como el harpsicord.

 

 

 

 

El mismo año 1685 nacieron Domenico Scarlatti en Italia, y Bach y Georg Friedrich Händel​ en Alemania. Escuchar la música de esos contemporáneos realza la dimensión de Bach.

 

 

 

 

 

Y para terminar, los seis conciertos de Brandeburgo, que Bach envió en 1721 al marqués de Brandeburgo Christian Ludwig. Como Kapelmeister al servicio del Príncipe Leopoldo de Anhalt-Köthen, compuso esas piezas para 17 instrumentos (el número de músicos de que disponía en la pequeña ciudad de Köthen), con la ilusión de ser contratado en Brandeburgo, en el corazón de Prusia. El marqués nunca acusó recibo del envío y Bach terminó obteniendo el cargo en Leipzig. Las partituras se encontraron un siglo después de la muerte del compositor en el archivo de Brandeburgo. Mi versión preferida es la que dirigió Pau Casals  con la orquesta del Festival Marlboro. En el piano, el enorme virtuoso Rudolf Serkin, y en el harpsicord su hijo Peter.

 

 

 

 

Y de yapa, Casals canturreando en un ensayo.

 

 

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