Las paredes pueden limpiarse, pero no la violencia política que denuncian. Porque no toda pintura borra. Ni todo espacio silenciado —lavado, encalado, enduido— deja de…
Los y las argentinas tenemos el síndrome de la rana en la olla. El antídoto que salva a la rana es siempre el mismo: la política de la denuncia y la memoria.